Al llegar al lugar, la chica abrió sus ojos sorprendida. Ese parque de diversiones era el mejor, las luces, el sonido, todo era como sacado de un maldito sueño.
A decir verdad su madre no tenía el dinero para permitirle ir a un lugar así, y ella jamás había ido.
—¿Te gusta?
Se giró al escuchar la voz de Logan y sentir su mano ser entrelazada con la de ella.
El nerviosismo creció en su interior, Logan provocaba algo en ella, algo que la confundía y la hacía querer estar con él en todo momento. Unas semanas atrás habría odiado que él la tomara de la mano, pero ahora se sentía extremadamente bien ante esa acción.
Alice sonrió, una sonrisa real.
—Me encanta.
Logan respondió su sonrisa con otra y ambos comenzaron a caminar al interior del parque.
Lo primero que hicieron fue comprar algo para tomar, Alice estaba sedienta y Logan le compró una bebida.
Luego de un par de juegos, de reír a causa de chistes por parte de Logan, de sonrisas tímidas, de sentirse cómoda a su lado, Alice notó algo.
Logan la estaba abrazando, su brazo rodeaba sus hombros y la lejanía de sus cuerpos era casi nula.
Había algo que estaba mal, había algo que no era correcto en esa acción, y era el lugar.
No estaban en el colegio, no estaban en la casa de Logan... Ellos estaban en un lugar rodeados de personas desconocidas y Logan no tenía por que tratarla así.
Entonces, ¿por qué lo hacía?
Logan se sentía bien. Jamás había visto tan relajada y divertida a Alice, jamás había visto a una chica comer sin preocupaciones, jamás disfruto tanto siendo él mismo junto a alguien, jamás sintió esa paz al ver sonreír a una chica.
Logan se vio confundido cuando ella se alejó de él, su ceño estaba fruncido.
—¿Sucede algo? —preguntó él y ella negó sin mirarlo.
Alice se alejó y dirigió a un recipiente de basura para botar el vaso de plástico ya vació.
Logan se acercó con el ceño fruncido y se colocó frente a ella, Alice no levantó la mirada.
—Estás rara —le hizo ver y llevó su mano a la barbilla de Alice para que ella lo mirara.
La chica apartó su rostro rápidamente y dejó vagar sus ojos por todo el lugar, sin mirar siquiera una vez a Logan.
—Deberíamos irnos —susurró ella y Logan frunció aún más el ceño.
No eran ni las diez y el señor Love le había dado tiempo hasta media noche.
—Aún es temprano —aseguró él e intentó sujetar su mano, pero Alice la apartó y ahora si, lo miro a los ojos.
Su mirada era reflexiva, confundida, tímida.
—¿Qué estamos haciendo? —preguntó Alice y Logan se vio descolocado.
—Estamos divirtiéndonos, creí que...
—¿Por qué te comportas así? —la oz de la cica se escuchaba más alterada.
Esto estaba mal, Logan no tenía que responder.
—¿Cómo me comporto? Solo te invite para, no sé, agradecerte —mintió.
Sabía muy bien que no era solo por eso, supo desde el momento en el cual Alice salió de su habitación luego de que él se arrepintiera de besarla que esa chica le comenzaba a gustar, pero no podía decirlo. Ella se alejaría y él la necesitaba cerca, necesitaba poder entender qué le sucedía con ella exactamente. Si Alice podría ser aquella que lo hiciera olvidar a Anett, necesitaba... aún no se había olvidado de su venganza y necesitaba a Alice para lograrla.
Una risa furiosa salió de los labios de la chica.
—No necesitas hacer cosas fuera del trato, ya me estás pagando por ayudarte a conquistar a Anett, así que procura no volver a hacer algo como esto —bramó Alice y se dio la vuelta alejándose de Logan.
Necesitaba detenerla, la necesitaba a ella.
Se sentía una estúpida por haber llegado a creer que eso era más que un simple agradecimiento.
Logan amaba a Anett, ella era solo su novia falsa, aquella que era utilizada para darles celos a la Barbie morocha.
—¡Alice!
Oyó el grito de Logan a su espalda, pero no se detuvo, quería salir de allí.
Una mano sujetó su brazo y la chica volteó soltándose del agarre de Logan con rabia.
—¿Qué quieres? —preguntó ella.
El chico la observó nervioso.
—No hago esto por simple agradecimiento —dijo él y Alice lo observó seria.
Quizás, solo quizás, deseaba que él hubiera querido salir con ella.
—Entonces, ¿por qué lo haces?
Logan pasó su mano por su cabello, así como le gustaba a Alice y la observo a los ojos.
-Tú eres rara, por eso no te lo quería decir pero...
El sonido de un móvil lo interrumpió. Logan suspiro y llevó su mano al bolsillo de su jeans para tomar el aparato.
Alice vio como el chico frunció el ceño al ver la pantalla.
—¿Pasa algo? —preguntó ella.
Logan levantó la mirada para encontrarse con la de la chica y dudo en decirle la verdad, pero lo hizo.
—Es... Es Anett —susurró él.
Alice no dejó salir a la luz lo que sentía, no dejó ver sus celos o rabia.
—Atiéndela —aseguró la chica.
Logan llevó su mirada al móvil, luego a Alice y al fin suspiro y deslizó su dedo por la pantalla para responder.
Alice sabía que él había dudado, pero al final quién ganaba era Anett.
No sabía por que había respondido, quizás aún no se había olvidado de Anett.
—Hola —respondió Logan nervioso al sentir la mirada de Alice sobre él.
—Logan, quiero verte —la voz de la chica sonaba arrastrada y distorsionada.
—¿Estás borracha? —preguntó Logan preocupado.
Sabía que Anett no se controlaba con el alcohol y sabía de lo que eran capaces los chicos con una chica en su estado.
—Si —rió torpemente —. Y quiero ver a mi mejor amigo. ¿Puedes o estás con la chica que viste como niño? —preguntó con burla Anett al otro lado de la línea.
Logan llevó sus ojos a Alice, pero ella ya no se encontraba allí. Preocupado dejó viajar su ojos por el lugar y suspiro tranquilo a verla sentada en un banco cerca de donde estaba él, tecleando algo en su móvil.
—¿Dónde estás Anett? Ahora estoy ocupado... —un sollozo proveniente de Anett lo interrumpió.
—¡Eres mi amigo Logan! Antes... Antes me querías —le recrimino Anett y algo dentro del chico se rompió.
Él la había abandonado, ya no hablaban tanto, ya no la hacía sonreír.
Se sintió culpable, Anett había sido su única amiga y ahora él, la había dejado sola.
—¿Dónde estás? —dijo él buscando las llaves de su auto en los bolsillos de su chaqueta.
—Jason hizo una fiesta —respondió la chica al otro lado de la línea.
—¿Jason Murf? —pregunto Logan al encontrar sus llaves, la chica no respondió —. Anett.
—Si, ¿te espero? —preguntó ella.
Logan suspiro y llevó sus ojos a la chica sentada en aquel banco esperándolo.
—Si Anett, iré por ti.
—Solo déjame en estación del metro, puedo volver sola —aseguró Alice observando por la ventanilla del carro.
Logan suspiro.
—Te llevare a tu casa y luego... —el chico se interrumpió.
—Irás por Anett —acabó la frase Alice sin quitar su vista de la ventanilla.
Se sentía mal, sabía desde un principio que la prioridad de Logan era Anett, pero. . .algo en Alice se rompía al verlo por si misma.
—Ella esta borracha, me necesita. yo... yo quería que lo pasarás bien hoy, en verdad...
—¿Sabes que? —lo interrumpió Alice girando su rostro hacía él, aunque Logan no quito su vista del camino, Alice pudo ver que se encontraba nervioso —No me importa nada de lo que hagas con tu vida Logan. En realidad es genial que ella te haya llamado, eso demuestra que se está interesando por ti, y yo ya no tendré que seguir con esta mentira. Es lo que querías, ¿cierto? —preguntó Alice haciendo que su voz sonara tranquila.
Sus palabras habían sido frías, si una pizca de los sentimientos de su interior.
Logan no volteo su rostro, pero Alice notó como su mandíbula se tensaba al igual que todo su cuerpo al escucharla.
—Tienes razón, es lo que siempre quise.
Al dejar a Alice en su casa, se arrepintió.
Hubiera querido...
Suspiro calmándose.
Lo importante en ese momento era Anett, borracha, en una fiesta llena de chicos en su mismo estado.
Quizás estaba teniendo una oportunidad con ella, quizás su plan había funcionado y Anett lo veía como más que un amigo. Quizás era el momento para que esa chica que le gustaba desde hacía tanto tiempo lo notara, quizás había llegado el momento en el cual él era el primero ante los ojos de su amiga.
«Es lo que querías ¿Cierto?»
Recordó las palabras de Alice.
Era lo que quería, de eso estaba seguro, pero ¿era lo que quería, ahora?
Estacionó su auto en la entrada de la casa y bajó con el móvil en la mano, llamó a Anett.
La chica respondió luego de tres tonos.
—¿Dónde estás? —preguntó Logan parado al lado de su auto, sabía que si entraba no escucharía nada.
—¿Ya estás aquí? —preguntó Anett.
—Si, dime dónde estás.
—En el baño del tercer piso... o el segundo. No lo sé, pero tú siempre me buscas, búscame ahora también, Logan. Como antes.
Con aquello Anett colgó y Logan se sintió extraño.
Olvidando las palabras de su amiga, se adentro a la casa y pasando entre las personas busco el baño del segundo piso.
Golpeó la puerta.
—¡¿Anett?! ¡¿Estás ahí?!
La puerta frente a él fue abierta y una Anett en muy mal estado se hizo presente ante sus ojos.
Su vestido desarreglado, su cabello despeinado, sus ojos rojos, casi ni podía mantenerse en pie y una sonrisa boba en su rostro.
—¿En qué pensabas? —preguntó Logan tras un suspiro.
La chica sonrió aún más.
—¡En lo estúpida que he sido! —gritó ella y rió.
Logan se acerco a ella y tomó sus tacones que estaban en el piso para luego pasar el brazo de la chica sobre sus hombros y comenzar a caminar.
—¿A dónde me llevas? —preguntó la chica y llevo su mano libre para pinchar la mejilla de Logan con un dedo en tanto reía.
Logan suspiro nuevamente.
—Vamos a casa.
Aún no entraba a su casa. Logan la había dejado allí hacía una media hora, pero Alice no quería entrar, no quería dormir en esa cama que no era la suya, no quería ver el rostro de su padre, no quería estar allí, se sentía sola.
Quizás debía llamar a Mary para hablar, pero eso idea fue borrada de su cabeza. No podía abrir sus sentimientos con nadie que no fuera su madre, no se sentía cómoda a pesar de que confiaba en Mary.
La puerta detrás de Alice fue abierta y ella giro su rostro para encontrarse con su padre en bata y con el ceño fruncido.
—Creí que llegarías más tarde —dijo el hombre y ella giró nuevamente el rostro.
La chica sintió como Cal se sentaba a su lado en el pequeño escalón de la entrada de la casa y suspiro. Lo menos que necesitaba ahora era escuchar las estúpidas excusas que él pondría por su ausencia de años.
—¿Qué sucedió con Logan? —preguntó su padre. Alice no respondió, no se sentía con ánimos —. ¿Necesitas que tome la escopeta?
Eso la hizo reír y observar a su padre.
El hombre le sonrió, pero poco a poco ambos quedaron serios y Alice desvió la mirada al frente.
—¿Por qué te fuiste? —pregunto la chica en un susurro —. Dime la verdad, no quiero excusas.
El hombre suspiró a su lado y miro la frente.
—Estaba enfermo. Muy enfermo Alice.
Alice observó a su padre con el ceño fruncido.
—¿Podrías explicarte mejor? —pidió la chica casi en un susurro.
Un suspiro lleno de tristeza fue liberado de los labios de su padre.
—Cuando eras pequeña comencé a enfermar Alice, luego de un año decidí ir al médico y me diagnosticaron cáncer en el hígado.
—¿Que? —la pregunta fue casi un sollozo en la boca de Alice.
Su padre giró su rostro y la observó sonriendo.
—Ya estoy bien ,princesa -Alice quería llorar —Los médicos me dijeron que solo me quedaban unos meses, así que me fui. Tu eras pequeña y tú madre no podía cuidar de ambos, creí que lo mejor era irme aunque me odiaran. No quería que vieras morir a tu padre. Luego de eso, comencé a mejorar, busque ayuda de profesionales mejores, las cosas se tornaron difíciles. Los tratamientos eran dolorosos y por un momento quise abandonarlo, pero tu recuerdo y el de tu madre me lo impidieron. Cuando mejore, volví y las vi. Estaban felices, tú madre estaba feliz, tú jugabas con otros niños, estabas feliz con el novio de tu mamá y, decidí que lo mejor era dejarlas vivir así, no podía llegar y romper la vida que había construido como si tuviera el derecho luego de... abandonarlas por cobardía. Sé que no estuve presente en todos estos años, pero no me sentía merecedor de ti Alice y te pido perdón, sé que fui un completo cobarde al alejarme y Dios sabe lo arrepentido que estoy. Yo solo quiero tratar de compensar todo el daño que te hice, ¿Podrías perdonarme y permitirme recomponer las cosas?
Alice se quedo muda. A pesar de haber sufrido sin su padre, saber la razón la hacía sentir culpable por tratarlo tan mal.
—Lo siento —susurró ella.
El hombre asintió con tristeza.
—Entiendo no puedas perdonarme, yo...
—No hablo de eso —lo interrumpió Alice —. Perdón por tratarte tan mal, no sabía todo lo que habías pasado. Respecto a... perdonarte, creo que ambos necesitamos tiempo y... llevarnos mejor —dijo la chica avergonzada.
Su padre sonrió.
—Me parece perfecto —aseguro él y le dio un beso en la frente a Alice para ponerse de pie —. Ahora dime si quieres que traiga la escopeta o no —bromeo.
Alice rió y se puso de pie.
—Creo que lo mejor es que no vayas a la cárcel.
—Si, creo que es lo mejor.
Ya en su habitación recostada en su cama, repaso todo lo sucedido en el día. La salida con Logan, su actitud, la llamada de Anett, los celos en su interior al ver que Logan la elegía a ella...
Su móvil timbró sobre su escritorio y Alice estiró su mano para tomarlo.
Era un mensaje de un número que no reconoció, frunció el ceño y deslizó su dedo por la pantalla para leer el mensaje.
«Tienes todo el derecho de castrarme Perfecta Alice, pero necesito hablar contigo. Te extraño.»
Sabía perfectamente que era Mark. Él se había comportado como un idiota la última semana, no le hablaba, no la miraba, ni siquiera parecía haber estado afectado por el beso, pero claro, Mark Curt estaba acostumbrado a besuquearse con media población femenina y luego ni recordar el nombre de las chicas. El único problema era que Alice Love Peace no era una más y se lo dejaría muy claro.
«Te espero en diez minutos en el patio trasero.»
Envió el mensaje y suspiro colocándose de pie. Debía olvidar a los Curt, debía volver a ser la chica anti-chicos, anti-amor y anti-Mark, de antes.
—Mueve el ombligo mueve oh oh oh, esto será muy divertido solo baila ¡baila!
Logan gruño exasperado con los gritos y movimientos de Anett a su lado, sin duda alguna jamás la había visto tan tomada.
—Anett si te mueves tanto nos harás dar contra un árbol.
La chica quedo en silenció y quieta unos segundos.
Logan suspiro.
—¿Ella te gusta?
La voz de la chica lo tomó por sorpresa.
—Si —respondió, pero su voz tembló.
—Dijiste que yo te gustaba. ¿Por qué me mentiste?
Ella... ¿Ella estaba celosa?
No sabía cómo sentirse respecto a eso, era algo que siempre había deseado, pero ahora... no se sentía como creyó que lo haría.
—No te mentí —susurró y estaciono el coche frente a la casa de la chica para luego girar su rostro a Anett.
—Estás con ella —aseguró ella y Logan se sintió mal.
El chico suspiró y bajó su mirada.
No sabía que carajos responder, no sabía a dónde quería llegar su amiga. No tenía ni la menor idea de por qué estaba tan confundido. Odiaba todo lo que había pasado, odiaba observar a Anett y recordar cómo la había encontrado besándose con Mark en su habitación, la noche de la fiesta. Odiaba mirar a su hermano, odiaba pensar en Alice y sentir que la estaba traicionando.
Levantó su mirada hacía Anett.
—¿A donde se supone que quieres llegar? —preguntó, serio.
La chica se removió en el asiento girándose en su dirección.
—¿Te sigo gustando? —cuestionó ella y la garganta de Logan se secó.
¿Ella le seguía gustando? ¿Podría olvidar el mes anterior si Anett le correspondía? ¿Podría seguir su vida como si nada? ¿Estaba bien que su corazón se hubiera descontrolado ante esa pregunta?
—Yo...
No pudo continuar cuando con movimientos torpes, los labios se Anett se posicionaron sobre los suyos.
Los labios de su mejor amiga sabian a cerveza, y Logan odiaba la cerveza.
Su contacto no era lo que esperaba, sus labios no eran tan suaves como se los imaginaba, su corazón no latía a una velocidad inhumana como cuando antes solo la miraba, su perfume no lo enloquecía ni sus manos se sentían bien en su cuello.
No correspondió el beso, no quería hacerlo.
Apartó a Anett con cuidado y miró al frente sin querer mirarla a la cara.
Una risa burlona escapó de la chica en tanto se acomodaba en su asiento.
—No puedo creer que me hayas rechazado, Logan —bramó Anett —. Esto es el colmo —murmuró con enfado.
Logan giró su rostro observándola.
—¿A qué te refieres? —preguntó también enfadándose.
Anett lo observó con rabia.
—A que a ti y tu estúpido hermano les encanta rechazarme.
Aquellas palabras estaban cargadas de odio.
—Tu me rechazaste indirectamente durante cuatro años, te acostaste con mi hermano, te besaste con él hace menos de una semana y ahora, ¿me besas? —una risa carente de humor brotó de su garganta —. No tienes derecho a reclamar nada ahora.
Anett no quitó sus ojos de Logan.
—Estabas con ella para darme celos —aseguró.
Ella lo sabía y aun así se había vuelto a besar con Mark.
Esta Anett no era la que él conocía, esta chica no se parecía a su mejor amiga en lo más mínimo.
—Estas en lo correcto. Estaba con ella para darte celos, ahora estoy con ella porque quiero.