#UltimoMaeDaydel2015
#MAEDAYMAEDAYSEACABÓELAÑO #aYDIOHMIO
Capítulo veintidós: Lo valió.
Me subí al metro y bajé en la estación que más me gustó, caminé un rato y me compré una soda.
Me senté en medio de la calle donde había una mesa y observé. Tomé un par de fotos mientras pensaba, ¿qué rayos haría con mi vida? Quería ser chef, de eso estaba segura. Pero... ¿Y si quería viajar? Mi papá y Derek no podrían quedarse solos.
—Qué difícil —negué con la cabeza y seguí caminando.
Me puse la chaqueta que había estado cargando ya que el frío empezaba a llegar, pero como buena y testaruda hija de Heather Williams, me compré un helado.
Era celeste, tenía chispitas de colores. Me sentía feliz.
Estaba sola y sólo tenía a mi mente para molestarme. Tenía la costumbre de perderme en mis pensamientos, y eso claramente incluía el pelear conmigo misma. ¿Le pasaría a alguien más? Llegaba al punto en el que me molestaba tanto lo que mi mente decía, que la mandaba a callar.
«Grosera, eres una grosera» me decía mientras caminaba.
Miradas dispersas y pensamientos espontáneos me acompañaban en esa loca caminata que había emprendido a un lugar incierto. Si hubiera tenido un poco más de dinero, hubiera salido de la ciudad. Pero solo era la mesera —y futura ayudante de cocina— de uno de los restaurantes más conocidos del país. Sí, sólo eso. Pero no podía gastar el dinero, yo tenía un objetivo y era ir a Disney con Mia. Y en realidad, lo importante no era el viaje, lo importante era que íbamos a pasar las vacaciones juntas y cada vez el sueño se veía más real.
Mae.
@MaeGriffin_
Chicos, creo que estoy perdida.
Publiqué.
—¡Cuidado! —murmuró alguien en el piso y yo lo miré.
—Perdón, señor. ¿Está bien?
—No me digas señor, soy Bruce Tucker, brutus para mis amigos.
—Brutus, ¿quieres ser mi amigo?
—Claro, ahora puedes llamarme Brutus. Puedes sentarte ahí si quieres —habló señalando un pedazo de cartón— ¿Cuál es tu nombre?
—Mae. ¿Qué haces aquí tan solo?
—Es una larga historia, niña.
—Bueno, no planeo moverme en un rato, tengo tiempo —hablé, él me miró y luego de unos segundos, empezó a hablar.
—Todo comenzó el día que decidí entregar la herencia por adelantado.
—Claro... ¿Se puede hacer eso?
—Sí que se puede. Mis hijos lo pidieron y yo acepté. Me alegra saber que ahora son personas exitosas.
—¿Qué? Pero... ¿Por qué estás aquí? Tan exitosas no son si tienen a su padre en la calle.
—Un día peleé con mi hijo menor y le dije al mayor que me iría a un asilo. Él aceptó y buscó «el mejor» para mí.
—Y... ¿Por qué no estás ahí?
—Me escapé —yo lo miré confundida y él siguió hablando— trataban mal a todos y yo no iba a soportar eso. Así que ahora Pedro y yo vivimos felices —habló acariciando a su perro y yo abrí los ojos.
—¿Tu perro se llama Pedro?
—Sí.
—¡El mío también! Mira —saqué mi teléfono para mostrarle fotos y él sonrió— es precioso. Oh, perdón.
Mi teléfono empezó a sonar.
Mensajes de Mia. Le conté básicamente que me había hecho amiga de un vagabundo y que estábamos en un parque.
—Hola, perdón por desaparecer, es que Christine me mandó a hacer cosas.
—Hola Mia, ¿quieres hablar con Brutus? —No dejé que respondiera y puse el teléfono en altavoz— te estamos oyendo los dos, di hola.
—Eh... Hola.
—Hola, niña —saludó Brutus— soy Brutus.
—Y yo soy Mia, no sé qué decir. Esto resulta un tanto extraño.
—Brutus, ella es una amiga que vive en Glasswood. La conocí en internet.
—Internet... A mi nieta le encanta usar eso.
—Uh, tengo un mensaje. Te llamo luego, Mia.
—Bien, fue un gusto hablar contigo, Brutus.
—Igualmente, Mia. Qué tengas una buena vida.
Colgué.
De: Friendzoneador.
Hora: 23:40 pm.
«¿Cómo es que te perdiste? ¿Dónde estás? ¿Es broma?».
De: Muffin
Hora: 23:40 pm.
«Si supiera dónde estoy, te diría. Y no, no es día de los inocentes. Estoy en un parque. Hice un amigo, es un vagabundo».
De: Friendzoneador.
Hora: 23:40 pm.
«¿Un vagabundo? No entiendo nada. A ver, ¿qué más ves? Necesito que me ayudes para poder buscarte».
De: Muffin.
Hora: 23:41 pm.
«Pues Brutus me dice se llama parque de las flores. Está cerca de un puente también».
De: Friendzoneador.
Hora: 23:41 pm.
«¿Y quién es Brutus? Bueno, ya. Ya sé dónde estás, solía ir a ese parque con Zeke. No te vayas a mover de ahí»
De: Muffin.
Hora: 23:41 pm.
«Brutus es mi amigo vagabundo. Si puedes, trae algo para él, ¿sí? Comida, mantas, ya sabes. Es un ancianito :(».
De: Friendzoneador.
Hora: 23:41 pm.
«Por supuesto, no te preocupes. Ya voy para allá. Cambio y fuera, te llamo».
Una sonrisilla apareció en mi rostro y me colgué mirando el teléfono.
—¿Es tu novio? —preguntó Brutus, yo giré a verlo y reí negando.
—Un novio no te envía a la friendzone.
—¿Qué es eso? —preguntó alarmado.
—Eh... Me refiero a que me gusta, ¿sí? Pero yo a él no, y soy una gran amiga.
—Ouch —dijo y negó con la cabeza mientras yo sonreía de lado.
—Pues sí. Ya ves.
—¿Y qué hiciste al respecto?
—¿Qué voy a hacer? Seguir con mi vida, claro.
—¡No! —habló golpeando su pierna— ¡¡No!! —gritó y se golpeó más fuerte— ¿Tú sabes por qué las relaciones de antes duran muchos años?
—Porque no quieren pasar por un engorroso trámite de divorcio.
—No.
—Porque... ¿Se quieren?
—En parte, sí. Es necesario eso. El punto es que luchan.
—¿Y qué hago? ¿Me pongo una armadura y voy a su casa a pegarle a su mamá para luego llevármelo atado a un caballo?
—Niña, no —rio y se acomodó bien— nada termina mientras no empieces. No puedes sólo decir «oh, soy de la fonkzone porque él no me quiere».
—Friendzone...
—Lo que sea ese término juvenil de locos. Mi punto es que, si no vas y lo encaras, aún no ha terminado.
—¿Y yo por qué?
—¿No dices que estás en ese fonkzone? Él ahora mismo no hará nada, porque no sabe. Hazlo, eres responsable de que el electroshock haga su trabajo, no de que el paciente vaya a reaccionar. Además, ¿por qué el hombre debe ir y decirlo? ¿Eh?
—No sé, costumbre, supongo.
—Pues las costumbres pueden cambiar.
Esperé unos segundos mirándolo y hablé.
—Es friendzone.
—Vuelve a corregirme y le diré a Pedro que te muerda.
—Entonces... ¿Dices que debo ir y decirle todo?
—Sí.
—Bueno.
—¿Lo harás?
—Pues... Sí, nunca se me ha hecho difícil decir lo que siento.
—¿Segura?
—Sí, lo haré.
—No te creo.
—Lo voy a hacer.
—Lo dudo —dijo él.
—Te prometo que lo haré.
De: Friendzoneador.
Hora: 23:56 pm.
«Llegué al parque, ¿dónde estás?».
«Espera, mejor te llamo».
No terminé de leer el mensaje, y ya estaba entrando una llamada de Joseph.
—Hola, Muffin, no te veo.
—Estamos en unas bancas cerca del árbol más grande.
—Mae, todos los árboles son grandes y muchos de ellos están cerca de bancas.
—Y todos los árboles son grandes para ti —mencionó Brutus cerca de mí oyendo lo que Joseph decía, yo lo miré y me alejé riendo.
—¿Qué hago? Estoy alzando las manos.
—Veo un elfo moviéndose.
—En cuanto te vea, vas a salir herido.
—Esa no es forma de decir que te gusta —susurró Brutus y yo giré a verlo mientras tapaba el teléfono de nuevo.
—Se lo diré en un buen momento.
—Cuando la pizza con piña desaparezca.
—Muffin —habló agitado y me abrazó. Okay, eso es tierno.
—Gracias por venir, de verdad. Empecé caminando y al final me desubiqué.
—Naciste desubicada —mencionó Brutus y yo giré a mirarlo— Hola, Bruce Tucker, un gusto —Estiró la mano y Joe la estrechó sin soltarme.
—Le traje esto, espero que no se incomode, pero Mae...
—Sí, fui yo. Lo siento, es que no quiero dejarte aquí.
—Pero si yo vivo en el departamento de allá —señaló el lugar. Yo lo miré confundida.
—¿Qué? ¿Entonces por qué estás vestido así?
—Porque así evito a los ladrones. Además, he hecho buenos amigos.
—Pero al inicio dijiste que...
—Huí del asilo... Y mi hijo menor me compró un departamento, pero sigo enojado con él. Así que sólo voy a dormir.
—Estoy muy confundida.
—Bueno, mira. Aquí te dejo mi dirección y teléfono... Para el tema del electroshock. Yo ya me voy a dormir, me he entretenido hoy. Ha sido un gusto conocerte, Mae.
—Igualmente, Brutus. Ha sido raro, pero si dices que estás viviendo allá, te creo.
—Bueno, igual me llevo esto, la comida no se desprecia —habló tomando lo que Joe le había ofrecido y yo sonreí mientras él cruzaba la pista para entrar a su departamento.
—Fue raro.
—Te hiciste amiga de un vagabundo, ¿qué esperabas?
—Que esto fuera un sueño, tal vez.
—¿Por qué? —preguntó mientras caminábamos hacia su auto.
—Porque voy a hacer algo.
—¿Qué? ¿No vas a gritar en medio del parque o algo? Si es así, avisa para salir de aquí ya mismo.
Reí y tomé su cuello haciendo que se acerque lo suficiente a mí para tenerlo casi frente a frente: —No voy a dar vueltas, en realidad mentí, sí que me gustas y mucho. Y si voy a estar en la fonkzone —reí al decirlo—, será luego de esto —Lo acerqué aún más a mí y lo miré. Sonreí y besé su mejilla quedando bastante cerca a sus labios— no lo haré, tranquilo...
—Eh... Y-yo...
—Sí, sí. Claro —reí caminando hacia el auto— ¿Vienes o manejo yo?
Hubo un silencio sepulcral en el auto.
Pero lo valió.
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¡HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
¿Qué tal? Quería subir un capítulo más antes de que acabe el año, este es mi último "regalo" del 2015. Quisiera escribir tantas cosas sobre este año, pero lo voy a guardar para una entrada en el no-blog, así que si quieren leer eso, estén atentos a mi perfil (y al no-blog, por supuesto) :D.
Creo que va a ser una de las notas más cortas del año porque simplemente no sé qué decir... Así que... love ya.
baaaaaaaaaai✌