Estaba asustada, no sabía por dónde correr o en donde esconderme, el miedo mezclado con la desesperación me impedía pensar con claridad, veía en distintas direcciones pero tan solo me limitaba a eso, pensar en la muerte. Mi cuerpo temblaba y sudaba hasta que de repente siento que alguien me jala de las manos y era Toff llevándome a unos árboles para escondernos. En el camino escuchaba los gritos de llantos y suplicas de algunos humanos más el sonido del crujir de sus huesos y de la sangre esparcida, llegamos a un tronco grueso y Toff desesperada, sacude mis hombros —A, A ¡Por favor reacciona!...—, mi mente estaba perdida, tan impactada estaba que me sentía muerta mentalmente, ya estaba resignada, de repente siento una bofetada en mi cara, tan repentino y doloroso fue, que bajó mi cabeza casi tocando el suelo —Lo siento A, era la única manera de que pudieras reaccionar— y vaya que lo fue.—Me dijiste que hay un plan ¿Cuál es?— Añadió. Ahora volviendo en si comienzo a recordar sobre el portal sujetando el collar que me dio mi padre puesta en mi cuello —Si, tengo uno—pronuncié con una mirada perdida
— ¿Cuál es?— Preguntó Toff desesperada—Con esto— afirmé enseñándole la hermosa piedra puesta en mí —Esta piedra es la llave de un portal para sacarnos de aquí, solo tenemos que llegar a él— agregué.
— ¿Y qué te hace pensar que ese portal se encuentra acá?— inquirió Toff preocupada escuchando una explosión—Por qué conocí a su creador y me dijo que se encuentra en la arena E o algo así— respondí. — ¡Tenemos que llegar allá rápido! pero ¿Cómo?— dice Toff viendo en diferentes direcciones.
De repente sentimos un estremecedor gruñido encima de nosotras y una verdosa baba fluía bajando del tronco, era un Dorten caminando entre las ramas, no se había dado cuenta de nuestra presencia. Toff y yo nos tapamos las bocas por inercia como si pensáramos iguales, claro ya que éramos la misma persona, el monstruo se estaba hiendo hasta que desgraciadamente una voladora cámara nos alumbra con su luz y nuestro escondite sale en la pantalla con el animador diciendo << Vaya, vaya ¿Por qué se esconden?, no sean tímidas, ¡salgan y diviértanos! Muahahahaha... >> de una el Dorten voltea y nos mira, Toff y yo nos vimos las caras y salimos corriendo, una al lado de la otra como si compitiéramos en una carrera, el Dorten brincaba en las ramas haciéndolos temblar, volteo a ver y observaba como caían las hojas detrás de nosotras, de repente diviso un cartel que decía "Arena C", estábamos cerca o eso creía. Sujeto la muñeca de Toff jaloneándola a la izquierda salvándola por suerte de la embestidura del Dorten cayendo del árbol, tan fuerte fue su golpe que gruñe y gime del dolor
—Gracias A, te debo la vida— exclamó Toff alegre—No hay porqué ¡solo sigue corriendo!— ordené agitada.
Entramos a la "Arena C", ya no era tan selvática como la otra si no abierto parecido al nublado campo del molino, lamentablemente aparece otro Dorten pero este andaba más calmado y solo se limita a caminar a nuestra dirección, nosotras retrocedíamos buscando una manera de escapar pero no podíamos porque igual nos alcanzaría, hasta que de sorpresa aparece el mismo Dorten anterior detrás de nosotras, ¡Perfecto! Ya estábamos servida en bandeja de plata, no teníamos ninguna escapatoria, tan solo veíamos adelante y atrás ósea a los dos, esperando quien nos asesinara primero. Toff sujetaba fuertemente mi mano observando mis ojos con un gesto inconfortable, entendía claramente lo que me estaba diciendo, era nuestro turno pero inesperadamente los Dorten comienzan a gruñir y rugir entre ellos dos. Parece que no querían compartir la presa en la cual se echan a pelear. Toff y yo nos vimos las caras extrañadas pero de una salimos corriendo alejándonos de ellos.
Acelerábamos sin parar, la adrenalina era lo que más me activaba pero lamentablemente a Toff no le era igual, ella respiraba agitadamente, se detuvo diciendo — ¡Aguarda!, aguarda...—respira— ya no puedo seguir corriendo ¡estoy muy cansada!—Toff tenemos que seguir, o si no vendrá otro y nos matará—Si lo sé, pero si sigo a este ritmo me moriré del cansancio ¿ No sé cómo haces para no agotarte?, ¿acaso fuiste deportista o algo similar?
En ese momento me puse a recordar sobre mi pasado y nunca practiqué algún deporte ¿Cómo es que ahora tengo habilidades atléticas? O ¿A caso sería el cambio genético que me hicieron en el laboratorio? Como sea no tenía tiempo de seguir pensando en eso, si no de buscar ese portal, también me acordé de Tom ¿En dónde estará? O si seguirá vivo, de repente escucho unas fuertes pisadas más el rugir de un león, eso significa una cosa ¡Debe ser Tom!
De un grito digo — ¡Estamos aquí!— volví a repetirlo tres veces y Toff me advierte — ¡Cállate A!— ¿Por qué?— pregunté extrañada—Por qué no es...—Enseguida de los arbustos sale un enorme hombre gato con una armadura parecida a la de Tom, parloteando —Vaya, vaya miren que me encontré, a dos deliciosas humanas—pasa su lengua sobre su boca— hoy tengo mucha suerte pero... aguarda un segundo, yo a ti te conozco, seeeee... hehehehe..., eras la chica de Tom, no creí volver a verte y menos con vida— vuelve a reír lascivamente.
Cuando lo veo y escucho lo que me dijo, me acordé de los Felinianos que vimos la última vez que estuve con Tom—Finix— mencioné su nombre con un gesto de odio.
—Wow, te acuerdas de mi nombre hehehe...— sonríe de forma sádica— Pero quieres que te diga una cosa, me costaste muy barata cuando te vendí, creí que me darían bastante por una humana, al parecer sus vidas valen menos que el de una cucaracha, en fin recuperaré el gusto con asesinarte, ¡Despídete!—, exclamó con una mirada despiadada, llena de perversión por la muerte, yo tan solo observé el filo del tridente que cargaba con ira en mis ojos, ya estaba cansada de correr y ser la presa, por primera vez tenía el coraje suficiente para pelear. Él lanza el primer golpe fatal y yo lo esquivo deslizando la parte derecha de mi cuerpo, fui muy rápida casi me toca, aprovecho su falla y piso de patada al bastón del tridente partiéndolo en dos. Toff se queda boca abierta de la impresión y Finix furioso de lo que le hicieron, responde con un golpe derecho acompañado de un histérico gruñido, me echó para atrás, sentía la brisa esparciéndose en su puño, el golpe era mortal pero no logró llegarme, Finix muestra sus colmillos gruñéndome de la ira amenazando —¡Basta de juegos!, ahora atacare enserio— se pone en posición de ataque igual cuando un felino agarra vuelo para saltar, se encorva entre sus patas y salta, de repente en el aire una piedra choca sobre su cabeza obligándolo a perder el control y cae al suelo —¡Le diiii, siiiiii!— exclamó Toff emocionada cerrando sus puños en señal de logro—Bien hecho Toff— felicité, ella puso su mano izquierda sobre su cabeza sonriendo pero sin darme cuenta Finix logra recuperarse y sale corriendo en dirección a ella,—Toff ¡Cuidadooo!— Grito advirtiendo toda preocupada pero era demasiado tarde, ella sin saber que hacer observa cómo se acerca y ¡GRHHHSSSSS...!, recibe el primer arañazo fatal en todo su abdomen disparándola al suelo —Toff... NOOOOOOOOOO— grité desesperada. Finix ríe todo satisfecho para terminar el trabajo mortal con ella, diciendo —Esta es mi parte favorita, ¡hacerla sufrir! Muhahaha...— levanta su enorme pata sacando sus afiladas garras y de repente intercede Tom rugiendo como un abominable león, mucho más fuerte que Finix, cae encima de él y los dos se revuelcan en una pelea felina como si fueran dos enormes tigres matándose uno al otro. De una acudo al auxilio de Toff—Gracias a Dios sigues viva— suspiré de alivio
— ¿Quién es Dios?— preguntó Toff toda convaleciente. Respondí con una sonrisa y ella volvió a proferir con sus labios temblorosos y la mirada caída —Ya cumplí en deberte mi vida ahora salva la tuya ¡Por favor!—Nooo Toff saldremos de aquí juntas. Te lo prometo ¡no me abandones!— mencioné con mis ojos empañados de lágrimas.
—Por cierto ¿ya sabes cómo te llamas?— preguntó Toff de forma lenta, estaba perdiendo mucha sangre—Si— ¿Cuál es?—Airi Streckel—
Enseguida sus ojos se abrieron de la impresión y luego continuó con una sonrisa — que coincidencia aparte que te pareces a mi te llamas como yo. Si nos hubiésemos conocido antes llegaríamos hacer hermanas ¿No?—Sí, ¡claro que sí!—Te quiero mucho y... por favor cuida de mi querido Tom— enseguida su mano cae al suelo y se desmaya por la pérdida de sangre.—Toff por favor despierta—, de repente siento que alguien toca mi hombro derecho y era Tom agitado y enmarañado, sin dar mucha explicación, ni preguntas, ordené —Tenemos que llegar a la Arena E. Hay un portal que nos puede sacar de aquí y así podremos salvar a Toff— Tom adolorido y cansado como también preocupado contesta afirmando con la cabeza —Entiendo.
—No tenemos tiempo, ¿sabes cómo podemos llegar allá?— pregunté muy inquieta
—Sí creo que sí, está detrás de esa colina—, señaló un lugar plagado de Dorten como de Felinianos matándose unos a otros como si estuvieran en un campo de guerra, ¡Perfecto!, más difícil imposible. Tom levantó a Toff y los dos juntos salimos corriendo para allá guardando distancia hacia los cazadores, escuchábamos el crujir de sus espadas, garras, cierras y todo lo que usaban para pelear, nosotros sigilosamente caminábamos como si fuéramos invisibles o eso era lo que creíamos, la sangre de Toff comenzó a derramarse sobre los brazos de Tom goteando en el suelo, dejando un rastro, subimos la colina, casi estábamos en la sima hasta que de repente una flecha se nos atraviesa en frente de nosotros —¡Un arquero!— exclama Tom nervioso observando en diferentes direcciones.
— ¿En dónde está?— inquirí asustada—No lo sé. Pero tenemos que correr, sea quien sea, está jugando con nosotros.
Aquel comentario hizo que mi piel se erizara como gallina. Ahora hay alguien que sabe de nosotros y nos va atacar desde lejos —Corre pero no en línea recta si quieres sobrevivir— sugirió Tom muy tenso. De una salimos disparado bajando la colina, izquierda y derecha corríamos casi formando un zigzag, escuchaba el inquietante zumbido de las flechas deslizándose en el aire para al final introducirse en la grama como tiro fallido, cada vez los tiros lograban alcanzarnos, casi uno logra rosarme la piel por almeno cinco centímetros de distancia, —Estuvo cerca— suspire aliviada. Continuaba corriendo hasta que logro divisar un enorme arco de piedra — ¡Ese debe ser el portal!— grite deduciendo. Cada vez escuchaba más flechas y muy cerca de nosotros, ya estábamos por llegar, faltaba otro poco, hasta que logró aparecer el amenazante arquero, posado encima de la otra colina todo este tiempo, estaba esperando a que alguien llegara a esta arena para cazarlo. Tom con un coraje en sus verdes ojos felinos dijo — No podremos activar el portal con el disparándonos ¡tengo que enfrentarlo!— baja a Toff cerca del arco y voltea sacando una enorme espada.
— ¡Qué! ¡ESTAS LOCO! te asesinará—Tal vez sí pero, lograremos obtener el tiempo suficiente— profirió con una mirada desafiante agarrando con sus dos manos felinas el mango de la espada, separando sus dos patas traseras en posición de combate. El arquero entiende y acepta el desafío apuntando directo hacia él y a la vez caminando a nuestra dirección.
—Viene hacia acá y me va a disparar a mí, vamos que esperas ¡Mueveteee!— ordena el gato con coraje.
La brisa se esparcía por todo el campo, moviendo el césped y los dos felinos se veían directo a los ojos como si estuvieran leyendo sus miradas manifestando el reto, el arquero con su mano temblorosa por el tiempo que lleva jalando la cuerda, suelta la primera flecha y Tom con la velocidad y el reflejo de un tigre la bloquea con su espada, rebotando hacia arriba, el arquero se queda sorprendido y sonríe a la vez, satisfecho por a ver encontrado a un digno contrincante que vuelve a responder corriendo de izquierda a derecha para confundir a Tom, brincando en el aire hasta que se decide en disparar y Tom logra esquivarla.
— ¡Vamos Tom!— exclamé en silencio, tenía que moverme para lograr salir de aquí rápido, buscaba en todas partes algún hueco o interruptor que activar pero nada, me puse cada vez nerviosa ya que no conseguía nada, — ¿En dónde está?, ¿En dónde los pusiste papá?—, pregunté inquieta, hasta que me detuve por un segundo a pensar cerrando los ojos —Si yo fuera mi papá ¿En dónde lo pondría?— de repente siento algo en mi pecho y era la piedra del collar, temblando hasta volar jalándome hacia una dirección, la seguí y llegué hasta una extraña piedra redonda, la toqué y sentí que no estaba pegada, la moví hasta desprenderla, cayó y vi una palanca más un orificio con el mismo tamaño de la piedra —¡Perfecto! La encontré—, introduje la piedra sobre el orificio y jalo la palanca, enseguida brilla la hermosa piedra y el enorme arco emite un brillo azul esparciendo una extraña pantalla colorida, yo me quede estupefaciente por unos cuantos segundos — ¡Es hermoso!— dije maravillada pero luego volví en si a buscar a Tom pero para mi sorpresa él estaba arrodillado en el suelo, con cinco flechas clavadas en su corpulento y peludo cuerpo, luchando contra el dolor más la muerte terminando de caer al suelo.
— ¡TOOOOM NOOOOOOO!— Grité desesperada, corrí a su encuentro y el dice convaleciente —Lo lamento A, pero era la única forma que... —Tose escupiendo sangre— salieras de aquí
—NOOOOO TOOOM, vamos a salir de aquí los tres juntos, ¡Por favor aguanta!, no quiero que te vayas...—mis ojos comienza a inundarse de lágrimas hasta caer en mi mejilla, derramándose en su peludo rostro, gemí aguatando el llanto del dolor, Tom tan solo se limitaba a verme y secar una lagrima suavemente, de repente siento una sombra tapando mi cara, estaba cayendo la puesta del sol y era el "Arquero" muy cerca de mí a unos cuantos metros, noblemente esperando a qué me despida de mi amigo, subo mi mirada y lo veo a él levantando su arco apuntando sobre mí, era la que quedaba. Me quedé como estatua, por a ver perdido a mis dos amigos, no tenía gana de seguir luchando y vivir.
Vi sus fríos y amarillos ojos, luego la punta de la flecha que me iba a ejecutar, de una cierro mis ojos escuchando el zumbido de la flecha y "¡PLHAAASSSSS!", clavó pero seguía enterita — ¿Qué pasó?— abro mis ojos y era Tom arrodillado, cubriéndome de la flecha como escudo diciendo —Te prometí que te protegería ¡Aunque me cueste la vida!— quedé maravillada y él insistió —Por favor ¡CORREEEEE!— obedecí y Salí disparada como una bala. Cuando llego al portal, volteo por última vez y digo —Gracias por salvarme mi querido Tom ¡Te quiero!
—Yo también te quiero Airi Streckel— recibe una última flecha, cae y muere.
Entro al portal y me succiona fuertemente, era tan poderoso que el mismo arco no podía sostenerse, se parte y el portal se cierra después de que me fuera, sentía que me estaban estirando y viajando a alta velocidad, tanto así que veía que la luz se deformaba hasta que escucho un zumbido en mi oído, percibía que ya estaba llegando y comienzo a perder el conocimiento, desmayándome.
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Ya ha pasado dos semanas desde que llegué a mi mundo, afortunadamente entré al mismo lugar de donde partí, estaba mi padre más un grupo de científico que nunca esperaron mi llegada ya que no sabían a donde me había ido y mucho menos de que iba a regresar, él me recibe con mucha alegría, ¡percibía que me extrañaba mucho! Al igual que yo, tan solo hablábamos con lágrimas y abrazos en ese momento.
Días después me enteré de todo lo que estaba ocurriendo, se estaba alzando un nuevo grupo muy poderoso que quería dominar al mundo llamado los "Dridt", están comenzando una guerra, parte del globo lo tienen conquistados con sus bombas, terrorismo y el uso de una extraña enfermedad, muy efectiva, si no se trata a tiempo puede hacer que un ser humano cambie a un horrible monstruo muy parecido a los Dorten al paso de un mes. Mi padre estaba buscando el antídoto de esa enfermedad más unas alteraciones genéticas para mejorar el reflejo, la fuerza y velocidad humana, justamente lo que yo tenía.
Ahora con mi ayuda me he convertido en la última esperanza para la humanidad, en combatir en esta guerra, de que no se ahoguen en un apocalipsis, sin embargo nunca voy a olvidar a mis dos grandes amigos pero especialmente a uno que dio lo que quedaba de su vida por mí. De repente veo a un pequeño gato encima de un árbol, acudo a su auxilio y lo recojo, cuando lo tengo en mis manos veo sus azules ojos un tanto muy familiar al igual que su pelaje, noto que en su cuello tiene un collar verde muy brillante y decía la inscripción "Tom", de una sonrió, mis ojos lagrimean, lo acaricio y le saludo —Hola ¿Cómo estás?, mi querido Tom...
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