Douglas & Cailin

By AgustinaAH

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Douglas y Cailin se sientan juntos en Literatura. Douglas y Cailin no se hablan. Douglas y Cailin buscan el a... More

Prólogo
1.Parejas Disparejas
2.¨LoveChat¨
3.¨Retro Bar¨
4.Peter Pan y los niños golpeados
5.Besos y confesiones
6.Reacciones inesperadas
7.Accidentes y declaraciones
8.Desiluciones
9.Parejas felices y una nota inesperada
10.¿Alisson?
12. ¨Gracias, Doug.¨
13. ¿Cuarto beso?
14. Te has enamorado
15. Conquistas
16. ¨Me gusta cuando callas¨...
17. Douglas Bond 1/2
18. Douglas Bond 2/2
19. Prohibido amar
20. Hasta siempre
21. ¨Cállate, Douglas¨
22. ¿Bucles?...¿Qué es eso?
23. Nuestro cliché
24. ¨¿Plástico?¨
25. Julián
26. Engaños
27. ¨No me doy por vencido.¨
28. Regalos y solicitudes
29. ¨Vuelve.¨
30. ¨Yo también te amo.¨
31. Deseo cumplido [Final]

11. Lecciones y confusiones

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By AgustinaAH

Douglas

—¡Douglas! —gritó mi madre desde alguna parte de la casa. —¡Levántate! No ha sonado el despertador y no encuentro la cacerola para despertar a tu hermano.

Gruñí e hice sonar mi espalda.

—Ya voy, mamá.

—Me voy al hospital. —dijo. —¿Puedes llevar a Dave al colegio?

—Sí, yo lo llevo. —grité y luego sentí la puerta cerrarse.

Volví a estirarme y desperté a Dave. Este se levantó más rápido de lo que pensaba y entró al baño.

< ¿Cómo hacía la gente para levantarse tan rápido? Algo que nunca entenderé>

Mamá nos había dejado el desayuno servido sobre la mesa y, junto a la comida, las llaves del auto.

<Hoy sería adulto. O algo parecido.>

Dave y yo comíamos sin mirarnos. Parece que ambos teníamos hambre y no nos daba vergüenza demostrarlo.

—¿Porqué te ha molestado tanto que preguntase sobre Cailin y tú? —dijo, finalmente, Dave.

—No me molestó, Dave. —mentí. —Me incomodó un poco. Pero ya pasó.

—No te incomodes, Doug. —dijo para luego, tragar el pedazo de panqueque que su tenedor sostenía. —A veces decir la verdad, es necesario.

—¿Qué verdad?

—Podré tener once, pero no soy estúpido, Douglas. —aseguró.

Asentí y dejé el panqueque a un lado. Quería escuchar lo que Dave tenía para decir.

—Vi como se miraban de reojos. —dijo y luego bebió de su vaso. —¿Qué estás tomando? Mamá me sirvió té helado. —hizo una cara de asco.

—Dave, continúa. —dije.

—Bien. —levantó sus manos. —Es más que obvio que Cailin te gusta y ella, gusta de ti. No hay mucha vuelta con ese tema. —terminó y me sacó mi vaso para hacer la misma cara de asco que había puesto hacía unos segundos atrás.

Reí.

—Primero, Dave Brown, estás más que equivocado. —aseguré. —Cailin está de novia y yo, pronto lo estaré también. La extrañé, eso si te lo puedo afirmar. Pero no me gusta y nunca me gustó.

—Mientes.

—¿Por qué no me crees? —entrecerré los ojos.

—Porque cuando mientes, arrugas la nariz. —dijo. —Al igual, que mamá.

< ¿Qué? ¿Desde cuándo? >

—¿Qué dices?

—Lo que escuchas. ¿Acaso eres sordo, igual que mamá?

—¿Qué? No. —dije.

—Bien, eso espero. —levantó su plato y lo puso en el fregadero. —Nunca supiste mentir, Doug. Yo te enseñaré.

Dave se sentó a mi lado y me miró directamente a los ojos.

—Tienes que decir verdadero o falso. —dijo.

—Dave, llegamos tarde.

—Es lo que menos me interesa en este momento. —dijo. —Te estoy enseñando a sobrevivir.

Blanqueé los ojos y sonreí.

—No alimenté a GluGlu. —comentó.

Lo miré por unos segundos y pensé en decir verdadero, pero luego recordé que Dave, amaba a ese pez.

—Falso.

—Verdadero, Doug.

—¿Qué? Tú amas a ese pez gordo que nos regaló la abuela.

—Doug, GluGlu murió hace un mes porque tú no lo alimentaste.

<Que mala persona puede llegar a ser uno.>

—Golpeé a la profesora.

—Pf, falso, Dave. Eres más ñoño que yo.

—Verdadero.

—¿Qué? —grité. —¿Cómo le pegaste? No me pidas que vaya yo a salvarte. Le diré a mamá.

—Es falso, Doug.

—Sanguijuela mentirosa.

—¿Cómo crees que puedo hacer eso? —preguntó Dave.

—Espera. —me detuve. —¿Lo hiciste o no?

—Los misterios de la vida, hermano Doug. —después de decir eso, se levantó de la silla y agarró su mochila. — ¿Nos vamos?

—Dime la verdad. —dije señalándolo. —Mamá se enterará.

—No tienes pruebas de que lo hice.

<Buen punto.>

Blanqueé los ojos.

—Vamos, enano heredero de Satanás.

—¡Hey! —golpeó mi estómago.

Reí y cerré la puerta a mis espaldas. Espero no chocar el auto de mamá porque era lo único que me faltaba en este día.

[°°°]

—Para la próxima clase, tendrán un examen del tema visto.

< ¿Qué? No entendía nada.>

—¡Es injusto! —gritó Alex a mi lado.

—La vida es injusta, señor Hamilton.

Alex sonrió falsamente.

—Viejo amargado. —dijo susurrando.

—¿Ha dicho algo, señor? —preguntó el profesor y yo, me quedé quieto mirando hacia la barriga del mismo.

—No, profesor. Jamás diría algo.

El profesor bufó.

—Estos adolescentes de hoy en día.

—Estos ancianos de hoy en día. —repitió Alex.

—¡Hamilton! Lo escuché. —dijo el profesor de Matemática y acomodó sus gafas. —A dirección.

—No he dicho nada.

—¡Hamilton! —gritó.

—Bien, bien. —dijo mi amigo y luego se levantó. —Ya voy.

Alex se retiró y sentí pena por él. Hoy era el cumpleaños de su hermana y lo pasaría en detención.

El timbre sonó y el profesor se retiró del salón. Alex entró después de unos minutos.

—¿Se fue?

—Alex, ¿qué haces aquí? —preguntó Malia.

—¿Crees que soy idiota? No pienso malgastar tiempo de mi valiosa vida, en detención.

—Muy valiosa vida. —bufó Malia.

—¡Cállate, Malia! —gritó Alex.

Lancé una carcajada.

—Ugh, tengo inglés. —dijo Malia. —¿Ustedes?

—Literatura. —contestamos al unísono con Alex.

—Sigo sin entender porqué no comparto algunas clases con ustedes. —miró su horario. —Me quejaré.

—Hazlo —dijo Alex. —Mereces lo mejor.

Malia golpeó la cabeza de mi mejor amigo.

—¿Nunca te callas? —preguntó Malia.

—No.

—Me doy cuenta.

Lancé otra carcajada y salimos del salón de matemática para guardar los libros en nuestros casilleros. De un momento al otro, tuve que pestañear repetidas veces para borrar la imagen que acababa de ver. Pero no lo logré, ya que se hacía, cada vez, más nítida. Thomas abrazaba a Cailin.

—¿Qué hace ese tarado aquí? —preguntó Alex.

—Es lo que intento descubrir. —cerré mi casillero y me acerqué a la pareja para interrumpir.

—¡Thomas! —exclamé y me metí entremedio de él y Cailin. —¿Qué haces aquí?

Cailin frunció el ceño.

—Entró este semestre. —dijo Cailin. —Es nuestro nuevo compañero.

< ¿¡Qué!? Genial. Tendría a ¨re tonto¨ vagando por los pasillos. Solo faltaba encontrar a tonto y así formarían: Tonto y re tonto. Aunque creo que Thomas, era ambos.>

—¡Hey! —exclamé y extendí mi mano. Thomas estaba por estrechar mi mano con la suya, pero la alejé de inmediato. El tonto, se tambaleó y Cailin lo agarró de los hombros.

—Hey, Douglas. —dijo Thomas con los ojos entrecerrados.

Yo sonreía mostrando mis dientes y Alex, hacía lo mismo. Cailin y Thomas, nos dedicaban una mirada que emanaba madurez y altanería, pero no les presté atención.

—¡Tom! ¡Bienvenido! —la voz de Alisson se hizo presente. —Hola chicos. —dijo y la saludamos. —Cailin. —saludó a mi compañera de Literatura y pero esta, no devolvió el saludo.

—Hola Ali. —dije.

Thomas agarró a Cailin de la cintura y la acercó a él. Hice lo mismo con Alisson y ni siquiera me di cuenta de que casi cae por mi bruto agarre. Ella se acomodó rápido su vestido y colocó un mechón de pelo sobre su oreja, sonriendo.

—¿Cai? —empezó Thomas. —¿Ya le has dicho a tus amigos?

—Decir qué. —dijo nerviosa y acomodó su cabello.

—Lo diré por ti, amor. —nos miró con una sonrisa triunfante. —Cailin y yo, ya somos novios oficiales.

Thomas tenía los ojos puestos en mí e hice lo más tonto que se me puede haber ocurrido en el momento.

—¿Alisson? —la miré a los ojos y ella me devolvió la mirada con una tierna sonrisa en su rostro. —¿Me harías el gran honor de ser mi novia? —dije y luego dude de mi propuesta.

—¿Qué? Por supuesto que sí. —gritó y me abrazó.

Thomas sonreía, mientras que Cailin tenía la mirada perdida. Alex admiraba la escena con una gran ¨O¨ en sus labios.

—¡Esto me hace querer tener pareja! —dijo Alex y todos dirigimos la mirada hacia él. Este corrió a una muchacha morena que se encontraba con su amiga, apoyada en los casilleros e intercambiando palabras.

—¡Tú! —gritó y luego la señaló.

—¿Yo? —la chica se señaló.

—¿Quieres ser mi novia? —dijo Alex.

Las muchachas se miraron y rieron. Luego se fueron y dejaron a Alex plantado.

—Ya conseguiré a alguien. —aseguró. —Ya lo verán.

Mi mejor amigo se acercó a otra chica y le dijo lo mismo. Hubo una pequeña diferencia, esta muchacha aceptó y agarró a Alex del brazo. Al pasar por nuestro lado, mi amigo nos guiñó el ojo.

—¡Les dije! —gritó y luego se retiró con su nueva ¨novia¨.

< ¿Qué clase de amigos tenía, Dios? >

Me giré y me encontré con una Alisson emocionada, un Thomas con una sonrisa socarrona, mientras que Cailin, me miraba. Sus ojos estaban más claros de lo normal.

—¿Qué les toca ahora? —preguntó Thomas.

—Literatura. —contestó Alisson.

—A mí también.

< ¡Genial! Gracias. Lo que me faltaba. >

Entramos a la clase de Literatura y Thomas le preguntó a Cailin cuál era su lugar. Cailin se lo señaló y yo sonreí. Alisson lo invitó a sentarse a su lado y la clase del día, comenzó.

—Buenos días. —saludó la profesora y dejó su maletín sobre el escritorio marrón que la esperaba día a día en esta clase. —Hoy, sortearemos las escenas. Espero, alguien pueda explicarle al señor Garber qué se hará para la feria y puedan integrarlo en algún grupo.

—No hay problema, profesora. —dijo Alisson. —Puede ir conmigo y Lucy.

—Gracias, Alisson. —agradeció la profesora.

Thomas me miró amenazante y yo, levanté mi pulgar.

<Aquí nadie me gana, niño mimado.>

Cailin agarró mis mejillas con su mano y dirigió mi cabeza en su dirección.

—Presta atención, Douglas.

—Sí, señor. —dije, aún con las mejillas presionadas por los dedos de Cailin.

—Te ves gracioso así.

—¡Para ti, Cailin! —dije. —Me duele.

Ella soltó mis mejillas y rió.

—Usaremos la versión corta del libro. —dijo la profesora.

< ¿Para qué hizo que leyera trescientas noventa y nueve páginas, si luego nos diría que usaremos la versión corta? Algo que tampoco entenderé.>

—La escena que toque, puede ser intercambiada con otro grupo. —mencionó la profesora, antes de meter su mano en el sobre.

La maestra empezó a entregar actos. Al llamar al grupo de Alisson y Thomas, noté que les tocó la escena donde el Sr. Bingley, se le declara a la hermana de la protagonista. Thomas me miró nuevamente y se sentó en su lugar, para leer el diálogo que tenía que estudiar.

—Brown y Simon. —llamó la profesora. —Acérquense.

Cailin y yo nos levantamos.

—A ustedes les toca la escena en la que Elizabeth, la protagonista del libro, rechaza al Sr. Collins para contraer matrimonio.

< ¿Y ese quién era? >

—Por mí está bien. —dijo Cailin.

Nos alejamos de la profesora y nos sentamos.

—¿De qué trata la escena? —pregunté.

—Solo tenemos que pelear. —dijo Cailin mientras leía algunos diálogos presentes en el guión.

—¿No tenemos que... —me detuve. —besarnos? ¿Verdad?

Cailin me miró y negó. Sentí un alivio enorme, pero a la vez, me sentí mal por preguntar eso.

Estábamos leyendo el guión cuando una pareja se levantó de su asiento y fue a hablar con la profesora. Luego de unos minutos, la profesora bufó y miró a la clase.

< ¡No hagas contacto visual, Douglas!>

—¡Brown! —llamó la profesora.

< ¡Diablos!>

—Vengan, aquí. Ambos.

Cailin me miró y nos acercamos al escritorio de la profesora, nuevamente.

—Sus compañeros no quieren hacer la escena del beso entre la protagonista y su enamorado.

Mi corazón comenzó a latir rápido y Cailin se puso rígida.

—¿No tendrían problema en cambiar su escena por la de ellos? —dijo la profesora. —Sé que es vergonzoso.

Estaba por decir que lo pensaría pero Cailin fue más rápida.

—No hay problema profesora.

No me dio tiempo a pensar alguna respuesta. Pensé que se negaría a besarme, pero fue lo contrario. Y no podía decir que me molestaba hacerlo.

—¿No tienes problema? —pregunté.

—Doug, es teatro. —dijo. —Si quieres ser actor, debes besar a varias mujeres.

—No quiero ser actor. —mentí.

< ¡Wow, Dave! Tus lecciones servían de algo.>

Cailin blanqueó sus ojos y se volteó. Volteé con ella y noté que Alisson nos miraba.

—Espero que a tu nueva novia no le importe. —dijo y se cruzó de brazos.

Miré a Thomas.

—Espero que tú novio no se enoje. —comenté.

—No lo hará. —dijo. —No es celoso y, mucho menos, manipulador.

—Genial, entonces. —contesté.

—Genial. —repitió.

El silencio invadió nuestro entorno.

—¿Cuándo podemos practicar? —Cailin preguntó y luego, aclaró su garganta.

—E-esta n-noche. —tartamudeé y rasqué mi nuca. —No tengo problema si vienes a mi casa y me cocinas.

Cailin sonrió.

—No hay problema. Nos vemos esta noche, entonces.

Asentí y noté que alguien nos observaba. Al girarme me encontré con la mirada de Alisson y Thomas clavada en mí.

<Esto no pintaba para nada bien. ¿En qué me metiste, Cailin Simon?>

No presté atención a sus miradas y seguí escuchando a Cailin, mientras leía nuestro guión. Era demasiado cursi, pero lo podía hacer. Lo haría y nada me detendría. Ni siquiera la mirada amenazante del novio de Cailin, podría. Miré a Alisson y me dí cuenta de que ella, era mi novia oficial. Le había propuesto ser mi pareja, sin pensarlo dos veces. Pensé unos minutos mientras miraba a Alisson y la veía sonreír junto a sus amigos. Luego, miré a Cailin y mi mente se llenó de recuerdos de nuestra infancia. Por un momento, deseé que fuesemos mejores amigos, como solíamos serlo. O quizás, un poco más cercanos a eso. 

<¿Qué estás hablando, Doug? Alisson es tu novia.>

Sacudí mi cabeza y seguí con la mirada las líneas de diálogo, mientras Cailin, las leía tranquilamente. No pude evitar dirigir mi vista a los labios que besarían los míos, en menos de una semana.

****

Holaaa! Perdón por no actualizar antes. He estado un poco ocupada.

Les dejo el trailer de la película ¨Orgullo y Prejuicio¨, en multimedia. Si tienen la oportunidad de leer ese libro, no dejen de hacerlo. Es hermoso.

Un beso. Agustina :)






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