Me encontraba con Sarah sentados en una mesa del restaurante mexicano donde mi madre había comenzado a trabajar recientemente.
Sarah atacaba su burrito mientras miraba a la nada, yo sólo miraba de vez en cuando a mi madre.
-¿Donde están Nathan y Kylie?- pregunta Sarah.
-No se, se supone que ya deberían estar aquí.- bufo.
Mi madre acerca a mi y sonríe.
-¿Por qué esas caras?- nos regaña amistosamente.
-No llegan los mellizos idiotas.- respondo, recibo un zape por su parte -Pero tu estas muy feliz, por lo que veo.
-Bueno... Hoy voy a conocer a los socios del jefe, quieren ponerme de administradora o algo así. -se emociona.
-Eso es genial, señora Stone.- sonrie Sarah.
Mi madre mira nerviosa la hora en su celular -Ya deberían estar aquí...
Y casi por obra del destino las puertas del establecimiento se abren y entran dos hombres vestidos formalmente. Pero la expresión de mi madre cambia de emoción a terror.
-¡Por fin llegaron!- se oye la voz de David, el pariente de mis amigos -¡Santiago, Luke, les quiero presentar a la próxima administradora de nuestro restaurante!
Pero mi madre esta congelada. Y la expresión del tal Santiago es de conmoción.
-Hola Carla...- la saluda sonriente, como si ya la conociera.
-¿Esto es una maldita broma?- se queja mi madre.
-¿Quien es él?- pregunto agarrando a mi madre de la muñeca, ella me mira en pánico, su labio le tiembla.
-Un momento... ¿Eres Samuel?- me pregunta Santiago, vuelvo la mirada hacia él con hostilidad.
-Cállate.- lo detiene mi madre. David parece tan impactado como Sarah. -Eres ahora socio mio, no quiero que involucres a mi hijo.
-¡Que no me involucre!- se escandaliza -¡Es mi sobrino, por el amor de Dios!
¿Sobrino?
-¿Q-Qué?- balbuceo sin creérmelo. Mi madre es hija única, entonces... No puede ser.
-No quiero que Sam este involucrado con nada que tenga que ver con ese hombre.- le avisa mi madre -Te prohibo que le digas sobre él o sobre mi.
-Demonios, Carla.- gruñe -Andrés tiene derecho de conocer a su hijo.
Andres, mi padre. El que me abandono.
-¡No lo tiene!- ruge mi madre, histérica. David la agarra del hombro.
-Están haciendo un escándalo, les pido que discutan esto afuera.- pide amablemente. Mi madre suspira.
-No hay nada que discutir. Quiero a Andrés lejos de la vida de mi hijo y la mia, Santiago. Desde ahora eres sólo mi socio.- declara.
Santiago abre la boca para protestar pero la cierra al ver la mirada asesina de David, después de todo, al restaurante le estaba yendo de maravilla y no quedaba muy bien la imagen con un escándalo.
Sus ojos verdes se encuentran con los míos.
-¿Puedo hablar contigo un momento?- pregunta timidamente. Esto era algo muy extraño para mi, prácticamente durante toda mi vida había estado sin noticia alguna de mi padre y ahora, de un momento a otro, tenia mi tío en frente mío.
La puerta vuelve a abrirse y veo entrar a los mellizos.
-Después.- respondo simplemente.
Santiago asiente y me sonríe pero yo no puedo devolverle el gesto, estoy en shock.
Pido a mis amigos salir de ahí. Mi madre se encargaría de Santiago, por ahora sólo quería distraer mi mente.
Mi padre, se llama Andrés...
Mientras mis amigos hablan entre ellos yo sólo permanezco en silencio. Sarah seguramente les estaba contando lo que acababa de pasar.
Siento unos ojos en mi. Levanto la cabeza y me encuentro con Jade, la recepcionista nueva, entre ellos. ¿Había estado ahí desde el principio? No me di cuenta...
Una sonrisa se asoma por sus labios. Es muy linda.
El sonido de mi celular me despierta de mis pensamientos.
-¿Hola?- contesto.
-Hola, Sam.- es Alexis. -Tengo ganas de verte, ¿crees que podamos salir hoy en la noche?
-No se, Alex... No me siento bien.- miento. No estaba en condiciones de salir con ella.
-Oh, esta bien...- parece despreocupada pero algo en su tono no lo es -Te quiero, adios.
Me apresuro a despedirme y colgar. Suspiro y apenas me doy cuenta que Kylie se lanza en mis brazos.
-Oh, cariño...- suspira en mis brazos, Nathan me abraza también por la espalda. Ellos sabían más que nadie la historia y mis pensamientos hacia mi desconocido, hasta hace unas horas, padre.
.
-No se qué pensar...- suspiro, sosteniendo mi cabeza entre mis manos -No se si quiero conocerlo, no se si quiero respuestas...
-No merece que le des una oportunidad.- responde Jack, con una mano en mi hombro. Había planeado quedarme la tarde leyendo en mi cuarto, pero Jack apareció por el encargo, se lo entregue intentando parecer tranquilo, pero de inmediato supo que algo no iba bien. Y termine por contarle todo.
-Ya se... Pero siento curiosidad del porque me dejo... Aun así, ese hombre nunca será mi padre.- levanto la cabeza e intento sonreír.
-Si sientes que no puedes quedarte con la duda, habla con tu tío. Quien sabe, hasta quizás él no quiera conocerte.- propone.
-Entonces todo sería mas simple... Pero en la mayoría de casos siempre se conocen ¿sabes?- suspiro -Nunca pensé en esa posibilidad.
-Las sorpresas de la vida... Pero aún si decidas conocerlo o no, ten en cuenta dos cosas : primero, es la persona que te trajo al mundo. Y segundo, es la persona que te abandono.- me advierte, asiento.
-Solo preguntaré por las razones de su abandono y ya, no quiero tener relación con él.
-Creo que es lo mejor.- él sonríe, intento también hacerlo pero me tiemblan los labios -Todo saldrá bien.-me asegura -Y si quieres que asesine a alguien, solo dime.- suelto una risa al igual que él.
-Gracias.- suelto sinceramente. Me acerco a él y lo beso con ternura, lenta y suavemente.
Pero nada podía disminuir mis nervios. Sabía que Santiago insistiría en hablar conmigo, y debía prepararme para lo que viniera.
Jack posa su mano en mi mejilla, su tacto es frío. Muerdo suavemente su labio y él sonríe en medio del beso.
Es entonces cuando un estruendo hace que nos separemos de golpe.
Mi ventana está hecha trizas, algunos fragmentos están en el suelo junto a una roca. Me asomo por el agujero que ha dejado y veo una sombra alejándose de mi casa.
Desde aquí puedo oír sus chillidos y maldiciones.
-¿Qué demonios...?- susurro asustado. ¿Quien demonios era esa persona? ¿Por qué hizo eso?
Un gruñido se escucha por parte de Jack. Me vuelvo hacia él, tiene una mueca de enojo y por primera vez en un tiempo, siento un poco de miedo por su aspecto.
-Lo mataré. -sentencia. Me da un beso en la frente y abre la ventana para salir, seguramente a buscar al autor del desastre.
Veo como desaparece entre las sombras de la noche al igual que la otra persona. ¿Una broma? No... Suelen hacerse en grupos y no saldrían llorando... ¿Un acosador? Aparte de Jack, lo dudo.
¿Entonces quien era?