Amor en manos enemigas.

By SandyLee

686K 37K 1.4K

Imagínate que odias a un chico de tus años de colegio. Después, imagínate que ambos toman caminos separados. ... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Covers de Regalo
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Agradecimientos
Epilogo I

Capitulo 15

17.4K 926 23
By SandyLee


—No estás tan mal. —Opinó Dave al ver el rostro de Tom, mientras desayunaban esa mañana de lunes, cerca de los tribunales.

—Cállate, Dave.

—Lo digo en serio, el último golpe te lanzó se vio muy maricón, pero ya veo que tuvo sus efectos.

—Búrlate. No me hagas recordar aquella vez que te dejaron el ojo cerrado como por dos semanas. ¿Quién fue el afortunado? ¿Cory Whitman?

Dave soltó una carcajada, mientras dejaba su taza de café a un lado.

—Éramos unos críos cuando sucedió eso.

—¿Me estás diciendo quejica?

—¿Quejica? ¡Suertudo diría yo! Los golpes son lo de menos, ahora eres una especie de víctima para los Schwartz.

—¿Pasé de victimario a victima? ¡Qué ironía!

—No eres el único, yo también tengo ahora la imagen de santo. He pasado de ser el testigo hostil al mensajero de la paz.

Tom soltó una carcajada. Dave lo secundó, la única diferencia es que para cuando el moreno terminó de reírse, Tom seguía carcajeándose.

— Muy bien —se aclaró la garganta—, ya entiendo, Erin te ha recomendado a alguien de imagen pública, extiéndele mis felicitaciones.

—Erin es grandiosa. Hablando de ella, no creas que te invité a desayunar para mimarte por tus golpecitos del fin de semana, quería que fueras el primero en saber que pienso casarme con ella.

La expresión del rubio se tornó seria de inmediato.

—¿Cuándo?

—No lo sé, primero tengo que pedírselo. —Contestó Dave.

—No me refiero a cuando se lo pedirás, sino a, ¿cuándo te diste cuenta de que era la correcta?

Dave sonrío un poco y bajó la cabeza un momento.

—Creo que lo supe desde el primer momento. Nunca trató de cambiarme, supongo que pensaba que era caso perdido, pero el hecho de que me aceptara tal y como soy, es lo que más valoro.

—En ese caso... Felicidades Dave, de verdad me alegro mucho por ti.

—Gracias. Después del trabajo iré a buscar un anillo —Dave se levantó de la mesa—. Tú serás el padrino, así que prepárate.

—De haber sabido te habría invitado a otra parte que ameritara el peso de la noticia. Llámame cuando te desocupes, quizás pueda ayudarte con lo del anillo.

—Está bien. Apuesto a que te quedarás un par de minutos más para asimilar la noticia. Te veo luego, viejo.

Efectivamente, Tom apenas procesaba lo dicho por su amigo. Vaya que las cosas estaban cambiando.

  ≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪  


—No te creo —dijo Deena completamente alarmada mirando a Erin—. ¡No te creo! —Repitió esta vez mirando a Celine.

Era lunes por la tarde, y lo sucedido el fin de semana ameritaba reunión de emergencia.

—Pues créelo —Erin hizo a un lado su panque de moras e hizo una mueca—. De no ser porque te fuiste de fin de semana con Elliot lo habrías visto con tus propios ojos.

—¿Y cómo está Tom?

—Después de que se le bajó la hinchazón, le quedó levemente morado el pómulo.

—Casi ni se le nota —opinó la pelirroja—. Pero aún cuando le hubiesen dejado el ojo morado, le valió muchos puntos. Aidan me dijo que desayunó con ustedes, en lo de Tom. —Erin la miró con una ceja enarcada.

—Es que, de hecho, me quedé a dormir en lo de Tom. —Admitió Celine con una sonrisa.

—¡¿Ya lo hicieron!? —Soltó Deena emocionada. Erin le dio un codazo mientras que Celine soltaba una carcajada.

—Da gracias que el lugar está vacío y no, no lo hicimos.

—No te creo. —Dijeron Deena y Erin al unísono.

—Ya sé que en sus mentes sucias y pervertidas no hay posibilidad, pero es la verdad. ¿Además, que bonito recuerdo sería tener nuestra primera vez después de una pelea como esa?

—En eso tienes razón —concedió Erin—. Y bueno, ¿Cuándo planeas que sea la noche?

—Tienes que comprar algo sexy —Intervino Deena—. Además... Tom se lo merece.

—Podemos ir más tarde —propuso Erin—, quizás yo también necesite algo para animar a Dave. —Hizo un guiño.

—No puedo creer que esto, esté pasando —declaró con una sonrisa—. Ni en un millón de años hubiese imaginado esto.

—Lo mismo digo, quizás solo teníamos que conocer a los chicos malos. 

—Oficialmente han pasado al lado oscuro. —Declaró Deena.

Erin y Celine, rompieron en risas.

  ≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪  


A mitad de semana, todo parecía marchar sobre ruedas. El golpe de Tom cada día se notaba menos. Erin y Aidan se quedarían hasta el domingo en casa de sus padres. Y en casa, tenía guardado un conjunto color negro de encaje, por si la noche sucedía. En esos casos era mejor estar preparada.

Ese conjunto era lo único sexy que había en su cajón de ropa interior, normalmente prefería lo cómodo y básico, pero quizás seguiría el consejo de Erin y comenzaría a comprar más prendas provocativas.

Suponía que la etapa romántica con Tom, la cual incluía besos, manos entrelazadas y abrazos; estaba llegando a la parte final. Ahora había que pasar a la etapa de sábanas tibias por la mañana y desayunos en la cama.

Hubiese querido seguir en sus ensoñaciones perfectas de no ser porque escuchó como tocaban el timbre. Bajó de prisa, pensando en que quizás se trataba de Tom, pero al abrir la puerta se encontró con una pálida Erin.

—¿Te encuentras bien?

—Sí, sí.

La pelirroja entró a la casa y se dejó caer en uno de los sofás de la castaña.

—¿Quieres café? Puedo preparar un poco.

—La verdad, me apetece más un té de manzanilla.

Celine la miró extrañada. Erin no era para nada de tés. Sin embargo, no rebatió mucho y fue directo a la cocina. Puso agua a hervir y sacó dos tazas. En una puso un par de bolsitas de manzanilla y en la otra café soluble con edulcorante.

Echó un vistazo desde la cocina. Erin se frotaba las manos nerviosamente. Algo estaba pasando. Cuando el agua estuvo lista, llevó las tazas hacia la sala, y tomó asiento frente a su amiga.

—Aidan, Tom y Dave; ahora son el trío inseparable, ¿no?

La pelirroja parecía más compuesta.

—Eso escuché.

—Incluso les tomé una foto esta mañana por si las cosas no salían bien más tarde en el golf.

Celine contempló la imagen en el celular de su amiga, en la cual estaba Tom al lado de Aidan, y Dave parecía tan despreocupado como siempre.

—Sólo espero que no hayan terminado con los palos de golf adheridos a la cabeza.

—Un par de golpes es lo que necesitan, par de bravucones. —Comentó en tono de burla.

—¿Qué tal ha estado tu día?

—¿Qué tal ha estado el tuyo?

—¿Por qué me contestas con otra pregunta? —Inquirió Celine con una ceja enarcada.

—Tú estás trabajando, yo estoy de vacaciones. Es más probable que tú tengas algo más interesante que contarme que yo.

—Algo te pasa, Erin -aseguró la castaña—. Estás muy rara.

—Muy bien, como no te quieres poner parlanchina...

—Venga, dime qué pasa.

La pelirroja tomó aire un momento.

—¿Recuerdas aquella vez que te comenté de la fundación del papá de Tom? —La castaña asintió levemente— Entonces, recuerdas que te dije que me había enterado por una amiga, ¿verdad?

—Sí, sí. Delia, creo.

—Esa misma. Bueno, hoy me enteré de que salía con Tom.

El estomago de Celine se encogió súbitamente.

—Dijiste que ella era encargada de relaciones públicas —habló Celine con un hilo de voz. Erin asintió—. Nunca la he visto ahí, de hecho no hay una oficina de relaciones públicas como tal, en la fundación.

La mente de la castaña hacía un recorrido mental de todas y cada una de las chicas que trabajaban ahí, pero no recordaba a ninguna que se llamara Delia.

—Es que ella trabaja en una oficina aparte. Ellen Lynch le ofreció el empleo.

Entonces era costumbre de la familia, eso de andar ofreciendo trabajo en la fundación. Ahora sí que se sentía especial.

—Bueno... pues no sé qué decirte.

¿Acaso esa era la razón por la que Ellen Lynch la visitó en su primer día de trabajo? Quizás Delia era la candidata perfecta.

—¿De dónde la conoces exactamente?

—De la universidad. Tú también debes de acordarte de ella.

—No estarás hablando de la Delia que ayudaba en la biblioteca, ¿cierto?

—Si, esa misma.

Celine maldijo mentalmente.

—¿Y cómo te enteraste?

—Quedamos de vernos hoy en un restaurante del centro. Le enseñé un par de fotos de la fiesta, y entre ellas salió la que te acabó de enseñar. Me preguntó que si frecuentaba a Tom, y le dije que salía con una amiga. Entonces ya me contó que salieron un tiempo y las cosas iban en serio.

La castaña optó por llevarse la taza de café a la boca, pero apenas si probó un poco.

—La razón por la que te dije esto... Vale, es que no me gustó el tono ni la actitud en ella después de saber que salía contigo. No sé, me pareció como si planeara algo.

—A veces eres muy intuitiva. Quizás tengas razón en ponerme al tanto.

—Pero aquí es donde debes de confiar en Tom —acotó Erin—, si él de verdad te quiere, tu siempre serás su prioridad y no dejará que nadie los separe por ningún motivo.

—Erin, bien sabes que confiar, es lo que me ha llevado al fracaso cientos de veces. Y no lo digo solo por Greg, sino en general. En aspectos laborales y con algunas amistades he metido la pata confiar ciegamente.

—Lo quieres, ¿no es así? ¡Entonces lucha por él!

A pesar de la expresión vivaz de su amiga, el ánimo de Celine estaba por los suelos. Vio a su amiga llevarse el té a la boca, y hacer una expresión rara al degustarlo.

—¿Quieres más azúcar?

—No, así está bien. Creo que me cayó mal la comida.

—Desde el lunes te notó rara, los panques de mora son tus favoritos y apenas si le diste una mordida.

Erin la miró asustada.

—Tienes razón. —Contestó poniendo gesto de querer vomitar, Erin se levantó y fue corriendo hasta el baño.

Una vez ahí, frente al inodoro, comenzó a devolver el estomago. Solicita, Celine le sujetó el cabello, y una vez que terminó, le pasó una toalla para limpiarse la boca.

Cuando Erin levantó el rostro, estaba roja y con los ojos llorosos.

—¿Desde cuándo te sientes así? —Preguntó Celine ayudándola a ponerse de pie.

—El domingo me levanté con ganas de vomitar —le jaló a la palanca del inodoro y cerró la tapa-, pero yo se lo adjudicaba a tanto comer en la fiesta —Respondió con voz ronca—.Tomó asiento en el inodoro, mientras se acomodaba el cabello.

—¿No estarás embarazada?

Erin levantó la cabeza de golpe.

—No creo... la verdad. No estoy segura.

—¿Quieres salir de dudas? Por aquí debo de tener una prueba de embarazo guardada.

La castaña comenzó a rebuscar en su botiquín, mientras Erin carraspeaba un poco.

—Te lo dije —dijo sacando una cajita de color rosa y azul—. La tenía guardada desde antes de que Greg y yo nos separáramos.  Tuve un retraso y por eso la compré, pero esa misma noche me vino el período así que aquí la tienes, lista para usarse.

Erin tomó la cajita y la miró con recelo.

—Anda, háztela —la animó la castaña—. Es mejor que salgas de dudas.

—Aquí dice que te da resultados en cinco minutos.

—Te sugiero que comiences ahora mismo. —Dicho esto la castaña salió del cuarto de baño, cerrando la puerta tras ella.

Bajó hasta la sala, y recogió las tazas. Las llevó directamente al lavabo. Ella también estaba nerviosa, pero estaría muy contenta, si el resultado era positivo. Celine tenía tantas ganas de ser mamá, de formar una familia. En hora buena si eso le sucedía  a su amiga.

Impaciente se paseó por la cocina, después fue directamente a la sala y acomodó un par de libros. Vaya que cinco minutos podían ser eternos si se lo proponían. Despacio, subió hasta su habitación y encontró la puerta abierta con Erin mirando la prueba con los ojos muy abiertos.

—¿Ya estás lista?

—No entiendo esto de las dos casillas.

Celine tomó la caja y leyó las instrucciones en voz alta.

Lectura del resultado: Verá ascender rápidamente un color rosa a través de las dos ventanas. Esto indica que la prueba está funcionando correctamente.

—Sí, eso está bien. -Concedió Erin.

El procedimiento completo de la prueba tarda 4 minutos. Después de este tiempo, usted puede leer el resultado —continuó Celine leyendo—. No embarazada: Usted no está embarazada si después de 4 minutos sólo queda un punto de color rosa en la ventana pequeña. Embarazada: Usted sí está embarazada si después de 4 minutos se muestra un punto de color rosa en las dos ventanas. Incluso en caso de que el color de uno de los puntos sea muy leve, significa que usted está embarazada.

—Estoy embarazada. —Dijo Erin con un hilo de voz.

—Trae acá. —La castaña le quitó la prueba de las manos.

Efectivamente, en ambas casillas, estaba dos intensos puntos de color rosa. Volteó a ver a su amiga, y casi pudo llorar al ver la expresión de pánico que tenía en el rostro.

—Si Erin, estás embarazada.

Continue Reading

You'll Also Like

86.3K 5.1K 41
Emma Brown es una joven pintora y estudiante de Bellas Artes. Su vida está llena de colores, pinceles y lienzos, y su mundo gira en torno a la creaci...
57.1K 5.3K 39
"Nessy siempre recordó aquellos hipnóticos ojos grises que la cautivaron en una noche pasada. Ocho años después, el destino conspira para reunirla nu...
2.8K 194 19
Esta historia va tratar de tiago y mia esta orientada en chiquititas 99 y va a ser mas larga Va a hacer tipo un enimes to lover No se van a enamora...
273K 21.8K 31
Harry y Louis han sido amigos desde pequeños. La familia de ambos saben que son destinados. Pero Harry siempre sale con muchas omegas. Louis siempre...