NARRA RAYITA
Después de tomarme una pequeña siesta escuche la puerta de mi habitación abrirse, seguramente es mi mama que llegó del trabajo.
- Hija levántate para cenar después si quieres vuelves a dormir-dijo dulcemente como siempre lo hace.
- Ya voy- respondí con voz ronca.
Me levante de la cama quejándome pero igual lo hice, fui al baño y me lave la cara para que se me pase un poco el sueño al menos por un rato. Salí de mi cuarto y fui directo al comedor donde ya estaba la mesa preparada, yo no tengo hermanos soy hija única y mi papá él...nos abandonó por no sé que...ya no me importa.
Cenamos los fideos en silencio hasta que mi mamá rompió el silencio.
- Me llamaron de la escuela en el trabajo y me dijeron algo- me miró seria pero no me deje llevar.
- Ah y que dijeron- dije un poco nerviosa admito.
- No puedes explicar porque llevas moretones y lastimaduras en tu cara? Que paso hoy- dijo duramente pero no la quería preocupar por una tonteria.
- Nada mamá- me limite a responder.
- Pues eso no es lo que dijeron, estuviste en una pelea y según ellos dijiste que ella te "provoco", se cómo eres y algo en esa historia falta- y como siempre tenia razón pero no voy a dejar que gane.
- Como sabes "como soy" si siempre estás trabajando- retándola con mi mirada-
- Porque eres mi hija y me preocupas, tal vez trabaje mucho pero es por tu bien, por las cosas que tienes ahora- alzó la voz pero no estaba gritando.
- No voy a cambiar y... sabes que... olvidemos esta conversación-dije finalmente.
Me fui del comedor enojada de que finja que está preocupada. Cómo se va a preocupar si siempre está trabajando y sé que sin ese trabajo no viviríamos pero solo pido que me preste más atención, solo pido eso.
Estaba en mi habitación escuchando música por los auriculares cuando me quede dormida y fui a otro mundo donde se puede soñar lo que quieres, donde pasa lo que no pasa, donde puedes olvidarte por un minuto los problemas en la tierra.