I hate you, don't leave me

De Katsul_17

110K 7.3K 542

Katie es una joven cantante que tiene que mudarse lejos de su familia, de sus amigas y de su vida temporalmen... Mais

1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29
30.
31.
32. - Final.
Epílogo.

15.

3.1K 209 11
De Katsul_17

Hoy ya era la última noche que pasaríamos aquí, en Nueva York, porque mañana a las doce del mediodía saldría nuestro vuelo de vuelta a casa.

Estaba terminando de vestirme, pues Mike me había dicho que saldríamos pero no me dijo a dónde, pero aún así me puse lo sencillo de siempre; un vaquero, una camiseta, la sudadera, dos abrigos, mi gorro de lana y mis botas.

Sí, eso era "lo sencillo" para estar por aquí con este frío.

Cuando estuve preparada, salí al salón de nuevo guardando todas mis cosas en la pequeña mochila y colgándomela a un hombro.

Los chicos estaban allí, en pijama, sentados en los sofás menos Néstor y la puerta de la entrada estaba abierta de par en par, así que alterné la mirada entre ellos y la puerta.

–Espero que lo disfrutes y te diviertas. –Dijo Josh con diversión guiñándome un ojo.

Mike se levantó, besó mi frente y, agarrando mis hombros, me sacó fuera del apartamento, cerrando cuando estuve en la calle.

Me dejó con una gran expresión confusa y los brazos abiertos pidiendo una explcación que no tardó en llegar en forma de Néstor.

–¿Preparada? –Me preguntó y asentí lentamente.

Le seguí hasta llegar al coche, abrió la puerta del copiloto para mí y entré desconfiada, mirando a la ventana del apartamento para ver a los chicos mirándonos de vuelta.

–¡No la mates! –Exclamó Ian desde su posición.

–¡No prometo nada! –Le respondió Néstor divertido subiéndose al lado del conductor.

–¿Qué está pasando? –Pregunté colocando la mochila entre mis piernas y poniéndome el cinturón de seguridad haciendo que él me imitara.

–Estos días hemos hecho muchas cosas juntos e incluso has hecho cosas en solitario con los chicos, pero conmigo no porque quería esperar a hoy. –Dijo poniendo rumbo a no sabía dónde.

–Oh, ¿eso quiere decir que vamos a hacer algo juntos y solos? –Asintió.

–Eso mismo, y vamos a hacer algo que espero te guste, al menos un poco. –Me miró con una fugaz mirada para volver a la carretera.

–Seguro que sí. Todo me ha gustado hasta ahora y eso me hace pensar en lo bien que todos me conocen. –Rodé los ojos.

–Normal que te conozcamos tan bien después de tanto tiempo. –Asentí mirando por la ventana.

–Irónicamente, el que mejor y el que más me conoce eres tú. –Suspiró.

–Dormimos juntos. –Recordó como si fuera algo que yo pudiera olvidar.

–Lo sé. –Le miré. –Es tan extraño que llevemos tres años compartiendo la cama y no haya pasado nada sexual entre nosotros. –Rió.

–Porque no nos llevamos bien, recuérdalo. –Reímos. –Y porque te respeto. Yo no soy como Josh. –Bromeó.

–¡Por supuesto que no lo eres! –Exclamé riendo. –Creo que solo con mirarme, me desnuda. –Bromeé yo.

–Solo con estar al lado de una mujer, la deja embarazada ocho veces. –Reí fuerte dando palmadas y él siguió riendo un poco.

–¿McDonald's? –Pregunté viendo que entrábamos el establecimiento por la parte de los coches.

–Necesitaremos cenar algo y sé que te encanta el McDonald's. –Sonreí.

Subí los pies al salpicadero del coche mientras él hacía nuestro pedido. No me hizo falta decirle lo que iba a pedir yo porque ya lo sabía, así que solo tenía que esperar.

Recogimos el pedido, que fue bastante grande, muchas hamburguesas, bebidas, nuggets e incluso helado, y me hizo pensar a dónde iríamos para necesitar tanta comida.

Íbamos ambos en silencio y me preguntaba en qué pensaba ahora que lo estaba mirando detenidamente con mi cabeza apoyada en el espaldar viendo su perfil y las piernas aún en el salpicadero.

Él rió dándose cuenta de mi penetrante mirada devolviéndome una rápida, que me hizo sonreír a mí, y subió la radio para que hubiera algo de sonido ambiente.

–Hace poco nos hemos enterado de una expectante noticia que nos gustaría compartir con todos ustedes, oyentes. –Habló uno de los locutores y yo miré la radio como si pudiera ver al señor hablando.

–Hace unos días, nos llegaron varios rumores que una de las bandas de moda más existosas entre adolescentes y jóvenes de los últimos 5 años se ha estado preparando para grabar un nuevo CD y probablemente algún que otro videoclip. –Dijo el otro locutor.

–Así es, el mánager y padre de los chicos de la banda Force, Jayden Woods, ha sido visto en las oficinas de la discográfica y con algunos de los productores. –Suspiré mirando de nuevo a la ventana.

–Seguro que todas, y todos, los fans estarán impacientes de que su banda favorita al fin vaya a volver a los escenarios y eso no es todo, porque también nos hemos enterado de que... –Rodé los ojos cambiando de emisora hasta encontrar una en la que estuviera sonando música.

–¿No te gusta que hablen de tu banda en la radio? –Dijo Néstor y observé cómo giraba el volante hacia la izquierda.

Mordí mi labio. Mierda, se veía tan sexy conduciendo despreocupado y este asiento de copiloto se veía tan bien para mí si él era quien iba en el otro llevándome a donde quisiera.

–¿Me estás escuchando? –Me miró cuando íbamos por una recta sin más coches ni frente ni detrás de nosotros.

–No. –Me sinceré y rió.

–Siempre tan sincera. –Murmuró de nuevo mirando hacia delante y reí. –Decía que si no te gusta que hablen de tu banda en la radio.–Me encogí de hombros.

–¿Sabes? Mis hermanos y yo, cuando empezamos hace seis años subiendo vídeos a YouTube, no buscábamos esto. –Aparcó el coche y me miró.

–Hemos llegado, pero sigue hablando. –Asentí.

–Solo es eso. Mi padre trabajaba en una empresa de jóvenes talentos y siempre nos decía de presentarnos a algún casting, pero no queríamos porque no queríamos fama, ni dinero o algo así, solo cantar, componer, escribir sobre nuestras propias experiencias y nada más. Desahogarnos cantando, expresando lo que sentíamos y sentimos. –Suspiré.

–¿Y cómo consiguieron saltar a la fama? –Preguntó desabrochando el cinturón de seguridad e hice lo mismo.

–Un amigo de mi padre que trabajaba en la misma empresa fue a casa mientras nosotros ensayábamos en el jardín de atrás. Nos escuchó y dijo que nos pasáramos por su oficina, que no iba a aceptar un "no" por respuesta, así que tuvimos que ir. Nos dieron una canción para un concurso, nos organizamos cómo íbamos a cantar, quién cantaría qué partes, lo hicimos y ganamos. –Él sonrió.

–Personalmente, me gusta mucho. Me declararé fan de ustedes. –Bromeó y golpeé su hombro.

Me hizo una seña y bajamos del coche pero, antes de poder mirar algo, Néstor ya estaba a mi lado tapándome los ojos con una mano desde atrás y la otra en mi cadera.

–Tienes que confiar en mí. –Susurró en mi oído.

–Será difícil, pero lo haré. –Bromeé y reímos.

Me fue guiando diciéndome si había escalones, piedras, los pasos que tenía que dar y me giraba de un lado para el otro, aunque creía que eso lo hacía simplemente para jugar conmigo.

Me quitó la mano de los ojos y, lentamente, los fui abriendo llevándome una mano a la boca de la impresión.

Alterné la mirada entre él y las preciosas vistas de todo Nueva York nevado y el atardecer de fondo desde el mirador al que me había traído y luego reprimí un sollozo.

–¿No te gusta? –Preguntó a mi lado pasando un brazo por mi cintura.

–Dios mío, Néstor, es precioso. –Me apoyé en la barandilla con las manos mirando todo.

–No ha hecho nada más que empezar. –Le miré.

Como él mismo había dicho, solo había empezado. Abrimos el maletero del coche y nos sentamos ahí a cenar mientras las vistas de toda la ciudad nos acompañaban de fondo junto al cielo oscureciéndose.

Hablamos de todo lo que se nos ocurría, nos reímos tanto que me dolía el estómago y ya, por último, solo podía reír dando palmadas por la falta de aire haciendo que a veces hiciera un ruido de cerdo al inhalar oxígeno.

Nos sacamos miles de fotos en miles de posiciones que subimos a las redes sociales, no queriendo olvidar este momento por nada, aunque sabía que jamás en mi vida podría llegar a olvidar algo como lo que estaba viviendo ahora con Néstor.

Sin olvidarme de sacar fotos a todas las vistas hasta que, a eso de las 9, él me abrazó desde atrás mientras yo me apoyaba de la barandilla, viendo cómo las luces de las calles se iban encendiendo hasta que todo estaba completamente iluminado.

–Joder, es todo tan bonito. –Murmuré.

–Quería que tu última noche en Nueva York fuera especial, pequeña. –Susurró poniéndose a mi lado.

–Lo es. La noche no podría ser más perfecta, de verdad. Las vistas –señalé lo mencionado–, McDonald's, –señalé el coche y él rió–, tú, –le señalé–, todo. –Abrí los brazos señalando todo.

Suspiré acariciando la barandilla mirando la ciudad de Nueva York y una lágrima cayó de mi ojo, pero era una lágrima de felicidad, de emoción.

–Eh, tranquila. –Sonrió, tiró de mí y me abrazó.

Abracé su cuello poniéndome de puntillas, apretándolo contra mí hasta que lo podía sentir completamente pegado a pesar de todas las capas de abrigo que nos rodeaban a ambos.

Él, sin quedarse atrás, me abrazó suavemente de la cintura acariciando mi espalda de arriba a abajo y suspiró en mi cuello, haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

–Es nuestro momento. –Me dijo, haciendo que recordara el momento de hacía unos días.

–Es nuestro momento. –Me separé para verlo y nuestras narices se rozaron. –Tienes la nariz fría. –Él rió.

–A lo mejor es la tuya la que está fría. –Bromeó.

–¿Cómo se te ocurrió este sitio? –Le susurré debido a la cercanía.

–Cuando acabamos de hacer los muñecos de nieve el primer día aquí, te subiste a mi espalda y me susurraste que te llevara a donde yo quisiera, así que eso he hecho. –Recordó también en un susurro y yo sonreí porque se acordara de aquello.

Nos quedamos así, congelados en nuestro momento mientras nos mirábamos a los ojos, tan cerca que nuestras respiraciones, que eran vaho por culpa del frío, eran una.

Mis manos en su cuello le dieron un leve e inconsciente impulso, haciendo que se acercara un poco más hasta que nuestros labios estaban a, literalmente, un milímetro de distancia.

No quería perderme su expresión así que aún no había cerrado los ojos y él parecía que había pensado lo mismo, lo que nos llevó a ambos a reír como si estuviéramos leyendo la mente del otro.

Ninguno hacía ningún movimiento, solo estábamos ahí mirándonos a los ojos, a un literal milímetro de besarnos, abrazados y entrando en calor de la cercanía.

Mordí mi labio cuando mi mirada bajó a los suyos un milésima de segundo, la suficiente para que él se diera cuenta y riera haciéndome ruborizar.

Mi teléfono móvil sonó y ninguno tenía intención de separarse, así que no lo hicimos, dejando la melodía de llamada volverse loca, pero no paró de sonar hasta que, fastidiada, me separé y atendí.

–¿Sí? –Descolgué.

–Hay algo que tengo que hablar contigo muy urgente. –Dijo Mike molesto al otro lado.

–Cuando lleguemos al apartamento me dices, Mike, ahora no puedo. –Colgué.

Muchos mensajes me llegaron y opté por ignorarlos, así que miré a Néstor, quien su móvil también se volvía loco. Ambos nos miramos, pusimos nuestros teléfonos en silencio y sonreímos con complicidad.

Dejando ambos teléfonos en el coche, le miré divertida, corrí hacia él haciendo que me levantara en brazos y le tiré al suelo nevado abrazándolo.

No quería que esta noche se acabara nunca.

-----

¡Hola!

Parece que ya empieza algo drama. ¿Qué quería decir el locutor pero Katie cambió de emisora? ¿Y Mike?

Ya van dos veces que nuestra pareja casi se besa y son interrumpidos... Maldito Michael.

Dicen que a la tercera va la vencida, a ver si en esta historia es cierto, porque todavía queda bastante por pasar...

¡Nos vemos!

Kat.


Continue lendo

Você também vai gostar

2.5K 87 39
poemas para todos aquellos locos amantes de las hermosas ciencias medicas. DIGA NO AL PLAGIO.
261K 20.9K 47
- No siento dolor - Dijo dando un golpe certero en el espejo que estaba colgado en la pared, provocando que se hiciera trizas - No tengo familia - T...
62.7K 7.5K 24
El quería viajar, conocer el mundo, buscaba algo que lo hiciera sentir vivo. Mientras que ella estaba cómoda con su modesto pero tranquilo modo de vi...
14.8K 1.5K 25
No somos vampiros normales, no nacimos, fuimos creados. Tenemos habilidades que nos hacen especiales, el gobierno nos busca, porque saben lo que so...