Creatures [Editando]

By LostDreamers18

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Problemas en la ciudad que provocan preocupación en todos los habitantes, la desesperación se apoderaba de el... More

Unu: "Lies"
Doi: "Rescue me"

Zero: "Stranger Things"

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By LostDreamers18



+Acuario+

Una joven de cabello rubio se encontraba contemplando el paisaje desde la parte posterior del auto en el cual iba hacia su destino 

- Me pregunto... - habló en voz baja, para que el conductor no la escuchase - ¿Por qué está tan alejado de la ciudad? – agregó soltando un suspiro

Estaba tan inmersa en sus pensamientos, que dio un suave respingón cuando escuchó la voz del mayor diciéndole que se bajase. Obedeció, saliendo junto a la pequeña maleta de ruedas que había llevado con ella

Agradeció al señor con una cálida sonrisa, para después ver como el auto se iba; se volteó hacia el edificio que había ignorado segundo antes, sorprendiéndose al ver un gran castillo. No quitó su vista de aquella gran estructura, hasta que sintió como el frío viento rozaba sus descubiertos brazos, y una gota impactaba sobre su rostro

Se apresuró a adentrarse en aquel lúgubre lugar, abriendo las rejas y cerrándolas tras de sí, notando un lindo jardín que rodeaba el camino, el cual llamó su atención, así que se acercó a una de ellas oliendo su aroma

- Qué raro, parece ... bañada en sangre – comentó para sí misma, tocando sin pensar el tallo de la planta, pinchándose el dedo índice y empezando a sangrar, al tiempo que se quejaba por el dolor

- Debe tener más cuidado – comentó una voz a su espalda, haciendo que se volteara, encontrándose con una señora de cabellos pálidos, al igual que su vestimenta – no sabe lo peligroso que puede ser

- No se preocupe – respondió dándole una tenue sonrisa – no es como si me fuera a desangrar por una pequeña herida – agregó, acomodándose por el ceño fruncido de la contraria

- Nadie sabe – habló con cierta indiferencia – acompáñeme por favor, el director de la institución la espera junto a otros jóvenes más

La de cabello rubio brillante asintió por inercia, aplastando suavemente su dedo para que dejase de sangrar y agarrando nuevamente su maleta.

Entraron en aquel gran castillo, siendo rodeadas de un incómodo silencio. La menor observaba todo atentamente, preguntándose la razón de aquella tranquilidad, pero no quiso decir nada por la extrañeza que le causaba su acompañante

Subieron por las escaleras, ignorando el hecho de que había un ascensor. Al llegar al quinto y penúltimo piso de la universidad, se dirigieron hacia el final del pasillo, deteniéndose frente a una puerta de madera oscura

- Entre – ordenó la mayor, la menor obedeció pero fue detenida – deje sus cosas, haré que uno de los encargados la lleve a vuestra habitación

Volvió a asentir por inercia y a obedecer, para después entrar, encontrándose con dos jóvenes, uno de cabello castaño claro y otro de un plateado claro

- Por favor, siéntate – habló un señor de cabellos negros, parándose y dándole una cálida sonrisa, ofreciéndole asiento en la tercera silla frente al escritorio – es un gusto tenerlos aquí

- Disculpe, pero estaba explicándonos acerca de nuestras habitaciones – habló el de cabellos plateados

- Si, lo recuerdo – respondió, sacando dos llaves del segundo cajón del mueble – esta es la llave de su habitación, una para cada uno. Tendrán otro compañero, espero que se lleven bien 

- Gracias – agregó el de cabellos castaños agarrando una llave, y parándose, al igual que su compañero

- Por favor – respondió el mayor con la misma animada expresión – uno de los encargados los guiará a su habitación, déjenme conversar con ella

Los dos jóvenes asintieron para después retirarse, cerrando la puerta tras de sí, la cual soltó un suave rechinido que hizo encorvarse levemente a la rubia

- Disculpa por el ruido – pidió el mayor, buscando algo en el tercer cajón – es un problema que tiene la puerta, no importa que haga – informó, pasándole una curita – por favor, ten más cuidado

- Gracias – respondió con una tenue sonrisa, poniéndose la bandita en su dedo índice – por cierto, ¿Por qué no hay alumnos? – inquirió levantando la vista

- Van a llegar mañana, normalmente ellos vuelven los fines de semana a su hogar – informó con una sonrisa – esto no es una cárcel como para tenerlos todo el día encerrados – agregó junto a unas carcajadas

- Si – respondió en un tenue tono, imitando la risa del mayor solo que con algo de incomodidad

- Oh, si – se interrumpió, sacando otra llave y dándosela – aquí está la tuya

- Gracias – contestó mientras la tomaba

- No tengo mucho que conversar contigo, pero si necesitas algo puedes venir a visitarme – ofreció con una sonrisa, para después sacar un folleto de entre sus papeles – por cierto, aquí tienes, espero que disfrutes tu estadía

- Muchas gracias – repitió, parándose y dirigiéndose a la puerta para después salir

Al cerrarla, suspiro con alivio, ya que sintió algo de tensión al estar adentro; abrió el folleto, encontrándose con un mapa de la institución en la primera parte y al reverso las reglas, horarios y servicios que se les ofrecía a los estudiantes

- Creo que por algo es un edificio tan amplio – comentó para sí misma, empezando a dirigirse hacia las escaleras mientras leía el contenido

- Disculpe – habló una voz suave desde su atrás, atrayendo su atención – déjeme guiarla a su habitación

- Oh, gracias – repitió por cuarta vez en el día, algo que la irritaba – disculpa por no esperarte – agregó, para no pensar que agradecer era lo único que podía hacer ahí

- Por favor, sígame señorita

Llegaron hacia el cuarto piso, dirigiéndose a la tercera habitación, en donde se despidieron y la joven entro, encontrándose con su equipaje

- Al menos no estaré tan sola – comentó para sí, mirando la litera y la cama individual que había adentro – hubiera sido bueno llegar antes

Comentó, acercándose hacia la cama individual y notando que estaba ocupada, ya que un conjunto de dormir perfectamente doblado se encontraba encima de ella, al igual que en la cama superior de la litera

- Bueno...creo que mañana será un día algo cansado – agregó, empezando a acomodar su ropa en los dos cajones sobrantes del mueble. que suponía, compartir con la persona que durmiera en la parte superior



+Virgo+

Ya era domingo, y el joven se encontraba leyendo junto a la fuente de la universidad, incomodándose un poco por la falta de claridad

- Creo que aquí no sale el sol – comentó, alzando la mirada hacia el cielo y las grises nubes que cubrían al gran astro que emanaba luz y calor – hasta ya me hizo frío, creo que mejor me quedaba en la biblioteca – se quejó con sí mismo, parándose y dirigiéndose a la entrada de la universidad

Entró dispuesto a volver a la biblioteca que se encontraba en el último piso, pero sus planes cambiaron al notar a una joven de cabellos celestes claros, vistiendo un delicado vestido blanco, mirando todo con extrañeza

Se acercó despacio hacia la menor, ya que no quería asustarlo o sorprenderla, pero sus planes cambiaron al notar como aquella joven lo volteaba a ver con una expresión neutral

- ¿Quién eres? – cuestionó, entrelazando sus dedos por su espalda y volteándose hacia el más alto

- Disculpa – respondió el de cabellera plateada, enderezándose y dándole una incómoda sonrisa – soy Virgo, llegué ayer a la universidad, espero que nos llevemos bien

- Soy Aries – informó, aún sin expresión alguna, acercándose al mayor – y te pido que no me vuelvas a espiar si no quieres problemas – agregó con tranquilidad, algo que inquieto a su contrario

Y sin decir más, la de cabellos celestes se fue con tranquilidad, dejando desconcertado al joven, el cual negó levemente, volviendo a su camino inicial

- Y parecía un ángel – comentó para sí mismo – creo que su actitud no es la de uno

Prefirió ir por las escaleras, ya que le daba más tiempo a leer un poco más el libro que había sacado, por más que fuese algo peligroso

- Deberías tener más cuidado – advirtió una joven de cabellos anaranjados, atrayendo la vista del de mata plateada

- Debería decirte lo mismo – respondió en el mismo tono – creo que no es bueno sentarse aquí

- Los espacios de un escalón a otro son espaciosos, no le veo el problema – debatió sin importancia, volviendo su mirada hacia su libreta – pero si caminas sin prestar atención puedes tropezar

- Gracias por la advertencia – agregó mientras se acercaba a la de cabellos claros – por cierto, me llamo Virgo – presentó, extendiéndole una mano

- Capricornio – informó aceptando el gesto y parándose – supongo que te dirigías a la biblioteca

- Si – afirmó – pensé que tendría una mejor iluminación afuera, pero las nubes parecen no estar de buen humor

- Creo que es mejor así – comentó, empezando a subir junto al joven – sino fuera por ellas el sol impactaría directamente en nuestra piel

- Pero el ambiente es algo lúgubre sin un poco de luz solar – contradijo, mirando la puerta final

- Es más acogedor – volvió a decir, acompañando al más alto hacia la biblioteca – tal vez por eso el director hizo que el tiempo se congelara aquí

- ¿Eh? – pronunció con confusión - ¿El director detuvo el tiempo? – cuestionó con confusión y algo de enojo, ya que pensaba que era una broma

- Era broma claro – respondió junto a unas carcajadas la de cabellos anaranjados, golpeando levemente el brazo del mayor - ¿Congelar el tiempo? Ningún humano podría hacer eso

- Si – afirmó con desconfianza en un tenue tono, soltando algunas carcajadas – disculpa, pero no me gusta ese tipo de bromas

- Si, lo siento – respondió dándole una sonrisa – bueno, yo solo te acompañaba, mejor me voy, nos vemos Virgo – despidió mientras salía rápidamente

- Bien, al menos no es tan seria como la otra chica – se dijo mientras subía las escaleras hacia el segundo piso de la biblioteca, donde se encontraban algunas mesas



+Cáncer+

El de cabellos castaño claro se encontraba jugando con la consola portátil que había llevado, estaba tan concentrado en su juego, que no se dio cuenta cuando una nueva presencia invadió el cuarto

- ¿Quién eres tú? – inquirió el nuevo, cruzándose de brazos y mirando al joven, el cual no despegaba su mirada de la consola

- Soy Cáncer, un gusto – respondió, aún concentrado en su juego, acción que molestó a su compañero, el cual se acercó hacia él y le quitó aquel artefacto – oye – se quejó, mirando atentamente al joven de tez pálida y cabello azul marino, el cual se notaba por la luz

- Cuando te dirijas a mí, hazlo con respeto – advirtió – mi raza es la superior aquí, no tienes por qué ser tan maleducado

- ¿Raza? – cuestionó con una pequeña sonrisa burlona – pensé que solo los animales poseían clasificaciones – comentó con diversión

- Veo que eres humano – se dijo para sí mismo el de mata oscura, cruzándose de brazos, aún con la consola ajena – veo que no mentían al decir que ni los humanos se conocen a sí mismos

- Disculpa, pero mi comentario radica en que yo no creo en las razas humanas – aclaró con seriedad – me baso en el análisis del ADN

- Como digas humano – respondió sin importancia, lanzándole su consola – por cierto ¿Qué haces aquí? Este es mi habitación

- El director nos mandó aquí – respondió parándose - ¿Por qué te refieres a mi como humano? ¿Acaso no lo eres?

- Deja los interrogatorios si no quieres que te golpee – amenazó dándole una mirada seria, empezando a quitarse su casaca de cuero prosiguiendo con su polo – ¿Cuándo llegaron?

- ¿No habíamos acabado con el interrogatorio? – inquirió con una sonrisa ladina, sentándose en su cama

- Tienes suerte que se nos prohíbe hacerles daño a cualquier otro estudiante – informó mientras sacaba un polo de la cómoda que compartía y poniéndoselo

- ¿Por qué no cogiste la cama individual si llegaste antes? – preguntó el castaño volviéndose a acostar en la cama

- Porque se me hace muy libre, prefiero estar en la parte baja de la litera, hace que recuerde a mi cama – respondió cogiendo un par de llaves y dirigiéndose a la puerta – la única pregunta que responderé, nos vemos nuevo

No lo dejó responder, ya que cerró la puerta rápidamente; el castaño prendió su consola, pero la dejó junto a él al tiempo que se mordía el labio

- Jo*** - dijo para sí mismo - ¿Acaso me he sonrojado por él? – se preguntó mientras cerraba los ojos – parecía emanar un aura de ... lujuria – se dijo mientras negaba – mejor voy a respirar algo de aire fresco

Se volvió a sentar para ponerse sus zapatos y salir en dirección al jardín, pero se distrajo al ver a una joven de cabello rojo oscuro, la cual llamó bastante su atención

- Hola – saludó la joven, dejando a sus amigas y dirigiéndose hacia él – soy Sagitario, un gusto

- Igualmente, soy Cáncer – respondió, devolviéndole la sonrisa amable que le dio

- Huelo que emanas un olor ... extraño – dijo mientras se acercaba más, incomodando levemente al castaño – pero no creo que sea tuyo – agregó, volviéndose a alejar

- Yo también lo dudo – respondió tratando de buscar algo o alguien que lo ayude – disculpa, tengo que ir a buscar a mi compañero de habitación

- Suerte con eso – agregó, dándole una ligera sonrisa con la boca cerrada, para después despedirse y volver con su grupo

El castaño se fue con rapidez hacia las escaleras, chocando con el de cabellos plateados, el cual se encontraba volviendo a su habitación

- Oye, ¿Te encuentras bien? – preguntó mientras lo miraba con preocupación – parece como si hubieras visto un fantasma – agregó con una sonrisa divertida

- Creo que la expresión vampiro sería mejor – comentó volteando a su atrás, notando que ninguna joven, ni la que le había hablado, se encontraba

- ¿A qué te refieres con eso? – preguntó confundido su compañero

- Tú lees mucho – declaró mirándolo, ignorando su pregunta - ¿Sabes algo acerca de vampiros?

- Creo que tengo un libro de ese tema – respondió recordando – ven, te lo puedo prestar si estás interesado

- Gracias – contestó mientras lo seguía

- Por cierto, no es como si leyera mucho de ese tema – aclaró con algo de vergüenza – y tampoco es que lea tanto

El castaño se dispuso a contestar, pero fueron interrumpidos por una voz desde las escaleras, la cual sonaba agitada, como si hubiera corrido para alcanzarlos

- Oigan, esperen – habló la joven de cabellos rubio, alcanzándolos - ¿ya vieron a los nuevos? – preguntó con curiosidad

- A pocos – respondió el de cabellos plateados, mientras que el castaño se dirigía hacia las grandes ventanas que se encontraban frente a las habitaciones, las cuales daban hacia la entrada principal, ya que algo llamó su atención - ¿Por qué la pregunta?

- Vengan a ver esto – habló el castaño, sin quitar su mirada del exterior – creo que ya no voy a necesitar el libro


Los otros dos jóvenes se acercaron, notando como bastantes alumnos ingresaban por las, ahora, rejas abiertas, pero no eran los únicos; junto a ellos ingresaban manadas de lobos, compitiendo por quien llegaba primero, mientras que desde el cielo descendían más jóvenes gracias a las blancas alas que poseían, las cuales desaparecían al tocar el suelo

Todo un espectáculo para nuestros tres jóvenes, que también notaron como otros jóvenes con alas negras, similar a la de los murciélagos, se acercaban al edificio; sin olvidar a unos cuantos alumnos que se acercaban con temor, cuidándose de que alguien se le acercara

- Veo que ya conocieron a sus compañeros – habló una voz desde su atrás, perteneciente al director de la institución – ahora si es necesario decirlo "Bienvenidos a Sfârșitul" o como es conocida mayormente "The University of the Mysteries" – presentó con una sonrisa, poniéndose al medio de los tres, contemplando a los últimos alumnos que ingresaban

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