Cameron.
Había tomado la decisión de volver a casa de mi padres por un tiempo ¿por qué? Porque quiero estar más cerca de mi hijo, mi madre era la más feliz de tenerme aquí en casa nuevamente. Se sentía extraño volver luego de tanto tiempo, si estoy debo respetar las reglas de esta casa y una de esas reglas es que esta prohibido fumar.
"Eso te servirá para que dejes un poco el cigarro..."
Supongo que si.
Han pasado varios días de mi ultima conversación con Valentina, digo ultima porque cada vez que iba a su casa para poder ver a mi hijo y también con la intención de hablar con ella estaba su madre presente.
Pero debo confesar que he notado que ha estado muy extraña conmigo...
Acabo de llegar de casa de cas de Eric, me pidió que nos viéramos porque quería pedirme ayuda ya que con la chica con la que estaba saliendo quería pedirle ser algo más que amigos, pero él sabe que yo no soy el indicado para hablar de ello si he actuado como una mierda con todas las chicas en especialmente con Valentina.
Aunque Eric ya hace bastante tiempo de que dejo de involucrarse con distintas mujeres, supongo que por fin se ha enamorado y realmente quiere a esa chica.
Al entrar a casa me encuentro justamente con mi padre salir de su oficina junto con algunos clientes de su trabajo, me acerco a ellos y extiendo mi mano de manera de saludo.
—Señores, les quiero presentar a mi hijo Cameron—Siento la mano de mi padre sobre mi hombro.
—Buenas tardes señores.—Estrecho mi mano con las de ellos.—Un placer en conocerlos.
Siento como mi papá me da un leve apretón en mi hombro, debe estar un poco sorprendido de tanta caballerosidad de mi parte, recuerdo cuando niño y veía algunos clientes o compañeros de trabajo de mi padre yo siempre me comportaba de mala manera e insolente pero ya no soy un niño y claramente debo comportarme y darle un buen ejemplo a mi hijo en el futuro.
—Esperamos algún día verte en la cabeza de la empresa, Cameron.—Finjo una sonrisa y puedo sentir la mirada de mi padre.
No puedo verme en un futuro trabajando en esa empresa que es tan importante para mi familia, tengo demasiados primos y yo que más de uno quiere ser la cabeza de ese lugar pero mi abuelo espera que yo lo sea ya que mi padre es su hijo mayor y por ende quiere que yo sea como él.
Pero no esta en mis planes trabajar horas y horas sentando en una oficina, no gracias.
—Señores me esperan un momento.—Los dos hombres desconocidos para mi me dan una sonrisa y sigo a mi padre hasta su oficina.
Me pide cerrar la puerta y eso hago, toma la botella de whisky para servir un poco en dos vasos y me extiende uno y yo no dudo en tomarlo.
—¿Pasa algo?—Le pregunté.
—Las puertas de la empresa van a estar siempre abiertas para ti.—Dice, le doy un sorbo al whisky y dejo el vaso sobre la pequeña mesita.—No lo dudes.
—Gracias papá, pero sabes que no me interesa...—Me interrumpe y se acerca mi sin antes de darle un largo sorbo a su whisky.
—Puede que ahora no te interese, pero tienes un hijo ahora y necesitas dinero para correr con sus gastos y también para los tuyos ¿no?
Bajo la mirada por un momento, cuando Christopher nació mis padres dejaron de darme dinero aunque mi madre a veces igual me daba a escondidas de él pero sé que tiene razón. He trabajado duro y me ha costado demasiado ganarme ese sueldo que al final la mitad es para mi hijo.
Mi padre de todas maneras me costeaba la bencina del auto y eso se lo agradecía, era un peso menos para mi.
—Tienes razón.—Mi padre deja el vaso ya vacío sobre la mesita.
—Tenlo en mente, hijo.—Al oír esa última palabra siento un apretón en mi pecho, esta vez me llamo de esa mera sin ninguna pizca de molestia.
—Lo haré.—Asiente con la cabeza.—Bueno, ahora debo ir a buscar a Christopher.
Sin añadir nada más salgo de su oficina y voy en busca de mi mochila. Mis abuelos como regalo por el nacimiento de su bisnieto me regalaron un asiento de bebé para el auto.
"Otro peso menos ¿no?"
Si...
Hoy traeré a mi hijo conmigo, será la primera vez que estaremos los dos juntos aunque sea por unas cuantas horas.
Valentina.
Termino de empacar en el maletín de Christopher su cuarta mamadera con leche materna, unos cuantos pañales y por ultimo ropa limpia por si mi pequeño se llega a pasar a la hora de hacer popo.
Vuelvo a revisar que todo esté en su maletín y finalmente lo cierro dejándolo sobre la cama. Cameron llegara pronto a buscar a nuestro hijo, estuve de acuerdo con que hoy se lo llevara con él para pasar el día completo juntos.
Y hoy también le iba a dar la noticia de mi boda con Jonathan.
—Nena, tranquila que ya hablamos del tema.—Siento los brazos de mi novio rodearme la cintura.—Nos casaremos en dos semanas, tu madre cuidara a Christopher mientras tu y yo nos ausentamos por nuestra luna de miel.
—Lo hablé con mi madre y ambas estuvimos de acuerdo con que Cameron cuide a Christopher durante mi ausencia.—Digo.
Había hablado con la pediatra de mi bebé ayer en la cita, le conté sobre mi boda y de ausencia de una semana por mi luna de miel. Me dijo que sería bueno que un día antes de que me vaya me extraiga leche materna y poder congelarla para que Cameron le pueda alimentar.
Ya mi pequeño cumplirá sus tres meses y la pediatra me dijo que es bueno que nuestros hijos hasta los seis meses se alimenten de nuestra leche ya que provee de muchos nutrientes.
—Es su papá, sé que cuidara bien de su hijo.—Me sonríe y deposita un beso en mi mejilla.—Voy a ducharme para que después vayamos a ver el lugar en donde será fiesta ¿bien?—Yo asiento, Jonathan toma su bolso donde traía ropa y se encerró en el baño.
Me recuesto en mi cama con mi pequeño junto a mí, comienzo acariciar sus brazos y rostro con delicadeza. En ese momento mi madre toca la puerta pidiendo permiso para entrar.
—Hija, Cameron esta abajo.—Mi madre le hace una mueca graciosa a mi pequeño y deposita un beso en su pequeña frente.—Yo bajo el maletín del bebé, ve que te esta esperando.
—Gracias mamá.—Cargo a mi hijo en mis brazos quien tenia en su pequeña manito una jirafa hecha en croché y bajo hasta la sala donde encuentro a Cameron mirando algunas fotos que estaban sobre la mesa de centro, doy un carraspeo y este deja el cuadro en su lugar para posar sus ojos sobre nosotros.—Papi ya esta aquí.
—¡Campeón!—Christopher en ese momento deja caer su jirafa al suelo y rápidamente Cameron se agacha a recogerlo parándose frente a mi.—No te imaginas cuanto lo extrañe.—Nuestro hijo toma el dedo de su padre y lo aprieta.
Ahora que los veía mejor a ambos sin duda se parecían demasiado, Christopher tenia los mismos rasgos de su padre y no que de mi al parecer lo único que va heredar son los color de mis ojos.
"¡Será un todo casanova cuando crezca!"
No, no y no, mi hijo no ira rompiéndole el corazón a jovencitas por ahí.
Mi madre en ese momento entra a la sala entregándole el maletín a Cameron, se despide de él y se retira dejándonos a solas nuevamente.
—Antes de que te vayas debo decirte algo.—Lo detengo al momento en que carga a nuestro hijo.—Prefiero que te enteres por mi que por terceras personas.
Cameron me mira con el ceño fruncido.—¿Qué pasa?
—Voy ausentarme una semana y necesito que cuides a Christopher mientras yo no este aquí.
—¿Una semana? Digo me encanta la idea de poder tener a mi hijo conmigo pero me sorprende que me pidas tantos días.—En estos momentos sentía un horrible nudo en mi garganta.—¿Te iras de viaje o algo así?
—En dos semanas me voy a casar, Cameron.—En ese momento su rostro cambio por completo, aquella sonrisa que tenía hace unos segundos desapareció por completo.—Y me iré una semana con Jonathan al extranjero.—Sus lindos ojos color avellana mostraban dolor y eso de alguna manera me partió el corazón.
Cinco segundos.
Seis segundos...
Siete segungos...
Nada, Cameron estaba en completo silencio sin apartar la mirada del suelo.
—¿Te vas a casar?—Habló con dificultad, yo asentí con la cabeza y una sonrisa triste se curva en su rostro.
—Cameron deja...—Sin dejarme terminar este pasa por mi lado deteniéndose en la entrada de la sala.—Cameron.
Me miro por sobre sus hombros.—Felicidades.
Y sin decir nada más sale por la puerta cerrando de un portazo dejándome con el corazón en la mano. De pronto siento como mis ojos se llenan de lágrimas pero no me iba a permitir llorar.
En ese momento mi madre entra a la sala y mira por la ventana a Cameron que acaba de irse.
—Tú aun lo amas, ¿verdad?—La pregunta de mi madre me hizo mirarla a los ojos.
—No, no...—Baje la voz.
—¿Entonces por qué estas llorando, hija?—Siento las lágrimas recorrer mis mejillas y me las limpio antes de que Jonathan me pregunte qué es lo que me sucede.
"Lo amas aun..."
Si...
"Entonces no te cases..."
—Mamá por favor.—Le pedí.
—No estoy de acuerdo en que te cases sin amor.—Esta vez me habla en un tono molesta.—Puede que quiera mucho a Jonathan pero no entiendo que se le cruzo por la cabeza para pedirte matrimonio de un día para otro.
—Mamá basta.—Le exijo.—No te metas y la decisión ya esta tomada.
—Espero no te arrepientas, hija.—Se da media vuelta yéndose.
Suelto un profundo suspiro he intento tranquilizarme un poco antes de subir a la habitación.
Cameron.
"Me voy a casar"
"Me voy a casar..."
Esas palabras seguían haciendo eco en mi cabeza, apenas oí decir aquello algo se quebró dentro de mi y admito que en ese momento quería llorar pero no lo hice.
Siento dolor, siento miedo, sentí tanto en ese momento que quería simplemente huir.
No puedo creer su relación iba tan enserio, dolía tanto que solo quería gritar de toda la rabia que sentía en estos momentos.
Estaba tan jodidamente enamorado de ella y me di cuenta de eso demasiado tarde, ahora ella se casara con otro que ni siquiera ama...
"¿Cómo puedes estar seguro de eso?"
Lo vi en sus ojos...sé que ella aun me ama.
Había llegado a casa hace mas de una hora, mis padres habían salido y estaba solo con mi hijo a mi cargo.
En ese momento escucho el timbre sonar y María abre la puerta, reconocí de inmediato la voz de mi mejor amigo y apenas nos vio a mi y mi hijo tira su mochila al suelo para acercarse a Christopher.
—¡Cameron junior!—Grita mi amigo tomando con cuidado a Christopher.
—Su nombre es Christopher.—Le recuerdo y este hace un extraño movimiento con su mano diciendo algo como "para mi es Cameron junior".
Eric comienza a balbucear y hacerle caras graciosas a mi hijo hasta que de pronto rompe en llanto.
—No llores, tu tío Eric te calmara.—Le doy una bofetada en la frente y tomo a Christopher meciéndolo en mis brazos para que se calamara.—Lo siento por hacerlo llorar...—Se disculpa.—Me encontré a Madison esta mañana y me dijo sobre el comprimo de Valentina.
Ok, no puedo asumir esto.
Me siento en el sofá y Eric hace lo mismo.—Esto es una completa mierda.—Murmuro más para mi mismo.—¿Hay algo para esta noche?
—Sí, ¿pero no debes cuidar a tu hijo?—Me mira con el ceño fruncido.
—De eso me encargo yo.—Eric no parecía muy convencido, Eric se quedó conmigo hasta que llego mi madre horas mas tarde junto a mi padre.
Necesito distraerme antes que mi cabeza explote y miles de pequeñas Valentinas salgan volando de mi cabeza.
Le dije a mi madre que saldría un por un momento y que a las diez estaría aquí, no pareció gustarle tampoco en que yo saliera mientras mi hijo estaba se supone a mi cuidado pero realmente necesitaba salir de aquí.
"¿Es así como quieres cuidar a tu hijo?"
Bloqueo esa voz en mi cabeza y me voy junto a Eric, en menos de cuarenta minutos llegamos al lugar en donde iba ser la fiesta.
Entramos y saludos algunos conocidos de la universidad, pude ver a Susan a los lejos quien no dudo en acercarse para saludarme y pasar el rato conmigo. Pero esta vez le dije que prefería estar solo, al principio insistió un buen rato pero termine prácticamente gritándole que no me jodiera más.
Mientras Eric estaba acompañada de su enamorada aprovecho ir a buscar una jarra de cerveza, le pido una al barman y me siento en el taburete.
—Tanto tiempo sin verte, Wells.—Escucho la voz de Jackson a mi lado y ese no duda en sentarse.
Lo que menos deseo ahora es agarrarme a golpes.
—¿Una cerveza?—Le invito y este al igual que yo suelta una carcajada y termina aceptando.
Jackson y yo bebiendo juntos como dos amigos, esto sin duda era lo más raro que he hecho en mi miserable vida.
***
Me siento bruscamente en la cama, miro la hora en mi celular y son las cuatro de la mañana. Mi cabeza iba a explotar, miro a la chica que esta acostada a mi lado y suelto un par de insultos al no recordar nada de lo que hice.
Maldición.
Recojo mi ropa del suelo y me visto rápidamente, tomo mis cosas y salgo de la habitación sin hacer ruido para que la chica no despierte.
Mierda, mierda.
Bajo por las escaleras y me asomo por la sala donde encuentro aun a personas bailando y bebiendo, busco a mi amigo con la mirada hasta que lo encuentro sentando y dormido apoyado en la barra de bebidas.
¡Maldito idiota!
—Hey, despierta.—Muevo su brazo.—Vamos amigo es hora de irnos de aquí.
—Y-ya desperté.—Se sienta bruscamente mirando a su alrededor y cuando fija sus ojos en mi me mira ceñudo.—¿Lloraste todo lo que tenías que llorar?—Pregunta aun algo adormilado.
¿Qué estupidez esta diciendo?
Eric se pone de pie y lo ayudando al momento en que pierde el equilibrio.
—¿Qué mierda dices?—Le pregunte y caminos hasta mi auto.
—L-lloraste un buen rato por Valentina.—Me dio un leve golpe en el pecho y yo me detengo frente a la puerta del copiloto.
—¿Qué?
—¡T-tienes que impedir que s-se case!—Grito.—Nunca t-te había visto tan triste...—Eric intenta abrazarme pero lo empujo al momento en que cae al suelo y comienza a reír, suelto un gruñido y lo vuelvo ayudar esta vez subiéndolo al auto.
Maldita seas...
Dejo a mi amigo frente a la puerta de su casa, apenas llego la mía y entro a la casa las luces se encienden y cierro mis ojos fuertemente.
Estoy preparado para oír los sermones de mi madre ahora.
—¿Es así como quieres cambiar por mi nieto?—Pregunta, abro los ojos encontrándome con los suyos.—Son las cuatro de la mañana Cameron Wells, tuve que ir yo a dejar a mi nieto donde su madre con la excusa de que tú estabas ayudando a tu padre.
—Mamá...
—¡Ya no eres un niño!—Grito.—Debes actuar y comportarte como un adulto, tienes un hijo por quien velar y yéndote a fiestesitas todo los fin de semanas no te va a llevar a ninguna parte.
Mi madre molesta vuelve a subir a su habitación dejándome solo. Suelto un suspiro.
Tiene razón lo se...