Era un viernes parcialmente soleado por la mañana, en la cama de una habitación, un castaño de ojos cafés despertaba muy cansado por haber trabajado hasta tarde.
Hiroki Kamijou, un abogado proveniente de una familia adinerada a la que sólo le interesaba el poder y la fama, lo que lo volvió demasiado exigente y malhumorado. Lo último fue gracias a que su padre, que es jefe de una empresa multimillonaria, se había casado tres veces luego de la muerte de su primera esposa y madre del castaño.
Todos los matrimonios que tuvo el padre de Hiroki fueron por dinero y sexo, motivos cuales fueron los que llevaron a cada matrimonio al fracaso ya que también el hombre era mujeriego y a la vez demasiado infantil en algunas ocasiones cuando habla con su hijo único sobre el "desamor", cosa que a este no le importaba ni un poco ya que él solía salir con varias personas, pero ninguna le impresionó como para mantener una relación seria.
El ojicafé se sentó en la cama mientras estiraba los brazos hacia adelante para desperezarce, de repente recordó aquel día en que conoció a persona que lo hacía sentir especial.
-Flash Back (Hace 7 meses)-
En medio de una junta de trabajo, a Hiroki le habían dejado a cargo de un caso con una aduana ubicada en la frontera del país que estaba a punto que quedar en quiebra.
Después de la junta, todos recogieron sus cosas y fueron cada quien de nuevo a trabajar, salvo dos.
Mientras que Hiroki guardaba unos papeles en su maletín un hombre alto, de cabellos oscuros y mirada coqueta se le acercó.
-¿Le ayudo con eso?
-No gracias, yo puedo sólo-En ese instante se le habían soltado las hojas por accidente-¡Rayos!
-Déjeme ayudarlo-El hombre se incó y comenzó a recoger los papeles que se habían caído, acto seguido se las entregó todas al castaño quien no dudó en aceptarlas y guardarlas en su maletín.
-Gracias.
-Así que usted es Kamijou Hiroki ¿Cierto?
-Sí, usted ya debió enterarse en la junta-Frunció el ceño desconfiando del tipo- Y ¿Tú eres...?
-Oh disculpe, que maleducado soy-Sonrió de manera seductora-Me llamo Kyo, Kyo Ijuuin, soy socio de la empresa de su padre.
-Ah, ya veo-Se sorprendió un poco al enterarse-Pues es un gusto conocerlo, Ijuuin-san-Le extendió la mano.
-El gusto es mío-Le estrechó la mano-¿Le parece si lo invito a almorzar esta tarde en el restaurante que queda cerca de aquí?
-Estaré libre en un par de horas así que por que no.
Semanas después de eso, ambos comenzaron a salir, se la pasaban bien en todo momento. Las salidas al cine, la cafetería, hasta tuvieron encuentros apasionados después de una fiesta que era organizada por la empresa, el motivo fué que el castaño había salido exitoso del caso y ahora estaba en un nuevo proyecto. Nadie, mucho menos su padre, se había enterado de su relación pero el castaño esperaba que fuese pronto para poder anunciarlo con el consentimiento de su pareja.
-Fin Flash Back-
Sonrió ante ese recuerdo, desde que lo conoció a estado más tranquilo, sin preocupaciones, sólo era él y el pelioscuro.
Se levantó, se duchó, se vistió y salió de su casa con su maletín en mano.
Llegó a la empresa en un taxi, Hiroki le pagó al conductor y entró en el edificio encontrándose, en el penúltimo piso, con uno de sus amigos que también trabajaba en la empresa.
-Buenos días Hiroki-Le dedicó una sonrisa el pelinegro que se encontraba sentado frente a su monitor.
-Buenos días Kisa-Se sentó en su escritorio con una sonrisa.
-Oye, esa sonrisa trae buenas noticias ¿Qué sucedió ahora?-Se levantó de su lugar para sentarse frente al castaño.
-Solamente diré-Sonrió casi abiertamente-Que estoy saliendo con alguien.
-Bien por tí ¿Y quién es?
-Es el socio de la empresa de mi padre, Kyo.
-¿El señor Ijuuin? Oye un segundito-Se sorprendió-A ninguno de tus relaciones lo llamas sólamente por su nombre que yo sepa ¿Es seria la relación?
-Digamos que sí.
-¿Y qué pasó con el cartero?
-Corté con él.
-¿Y el primo del cartero?
-También.
-¿Y el primo del primo del cartero?
-Borré a todos de mi lista.
-¿¡A todos!?
-A todos-Se inclinó un poco junto con el espaldar de la silla hacia atrás.
-¡Vaya! Hace mucho que no salías con una sóla persona desde la preparatoria-Sonrió pícaramente-Y dime ¿Se están llevando bien?
-Bueno...hace semanas que lo he visto un poco extraño, lo veo más distante, me dice que tiene que volver a casa en cada cita, está más ocupado. Como si...hubiése alguien más-Se desanimó al instante.
Ultimamente escuchaba siempre las excusas de Ijuuin para que este escapáse de cada cita y regrese a su casa, ya no era tan cariñoso como antes, dice estar demasiado ocupado con el trabajo aunque el castaño dudaba de eso.
-Descuida, tampoco es para tanto y si lo que dices fuese real, patéalo en los bajos.
-El problema es que si lo hago mi padre se enojaría si es que llegáse a saber que estoy saliendo con él, incluso podría afectar a la empresa.
-Entonces ve a hablar con él primero.
-¿Y tu crees que me va a escuchar?-Levantó una ceja-Bien sabes que mi padre parece un payaso cada vez que hablo con él, no es para nada serio-Le sale una gotita en la nuca-Para lo único que sirve es para manejar la empresa, beber, fumar, y andar de vago en los bares como si fuera su casa.
-Sí, si, ya me lo dijiste como seis o siete veces-Dijo Kisa moviendo la mano de arriba a abajo en forma de desinterés-Que por eso tu padre se divorció tantas veces.
Terminando de trabajar, Hiroki se despidió de Kisa y salió del edificio cansado como siempre, justo al otro lado de la calle se encontraba Kyo esperándolo en su auto para llevarlo a su casa. Cruzó la calle, su pareja lo saludó besándolo en los labios y entró en el auto que segundos después arrancó rumbo a la casa del castaño.
-¿Cómo te fué hoy?-Preguntó el pelioscuro.
-Bien, la verdad es que quería hablar contigo de algo ¿Estás libre más tarde?
-Claro que sí cariño estoy...-De repente su celular comenzó a sonar, sacó el aparato de su bolsillo y contestó la llamada-¿Diga?...¿En serio?...Voy para allá-Colgó.
-¿Quién era?
-Este...-Se rascó la cabeza-El que limpia la casa me llamó y me dijo que la tubería del baño reventó y tengo que ir a arreglarlo, lo siento cariño no puedo ahora.
-¿De nuevo? Bueno, puedo ir a ayudarte y...
-N-no, esta bien así, no te preocupes.
-Pero yo...
-Es un lindo detalle el que quieras ayudarme, pero ahora no ¿Sí?
-Bueno...-Suspira.
Ijuuin estacionó frente a su casa y Hiroki bajó del vehículo para luego entrar a su casa pero antes de eso se despidió de él con un beso que le robó el pelioscuro.
-Ah por cierto Hiroki-El castaño volteó a verlo con un pequeño regalo en mano-Felíz ocho meses-Sonrió fingidamente y le dió el obsequio.
-¿Eh? Ah se me olvidó, lo siento-Se avergonzó-Abrió el regalo y vió en la cajita un reloj de marca-Gracias-Lo abrazó y se separó.
-Bueno nos vemos.
-Adiós...
El auto se fué a toda velocidad mientras que el castaño lo veía irse, suspiró y entró a su casa, había concluído otro día aburrido de trabajo.
Al día siguiente, decidió al fin y fué con su padre a hablar sobre su relación con el socio de su empresa, ambos se encontraron en una cafetería y se sentaron a conversar. Sólo esperaba que ese hombre no se lo tome a juego o a mal, sería una de dos.
-¿¡Te vas a volver a divorciar!?-Dijo algo molesto por la noticia que acababa de recibir.
-Sí, es que ya me cansé, las mujeres ya no son lo mío-Se encogió de hombros-Mi esposa descubrió que estuve saliendo con hombres a sus espaldas.
-Ay padre ¿Qué voy a hacer contigo?-Se palmeó la frente ya fastidiado-Esta es la cuarta vez que me dices eso y no duraron ni un mes.
-Mejor agradece que te dejé conservar el apellido de tu madre y no el mío, o de lo contrario te "avergonzarías" de mí-Recalcó la palabra con los dedos-Por andar con tantas personas, o más que tú-Rió entre dientes.
-No es gracioso, a este paso tendré que llamarte por tu nombre-Suspiró.
-Y dime ¿Qué era lo tan importante que íbas a contarme?-dijo apagando su cigarrillo en la tabaquera.
Una de las camareras se les acercó con una libreta y un lápiz.
-¿Se les ofrece algo?-Preguntó la muchacha.
-Oh, dos cafés y un pastel de chantilly, por favor-Pidió el mayor de los dos.
-¿A nombre de...?
-Miyagi You-Sonrió coquetamente el pelinegro.
-En seguida le traigo su orden señor-La camarera le guiñó un ojo antes de irse a la cocina del lugar.
-¡Padre!-Hiroki frunció el ceño.
-¿Qué?-Se encogió de hombros sonriendo divertido-No podía evitarlo.
-Sí, claro.
Minutos después la camarera regresó con los cafés y el pedazo de pastel que había pedido el pelinegro en una bandeja, dejó todo en la mesa y se fué de nuevo a la cocina.
-Ya dime lo que me querías decir-Le dió un sorbo a su café.
-Bien...-Tomó aire-Estoy saliendo con Ijuuin Kyo.
Miyagi al escuchar eso por poco escupe lo que bebió.
-¿¡Mi socio!?-Se sorprendió.
-Bueno sí.
-Te felicito, espero que sigan estando juntos por que eso me ayuda mucho con la empresa-Sonríe.
-Sí, como digas-Suspiró-Me alegra que te lo hayas tomado bien.
-¿Hay algo que no quieras decirme?-Dudó al verlo tan desanimado.
-Bueno...mi relación con Kyo ya no es la misma de antes, está muy ocupado, no tiene tiempo para mí y siempre dice que tiene un problema en su casa.
-Mmm...te diré algo-Entrelazó los dedos de ambas manos, apoyadas en sus codos, frente a su rostro-Tienes que seducirlo, si no se te irá de las manos y ya no vas a poder hacer nada.
-...-¿Estaba ciego, sordo, mudo o qué? Primera vez que escuchó y vió a su padre serio, eso significa que realmente debía escucharlo. Lo pensó un rato hasta que decidió hablar-De acuerdo.
Cayendo la noche, Hiroki se encontraba frente a la casa de Kyo, estaba decidido a conquistarlo, pero disimularía mientras lo ayudaba con la tubería que el pelioscuro le dijo dicho que se había reventado. Tocó el timbre y en seguida la puerta de la casa se abrió dejando ver a un joven castaño de ojos esmeralda.
-Buenas noches ¿Qué se le ofrece?-Preguntó.
-Buenas noches ¿Se encuentra Kyo?
-Sí, está ¿Lo invito a pasar?
-Muchas gracias-Hizo reverencia-Usted debe ser el que limpia su casa ¿Verdad?
-¿Eh? No-Dijo confundido.
-¿A-ah no?-Dudó-¿Sos algún primo de él?
-Ah, no.
-¿Entonces?-Ya nada podía ser peor, un amante.
-Soy su esposo.
¿O eso?
Hiroki quedó en shock al oír esas palabras, sintió como un balde de agua helada cayéndose sobre él, su teoría era cierta, pero esperó que sólo fuera un amante y no un matrimonio. Se sintió como la otra persona.
-Y ¿Quién eres tú?-Preguntó extrañado.