Narra Blas.
Que bonito era ver que tu pueblo, le daba la más bonita bienvenida a tu novia y la trataban como si estuviera desde siempre pisando estas calles. Me halagaba de verdad, que mi pueblo ondeara a gran escala mi vida como siempre.
Cuando salimos de El Sordo, cogimos a Leo y, volvimos a casa agarrados de la mano. Cuando llegamos a la iglesia de mi pueblo, nos quedamos mirando la fachada.
-¿Sabes? Me gustaría casarme aquí. -Le dije, agarrándole la cintura y trayéndola hacia mi.
-A mi me gustaría casarme algún día y, el día me da igual si te soy sincera. -Me dijo apoyando su cabeza en mi hombro.
-Si te he perdido algún día, he descubierto que sin ti no soy nada... Ahora más que nunca, estoy seguro que eres la mujer de mi vida.
Nos miramos a los ojos, entrecruzamos nuestros dedos y empezamos a cortar distancia, hasta que mis labios rozaban los suyos.
-Soñé tantas veces con un momento como este... -Me dijo rozando sus labios con los míos.
-Todo lo que quieras, lo que deseas... Intentaré hacértelo realidad, porque si alguien está cumpliendo los míos poquito a poco, esa eres tú y, toda esa gente que confía en mí. -Le dije bajando mi mirada hacia sus labios y, dejando suaves caricias en su mejilla bajando al cuello.
-¿Por qué eres tan cariñoso conmigo? -Me preguntó bajando ella también la mirada y copiándome los gestos.
-Porque cuando sabes que la otra persona es tu otra mitad, lo darías todo por verla feliz... -Le dije mientras juntaba su nariz con la mía.
-Eres más que perfecto... No sé si de verdad te mereceré en mi vida... -Me dijo agarrándome por la nuca.
-Me da que mereces más de lo que ya tienes y, te juro, que yo te haré feliz por el resto de mi vida. Perdóname por el tiempo que he perdido contigo... Ahora solo quiero ser feliz contigo, con nuestr@ hij@ y, con el discazo que viene en camino. Te amo. -Le decía mientras buscaba la posición perfecta para besarla con pasión.
Por fin juntamos nuestros labios y, nuestras lenguas empezaban a experimentar la boca del otro y, así un buen rato, hasta que nos separamos por la falta de aire y, porque estaba empezando a llover.
-No sé por qué te quiero tanto. -Me dijo mientras me abrazaba.
-Eso mismo me pregunto yo... ¿Por qué tú, personita perfecta? -Le decía mientras le daba el brazo para que se enganchara.
Enganchada de mi brazo, volvimos a casa con las capuchas puestas y con las manos en el bolso.
-Espérate Noe. Que lo último que quiero es que te coja un resfriado. -Le dije subiéndole la cremallera y, abrigándola.
-Entonces yo tampoco quiero que te me pongas malito. -Me dijo con una sonrisa amarrándome el botón que tenía suelto.
-Eres perfecta, guapa y todo un amor... Eres mi chica perfecta.
-Tú eres mi chico perfecto... -Me dijo mordiéndose el labio inferior.
-¿Quieres otro beso? -Le pregunté mordiéndome también el labio.
Asintió con una sonrisa y me acerqué a ella corriendo y le plasmé un beso atrevido y con ganas, mientras la lluvia se volvía más densa y, aumentaba.
-Ese beso... -Sonrió Noelia tocándose los labios. -Ha sido el mejor que me has regalado hasta la fecha y, mira que me has dado muchos.
-Digamos que la lluvia me da motivos para dejar los mejores besos en esa boquita tan irresistible. -Le dije tocándole la nariz. -Has besado con pasión, Noe. Me ha gustado a mí este beso también jaja.
Se enganchó de nuevo a mi brazo y, apoyó la cabeza otra vez y, emprendimos el camino de vuelta hasta casa. Yo saludaba a todos mis vecinos con una sonrisa de las grandes, de esas que son sinceras y de agradecimiento.
Llegamos a casa todos mojados. Mi madre nos miró y se echó las manos a la cabeza.
-Ai, Dios mío, pasad a buscar ropa que os preparo un baño templadito. Vais a coger un catarro... -Nos decía mientras nos empujaba hacia el cuarto.
-Mamá, solo hay un baño y con una ducha... -Le respondí yo con una sonrisa.
Mi madre frenó en seco y, me dedicó una mirada de análisis.
-Hijo, alguna vez te habrás bañado con Noelia, ¿no? -Me decía, mientras nos miraba.
-No... -Dijimos a coro y empezamos a reímos.
-Pues hoy lo váis a hacer, que con lo que tarde uno, el otro ya tiene frío su cuerpo. Además no va a pasar nada, ni vais a ver algo que no viérais nunca... -Me dio una palmadita en la cara. -Ale, a buscar ropa... Y rapidito.
Asentimos y, nos pusimos a abrir el armario, se me había ocurrido, meter la ropa de Noelia con la mía, menos la interior que cada uno tenía su cajón.
-No me violarás en la bañera, ¿no? -Me preguntó riéndose Noelia.
-Te haría cualquier cosa, pero eso no está en mis planes. Además, no sería violación, sería hacer el amor, porque tú te dejas. -Le dije dejándole besos en el cuello.
-Noe, toma este albornoz, seguro que te va bien. -Le tendió mi madre.
-Ese es mío. -Me quejé.
-Chiqui, tienes un montón de albornoces no seas tonto. -Me regañaba mi madre. -A veces me pareces un niño. Pobre de tu hijo, que le quitarás las cosas. -Se reía.
-Menos las novias, que yo ya tengo una que me quiere mucho. -Contesté mirando a Noelia de arriba a abajo.
-Madre mía... Bueno, la bañera se está llenando, así que cuando queráis podéis ir. -Nos dijo mientras me tocaba el hombro.
-Gracias de nuevo mamá. Tú siempre estás cuando uno te necesita... -Le di un beso en la frente.
Cuando acabamos de buscar la ropa, agarré a Noelia y, nos metimos los dos en el baño. Eché la cerradura y, cerré la billa.
-Me vas a violar. -Me dijo Noelia tapándose.
-No voy a hacerlo tonta, solo voy a ducharme contigo.
Empecé a desvestirla, mientras la miraba a los ojos. Luego ella me desvestía despacito mientras me miraba a los ojos.
-Vén. -Le dije cogiéndola entre los brazos y dejándola en la bañera.
Luego de meterla a ella, me metí yo con el bote de champú.
-Eres un romántico y, estas bueno. -Me sonrió pícaramente.
-Lo dices todo, pero mírate que guapa eres... -Le dije. -Cámbiate de sitio y ven aquí.
Me miró con cara extrañada.
-Voy a lavarte el pelo... -Le sonreí con el bote en las manos.
Me hizo caso y, se puso delante de mi, cogí el bote y, eché un poco en mi mano izquierda, luego le froté el pelo suavemente, haciendo que se enjabonara todo.
-¡Que gusto! -Se empezó a relajar.
-¿Ves como no era tan malo? -Le pregunté, mientras le aclaraba el pelo.
-Me toca. -Dijo cogiendo el bote. -Date la vuelta.
Me di la vuelta y, noté como masajeaba mi cabello... Era como estar en la gloria. Cerré los ojos y sonreí... Cuando terminó de enjabonar, me aclaró el pelo.
Luego era todo pasarse la esponja el uno al otro y aclararnos... Era todo como si estuviera sacado de un cuento, pero era la mayor realidad... Cuando terminamos, cogimos los albornoces y, nos tapamos.
-Al final me voy a volver adicta a bañarme contigo. -Me decía Noelia mientras me daba besos en el cuello.
-Yo me bañaría todos los días contigo... -Le respondí mientras agarraba su mentón.
-Que se vuelva rutina ya... -Sonreía.
-Pues a partir de hoy, nos bañamos juntos. -Le decía enchufando el secador y secándole el pelo.
-Blas, me gustas sin tupé. -Me sonrió mientras me miraba por el espejo.
-A mí no... -Me reí. -Se me meten los pelos delante de los ojos.
Nos reímos mientras nuestras miradas chocaban en el espejo.
-Me toca secar esa melenasa morena. -Se reía cogiendo el secador.
Mi pelo volaba por el aire caliente y, agradable que hondeaba mi cabellera.
Cuando terminó de secarme el pelo, lo sacudí y, Noelia hizo lo mismo. Nos miramos al espejo, uno al lado del otro.
-Hacemos una pareja diez... -Le besé la mejilla, mientras ponía mi mano en su tripita.
-Ahora una pareja y, pronto, dentro de nueve meses, una familia feliz. -Decía con una sonrisa, mientras ponía su mano encima de la mía y nuestras miradas, se cruzaban una y otra vez.
Noelia se quitó el albornoz y, yo la secaba con la toalla (Solo la espalda) y, ella hacía lo mismo conmigo. Luego nos vestimos y, cuando ya estábamos vestidos, fui a abrir el agua, para vaciar la bañera y, antes de que se fuera toda la agua, cogí un poco de jabón y se lo puse a Noelia en la nariz. Me junté a ella y le di un beso de esquimal.
-¡Qué piel más suave te ha quedado. -Le decía mientras le acariciaba la mejilla.
-A ver a ti.... -Me dijo pasando su mano por mi cuello.
-No provoques, mala persona. Por cierto, cuando estabas vistiéndote hoy por la mañana, hablé con los del hospital y, pasado, tenemos cita para hacer una ecografía y, pienso acompañarte por eso hablo en plural. -Le dije con una sonrisa.
-Te preocupas demasiado por mí. -Me dijo dejándome un beso en la mejilla.
-Es hora de empezar a mirar por ti y por nuestro futuro hijo. -Le dije tocándole la tripita.
Dejamos la ropa en la lavadora, la programé. Fui a por la fregona y, limpié el suelo del baño, la bañera y, el espejo.
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Si os gusta este capítulo, dadle las gracias a Footprints... Me ha motivado ha crear esta pequeña parte llena de sentimiento... Increíble lo que me hace hacer cada canción y, ahora veréis un pequeño crecimiento en la novela. Las culpas se las echaréis a los chicos, por hacer canciones que me motivan, jajaja. Gracias a cada una que comentáis y, votáis. Os amo.... ( ˘ ³˘)❤