EL CUARTO MAGO. LIBRO II. Mag...

By xyanma

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La historia de Athim, Thed, Wonkal, Noath... continúa. More

Introducción
I. Tinieblas
II. Naggum
III. Ukmfinok
IV. La fortaleza
V. Magia Ambulante
VI. Sendas oscuras
VII. Cónclaves
VIII. Viajeros
IX. Objetivos
X. El Monasterio
XI. El concilio de los Reinos.
XIII. Pesadillas
XIV. Jyriths, Magos,Brujos y demonios
XV. Cuatro casas, cuatro guerreros
XVI. A'lkium
XVII. De... tinieblas
XVIII. Tormenta de Flechas
XIX. En la ciudad de los magos
XX. Pequeñas criaturas
XXI. Estrategias
XXII. Devenir
XXIII. El encuentro
XXIV. Perseguidos
XXV. Lágrimas
XXVI. Entropía
XXVII. Lunas Negras.
XXVIII. Magos Oscuros
XXIX. Horizontes infinitos
XXX. No hay consuelo
XXXI. Alianzas negras
XXXII. Aire entre las nubes
XXXIII. La verdad de la muerte
XXXIV. Sombras de muerte
XXXV. Silencio de guerra
XXXVI. Buscando una cura
XXXVII. La Antecámara
XXXVIII. Primera linea de defensa
XXXIX. Los portadores de palabras
XL. Frío
XLI. Ver lo que está oculto
XLII. Lugubres aliados
XLIII. Los KLiots
XLIV. Como un solo pueblo.
XLV. El camino de Eirum
XLVI. El reino de las Aguas.
XLVII. Gigantes
XLVIII. El regreso
XLIX. Mercenarios
L. Guerreros de Luna
LI. Dudas
LII. Segunda línea de Defensa
LIII. LA NOCHE
LIV. EL COLOR DE LOS OJOS
Fin del segundo libro.

XII. Entre magos

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By xyanma

      Si fuera había cola, el interior, una multitud. El grupo paso intentando avanzar, pues entre el gentío y los animales, el tránsito era prácticamente nulo. Thed aún seguía dándole vueltas a la cabeza, Wonkal había pagado el impuesto de entrada de cada uno de ellos. El mago tenía recursos ilimitados. Más bien despacio, llegaron a una plaza grande, todo alrededor eran comercios fijos, nada de tenderetes ni puestos ambulantes, eran puestos permanentes. En el centro una plataforma cuadrada se elevaba del suelo una vara y encima un orador escoltado de dos guardias leía un edicto elevando la voz tanto como podía. La muchedumbre apenas le prestaba atención, solo unos pocos se paraban a escuchar. Wonkal indicó a los chicos que permanecieran en un pequeño pórtico mientras el se enteraba de los asuntos de la ciudad.

      Mientras el mago se perdía entre el gentío, Niela miraba nerviosa a todos lados, Athim se percató del comportamiento de la chica, en parte era normal, allí, en un lugar probablemente no muy lejano, tras los muros de alguna casa, podría estar su madre.

      El chico se acercó y rodeo con su brazo los hombros de la joven, esta notó el calor y la suave presión del abrazo y enseguida quedó reconfortada, solo era un joven, pero tenía algo especial, se sentía bien con el, como si estuviera protegida de cualquier mal, cuando el estaba cerca parecía que nada podía dañarla. Era curioso, porque Thed le inspiraba la misma calma. Ambos jóvenes le daban tranquilidad, sentía que con ellos podía atravesar el mundo y enfrentarse a todos los peligros existentes y salir ilesa.

      Wonkal apareció entre aquel mar de personas.

      -Vamos  -dijo de forma apresurada

      Recorrieron varias cantinas hasta que dieron con una donde podían sentarse. Entonces el mago les habló:

      -¡Malas noticias!

      Los chicos fruncieron el ceño, Athim miró interrogante a Wonkal.

      -¡Ha empezado! -Dijo el mago preocupado.

      -Hay territorios que están cerrando sus fronteras.

      -¡El concilio de los reinos se ha reunido!

      -La montaña de los brujos, Uymt, está comprobado, la actividad es frenética.

      -Debemos apresurarnos, el tiempo se agota, probablemente la búsqueda de Athim se ha intensificado, ¡No podemos demorarnos!

      Wonkal miró a la chica, la tristeza quedó reflejada instantáneamente en la cara del mago.

      -No podemos detenernos -Dijo mirándola con desolación.

      -A ver... -Dijo Thed- Que nos estás diciendo, ¿que debemos irnos?, ¿Y Niela? ¿Y su madre?

      Wonkal apartó la mirada del joven muchacho. La respuesta era clara.

      -¡No! -Gritó literalmente Thed- Yo no me voy sin ayudar a Niela. Me niego.

      -Quédate, ¡Ayúdala! -Respondió el mago- El tiempo juega en contra nuestro, créeme si te digo que debemos irnos ya. Los acontecimientos se han acelerado y las distintas fuerzas se intensifican para obtener lo que buscan, Athim corre un grave peligro. Ni siquiera los magos podemos parar esto, es inevitable, lo único que podemos hacer es correr mientras que el viento esté a nuestro favor. ¡Quédate Thed! ¡Quédate con Niela y ayúdala! Sin duda, si alguien puede hacerlo eres tú. Pero tu amigo, debe partir de inmediato, ni siquiera teníamos que estar hablando, teníamos que estar corriendo.

      -¡Basta ya! -Gritó Athim- Si alguien debe decidir, soy yo.

      El joven se puso en pie.

      -Hemos prometido ayudar a Niela, es lo que vamos a hacer, no pienso ir a ningún lado, no quiero irme si no hemos resuelto lo de Niela antes.

      -No sabes lo que dices chico, no tienes ni idea de lo que está pasando, de lo que se nos viene encima. -Habló de nuevo Wonkal intentando calmar los ánimos.

      -¡Escúch...! -intentó decir el joven, pero no pudo, cayó desplomado.

      Solo el mago pudo verlo, en el aire, un vapor muy tenue se mezclaba con el cargado ambiente del local, aquel vaho envolvió el cuerpo de Athim e instantáneamente perdió el conocimiento. Wonkal, reaccionó instantáneamente. Se puso delante del muchacho y tirando de la chica y Thed, los colocó tras el. Los chicos apenas pudieron reaccionar. El mago miró con atención sin mover la cabeza, pero sus ojos perforaban cada rincón de aquel lugar. Entonces lo vio. A escasas varas, de pie, junto a un gran ventanal estaba Noath. El mago de las sombras miraba al grupo, una ligera sonrisa curvaba sus labios, los miraba como si aquella situación fuera divertida. Hubo intensidad en el cruce de ambas miradas, en la de Wonkal había autoridad, desafío... la de Noath era inescrutable, sin expresión alguna que delatara sus intenciones.

      Ni Thed, ni Niela, ni nadie de los allí presentes pudieron ver como pasó, en un instante antes de tan siquiera poder moverse, Noath estaba a tan solo una vara de Wonkal, había pasado del lugar que ocupaba hacía un instante al lugar donde estaba de forma efímera, esto provocó un sobresalto en ambos jóvenes, sin embargo Wonkal no pestañeó, los dos magos, ahora, se encontraban uno de otro a corta distancia, cara a cara.

      Tanto el uno como el otro sabían que ninguno cedería, las palabras fueran las que fueran estaban de más, si aún no había comenzado la disputa, tal vez fuera por el respeto mutuo que parecía existir entre los antiguos amigos.

      Los pensamientos de Wonkal giraban como viento huracanado, buscaba la forma de ganar tiempo, de proteger a los chicos e incluso intentar reducir el daño que pudiera surgir del enfrentamiento y afectar a la multitud de personas congregadas en el local, pero sobre todo, su meta era proteger al Joven que ajeno a todo yacía en el suelo.

      Wonkal, mentalmente invocó un hechizo de protección y a continuación uno de cadenas, este último inmovilizaba a la persona afectada momentáneamente, tendría tiempo suficiente de sacar a los chicos de allí, de intentar huir. Noath hizo el intento de avanzar, pero no pudo, la retención fue fugaz, al instante golpeó a Wonkal en el estómago y este se encogió más asombrado que dolorido, ningún hechizo lanzado había resultado. A continuación el protector de las sombras lanzó a su antiguo amigo por los aires, como si fuera un trozo de madera hueca, de esta manera los chicos quedaron sin protección. Thed reaccionó inmediatamente, Noath no espera esta aptitud, el joven se abalanzó de forma salvaje contra el mago al que sorprendió la fuerza de tan flaco muchacho, los dos rodaron por el suelo mientras Wonkal se levantaba envuelto en la tensión de los clientes a los que había arrollado en su caída, el calmado lugar comenzó a rezumar enfado. No era fácil sorprender a Noath, se repuso con rapidez y un solo manotazo apartó al chico de su camino, pero ahora la multitud estaba alterada, empujones, voces y golpes comenzaban a fluir con premura, el mago fue atacado por varias personas, de las cuales de deshizo fácilmente, pero acudieron mas y mas, el barullo y el desconcierto se extendían por doquier.

      Noath juntó ambas manos y las abrió de nuevo con celeridad, de ellas nació una explosión sorda y todos aquellos que estaban cerca de el, a una distancia de cuatro o cinco varas a la redonda, salieron despedidas por una extraña fuerza, su camino quedó totalmente despejado, la muchedumbre más alejada, a la que no le afectó esta acción, pudo ver lo que hizo aquel sujeto y el pánico se apoderó de ellos, aquellos que habían sido despedidos habían golpeado las paredes, habían golpeado a otros sujetos, mesas, incluso algunos impactaron violentamente contra el techo quedando sin conocimiento diseminados por el local. Ahora, aquellas gentes se peleaban por salir de allí.

      Wonkal aprovechó la confusión del lugar y levantó ambas manos hacia su antiguo compañero, lo miró fijamente mientras pronunciaba un conjuro. Noath salió despedido hacia atrás golpeando y arrastrando con fuerza todo a su paso hasta empotrarse con la pared, Wonkal volvió a hablar y el techo se derrumbó sobre el protector de las sombras, una enorme bola de polvo cubrió el lugar, la madera astillada sobresalía entre los escombros de piedra que a modo de montículo se agolpaba formando algo semejante a una gran tumba.

      Aprovechando estos momentos, el mago corrió hacia Athim, al mismo tiempo llegaba Thed, allí estaba Niela intentado despertar al chico.

      -¡Vámonos!, ¡Vámonos! -Gritó el mago a los chicos mientras cogía al joven desfallecido entre sus brazos.

      Comenzaron a correr hacia la salida, un desconcierto de cuerpos y escombros sacudía la taberna por doquier, aún había gente que se arrastraba intentado salir, cuando Wonkal llegó a la salida seguido de los chicos, una sombra los frenó de golpe. Allí estaba Noath, mirándolos con fijeza y esta vez el mago de la orden del día apenas lo vio venir, sintió una leve punzada en la cara y vio como un polvo seco se extendía sobre el, al igual que antes sucediera con Athim, Wonkal, cayó al suelo sin sentido, a continuación Niela corrió la misma suerte y aquella nube se extendió intentando tocar a Thed que saltó como un gamo alejándose de aquella fugaz bruma.

      El joven quedo de pie, encima de una de las pocas mesas que no habían sido derribadas.

      -¡Déjanos!, ¿Qué quieres de nosotros? -Gritó el chico con violencia.

      -Le pones coraje, eso es de admirar. Sin embargo, te equivocas, de vosotros no quiero nada, ni siquiera quiero haceros daño. Solo lo quiero a el. -Dijo Noath señalando el cuerpo inerte de Athim.

      - Y tampoco, a tu amigo, tampoco le haré daño. Apártate de mi camino chico, admiro tu dedicación pero no tengo tiempo para esto.

      Entonces Noath pensó por un instante, ¿por qué se molestaba en hablar con ese chico? Buscó un porqué y no lo halló. Lo miró.

      Thed mantenía el coraje en la cara, su expresión era desafiante, como un animal salvaje que se dispone a realizar el ataque final.

      El mago levantó una mano hasta el, el chico no pudo hacer nada, su cuerpo se dobló y cayó como una piedra sobre la mesa, resbalando por ella hasta quedar inconsciente en el piso de madera de la taberna.





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