XII. Entre magos

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      Si fuera había cola, el interior, una multitud. El grupo paso intentando avanzar, pues entre el gentío y los animales, el tránsito era prácticamente nulo. Thed aún seguía dándole vueltas a la cabeza, Wonkal había pagado el impuesto de entrada de cada uno de ellos. El mago tenía recursos ilimitados. Más bien despacio, llegaron a una plaza grande, todo alrededor eran comercios fijos, nada de tenderetes ni puestos ambulantes, eran puestos permanentes. En el centro una plataforma cuadrada se elevaba del suelo una vara y encima un orador escoltado de dos guardias leía un edicto elevando la voz tanto como podía. La muchedumbre apenas le prestaba atención, solo unos pocos se paraban a escuchar. Wonkal indicó a los chicos que permanecieran en un pequeño pórtico mientras el se enteraba de los asuntos de la ciudad.

      Mientras el mago se perdía entre el gentío, Niela miraba nerviosa a todos lados, Athim se percató del comportamiento de la chica, en parte era normal, allí, en un lugar probablemente no muy lejano, tras los muros de alguna casa, podría estar su madre.

      El chico se acercó y rodeo con su brazo los hombros de la joven, esta notó el calor y la suave presión del abrazo y enseguida quedó reconfortada, solo era un joven, pero tenía algo especial, se sentía bien con el, como si estuviera protegida de cualquier mal, cuando el estaba cerca parecía que nada podía dañarla. Era curioso, porque Thed le inspiraba la misma calma. Ambos jóvenes le daban tranquilidad, sentía que con ellos podía atravesar el mundo y enfrentarse a todos los peligros existentes y salir ilesa.

      Wonkal apareció entre aquel mar de personas.

      -Vamos  -dijo de forma apresurada

      Recorrieron varias cantinas hasta que dieron con una donde podían sentarse. Entonces el mago les habló:

      -¡Malas noticias!

      Los chicos fruncieron el ceño, Athim miró interrogante a Wonkal.

      -¡Ha empezado! -Dijo el mago preocupado.

      -Hay territorios que están cerrando sus fronteras.

      -¡El concilio de los reinos se ha reunido!

      -La montaña de los brujos, Uymt, está comprobado, la actividad es frenética.

      -Debemos apresurarnos, el tiempo se agota, probablemente la búsqueda de Athim se ha intensificado, ¡No podemos demorarnos!

      Wonkal miró a la chica, la tristeza quedó reflejada instantáneamente en la cara del mago.

      -No podemos detenernos -Dijo mirándola con desolación.

      -A ver... -Dijo Thed- Que nos estás diciendo, ¿que debemos irnos?, ¿Y Niela? ¿Y su madre?

      Wonkal apartó la mirada del joven muchacho. La respuesta era clara.

      -¡No! -Gritó literalmente Thed- Yo no me voy sin ayudar a Niela. Me niego.

      -Quédate, ¡Ayúdala! -Respondió el mago- El tiempo juega en contra nuestro, créeme si te digo que debemos irnos ya. Los acontecimientos se han acelerado y las distintas fuerzas se intensifican para obtener lo que buscan, Athim corre un grave peligro. Ni siquiera los magos podemos parar esto, es inevitable, lo único que podemos hacer es correr mientras que el viento esté a nuestro favor. ¡Quédate Thed! ¡Quédate con Niela y ayúdala! Sin duda, si alguien puede hacerlo eres tú. Pero tu amigo, debe partir de inmediato, ni siquiera teníamos que estar hablando, teníamos que estar corriendo.

      -¡Basta ya! -Gritó Athim- Si alguien debe decidir, soy yo.

      El joven se puso en pie.

EL CUARTO MAGO. LIBRO II. Magos  oscurosحيث تعيش القصص. اكتشف الآن