Unplanned

By thespiderniam

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Matt Adams sabe que él no nació para el romanticismo, ese gen simplemente no se encuentra en su ADN y punto... More

Personajes + Booktrailer
Sinopsis
Capítulo 1 - Alternativa elegida
Capítulo 2 - Huésped no deseado
Capítulo 3 - Murallas elevadas
Capítulo 4 - Mimado
Capítulo 5 - Ryan Neill
Capítulo 6 - Delirios de princesa
Capítulo 7 - Causa y efecto
Capítulo 8 - El viejo Jack está prohibido
Capítulo 9 - Encuentros inesperados
Capítulo 10 - Desesperada
Capítulo 11 - Más
Capítulo 12 - Lluvia para corazones fríos
Capítulo 13 - Una oportunidad
Capítulo 14 - Cine al aire libre
Capítulo 15 - Vulnerabilidad y acercamiento
Capítulo 16 - Papas quemadas
Capítulo 17 - Rompiendo la burbuja
Capítulo 18 - Las cosas sucias se lavan
Capítulo 20 - Cosas por hacer antes de morir
Capítulo 21 - Decidido
Capítulo 22 - Lindo y risas
Capítulo 23 - El beso en el tejado
Capítulo 24 - Hasta siempre
Capítulo 25 - La pequeña semilla
Capítulo 26 - Hablando de un idiota
Capítulo 27 - Primera cita
Capítulo 28 - Inesperada valentía
Capítulo 29 - Visita indeseada
Capítulo 30 - Experimentando
Capítulo 31 - Agradable sorpresa
Capítulo 32 - Estrellas en el firmamento
Capítulo 33 - Más que sólo querer
Capítulo 34 - Pesadilla
Capítulo 35 - Trastornado
Capítulo 36 - No mi bonita
Capítulo 37 - No otra vez
Capítulo 38 - Te extrañé
Capítulo 39 - Pequeños momentos
Capítulo 40 - Perdóname
Capítulo 41 - Los miedos de un hombre
Capítulo 42 - Fuerte y profundamente
Epílogo

Capítulo 19 - Mis chicas favoritas

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By thespiderniam

◆MATT◆

La testosterona se está saliendo de control.

Mierda.

Dios sabe que le he ofrecido mi amistad a Allie con sinceridad, pero también sabe que tengo sangre corriendo por mis venas. Cuando llegué estaba usando unos shorts color rosa y una blusa de tirantes negra que se adhería a su figura de suaves curvas en los lugares correctos y, hombre, no pude evitar los pensamientos.

Cada vez que ella frunce los labios es como si me estuviera incitando a besarla, lo que me obliga a recordarme la forma en la que se podrían joder las cosas si actúo por impulso y eso es como echarme agua fría encima.

No quiero perder lo que hemos logrado. Hemos escalado las murallas que parecían imposibles de derrumbar. Estamos en un punto donde sé que ella no me odia, donde he descubierto cosas de su vida que nunca, ni de broma, pensé que llegaría a conocer. Y no quiero tirar a la basura eso, pero al mismo tiempo siento el irrefrenable deseo de besarla. Tocar sus labios solo una vez más.

Y sé que si lo hago esa sería la última vez. Ella me acusaría de la mierda de ser incapaz de ser amigo de las mujeres. ¿Por qué demonios los amigos no pueden besarse? Axl y Shay lo hacían todo el tiempo. Claro, bueno, ellos han estado enamorados siempre y la mierda, pero... Joder.

Tampoco es que quiera besar a todas mis amigas. Es solo que con ella las cosas parecen más difíciles de lo normal. Tuve que congelar mi cerebro devorando casi la mitad del sándwich de helado y pensar en cosas no tan agradables para evitar ponerme duro. Mi compañero de abajo se estaba levantando en un mal momento, cuando me acerqué lo suficiente a ella como para inundar mis fosas nasales con el aroma a fresias que desprende su cabello. Siento un tirón en mi estómago solo de recordar que estaba tan cerca de la piel tersa y desnuda de sus hombros y cuello, de imaginarme trazando un sendero de besos por ese camino no explorado. Mierda.

Probablemente es porque nunca pasé tanto tiempo en abstinencia y este asuntito comienza a afectarme, haciéndome delirar.

—Nosotros podemos ir —dice Allie, con las mejillas cubiertas de un suave tono rojizo, producto de los últimos rayos del caliente sol que recibimos mientras jugábamos en el agua.

Me gusta pronunciar "Allie" tanto como puedo, porque es como un recordatorio de lo mucho que hemos avanzado en estos últimos días, incluso con los disparates, las peleas y las ganas de tener un poco más de ella. Si me detengo a pensarlo esto asusta, honestamente.

Lena mira un instante hacia mí y luego hacia su hermana, le da una mordida a su rebanada de pizza y mastica lentamente, meditando la propuesta al mismo tiempo. No tengo idea de lo que hablan, estaba tan ensimismado que no les presté atención.

Como estuvimos jugando en el agua hasta tarde, no hubo tiempo de cocinar nada. Me ofrecí a comprar la pizza ya que Allie me echó la culpa de no tener la cena lista por obligarla a entrar a la alberca bajo las ordenes de Grace. Lo habría hecho incluso si la niña no me lo pedía, no fue ningún sacrificio rodearla con mis brazos y tenerla así de cerca, aunque sí que podría encajar muy bien en la definición de tortura.

Sonrío al ver a la pequeña adorable niña adormitada sobre su plato, donde la mitad de su segunda rebana de pizza de pepperoni ya se encuentra fría. Su boquita rosada está ligeramente entreabierta, igual que sus ojos oscuros. Es adorable por completo.

—Voy a llevarla a dormir —digo, limpiándome las manos con una servilleta.

Las hermanas miran a la niña, Lena se apresura a decirme que no me moleste, que ella lo hará, sin embargo insisto hasta que la convenzo. Cargo a la pequeña, quien se cuelga de mí como un monito bebé adormilado entre balbuceos adorables.

—Ella debe lavarse los dientes primero —me recuerda la mamá, a lo que asiento.

Como su tía le puso la pijama luego de bañarla, solo me encargo de que se lave los dientes antes de depositarla en su cama de princesas, sentándome a su lado mientras ella aprieta mi mano con sus ojitos casi cerrados. Su habitación tiene toda la decoración infantil que encuentras en la habitación de una niña de su edad, hay algunas muñecas, varios peluches y un armario. Enciendo la lamparita que está en su mesita de noche, porque he visto que Allie lo hace siempre que la acuesta a dormir, y me aseguro de ponerle a un lado el peluche de Mickey Mouse que tanto le gusta.

Varios minutos más tarde el agarre de su mano en la mía se afloja y su respiración se vuelve pacífica mientras algunas palabras dulces escapan entre sus labios. Al parecer está soñando algo agradable.

Me inclino y beso su frente con cariño. Ella ha robado mi corazón como nadie lo ha hecho antes.

—Buenas noches, linda. —Paso una mano por su cabecita con cuidado, sonriendo, y me pongo de pie escuchándola murmurar "Lindo" mas una ristra de palabras inentendibles. No puedo evitar contemplarla con ternura y una sonrisa bobalicona en mis labios, pensando en lo mucho que me habría gustado tener una hermanita. Pero mamá nunca tuvo más hijos y mi padre, por más que ha follado con cuantos pares de piernas ha encontrado en su camino, el viejo sabe bien como usar un condón.

—¿Cuántas mujeres estarían derretidas al ver esta escena del codiciado lanzador de Westwood ahora mismo? —volteo sin quitar la sonrisa de mis labios para encontrarme a Allie, con los brazos cruzados sobre su pecho, observándonos.

Ella también sonríe, aunque trata de ocultarlo mordiéndose el labio inferior. Esta cosa de sus labios me está frustrando, parece que lo hace a propósito.

—No lo sé, solo veo a una —digo, acercándome a ella con una sonrisa ladeada—. ¿Ahora me pedirás que sea el padre de tus bebés, Allie bonita?

—Ya quisieras tú que eso pasara —responde en voz baja, dándome una mirada divertida.

—Tal vez —enarco una ceja, apoyando una mano en el marco de la puerta junto a ella—. Y pensar que querías dejarme sin descendencia, ¿te acuerdas?

—Pensé que le hacía un favor al mundo —replica con cinismo mientras se aleja—. Cierra la puerta.

Salgo, haciendo lo que me dice, y la sigo hasta el comedor, donde Lena ya no está. La luz en su habitación estaba encendida, colándose debajo de la rendija cuando pasé por ahí, por lo que intuyo que ahí es donde ella está.

—Estás equivocada,  bonita —tomo asiento en la misma silla de antes; ella ya está en la que le correspondía, a mi izquierda, apoyando un codo sobre la mesa y su rostro en su mano—. ¿Cómo crees que le harías un favor al mundo? En algún momento debe existir un mini Matt que llegará a robar el corazón de todas las chicas como su papá.

Pone los ojos en blanco, disparando una sonrisa amplia al mismo tiempo.

—Un mini Matt —repite, negando con la cabeza—. No pareces el tipo que piensa en bebés, ¿sabes? Sobre todo desde que Reese me contó que te daba miedo tocar su vientre.

Hago una mueca, estirándome en la silla con los brazos hacia el techo.

—Las embarazadas asustan, los bebés no.

—Bueno, lamento decírtelo, pero debe haber una embarazada para que haya un bebé. Seguro llevaste Educación Sexual en el instituto, imagino que sabes el proceso...

—Claro —replico, rodando los ojos—. Cuando una pareja se tiene ganas, entonces ellos tienen caliente sexo sin protección. Así los espermatozoides viajan desde los testículos de él hasta llegar a la vagina de ella, compiten en una carrera mortal por el útero y las trompas de Falopio, hasta que al menos uno de ellos llega al óvulo y es el maldito cabrón ganador que se convertirá en un bebé después de nueve meses.

—Gracias por la clase de Educación Sexual, Matt —dice Lena a mis espaldas, riendo, tomándonos por sorpresa—. Nunca fui muy buena en esa materia, tal vez por eso tengo una maravillosa niña de casi cinco años a la que adoro. —Esboza mueca, haciéndome reír.

—Me alegra que no fueras buena en la materia.

Allie niega con la cabeza hacia nosotros, suspirando como si fuéramos un caso perdido.

—¿Ya le dijiste? —le pregunta Lena, sentándose a mi otro lado.

Las miro a ambas.

—¿Decirme qué?

—Um, sobre ir el sábado a Murfreesboro —me aclara Allie, haciéndome verla de nuevo—. Si quieres ir, claro.

—¿Qué hay allí? —pregunto, aunque no tengo planeado decir que no.

—Mi trabajo —responde Lena—. Y los grandes almacenes, ya hace falta comprar la despensa. Allie dice que ustedes podrían ir con Grace, cuando termine mi trabajo podemos ir a algún sitio y luego volvemos juntos. Les dejaría el auto... ¿sabes conducir, no?

—Sé conducir —asiento—. Y me parece una buena idea, pero tengo partido a las diez de la mañana.

—Podemos ir cuando termines —interviene Allie, regalándome una pequeña sonrisa.

—Entonces es un hecho —sonrío.

Media hora más tarde nos encontramos subiendo al bus de Daisy para ir a la casa de los Howe. La simpática mujer no pierde la oportunidad de hacer un comentario picante que nos hace reír, y tampoco se le pasa el despedirse de mí con un apretón en las nalgas.

—Puede considerarse acoso —murmura Allie, riendo por lo bajo mientras abre el portón con sus llaves.

—Ella está loca, pero me agrada.

—¿Te agrada que te manoseen? Nadie va a querer esa mercancía tan toqueteada después —dice, mirándome con la nariz arrugada.

—¿Eso que huelo son celos? Porque puedes reemplazar a Daisy toqueteándome y decirle que ella no lo debe hacer más siempre que quieras.

—Gracias por la oferta pero creo que voy a rechazarla...

Termina de cerrar la puerta y se vuelve hacia mí, que la espero con las manos en los bolsillos de mis pantalones cortos y amplios de entrenamiento. Me alegro de haberlos llevado en mi maleta o habría tenido que ponerme el pantalón sucio luego de empapar en la alberca los que traía puestos.

—Así que... ¿nos veremos en la azotea esta noche?

—No —dice, caminando hacia la casa—. Estoy cansada y tú también.

—Puedo soportarlo. Me gusta la vista allá arriba.

Y también el hecho de que ella evita los movimientos bruscos por la altura y el peligro, se mantiene cerca de mí y además el cielo nocturno parece abrir una llave en su interior que la hace contarme cosas que nunca supe que quería oír hasta ahora.

—Mañana tienes entrenamiento y necesitas descansar. Así que no, Matthew.

—Aguafiestas —me quejo, enseñándole la lengua de manera infantil.

—Lo que digas, pero vas a descansar —responde sin inmutarse, sonriendo mientras sube las escaleritas del pórtico.

***

30 DE JULIO DEL 2011

La morena que está en las gradas sentada junto a Caroline —la novia de Adrián— y otras chicas más, no me ha quitado los ojos de encima. Posee un aire felino y sexy que llama la atención. No tiene una mirada inocente como sus acompañantes, su vestimenta es sugerente y la forma con la que me está comiendo con la mirada avergüenza a las demás.

—Creo que le gustas a Jessie.

Estoy girando mi brazo en círculos, tratando de relajarlo ahora que ha terminado el partido. Fue uno bueno, le ganamos al equipo de los Osos por varias carreras de ventaja.

—¿Uh? —miro a Adrián, él está riendo.

—La prima de Carito, muchacho —dice, señalándola discretamente—. Llegó la semana pasada a pasar unos días en el pueblo.

—Ah —digo, no muy interesado. Aunque tal vez debería considerar un rollito rápido y sin compromisos que me ayude a evitar los pensamientos idiotas que ponen en peligro mi relación con Allie.

—Te ha visto en los entrenamientos y en el partido del sábado pasado —continua, rascándose la nuca—. Le dije que tienes novia.

—No tengo novia —parpadeo.

—Ya, que no lo oiga Wilson, es verdad —se ríe, tapándose la boca, lo que me hace fruncirle el ceño—. Bueno, bueno, muchacho, como sea. Ella va a matarme si no te lo digo. El asunto es que vamos a ir todos para el mesón de mi familia en un rato y ella espera verte allí...

—¿Okey?

—Bueno, ya cumplí —se encoje de hombros—. Nos vemos luego, muchacho.

Él se aleja, yendo hacia donde están las chicas, y yo me meto al dogout a recoger mis cosas y ducharme. Son casi las doce, así que estoy en tiempo para ir por Allie y Grace. Lo siento morena sexy, pero ya tengo una cita con mis dos chicas favoritas para este día.

***

Allie está usando un vestido camisero a cuadros blancos y azules con botones al frente y una cinta alrededor de su cintura bendecida por la genética. El vestido le llega por encima de las rodillas, lo que ofrece una agradable vista de sus piernas. Lleva zapatos de piso rojos, del mismo color que la bolsa que cuelga de su hombro, atravesada sobre su pecho. Su cabello está recogido en una trenza holgada que le luce bien, su maquillaje es escaso y yo sigo queriendo besarla.

Me pregunto si habrá otro remedio para eliminar mi ansiedad además de simplemente besarla y alocar todo.

—¡Lindo! —grita Grace, saludándome con ambas manos.

La pequeña tiene un vestido de mezclilla, sandalias blancas y sus risos recogidos en una coleta algo estirada que le despeja el rostro por completo. Una mochilita amarilla en forma de estrella está colgando en su espalda.

—Hola princesa —le sonrío, cargándola, enseguida un beso es depositado en mi mejilla y sus bracitos me rodean el cuello—. ¿Están listas? —le pregunto a Allie, ella me enseña las llaves del auto de Lena, que está aparcado afuera.

—Listas —responde, girándose a cerrar la puerta.

—¿Vamos a divertirnos, lindo? —me pregunta la niña mientras la acomodo en el asiento trasero, colocándole el cinturón de seguridad.

—Ese es el plan, linda —beso su frente y cierro la puerta. Allie está parada detrás de mí, viéndome raro—. ¿Qué pasa?

—Parece que nos pusimos de acuerdo —indica, entornando los ojos mientras me mira de pies a cabeza.

Estoy vistiendo jeans, tenis y una playera gris por debajo de una camisa de cuadros grandes, de los mismos colores que su vestido, que se encuentra arremangada hasta mis codos.

—No es casualidad, te espié para vestirme parecido y que la gente diga que usamos ropa de pareja, ya sabes —le digo, dándole un guiño que hace que ella ponga los ojos en blanco porque sabe que es mentira.

—Tonto.

—Bonita —le doy otro guiño y le abro la puerta para que suba, ella frunce los labios, reprimiendo una sonrisa.

—Así que él sabe ser un caballero —alza una ceja y me mira con diversión una vez que está arriba del auto.

—También sé ser otras cosas cuando se me da la oportunidad —me encojo de hombros y cierro la puerta, dejando la insinuación en el aire. No es como si decirle que me han calificado como un buen besador fuera a ayudar en algo.

Subo tras el volante, ella está mirándome con interés. Por el espejo retrovisor veo que le ha prestado su celular a la niña, quien está viendo algún video con los audífonos puestos, sin prestarnos atención.

Enciendo la marcha del auto y giro un poco la cabeza para mirarle mientras me coloco el cinturón de seguridad. Mis cejas se elevan ante la expectativa y ella se lleva un dedo a los labios, tratando de ocultar la sonrisa.

—Este va a ser un viaje interesante, ¿verdad?

Retiro los lentes de sol negros que cuelgan del cuello de mi playera y me los pongo, es más fácil mirar con ellos cuando el sol está tan intenso.

Ella ladea la cabeza y entorna los ojos.

—Solo vamos a la ciudad vecina que está a media hora de distancia, Matt. Y regresaremos hoy mismo...

—Ya lo sé, bonita. Ya lo sé. 

________________________

N/A: Hola queridas, ¿cómo están? ¿Qué les ha parecido el capítulo? :) De antemano agradezco su votos y comentarios. Estoy muy contenta porque veo que han estado dejando de estos últimos, prometo responder los del capítulo anterior este fin de semana *suspira* estoy un poco ocupada, así que se me complica ahorita mismo. Pero saben que siempre los respondo <3

En el multimedia foto de Allie, volviendo loco a nuestro lindo jajaja

Capítulo dedicado a la saltamontita Mile, que hoy cumple años <3 Felicitenla :P ¡Te queremos Mile! ñ.ñ <3




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