ELLA ES DIGNA » THOR.

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[COMPLETA] «Ella levantó el Mjolnir como si de un juguete se tratase» Ella es digna. © 2015 -summers. Queda e... More

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» Ella es digna.

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By -summers

Media noche era ya, cuando Jane se despertó por un ruido proveniente del patio trasero de su casa. Aun adormilada, abrió lentamente los ojos, primero uno y luego el otro, la luz que emana del televisor le lastimó un poco, — al igual que la de la lámpara situada a un costado de ella — por lo que tuvo que parpadear un poco para acostumbrarse a la luz.

Cuando sus ojos se acostumbraron, notó que el pequeño — o no tan pequeño — Simba estaba haciendo una competencia de comer caracoles con Timón. Jane sonrió, se había quedado dormida en la sala, encima de unas colchonetas mientras veía un maratón del Rey León en Disney Channel. Regresó la vista a su lado derecho y lo que vio le hizo sonreír aún más ampliamente.

Otro ruido se escuchó desde el patio.

Jane frunció el ceño, dirigió su vista hacia las puertas deslizables que dan vista al patio de atrás, las cortinas están corridas y obstruyen parte de la vista hacía el patio, por lo que ella no pudo ver mucho, sin embargo, logró ver como Katy — la pequeña gata que tiene Meredith, la vecina — pasó corriendo y aunque parecía espantada, Jane no le tomó mucha importancia.

Katy solía pasearse por el patio de Jane, a lo que siempre una maceta terminaba en el suelo. A Jane le sorprendía el ciclo de vida que tenían sus plantas, a pesar de visitar tantas veces el suelo y los cambios de macetas, estas seguían ahí con ella. Además, al menos tiene el apoyo económico de Meredith para hacer las trasfusiones de macetas, como disculpas por las travesuras de Katy y lo más importante, Jane tiene a Rose.

Ella es lo mejor que le había pasado en la vida. Y mientras Rose estuviera con ella. Jane podría estar más que feliz.

Otro ruido.

Jane negó con la cabeza, otra maceta había caído y esta vez el ruido había sido mayor. Se levantó de las colchonetas para echarle un vistazo a Rose, una sonrisa apareció en su rostro. Jane apagó el televisor, cuando Simba festejaba haber ganado la competencia de los caracoles.

— Katy te he tenido paciencia a montones — comentó en susurro Jane, encaminándose hasta el patio — pero si despiertas a...

Las palabras de Jane se vieron truncadas cuando las puertas deslizables se corrieron y la silueta de un hombre se vio que entró a la casa.

— ¿Quién es Katy? — preguntó una voz gruesa y varonil.

Jane la conocía perfectamente. Demasiado.

Thor.

— ¿Tú? Pero... ¿Cómo? — Jane no podía completar una sola frase.

Ella paseaba los ojos desde el dios nórdico del trueno, hasta el patio y viceversa. Thor la miró sonriente. Hacía mucho que no la tenía cerca y él necesitaba abrazarle, por lo menos. Examinó a la chica, de pies a cabeza, de cabeza a los pies, no perdía ningún detalle.

El cabello de Jane había sido cortado un poco, Thor la recordaba con la cabellera casi a la altura de la cintura, ahora, el cabello castaño oscuro le llegaba un poco más debajo de los hombros. Los ojos color caramelo, que tanto le gustan, ahora estaban llenos de lágrimas contenidas, haciendo que le brillasen, los labios rosados de la chica, yacían fruncidos, por el hecho de que ella aun no comprendía el cómo es que Thor estaba de regreso.

Él dio un paso hacia adelante, necesitaba acercarse. Además, a Jane le hacía falta algo, el último recuerdo de ella antes de que él se fuera, era muy distinto a como ella se encontraba ahora.

Jane se acercó a él también. La chica posó sus manos en el brazo fornido de Thor, le dio un ligero apretón — a lo que el dios sonrió de lado — ella necesitaba saber si esto era real o si era una especie de visión.

Tantas veces ella se lo había imaginado, en su regreso a la Tierra, volviendo con ella, y ahora que lo tiene al frente — con su capa roja y su traje asgardiano — le parece irreal.

Cuando Jane confirmó que Thor, — su Thor — estaba ahí con ella, se abalanzó sobre él para abrazarle. Thor dejó caer el mjolnir al suelo, el cual causó un sonido sordo en el impacto pero que ambos dejaron pasar. Thor la atrapó en el aire, envolviéndola en sus grandes y fuertes brazos. Se tomó su tiempo para disfrutarla, oler su aroma, e inclusive besarle el cuello. Cosa que estremeció a Jane y la hizo reaccionar.

Ella se separó de Thor algo brusco, luego le abofeteó haciendo que el dios nórdico girara la cabeza por el golpe, un Thor muy confundido le miró de mala gana.

— Lo siento — se disculpó la chica — yo sólo quería saber que eres real.

Thor juntó las cejas un momento, después asintió comprendiendo el asunto.

— Es razonable — comentó Thor dándole la razón — pero...

— ¡Mami! — una voz femenina se escuchó, causando que el asgardiano dejara su frase incompleta.

Una pequeña niña de tres años de edad, de cabello rubio un poco oscuro, de ojos azulados como el océano, estaba escondida detrás de una pared, viendo a la pareja. Vistiendo una pijama de una sola pieza, un trajecito azulado, con la silueta de relámpagos amarillos, estampados en el.

Su expresión era de miedo, y como no lo tendría, si un hombre totalmente extraño — para ella — estaba en su casa a mitad de la noche, vistiendo con ropas — que en lo que va de su vida — jamás había visto.

— ¿Mami? — habló Thor sin dejar de ver a la niña.

La pequeña se sintió intimidada ante la mirada del rubio, por lo que escondió su cara detrás de la pared, de vez en cuando, sacaba la cabecita para saber si el hombre que está ahí, la seguía mirando. Y para cuando confirmaba que Thor aun la veía, se escondía de nuevo.

— ¡Mami! — Gritó la pequeña, desesperada.

Jane pareció reaccionar al fin, fue hasta donde la pequeña se encontraba escondida y la cargó en brazos, la niña abrazó con fuerza el cuello de Jane, aferrándose a ella como si la vida le dependiese de ello.

Thor se acercó a las dos.

— ¿Mami? — Volvió a preguntar él.

Thor a paso lento se acercó a ellas, una sonrisa intentaba aparecerse en su rostro, pero la confusión que sentía se lo impedía. El asgardiano levantó la vista hacía Jane, buscando su mirada. Los enamorados se miraron fijamente y Jane asintió respondiendo a la pregunta hecha por el rubio, momentos atrás.

Thor dio unos pasos hacia delante, enfocó su vista en la pequeña niña rubia y le sonrió, pero ella no podía verle pues tenía el rostro escondido en el cuello de Jane.

— Cariño, alguien quiere saludarte — le habló Jane a la pequeña. La niña levantó la vista hacia su mamá – Esta bien, te caerá bien.

La rubiecita miró a Thor con miedo, sin embargo el asgardiano le sonreía ampliamente.

— Hola dulzura — habló Thor.

— Hola — respondió la niña aun tímida.

— Mi nombre es Thor — dijo el asgardiano y a la niña se le abrieron los ojos más de la cuenta.

— ¿El verdadero? — preguntó y Thor soltó una risa sonora. — ¿El Thor del que mamá me cuenta sus historias antes de dormirme?

Las mejillas de Jane se pusieron coloradas. Thor tenía ganas de besarla.

— El verdadero. ¿Por qué crees que te mentiría? — la pequeña miró a su madre y Jane sonrió apenada.

— Mami me mintió una vez contigo — Thor frunció el entrecejo al oír aquello.

Él comenzó a imaginarse a Jane con otro hombre, haciéndose pasar por Thor.

Jane pareció notar el cambio de humor del asgardiano.

— No es lo que piensas, pero como sé que eres testarudo y querrás explicaciones — dijo Jane mirando fijamente al rubio — después te la daré, ahora ¿que no estabas en algo?

Jane observó a la pequeña, a lo que Thor asintió.

— ¿Puedo cargarte? — preguntó el rey nórdico. La niña miró a su madre dudosa pero al final terminó accediendo.

Cuando Thor la sostuvo en sus brazos, su sonrisa aumentó de tamaño, los ojos le brillaron como si estuviera viendo la cosa más hermosa en toda su vida.

— Agg, que grande eres — comentó Thor mientras se acomodaba a Rose en brazos.

A Jane se le achicó el corazón ante la escena y más cuando la pequeña rubia le comentó al dios nórdico que tenían el mismo color de cabello, pero alegaba que ella tenía más bonito el suyo que él.

— ¿Cómo te llamas? — preguntó Thor entre risas, la pequeña es un amor y él aun no sabía su nombre o quizá sí, si es que Jane había respetado el trato.

— Me llamo Rose — respondió la niña y Thor regresó a ver a Jane sorprendido.

— ¿Rose? — preguntó Thor como si esperara que la niña le dijera que se había equivocado.

— Si — la niña comenzó a jugar con el cabello de Thor una vez más y Jane ante la mirada del dios nórdico se encogió de hombros.

— Iré por algo de leche y galletas, — anunció Jane — seguramente a nuestro invitado le gustarán.

La pequeña Rose movió la cabeza de arriba abajo en señal de acuerdo. Y eso fue luz verde para que Jane se fuera corriendo a la cocina. Fue al refrigerador y sacó el bote de cartón donde se encontraba la leche, sirvió un poco en unos vasos de cristal, cuando estaba sirviendo leche en el vaso entrenador de Rose, escuchó la voz de Thor...

— Se supone que se llamaría Torunn — dijo el vengador y Jane derramó la leche del vaso.

— ¡Maldición! — chilló Jane e inmediatamente se tapó la boca, observó hacía adelante para verificar que la pequeña no estuviera cerca — ¿Dónde le has dejado?

— Está jugando con unos juguetes, ahora esas explicaciones no me vendrían mal.

Jane le miró con reproche, le sacó la vuelta para poder ir por unas servilletas desechables y limpiar el desastre, pero Thor le bloqueó el paso. Le sujetó de las manos y la hizo darse la vuelta, ahora él la abrazaba por detrás.

— La última vez que te vi, tenías una barriga en crecimiento — Thor levantó la blusa de Jane y acarició su abdomen, la respiración de la castaña comenzó a volverse irregular — ahora, mi hija tiene...

— Tres años — a completó la frase Jane — Rose tiene tres años. Ese es el tiempo que tardaste en volver a Midgard.

Thor dejó caer sus manos liberando a Jane, ella se apartó lentamente del asgardiano, cuando le volvió a ver, notó como Thor comenzaba a verse desanimado.

— Dijiste que volverías pronto, que resolverías unos problemas en Asgard y estarías aquí para cuando ella naciera y no fue así.

— Jane te juro por Odin que...

— No te preocupes, me las arreglé sola.

— No tenías porqué...

— Pero así fue. — Hubo un silencio en la cocina, Thor levantó la vista hacía Jane y le suplicó con la mirada su perdón.

Jane suspiró. Tomó las servilletas y comenzó a limpiar la leche que había derramado en la barra.

— Después de que te fuiste, me las arreglé para salir adelante. Tuve que dejar mi empleo debido a lo grande que estaba mi barriga, casi ni podía sostenerme en pie, y Rose, wow, ella creo que tiene tu fuerza. La panza tenía moretones todo el tiempo. Pateaba fuerte.

Thor sonrió de lado.

— Cuando ella nació, fue un mes antes de lo previsto, rompí la fuente prematuramente y fui llevada al médico para que hicieran una cesárea. — Thor frunció el ceño al no entender la referencia y Jane rio.

Jane levantó su blusa y le mostró la cicatriz. El dios nórdico, avanzó hasta ella, se puso en cuclillas y observó a detalle la cicatriz, no era tan notoria pero si lograba distinguirse, Thor le acarició y Jane pasó saliva con dificultad.

— Tenía miedo de que hubiera alguna complicación con ella, pero afortunadamente salió todo bien. Ella estaba en perfecto estado, el asunto era, que Rose estaba demasiado grande, para ser un bebé, y debía salir de la panza ya o terminaría desgarrándome internamente.

La pareja se observó por un par de segundos.

— Incluso se atrevieron a bromear que podría sucederme como en las películas de ciencia ficción, cuando nacen los alienígenas de forma brutal — Jane sonrió de lado — si tan solo supieran que esa pequeña niña si lleva el gen alienígena.

Thor sonrío sin mostrar los dientes, bajó la vista de nuevo al abdomen de Jane y acarició una vez más la cicatriz, sujetó a Jane de las caderas y sin previo aviso, le besó el abdomen. Cerró los ojos y se imaginó que su Jane aún tenía esa enorme panza con Rose adentro. Como le hubiera gustado besarle la panza cuando ella estuvo en los últimos meses de embarazo.

Solo había podido hacerlo cuando ella llevaba un mes de embarazo, después tuvo que irse.

Jane cerró los ojos al mismo tiempo que las lágrimas salían, colocó su mano en la nuca de Thor, y lentamente acarició su cabello dorado. Cuando Thor se levantó, lo primero que hizo fue tomar a Jane de las mejillas y besarla.

La había extrañado tanto, que de no hacerlo ahora, sentía que se moriría por dentro.

— Perdóname por irme, — susurró entre besos el asgardiano — en Asgard apenas y pasaron unos cuantos meses y...

Jane no le dejó seguir, solo quería besarle de nuevo. Si, él le había dejado por irse a su planeta natal, pero también le había dado una de las cosas más hermosas que podría haber pedido. A Rose.

Para cuando se separaron, ambos se sonrieron ampliamente. No eran necesarias las palabras ahora, con solo verse el uno con el otro, se decían bastantes cosas. Lo mucho que se aman, se extrañaron y lo felices que están por estar juntos de nuevo.

— Así que Rose — comentó Thor de repente — creí que se llamaría Torunn.

Y ahí se le fue e encanto a todo.

— Si bueno, ese nombre se le ocurrió a alguien que no viene al caso mencionarla.

Thor negó con la cabeza al mismo tiempo que reía, le agradaba mucho el que Jane se pusiera celosa, eso le hacía saber que ella le quiere de verdad.

— Sif es solo una amiga, Jane.

— Una amiga que esta perdidamente enamorada de ti.

— Pero yo no lo estoy de ella — aclaró él — yo solo te quiero a ti — tomó de las mejillas a Jane y le plantó un dulce beso en los labios.

— Como sea, Torunn fue idea de ella. Incluso me dijo una vez que si tenía un hijo contigo le pondría así. ¿Cómo esperas que le ponga ese nombre a mi hija? — Jane miró el frasco de galletas — Es mi hija, no de ella.

— También es mía y Torunn suena a Thor.

Jane le miró de mala gana.

— Si no me dices no me doy cuenta — Thor estuvo por decir algo pero Jane le detuvo — es sarcasmo Thor... Solo bromeo —  aclaró para que el dios del trueno entendiera bien — por eso al final le he dejado el nombre.

El rostro de Thor se iluminó, como si le hubieran dado una armadura nueva.

— ¿En serio?

Jane asintió.

— Solo modifiqué la escritura, es Thorunn — Jane deletreó el nombre para él — le he agregado la "H" para que ahora sí tenga tu nombre. El sonido sigue siendo el mismo.

Thor tomó de la cintura a Jane, la elevó en el aire y luego la besó. Las risas de Jane se escucharon en toda la cocina.

— Fury me ayudó con el registro — comentó Jane cuando Thor se calmó — Porque tuve que hacer una investigación antes para saber cómo debía hacerlo ¿Sabes cuantas personas quieren ponerle Thor a su hijo hoy en día? O Tony, o Steve... ¡Por Odin! Los vengadores están influyendo bastante.

Thor sonrió satisfecho al oír aquello.

— Me tacharían por loca cuando quisiera registrarla y luego estaba el asunto del que en el registro tenía que colocar tú nombre en el espacio donde va el del padre.

— ¿Qué hay de malo con mi nombre?

— ¡Por Odin! ¡Eres Thor! Un vengador, y yo una civil.

Thor rio fuerte.

— Has dicho el nombre de mi padre, en dos ocasiones, ya estas tomando cultura asgardiana, te amo. — Thor besó la mejilla de Jane.

— Ese no es el punto — Jane le golpeó. — El punto aquí es que gracias a Fury no tuve que usar el nombre de Anthony Stark o Clint Barton en el registro.

Thor frunció el ceño al oír los nombres de sus colegas, y tras una explicación de Jane sobre como ese par le ofrecieron sus nombres para el registro de la pequeña, y el cómo terminó rechazándolos, él se calmó.

— Nunca creí que Tony aceptaría un hijo que no fuera de él o inclusive el hecho de reconocer a alguno, y luego Clint — Thor negó — ese hombre ya tiene tres ¿¡Acaso no le bastan!?

— Tú eres el padre de Rose y se acabó ¿de acuerdo? — Jane le besó nuevamente y Thor gustoso le siguió el beso.

— ¿Él es mi papi? — la voz de la pequeña hizo que los dos se separaran.

— Oh sí que lo soy — habló Thor de golpe y cargó a la niña en brazos, Jane abrió los ojos más de la cuenta ante la forma menos sutil del asgardiano de dar la noticia.

— ¡Thor!

— ¿Qué? — El dios nórdico bufó — Mejor que lo sepa desde ahora. Además ella lo dijo primero.

— Sí, heredó tu sutileza — Thor se rio fuerte y comenzó a llenar de besos a la pequeña, la cual reía sin parar por las cosquillas que la barba del vengador le provocaban.

Thor levantó a Rose en el aire, moviéndola de un lado a otro, simulando que ella volaba por los aires. Thor corría por la cocina y Jane solo le reprendía para que tuviera cuidado.

— Los asgardianos somos fuertes — gritoneó Thor.

— Pero ella también es midgardiana — se defendió Jane, haciéndole saber que también es hija de ella.

Los dos rubios salieron de la cocina, las risas invadían la casa y Jane dejó la preocupación aún lado para cambiarla por un sentimiento mejor, ahora ella se sentía plena, tanto deseaba que esto pasara desde el inicio. Tomó los vasos con leche, posicionándolos en una charola y colocó el frasco donde contenían las galletas, pronto se les unió a los otros en la sala.

Rose tenía tirado en el suelo a Thor mientras ella le saltaba encima.

— Me rindo, me rindo — gritaba Thor pero la pequeña seguía saltándole encima. Jane se carcajeó por la escena.

— Te está dando algo de tu propia medicina — se burló Jane y Thor se rio.

— Las galletas llegaron — dijo Thor y Rose salió disparada hasta ellas.

Thor se levantó del suelo, sentándose en él. Jane le dio su vaso entrenador a su hija y una galleta. La pequeña Rose corrió hasta Thor y se la dio para que él pudiera comerla.

— Gracias mi Lady — hizo una pequeña reverencia, Rose se rio, al cabo de unos segundos, ella fue por otra galleta, regresó hasta Thor para sentarse en sus piernas y terminarse ahí su galleta, junto con la leche.

La sonrisa del vengador no cabía en su rostro, Jane le ofreció un vaso de leche y en un segundo, el padre y la hija ya estaban brindando juntos. Con leche y galletas pero brindando al fin de cuentas.

— Ella es asombrosa — comentó Thor a Jane mientras veía como su pequeña hija armaba figuras con bloques de Legos — haz hecho un trabajo excelente.

Jane sonrió, se abrazó a si misma y observó a Rose jugar.

— Gracias, pero me hubiera gustado que estuvieras aquí, conmigo — la voz de Jane sonaba melancólica.

Thor agachó la cabeza, sintiéndose culpable por haberla dejado.

— Nunca podré perdonarme el hecho de que no la vi dar sus primeros pasos — Thor suspiró desanimado.

Rose es su primera hija, él había cansado a Jane — en algunas ocasiones — con sus constantes planes para cuando ella por fin llegara al mundo. Y es que siempre se le ocurría algo nuevo cada día.

"Le enseñaré a pelear contra un Bilchsteim y ganará porque tendrá un gran entrenador. Yo."

"Le conseguiré una capa igual a la mía"

"Su armadura de guerrera será genial"

"Puedo conseguirle un martillo igual al Mjolnir o una espada"

Y cuando Jane le hablaba sobre las responsabilidades, a Thor no le quedaba de otra más que seguirle el juego.

"Oh si, si Jane, claro. La llevaré a la escuela... Si nos sobra tiempo."

Pero nada de eso había sucedido porque problemas sucedieron en Asgard y todos esos planes se vieron frustrados.

— Pero ahora estás aquí — comentó Jane dulcemente, sostuvo la mano de Thor y entrelazo sus dedos con los de él— y aun estas a tiempo de enseñarle a pelear contra ese Bilch... – Jane arqueó la ceja, Thor rio.

— Bilchsteim — le aclaró a su chica —. Pero para eso tendría que llevármela a Asgard. Coulson hijo de Coul dijo que no había de esos aquí.

Jane sonrió.

— No, no hay aquí amor. — Ambos se colocaron de frente para verse mejor, Jane juntó ambas manos con las del asgardiano y suspiró profundo — Es bueno tenerte aquí otra vez.

Los dos se sonrieron, Jane se puso de puntitas para alcanzar al rubio y así besarle pero una voz femenina les interrumpió.

— ¿Esto es tuyo papi? — preguntó Rose mientras levantaba el Mjolnir con sus pequeñas manos.

La pareja se quedó sorprendida ante la escena que tenían al frente. Rose levantaba el martillo con sus dos manos, aferrándolo a su pecho como si no quisiera que se le fuera a caer.

Ella estaba levantando el Mjolnir como si de un juguete se tratase.

— Sí, si, si lo es — logró decir Thor, se arrodilló hasta tener la altura de su hija, la cual le extendió el martillo sin dificultad alguna.

— Ten — el dios lo tomó y regresó a mirar a Jane.

La chica estaba igual o más sorprendida que él.

Ella es digna — susurró Jane y Thor sonrió ampliamente.

— Es mi hija, claro que es digna — comentó orgulloso — ¿puedes cargarlo de nuevo para papá?

Rose no dijo nada, solo tomó el martillo y se fue corriendo hasta sus juguetes.

Una carcajada sonora se escuchó en toda la casa. La emoción llenaba a Thor.

— ¡Mírame! Soy tú, papá — gritoneó Rose elevando el mjolnir al aire — pero no tengo capa.

Thor se quitó inmediatamente la capa y se la colocó a la pequeña. Aunque claro no le dejó el peso total sobre ella.

— Ahora si eres como yo.

— ¡Mamá, soy Thor! — gritó Rose.

— No, hija. Eres Thorunn — le animó Jane.

No solía llamarla así muy seguido por el hecho de querer mantener el perfil bajo, pero en esta situación lo ameritaba.

— Futura reina de Asgard — complementó Thor.

— ¿Construimos mi castillo? — Le preguntó la pequeña rubia a sus padres — Están los bloques.

La pareja se observó por un momento y luego asintieron sonrientes. Rose se fue corriendo con el martillo en mano hasta los bloques de lego, en el camino la capa se le cayó pero Thor volvió a acomodarsela.

En unos segundos, la pequeña familia ya estaba reunida a mitad de la sala, en plena madrugada jugando a hacer castillos. Y todos la pasaban bastante bien.

— Y pensar que le rompí unos de estos a los hijos de Clint — habló Thor señalando los bloques de lego — tenemos que darles unos nuevos, porque son divertidos.

Jane rio fuerte, ella seguía construyendo una de las torres.

— Ella es digna — le susurró Thor a Jane para atraer su atención, por su parte Rose movía el martillo de un lado a otro.

— Sí que lo es — respondió Jane para luego besarle la mejilla al dios del trueno. — Si, que lo es.

Acto seguido los tres siguieron con el juego como una familia cualquiera, como si aquellos tres años donde Thor estuvo ausente, no hubieran pasado, como si él hubiese estado siempre ahí con ellas.

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