-¿Cómo os sentisteis al tenerme? -Preguntó Will con su pijama de ositos puesto, apunto de ir a dormir.
-Yo genial, tu padre...
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Ibamos en el coche escuchando música tranquilamente.
Le miré.
Él giró la cabeza y me sonrió.
Le di un beso rápido en la mejilla.
-¿Cómo crees que será nuestro bebé? -Pregunté rompiendo el agradable silencio.
-Pues precioso, teniendo a un padre tan guapo... -Le pegué en el brazo.
-En todo caso será por mí. -Dije a lo diva.
Reímos juntos.
-No, ahora enserio. -Dije más seria, pero sin perder ese punto de alegría y emoción.
-Será hermoso, no puedo esperar a tenerlo. -Dijo acariciando mi barrigota de casi 9 meses.
-¿Tenerlo? Soy yo la que va a parir maldito... -Me miró con una ceja alzada.
Empecé a reírme sola después de eso.
Maldita bipolar.
No podía parar de reírme enserio...
De golpe sentí un fuerte dolor.
-¡Auu! -Grité, Dyl paró el coche asustado.
-¿Qué pasa? ¿Estas bien? -Dijo preocupado.
-N-no sé, creo que me ha dado un pinchazo o algo, debe de ser por el marisco que hemos comido o algo, no te preocupes.
Estuvimos discutiendo un rato.
Dylan quería llevarme al hospital para ver si me encontraba bien y yo le decía que no se preocupara.
Al final gané yo, ventaja de embarazada.
(...)
Llegamos al restaurante. Era nuestro aniversario de casados y ibamos a cenar.
Estaba disfrutando intensamente de los espaguetis de mi plato cuando sentí otro pinchazo.
Intenté disimularlo pero Dylan notó mi expresión de angustia.
Iba a preguntarme algo pero interrumpí quejándome otra vez.
Mierda.
¿Por qué ahora?
-Dylan... -Dije gimiendo.
-¿Qué, qué pasa?
-El niño quiere decir hola...
Se levantó de un saltó y empezó a gritar por todo el restaurante.
-Oh dios mío, oh dios mío. Voy a ser padre, voy a ser padre. -Al principio parecía contento pero luego se acercó a un señor que comía tranquilamente con su mujer, le sacudió los hombres y le gritó en la cara "¡voy a ser padre!"
Pobre señor mayor.
A continuación se desmayó.
-Maldito bipolar... -Dije rodando los ojos.
Enseguida llamarón a una ambulancia: Para mí y para Dylan, que se había golpeado con el pico de una mesa.
Dos hombres fuertes que había en el restaurante me ayudaron a llegar a la salida mientras yo solo gemía de dolor y maldecía en alto.
Pobres.
De ser yo ellos me habría dejado allí tirada.
Al cabo de veinte minutos llegamos al hospital y me pusieron en una camilla.
(...)
Odio muchísimo a los enfermeros enserio.
Yo solo hacia que maldecir y insultar a todo ser viviente o cosa en movimiento y ellos diciendo que me relajara.
Y para colmo entró mi comprensible marido (sarcasmo) diciendo que yo podía.
Estúpido.
Después de las peores dos horas de mi vida, las palabras del doctor me reconfortaron.
-Felicidades, es un hijo precioso. -Dijo entregandomelo.
Lo coji con mucha delicadeza y lo observé.
-Bienvenido al mundo pequeño.
Dylan se acercó a nosotros y lo observó.
-Es hermoso, tienes tus pestañas y tus ojitos.
-Y tiene tu nariz y tus pecas. -Dije riendo.
Dylan se sorbió la nariz y vi que se frotaba el ojo.
-¿Estas llorando?
-No... Es que el olor a hospital me produce alergia...
Me reí y lo besé.
Se sentó conmigo en la cama y cojio al bebé en brazos.
Quería hacer una foto ahora mismo, ver a Dylan con nuestro bebé en brazos era lo más tierno que había visto en mi vida.
-¿Cómo se llamará? -Preguntó el doctor.
-Will. -Dije firmé, me encantaba ese nombre desde pequeña.
-Will, suena bien. -Dijo Dylan sonriendo.
Me besó pero duró poco a causa de un llanto.
-Pequeño diablillo... -Dijo Dylan riendo.
Que día tan maravilloso, no podía estar más contenta.
Había tenido un bebé.
Una pequeña criaturita con Dylan.
Que felicidad.
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-Los primeros meses fueron complicados por los llantos. -Explicó Dylan.
-De verdad Dylan, no callabas eh... -Dije riendo.
Los niños estallaron en carcajadas y Dylan se unió.
Amaba estos momentos.
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Bueno espero que os haya encantado! Ya queda poquito para que acabe la novela...
Os amo <3
Chau!