El novio de mi mejor amiga.

By constanzaasalazaar

43.6K 2K 51

¿Que pasaría si tu alma gemela fuera... El novio de tu mejor amiga? Lani y Erin son amigas de toda la vida,y... More

Aclaración.
~Capitulo 1.
~Capitulo 2.
~Capitulo 3.
~Capitulo 4.
~Capitulo 5.
~Capitulo 6.
~Capitulo 7.
~Capitulo 8.
~Capitulo 9.
~Capitulo 10.
~Capitulo 11.
~Capitulo 12.
~Capitulo 13.
~Capitulo 14.
~Capitulo 15.
~Capitulo 16.
~Capitulo 17.
~Capitulo 18.
~Capitulo 19.
~Capitulo 20.
~Capitulo 21.
~Capitulo 22.
~Capitulo 23.
~Capitulo 24.
~Capitulo 25.
~Capitulo 26.
~Capitulo 27.
~Capitulo 28.
~Capitulo 29.
~Capitulo 30.
~Capitulo 31.
~Capitulo 32.
~Capitulo 33.
~Capitulo 34.
~Capitulo 35.
~Capitulo 37.
~Capitulo 38.
~Capitulo 39.
~Capitulo 40.
~Capitulo 41.
~Capitulo 42.
●nota
¿Segunda temporada?
Por favor

~Capitulo 36.

453 30 0
By constanzaasalazaar

— Gracias a todos por venir — digo —. Hablemos un poco de quiénes somos y qué hacemos.

La primera reunión de One World siempre es emocionante. Nuestra asociación aumenta cada año. Nunca sabes quién se va a unir; algunas personas siempre son capaces de sorprenderte.

—hay otras que no cambiarán nunca.

Bianca y Marnie siguen riéndose. Cada vez que empiezo a decir algo, se parten de risa.

—¿Te resulta divertido? — le pregunto a Bianca.

—Muchísimo —dice. se echan a reír otra vez.

Continúo con la sesión orientativa.

— Llevo siendo miembro de One World desde el primer año de instituto. Como presidenta, es mi deber informaros de que participamos en eventos comunitarios, como limpiezas de parques públicos y actividades de educación complementaria.

Marnie levanta la mano.

—¿Marnie? — le doy turno.

—Sí, me estaba preguntando si podías informarnos de los talleres.

—¿Qué tipo de talleres?

—Ah, pues no sé... ¿no ibas a organizar uno para enseñarnos a robarle el novio a nuestra mejor amiga?

Algunas de las chicas presentes ríen y susurran. Ninguna está de mi lado, excepto Sophie, que acaba de unirse. Danielle ni me mira. Los chicos (los únicos dos que hay) restriegan los pies contra el suelo, avergonzados.

—Quizá lo organice —le digo—, pero creo que no hace falta que te molestes en apuntarte. Ningún chico querría salir contigo, por muchos talleres que hagas.

Los chicos ríen disimuladamente. Todo el mundo mira fijamente a Marnie, esperando a ver cómo reacciona.

—Por lo menos no soy una puta — dice ella.

—Cállate, Marnie — dice Sophie.

Sigo explicando cosas sobre la asociación y sus objetivos. Al menos Sophie no me odia. Por desgracia, no tiene la misma hora para almorzar que yo. Aunque, últimamente, no tengo nada de apetito. Debería dejar de ir a la cafetería directamente. Quizá a partir de ahora tome el almuerzo en el hueco de las escaleras del ala de Ciencias.

Más tarde, por la noche, cuando mi madre me dice que la cena está lista, sigo sin tener hambre, pero no voy a poder escaparme. Si no bajo a cenar,tendré que soportar una interminable batería de preguntas que no quiero contestar. Así que, después de echar de comer a Wallace y Gromit, bajo las escaleras.

Mis padres saben que no estoy bien. Hay demasiada conversación insulsa y nerviosa en la mesa para disimular que no pasa nada.

—¿No tienen estos tomates un aspecto increíble? — suelta mi madre.

—Alucinante — confirma mi padre.

—Acabo de cortarlos de la planta.

—Supongo que el jardín está remontando.

Me observan e intercambian una mirada. Creen que no me he dado cuenta, pero ha sido más que evidente.

Tengo los ojos fijos en el plato: lo raspo con el tenedor y desperdigo las patatas por su superficie.

—Cielo, no has tocado la cena — dice mi madre.

—Sí que la he tocado —replico — . Lo que no hecho ha sido comérmela.

—¿Estás bien?

—Estoy bien.

—Tienes que comer — dice mi padre.

—No tengo hambre. He comido un montón a mediodía.

Intercambian otra mirada. Estoy segura de que saben que estoy mintiendo. Si eres tan bajita como yo, hasta cuando pierdes un kilo se nota.

Y debo de haber perdido bastante más de un kilo desde que empezó el instituto.

—Sabes que puedes hablar con nosotros de lo que sea — me dice mi madre.

—Lo sé.

—O... si quieres, te puedo llevar al centro de salud, para que hables con un especialista.

—¿Qué tipo de especialista?

Se miran otra vez.

—¿Podéis dejar de miraros y decirme qué pasa?

Mi padre no va a replicar ahora. Pincha una rodaja de tomate.

—Ultimamente no comes nada — dice mi madre —. Estamos preocupados.

—¿Es eso? ¿Pensáis que soy anoréxica o algo así?

—Estás muy delgada.

—No tengo un desorden alimenticio.

—Pero no comes...

—¡Pero no es por eso! —No se lo puedo contar. Me da demasiada vergüenza —. Es que... bueno, me ha pasado una cosa. Pero voy a estar bien.

Me permiten levantarme de la mesa. Me escondo en mi habitación durante el resto de la velada. Cuando me meto en la cama, no puedo dormir. Estoy inquieta y nerviosa. Una brisa cálida sopla a través de mi ventana. Quizá dar un paseo me ayude a cansarme un poco para poder dormir.

Me pongo una camiseta y unos pantalones cortos y me llevo las chanclas en la mano. Me escabullo escaleras abajo, intentando no pisar el escalón que cruje.

Cuando estoy a punto de abrir la puerta, escucho chirriar las cadenas del columpio-mecedora del porche delantero. Aparto la mano del pomo de la puerta. Me asomo a la ventana y espío.

Blake está tumbado en la mecedora.

Abro la puerta lentamente para no asustarlo. Blake se incorpora rápidamente.

—¿Qué estás haciendo aquí? — susurro.

—¿Puedo quedarme aquí esta noche? —me pregunta Blake.

—¿Por qué estás... ?

—¿Puedo?

—Sí. Claro.

Me siento junto a él en la mecedora. Estamos así sentados un buen rato antes de que se decida a decir algo.

—No puedo ir a mi casa —dice Blake — . Mi padre me ha echado.

Hemos tenido la peor bronca de la historia.

—¿Por qué?

—Se ha enterado de lo de la taquilla.

—¿Cómo?

—El profesor Bradley lo llamó. Una lástima que no se parara un momento a considerar que no todos los padres son tolerantes y comprensivos.

—Lo siento mucho.

—No lo sientas. Ya no tengo que preocuparme por salir del armario con mi padre.

Blake siempre ha estado convencido de que su padre lo mataría cuando se enterara de que es gay. Yo sabía que se enfadaría, pero no me esperaba que pasara algo así. ¿Qué tipo de persona echa a su propio hijo de casa?

—No pienso volver —dice Blake — , ¿Crees que podría quedarme un tiempo? Pagaré por la comida y eso.

—Seguro que puedes. Por la mañana se lo preguntaré a mi madre.

Blake se estira en la mecedora, apoyando la cabeza sobre una manta doblada que ha sacado de un arcón.

—Siento haberme enfadado contigo — me dice.

—¿En serio? ¡Pero si todo esto es culpa mía! ¡No puedo creer que haya sido tan estúpida!

—No sabías que Ryan estaba escuchando.

—No quería decírselo a Justin. Lo siento muchísimo.

—Es lo que decía mi horóscopo la semana pasada. ¿Cómo era? «Las cosas que deben salir a la luz no pueden mantenerse para siempre en secreto. Es el momento de un cambio».

—¿Ves como siempre acierta?

—Mmm... Sí, creo que me has convencido.

Me levanto y le tiendo una mano a Blake.

—No puedes quedarte aquí fuera. Ven a dormir a mi habitación.

—¿Justin no se pondrá celoso?

—No sabía que te ponías graciosillo pasada la media noche.

Inflar el colchón de aire es demasiado ruidoso, así que extiendo un saco de dormir y le pongo una funda limpia a una de mis almohadas para dársela a Blake.

—Duerme en la cama.

—No, me quedo en el suelo.

—Duerme en la cama.

—Madre mía, qué mandona.

Blake se mete en mi cama y se queda dormido inmediatamente. Yo sigo con el subidón de adrenalina que me ha dado cuando lo he visto en el porche en medio de la noche. ¿Cómo puede ser que él se haya dormido tan rápido?

Por la mañana, me encuentro a mi madre limpiando verduras en la cocina.

—¿Mamá?

—¡Ay! — Deja caer una remolacha en el fregadero —. ¡Me has asustado!

—Lo siento.

—¿Qué quieres para almorzar: un sándwich o sobras? — me pregunta.

Le dije a mi madre que prefería empezar a llevarme mi propia comida al instituto en lugar de tomar el menú de la cafetería. Cuando me preguntó por qué, le dije que los asquerosos menús del instituto me estaban poniendo enferma. Y aunque no es mentira, tampoco es toda la verdad.

—Mmm... Un sándwich está bien.

Sigue limpiando verduras.

—¿Mamá?

—¿Qué pasa, cielo?

—Tenemos que hablar.

Nos sentamos en la mesa de la cocina. Le cuento lo del rumor de Blake. Le cuento lo de la taquilla y que su padre lo ha echado de casa. Omito la parte en la que yo le dije a Justin que es gay.

—¿Se puede quedar aquí, verdad? —pregunto.

—Pobre chico.

—Le dije que seguramente podría.

—No creo que sea muy buena idea.

—¿Por qué no?

—Porque el padre de Blake no puede echarlo de casa sin más. Es ilegal. Deberíamos llamar a la policía. O al servicio de protección de menores.

Tengo que averiguar qué es mejor.

—¿Por qué no puede quedarse aquí un tiempo?

—Si su padre se niega a dejarle volver a casa, quizá las autoridades quieran que su custodia pase a otro pariente.

Quedar bajo la custodia de otro familiar no es la solución más fácil. El tío de Blake es el pariente más cercano que tiene. Blake me ha hablado de su tío Rick. Es un obrero de la construcción que sobrevive cortando leña y vendiéndola antes de que llegue el invierno y cultivando abetos de Navidad en la dudad.

—Pero su tío es su pariente más cercano y vive como a una hora de aquí.

—Bueno, pues Blake quizá tenga que irse a vivir con él.

—¡Ni hablar! ¡Tendrán que transferirlo a otro instituto!

Mi madre se limita a sacudir la cabeza.

—Esto es un asco — opino.

—Veamos qué pasa primero con el padre de Blake. Estas cosas suelen calmarse cuando pasan unos días.

—No me parece justo que no se pueda quedar aquí.

—Tenemos que hacer lo que es mejor para Blake.

Me la quedo mirando fijamente.

—¿En serio? Porque a mí me parece que estás haciendo lo que es mejor para ti.

Cuando vuelvo al piso de arriba, me pongo a enrollar mi saco de dormir.

Blake sale de la ducha y vuelve a mi habitación frotándose el pelo mojado con una toalla.

—¿Cómo estás? — le pregunto.

—Bien.

—¿Bien?

—Sí.

—Puede que la pregunta te suene tonta pero, ¿por qué?

—¿No es obvio? Ya no tengo por qué tener miedo. No tengo que preocuparme por qué pasará cuando mi padre se entere. Si esta era la peor parte, creo que he salido bien parado.

—¿Y qué pasa con la gente del instituto?

—Son gilipollas. No tengo tiempo para preocuparme por ignorantes.

Blake está llevando esto mejor de lo que me esperaba: o osla teniendo una especie de desajuste emocional o lo ha superado demasiado rápido.

—¿Has hablado con tu madre? — me pregunta.

—Ajá —respondo mientras intento mantenerme ocupada doblando el saco de dormir.

—¿Y qué ha dicho?

—Ha dicho que... —Dejo de enrollar—. Ha dicho que no.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Porque se ha puesto imposible.

Estoy muy enfadada con mi madre por no dejar que Blake se quede... Para vengarme, pienso tomarme una ducha larga esta tarde y dejar la luz del baño encendida un rato.

—¿Puedo quedarme por lo menos esta noche? —dice Blake.

—Puedo intentar pedirle que te deje quedarte un par de noches más, pero...

—Mierda —dice Blake — . ¿Qué se supone que voy a hacer ahora?



Continue Reading

You'll Also Like

616K 37.7K 50
Valía la pena romper todas esas reglas por un chico como él. Regla numero uno: Nada de citas a ciegas. Después de haberse enfrentado a muchas citas...
1.6M 89.3K 107
Mi madre murió, y sin más familia, quedé a cargo de mi padre. René nunca nos tuvo en cuenta, engañaba a mi madre, se alcoholizaba y drogaba en nuestr...
485K 57.5K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
5.2M 453K 83
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...