Si tienes un seguro nunca lo necesitarás, pero si no lo tienes sucederá una catástrofe
—No bromees, Murphy —dijo Sara—. ¿Y tu papá? ¿No ha hecho nada con el seguro médico?
—Mi papá dice que no necesita un seguro médico porque "yo nucna me enfermo" —respondió Murphy imitando la voz y los gestos de su padre.
—Eso suena como una invitación para que algo malo suceda... —dijo Sara, sin evitar preocuparse.
∞
Murphy se encontraba en la sala de emergencias, con el brazo enyesado, una vacuna antirrábica puesta y una venda en la cabeza.
Tenía un esguince en el brazo izquierdo debido a su entusiasta juego de voleibol, había sido mordida por un perro sospechoso de rabia mientras corría hacia la sala de emergencias, y había tropezado en la escalera del hospital y golpeado su cabeza contra un poste en su intento de llegar rápidamente a la recepción para pedir ayuda.
—¡Tu habilidad para atraer la mala suerte es asombrosa! —exclamó Sara cuando la visitó en el hospital
—Sí... ¿Acaso tendrá algo que ver con mi nombre? —dijo con una risa incómoda.