"NOTA"
Antes de leer este capítulo, solo se les recuerda a los que siguen esta historia qué estos especiales son solamente con el fin de entretener y seguir estas tradiciones de fiestas y cosas así.
La historia no cambiará, la trama original volverá al finalizar estos especiales que tenemos preparados son solamente con el fin de entretener a los espectadores en estas festividades...
Sin más preámbulo... disfruten el primer especial de esta mini-saga de terror.
Gracias por su atención.
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Piper:
Vestirse, maquillarse, peinarse, no, no, no, maquillarse, vestirse, peinarse, no tampoco, vestirse, peinarse y maquillarse, ¡Perfecto!
Todo empezará a las siete treinta cuando el sol empieza a esconderse por el horizonte, empiezan a soplar ráfagas de viento y empiezan a encenderse los faroles con fuego griego. Vestirse de Cherokee no es complicado. Solo que no sabía si me vería bien (bastante extraño teniendo en cuenta que soy hija de Afrodita y todo me sienta a la perfección). Mi vestido era de piel de venado (bueno era tela artificial pero se veía idéntica), me llegaba hasta la mitad de los muslos y tenía un escote en forma de corazón, tenía un cinturón tejido a mano, una bufanda de piel de ciervo (artificial) que se enrolla por el cuello y se mete por el escote, ¡y los zapatos, por los dioses! Eran unos mocasines que llegaban hasta las rodillas, tenían cuentas de colores y tacón.
Cuando terminé de estar lista salí de mi cabaña, ya todos estaban afuera, algunos campistas se quedaron en la cabaña esperando a que tocaran por dulces.
Fui directo a la cabaña de Zeus por Jason, ya quería verlo con aquel fantastibuloso disfraz que le obligué a ponerse. Bueno, no exactamente obligar sino... embrujar.
Percy:
¿Qué ponerme?
No quería lo típico. No quería vestirme de Aquaman o de Sirenomam. Tal vez de una sirena, aunque no era muy original. Tampoco de pez o algún otro animal marino...
¿De qué podía vestirme?
Saqué todo lo que tenía de mi closet sin haber encontrado nada. Oh, sí.
A la altura de mi almohada, en la cama. Estaba aquella prenda que sería perfecta y no llevaría mucho tiempo colocármela. Sería perfecta aunque no creo que a Anni le guste mucho... ¿o tal vez sí? Digo, es mi novia ¿no? Además, me vería sexy solo para ella.
─Hummm...
Tomé los bóxers de Nemo y me desvestí para ponérmelos.
Salí de mi cabaña solo con mis bóxers de Nemo, cuando vi a Annabeth vestida de atrapa fantasma con un conjunto color caqui, una especie de maquina extraña que no sabía qué hacía y su melena rubia recogida en una coleta literalmente me babee, corrí por detrás hacia ella y la asuste.
─¡Bu!
─Ahhh ─gritó y se volteó hecha una furia ─¡Como se te ocurrió asustarme así Percy...! ¡Por qué vienes en ropa interior!
─Este es mi disfraz ─le dije sonriendo.
─Perseus, solo traes unos bóxers de Nemo eso ni siquiera cuenta como disfraz.
─Pero...
─Ve a cambiarte ─señaló mi cabaña mientras todos reían por el numerito que me estaba montando Annabeth.
─Pero... ¡SOY SEXY!
Annabeth se sonrojó, lo pude ver gracias a la luz de los faroles con fuego griego. Ah, qué perfecta chica.
─AHORA.
Entré a mi cabaña sintiéndome la persona más desdichada del universo.
Annabeth:
Minutos antes de ver aquella escena bochornosa:
Mi disfraz estaba listo en mi cama. Era completamente perfecto, sería una cazafantasmas con todo y red. Algo así como los padres de Danny Phantom de aquella serie de Nick. Ah, pero qué fabulosa serie.
¿Qué sería perfecto? Qué Percy se vistiera de fantasma, sí. Sería como si tuviéramos los pensamientos conectados... pero qué romántico sería. ¿Estaba actuando como hija de Afrodita? Agh, no. No, no, no. Sabía qué Percy la iba a cagar de una u otra forma, eso formaba parte de él y me gustaba eso ya que me puedo sentir útil al arreglar sus estupideces.
Oh, Percy, ¿qué me depara esta fiesta?
Me dirigí a su cabaña y toqué, cuando él salió las cosas ridículas comenzaron. Creo que eso formaba parte de él y era muy normal en él también.
Sus bóxers anaranjados del pececito Nemo.
Oh, Percy. Mi tonto Percy. Pero al menos es mío.
Bitches.
Jason:
Solo, solín, solito en mi cabaña.
Frío. Mucho frío y lo único que tenía era ese fantástico traje que Piper me había recomendado. Era muy guay y me encantaba. No, no me encantaba... era un fiasco. ¡No! Sí me fascinaba, era muy mono y Awww.
Era un traje de tornado, mis pies tenían que salir por casi la cola del tornado, el pico de la cola quedaría en mi entrepierna... ¿sería incómodo? Mi cabeza quedaría en medio de aquel tornado de tela y felpa. Me gustaban sus costuras y como estaba formado, y un moñito rosa con puntitos amarillos. Pero que mono.
Salí de mi cabaña, afuera estaba Piper esperándome. Al verme sonrió de oreja a oreja satisfecha. Pero yo al verla casi me desmayo. Se veía perfecta. Era como Afrodita... Esperen que mala comparación, no digo que Afrodita no se Guapa si no que es su hija... Y es como... Agh olvídenlo.
─Estás perfecto.
─Lo sé.
Comenzamos a caminar en busca de los otros chicos hasta llegar a la cabaña de Percy en el momento justo.
Ver como Annabeth regañaba a Percy fue lo más divertido del mundo, pero luego me sentí mal, él no necesitaba ser tratado de esa manera así que me acerqué para preguntarle a Annabeth.
─¿Qué sucede?
─Percy es ridículo.
─Sí, pero ¿qué sucede?
─Intentó pedir dulces con sus bóxers de Nemo.
─Eso si es indignante, descuida, como buen bro voy a ayudarlo.
─¿En serio?
─Yep.
Entré a la cabaña de Poseidón y vi a Percy de espaldas, su espalda estaba descubierta y sus piernas peludas (IUGH), al menos tenía su bóxer. Esperen.
─¡NO TE QUITES LOS BÓXERS!
Percy se detuvo, volteó y al verme gritó de emoción.
─¡Hey Brother! ─se soltó el bóxer y me saludó.
─Gracias a los dioses que te detuviste.
─Venga, Jason. Te encantaría verme así.
Me sonrojé.
─¡NO, TONTO!
─¿A qué vienes?
─Le prometí a Annabeth venirte a ayudar.
─Sí, a Anni no le gustó mi disfraz de ropa invisible.
─Al menos el bóxer no fue invisible.
─Sí, si lo sé... lo pensé, pero Anni se enojaría más.
─Venga... ¿No tienes otro disfraz?
─Nope.
─¿Por qué?
─Me dio pereza ir a comprar uno.
─Tenías que ser tú. De acuerdo... Tengo una idea, ¡párate!
Así lo hizo mientras tanto yo distendía su cama y sacaba su sábana blanca.
─¡Hey!
─Solo espera ─busqué un objeto filoso y le hice 2 pequeños agujeros ─¡Listo! Ahora tu disfraz será de fantasma y Annabeth es una caza fantasmas ─sonreí divertido al ver su expresión.
─Ósea... Como.
─Annabeth caza fantasmas. Percy fantasma. Son novios. Disfraces combinan ─dije como lelo emocionado.
─Ahhh... Ya comprendí. Creo.
Salimos de la cabaña yo vestido de Tornado con un moño rosa con puntitos amarillos que Piper me propuso para que me lo pusiera y Percy vestido de fantasma con una sábana blanca ─y debajo sus calzones de Nemo, aunque no quería pensar en ello─, llegamos con Annabeth y le dije:
─Señorita caza fantasmas tenemos un caso muy grave de un estúpido fantasma que anda suelto por ahí.
─¡Hey! ─gritó Percy insultado.
Ella me volteó a ver con cara de ¡¿WTF?! y entonces vio a Percy y se río
─Yo me haré cargo de ese ectoplasma volador desde ahora.
Y los dos se fueron de la mano a pedir dulces. Me acerqué a Piper, le tomé la mano y le dije.
─Otra misión exitosa para chispitas.
─Hoy eres Tormentita.
─Perfecto.
Tocamos de puerta en puerta pidiendo dulces, la de Deméter me decepcionó, no me dieron dulces... Me dieron cereales. Cuando llegue a la cabaña de Nico sonreí al ver la decoración. Había fantasmitas colgados de hilos, esqueletos vestido de porteros (eran reales), y una calavera que abría y cerraba la boca (obra de Nico) por otra parte estaba lo que Hazel había puesto; calabazas con caras divertidas, unos cuantos esqueletos que se habían puesto "guapas" y sostenían cartelitos que decían: "No hacemos daño Nico quería que se viera fea la cabaña".
Era algo aterradoramente divertido. Oh, Hazel sabía cómo producir ese efecto.
Leo:
Pedir dulces es lo máximo, hacer bromas también es genial, hacer las 2 cosas al mismo tiempo es como ¡BUUUUMMM! Lo mejor.
Pero no podía hacer todas esas maldades yo solo.
Cuando la cabaña de Deméter no nos quiso dar dulces. Travis agarró a Katie y la besó mientras nosotros entrábamos en su cabaña y llenábamos sus camas con caramelos derretidos y sus almohadas con chocolate. Salimos corriendo y Travis se fue con nosotros mientras dejábamos atrás a una Katie toda embobada por besar al chico de sus sueños.
─Eso estuvo mal ─dijo Travis.
Connor y yo nos detuvimos al mismo tiempo viendo a Travis con cara de picaros.
─Pero bien que te gusto hermano ─dijo Connor
─Travis y Katie ─canturreé.
─Sentados bajo un árbol ─me sigue Connor.
─Se quieren.
─Y se besan.
─Se pasan el chicle.
─Se tocan la pantufla y se dicen...
─TE AMO... ─contestamos los 2 al mismo tiempo riéndonos y haciendo que Travis se ponga como un tomate.
La siguiente broma era para la cabaña de Atenea. Mientras Malcom daba dulces si le contestabas una pregunta y si no lo hacías, te ibas sin nada. Nosotros nos metimos por una ventana, llevábamos arañas de juguete y algunas telarañas, las empezamos a colocar por toda la cabaña y salimos por el mismo lugar por donde entramos.
Nuestra mayor broma era para la cabaña de Afrodita llegamos y le dijimos a Lacy una de las hijas de la diosa que si nos ayudaba a mejorar nuestros vestuarios y ella como buena persona asintió. Nos metimos a su cabaña mientras ella arreglaba mi disfraz de Dragón (en honor a Festus), los Stoll se dedicaron a poner lodo y gusanos en todas las camas menos en la de Piper y Lacy. Los Stoll se disfrazaron de ellos mismos solo que al revés (Connor de Travis y Travis de Connor). Salimos a toda prisa cuando el cuerno sonó y todos nos reunimos en el pabellón.
Nico.
Maldita vida.
Maldito todo.
Aquellos días habían sido los peores. Desde que regresé al Campamento, las cosas fueron exactamente iguales. Ósea, para ser un hijo de Hades no sabía cómo Hazel podía vivir en un mundo rosa, con ponis y arcoíris. Yo no podía, yo amaba la oscuridad, yo era yo. No me gustaba sonreír. No, ya no desde aquel fatídico día...
Sentado en esta maldita silla, viendo al maldito espejo. Hazel me ponía un maldito disfraz de un maldito conejo del maldito color rosa.
─¡LISTO! ─gritó emocionada.
─Pero qué... colorido.
─¿No te gusta?
─Hummm... ¿Es pregunta retórica?
─Jajaja ¡Tonto!
No quería verla triste, debía de estar agradecido de haber encontrado una hermana. De haberla encontrado a ella. Aunque aún me dolía que no haya encontrado a Bianca... oh, Bianca.
Algún chico ridículo tocó la puerta de nuestra cabaña a pedir dulces.
Malditos dulces.
Malditas fiestas.
─Ya voy ─dijo Hazel alegremente.
Hazel.
Nico se veía tan pero tan lindo que me hubiera gustado tomarle miles y miles de fotos, o al menos comérmelo a besos y a cariñitos. Aunque si lo hacía, sería seguro que terminaría enojado y yo arrepentida por hacerlo. Era mejor no arriesgarme con un hijo de Hades... esperen, soy hija de Plutón. Es casi lo mismo.
Cuando Nico se levantó, pude verme el maquillaje verde para verificar que no se había corrido.
¡ME VEÍA FABULOSA! Una zombi perfecta, la sangre falsa parecía real y los toques espeluznantes que había hecho Nico. Parecían heridas reales, una gran cortada en la boca que hacía mi sonrisa macabra. ¡GENIAL!
Nico tomó la calabaza de plástico donde había pequeñas bolsas con dulces para los campistas. Abrió la puerta y se soltó a carcajadas, él y otro chico. Me ganó la curiosidad y me acerqué, vi a Piper vestida de Cherokee y a Jason de un tornado con un moñito muy mono.
─Hola ¿Qué eres? ¿Un huracán? ¿Eres Patricia? ─Nico se dobló de la risa.
─Hola... conejito de Pascua ─y Jason también se dobló de risa.
Piper golpeó su frente con la mano y negó.
─Chicos, chicos. Pero que maduros son.
─Al menos Nico está riendo de verdad ─no me pude contener.
─¡Hola, Hazel!
─¡Soy un Zombi! Y tu disfraz es sumamente perfecto, Piper.
─Gracias, el tuyo también lo es.
Los chicos se calmaron un poco.
─Vinimos por D-U-L-C-E-S ─deletreó Jason.
─Vaya, sabes deletrear. Por cierto, tu disfraz es fabuloso Piper ─le dijo Nico a Piper.
─Gracias, Nico. El tuyo es tierno.
─Hazel me obligó.
─Menos blah, blah, blah y más dulces, dulces, dulces.
─Agh, claro.
Nico saco 2 bolsitas que tenían de todo chocolate, dulces de menta, gomitas de colores, etc. le dio una a bolsa a Piper.
─Aquí tienes, Piper.
La otra bolsa la abrió... sacó una gomita de color verde y se la dio a Jason.
─Esto es para ti.
─¡NO ES JUSTO! ¡QUIERO A MI ABOGADO! ¡¡¡ANABETH!!!
Nico sonrió satisfecho.
─Ya dale sus dulces a Patricia ─le dije a Nico.
─Qué soy un huracán... digo, un Tornado.
Y nos estallamos a carcajadas.
Nico le dio su bolsa de dulces, Jason sonrió muy feliz.
─¿No van a pedir dulces? ─nos preguntó Piper.
─Sí, solo acabamos unos detalles con nuestro altar ─respondí.
─Yo dejé a los chicos que lo hagan ─dijo Jason.
─Jason, eres el único en tu cabaña ─le recordó Nico.
─¡MIERDA!
Jason corrió hacia su cabaña.
─Ahí va Patricia, a más de 205 km. Por hora ─dije.
Nos volvimos a partir de risa.
Frank.
La cabaña de Ares estaba lista para todo. El altar y los dulces. Los disfraces de todos eran espeluznantes y a la vez fantásticos. El mío era de oso panda, quería darles una gran impresión a los Siete (y Nico), pero más a Hazel.
Salí con mi canastita de Frankenstein, llevaba unos cuantos dulces de mi propia cabaña que me habían dado palmadas en la espalda por mi original disfraz. Pasé por algunas cabañas hasta que llegué a la de Zeus, sabía que estaba sola teniendo en cuenta que Jason estaría con Piper y Thalia en la cabaña de Artemisa. Pero no, me equivoqué. La puerta estaba entreabierta.
La curiosidad me absorbió. Miré por la puerta y lo que vi fue ultra divertido. Un tornado con un moñito que estaba apurado colocando frutas, dulces y papel de colores en una mesa. También había velas y fantasmitas de papel, algunas tumbas por debajo y no debían faltar las flores de esa época. ¿Qué era lo divertido? Jason vestido de huracán con un moño.
Me alejé y me dirigí a la cabaña de Hades, esperaba ver a Hazel con un disfraz súper lindo. Aunque todo en ella era perfecto. Hazel era como un diamante en un cielo nocturno, siempre resplandeciente.
Llegué, toqué la puerta y ella salió a recibirme con su disfraz perfecto de Zombi. Tenía una canastita con bolsas de dulces, pero al verme la canasta cayó al suelo y se lanzó a mis brazos. Pensé rápido y me convertí en oso panda.
Hazel cayó a mis brazos, me vio y comenzó a reírse.
─¿De qué te ríes?
Ella apenas como pudo respondió:
─Un oso panda disfrazado de oso panda... eso sí que es original.
Me miré, Ouh, lo había olvidado. Me volví a convertir en chico.
─Fue para que cayeras cómoda.
─Estoy cómoda en tus brazos ─y me sonrió.
La abracé más fuerte, no exagerado pero sí para que me sintiera más.
Abrí los ojos y en el porche de la cabaña estaba Nico con los brazos cruzados. Lo hubiera tomado muy en serio y separarme rápidamente de Hazel ¿pero cómo tomar en serio a un chico con disfraz de conejo rosa? Solo me solté a reír.
Dioniso.
Maldito castigo, maldito padre, malditos campistas.
Cómo odiaba que el vino se convirtiera en agua, lo odiaba. Podía sentir el sabor de aquel delicioso vino que tenía en mi mano, lo sentía en el paladar. Pero sería imposible tomarlo, se convertiría en agua apenas el contacto con la copa. No quería arriesgarme nuevamente.
─Listo, Dioniso. Es hora de ir a ver las ofrendas ─dijo Quirón.
─Agh. ¿No puedes ir tú solo?
─Tú pusiste esta competencia, tú debes de ser el juez.
─Agh, está bien. Vamos. Además de que ya quiero que empiece la fiesta.
─¿Quién la está preparando?
Le dediqué una sonrisa traviesa, no debía de saber quién estaba detrás de aquella fiesta extrema del terror.
─Solo vayamos a ver esa competencia, luego comienza la carrera y al final la fiesta.
─Perfecto, ya quiero ver los disfraces.
─Apuesto a que Nico será algo así como un zombi o algo terrorífico.
─Hazel no lo dejaría ─dijo Quirón.
─¿Apuesta?
─Apuesta.
─¿Qué apuestas?
─Hummm... qué hagas servicio comunitario con los campistas.
─¡NO! Bueno, pero solo si tú te pintas las pezuñas de color rosa y aceptas que los chicos de Afrodita te cambien el look.
─Vale.
Y nos dirigimos a las cabañas para ver las ofrendas, aquella maravillosa tradición mexicana. Era tan hermosa y colorida... ¿Cómo no fui un dios Azteca?
Las alfombras eran casi parecidas:
Deméter: tenía trigo y cereales como decoraciones (original). Afrodita: era todo rosa. Ares: era todo muy sangrientamente falso pero a la vez cool. Artemisa: me gustó el velo y las estrellas y aquellos toques. La de Hera no había nada. La de Apolo: era muy resplandeciente. La de Hefesto: muy mecánica y con mucho metal. Hécate: tenía detalles mágicos y muy prometedores. La de Niké era sumamente grande y preciosa, con todos los detalles bien creados, estaba perfecta. En la de Hipnos: Clovis se había quedado dormido sin acabar su altar. La de Iris tenía arcoíris muy monos. La de Hades tenía tumbas reales y huesos reales, bastante genial. La de Poseidón tenía conchas y peces en peceras donde había tumbas diminutas y el agua era de color negro (un gran detalle). La de Atenea estaba hecha con libros y cosas así. La de Hermes tenía miles de cosas que no encajaban, tal vez eran cosas robadas.
Volvimos a la casa grande para verificar los resultados. Creo que era obvio la respuesta, pero sería publicada en la fiesta.
¿Quién había ganado?
Pues los chicos que no soportaban perder: Niké.
Agh, esos chicos engreídos... si tan solo fuera el juez cambiaría los resultados.
¡DETENGAN EL MUNDO! ¡SOY EL JUEZ!
Y cambié los resultados.