"La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas" - Alejandro Dumas.
La vida es un camino lleno de retos y obstáculos que uno debe superar para poder decir, al final, que realmente ha vivido. La vida significa correr, caerse, levantarse, curarse y seguir, siempre aprendiendo de nuestros errores. ¿Cómo se supone que podrás decir que has vivido, si nunca has asumido alguno de estos retos? ¿Cómo se supone que dirás que viviste, si ni siquiera te atreviste a vivir?
La vida está al frente de tus ojos. Está afuera, llena de enredos, risas, llantos, abrazos, caídas, desafíos y satisfacciones. No temas salir a disfrutar de todo aquello, no temas salir a adquirir todo lo que la vida ofrece, no temas salir a vivir.
Algunas personas deciden, quizás por malas experiencias o por no salir dañadas, encerrarse en una burbuja; deciden cerrar su corazón, su mente y sus sueños en un cofre bajo llave. Deciden, simplemente, no vivir, y mantenerse permamentemente en lo superficial, lo simple, lo cómodo, lo seguro.
Así como ellos, los peces que viven en las peceras viven en un lugar con más seguridad, donde tendrán comida y no viven en el riesgo de ser alimento de otros. Pero, ¿Acaso es posible comparar unas gotas de agua en un recipiente transparente con las grandes y majestuosas olas del mar? ¿Acaso se puede comparar a una pecera con el magnífico océano, lleno de belleza viva y hermosa? No, definitivamente no se puede.
No cierres tu corazón al mundo. No cierres tu mente a nuevas ideas y pensamientos. No cierres tus sueños, y no limites tus posibilidades. El temor no debe frenarnos, al contrario, debe impulsarnos a tomar el riesgo. Y si sales herid@ en el proceso, que eso no te haga encerrarte. Levántate, aprende de ello y sigue viviendo. Arriesga el todo por el todo. Sé tú. Al fin y al cabo, esta vida es sólo una. Aprovecha, y vive.