-A la derecha-No lo pensamos dos veces y todos seguimos las indicaciones de Alex.
Mi corazón palpitaba rápidamente, y más aún cuando las luces se habían automatizado en toda la mansión, ahora debía contar las veces que se apagaban y prendían para estar alertas.
En el camino, les hemos contado lo que pasa a todos, así que ellos también están al tanto de que en cualquier momento, pueden morir.
- ¡Alex!-digo con la respiración agitada.
- ¿Qué?-para en seco.
-Dieciséis veces-digo con un hilo de voz.
Automáticamente aprieta el agarre de nuestras manos.
Todos nos ponemos juntos, a nuestro lado, Zack sujeta a Monique de la cintura y esta se aferra a él, agradezco que pueda protegerla, es como mi hermana, y no sé qué haría si la perdiera.
Diecisiete veces...
-Uno...dos-cuenta Alex justo antes de que las luces se apaguen.
-Uno...dos...tres...-aprieto los labios.
Y las luces vuelven a encenderse.
No ha pasado nada...suspiro de alivio, creo que todo ha acabado...lo peor ya ha pasado.
- ¡Auxilio!-un grito hace que me ponga alerta.
Una chica es arrastrada por...
¿Scord?
Así que ellos tramaron todo esto.
No la muerde, solo gira su cabeza y ella desaparece de la faz de la Tierra...así de rápido.
Todos gritamos cuando Scord desaparece de nuestra vista.
Siento una punzada de dolor al ver el cadáver de la chica, esto hace que casi caiga al suelo rendida, de no ser porque Alex me sujeta del brazo.
Una vez...
- ¿Ahora qué hacemos?-chilla Jennifer asustada.
- ¡Todos vamos a morir!-gritan las porristas al unísono.
- ¡Nadie morirá!-demando.
- ¿Y qué pasará cuando solo sean diez veces Sarah o cinco?...Sabes exactamente quienes son los únicos que sobrevivirán aquí-Monique apunta a los vampiros con su cabeza-. ¡Antes éramos veintiuno, ahora somos diecisiete!... ¡¿Que hay sobre eso?!-grita.
- ¡No morirán!...Lo juro-digo sin convicción.
No prometas cosas que no puedes cumplir...
-Está bien-intenta seguirme el juego.
Monique tiene razón... ¿A quién engaño?...Todos vamos a morir...
Wow que directa...
Es la verdad, mi querida conciencia, creo que te extrañaré...
Vamos Sarah me harás llorar...
Es mi culpa por decir la estúpida idea de que Alex convenciera al taquillero.
No...No te sientas culpable...no es tu culpa...
¿Por qué no pudimos esperar?... ¿Vamos, cuantas personas podía haber frente a nosotros?... ¿Si acaso unas mil tan sólo?...Debimos esperar...
¿Mil?....Sí mil personas...Bah...pudieron esperar... ¿Cuánto pudieron haber tardado?... ¿Dos o tres años?...No es la gran cosa...
Exacto, más a parte la fila para entrar a la maldita Casa del Terror.
Cinco años...
Sí... ¿Por qué debimos entrar veintiún personas?...Sólo necesitaban a diez... ¡Solo a diez!
Voy a llorar...te extrañaré Sarah...quiero que sepas que no era mi intención estar fregando tu vida...te extrañaré....
Sólo diez personas.
Oh adoro que me ignoren...
¡Sólo diez personas!
Las palabras de la guía dan vueltas por mi cabeza.
«Se supone que solo se necesitan diez personas, y somos veintiuno...creo que se deberán retirar unos cuantos.»
Eso es, sólo necesitan diez... ¿Para qué? Ni idea...lo que sí sé es que diez personas sobrevivirán, quedamos diecisiete. Si no contamos a los tres vampiros entre nosotros eso significa que cuatro personas más morirán.
Y eso no pasará...no dejaré que nadie más muera.
-Sarah...-una voz interrumpe mis pensamientos-. Diez veces.
-No podemos dejar que nadie más muera Alex-le suplico-. Morirán cuatro más...necesitan a diez, no sé por qué razón...-sacudo la cabeza.
- ¿Cómo lo sabes?-me interroga.
-Sólo hace falta un poco de lógica...y cerebro-levanto las cejas y me cruzo de brazos.
- ¿Estás insinuando que no tengo cerebro?-dice ofendido.
-Sólo digo que soy muuuucho más inteligente que tú-esbozo una sonrisa triunfante.
-Una cosa es que te tú te creas Sherlock Holmes-bufa-. Y otra muy diferente es que seas más inteligente que yo.
-Oh, cariño no necesito ser Sherlock Holmes para averiguar quién de los dos es más inteligente, ambos sabemos la respuesta-me señalo a mí misma con mi pulgar.
- ¿Quieren dejar de discutir?... ¡Creo que hay cosas más importantes por atender ahora!... ¡Así que por favor dejen de jugar por un rato y MADUREN!-hace énfasis en la palabra.
- ¿Perdón?-pongo los ojos en blanco-. Mira quien habla.
Monique abre la boca para contestar, y sé que se desatará una guerra en este momento pero el grito de una chica nos detiene.
- ¡Diecisiete veces!-grita Madie.
Y esas fueron sus últimas palabras, porque después de eso, Elízabeth hizo su espectacular aparición llevándose a la chica varios pisos arriba haciendo hoyos en el techo al subir. Para después, dejarla caer ya sin gota de sangre en su organismo.
¡Dieciséis!... ¡Ahora sólo Dieciséis!...
Gritos desgarradores se escuchaban por toda la mansión, y fue cuando todos nos echamos a correr rumbo al piso de arriba, sin saber que hacer o a donde ir, estaba totalmente perdida.
Esta escalera es eterna...juraría que llevamos miles de pisos. Cuando la escalera al fin se acaba llegamos a una enorme habitación que parece ser el salón, todo está oscuro ya que ahora el tiempo en que las luces se apagan son cinco segundos, y cuando estas se encienden, logramos ver al final del pasillo...otras malditas escaleras.
Corremos como si se tratase de Maze Runner y estuviésemos huyendo del laberinto, buscando la salida.
Quince veces...
Sigo corriendo, aferrándome a la mano de Alex, sin mirar atrás.
Estamos a punto de llegar cuando un grito desgarrador hace que nos detengamos.
Lamentablemente sólo logramos ver a la chica sujetada por James, cuando este termina de "Alimentarse" (Asesinarla de una manera despiadada).
- ¡Sophi!-chilla Jennifer-. ¡Era la coreógrafa del equipo!...-la señala, esta yace tirada en el suelo-. ¿Ahora qué vamos a hacer?
- ¡Jennifer!-dejo salir un grito ahogado-. ¡Está muerta!
-Lo sé-se queja-. ¿Por qué crees que estoy así?-me mira como si yo fuera la idiota aquí y no ella- ¿Quien se encargará de las rutinas ahora?
Esta chica es increíble, por el amor de Dios ¡Tiene un cadáver frente a ella!
-Tres veces-grita Zack.
Y eso nos obliga a correr de nuevo tratando al menos de salvar nuestras vidas, las escaleras son tan largas, pero la adrenalina lo es más al igual que las ganas de seguir con vida, que ni siquiera nos quejamos, en otros casos estuviera muerta de tan sólo verlas.
Estaba aterrada, las personas seguían disminuyendo y en cualquier momento podría llegar mi turno.
- ¿Alex?- mi voz sonaba débil, apenas pude escucharme yo misma, pero en eso el agarre de nuestras manos se aprieta y con eso pude saber que él si me había oído.
-No dejaré que nada te pase-prometió.
Ni si quiera llegamos a la mitad del recorrido, cuando escucho un grito detrás de mí.
Esta vez se trataba de aquel chico amigo de Mel que yacía en los brazos de su depredador, este...o más bien esta, a diferencia de los demás, no lo hacía con rapidez, sino que disfrutaba cada gota de sangre que absorbía de su escuálido cuerpo, como si disfrutara asesinarlo.
Cuando las luces se encienden, logro distinguir aquella melena de cabello rojizo, la causa de que la llamaran "Tomate".
Cuando termina con su presa, se incorpora poniéndose de pie, me examina con la mirada de pies a cabeza esbozando una sonrisa siniestra. Las luces se apagan...y ella desaparece.
Trago fuerte, sin creer lo que acabo de ver...A una asesina...Una vil asesina...Una persona que no tiene rastro de humanismo.
-Te dije que no vinieras-susurran cerca de mi oído.
Volteo rápidamente pero ella ya no está.
Alex suelta mi mano, me sobresalto por eso, pero me tranquilizo al instante al saber que lo ha hecho para rodear mi cintura con su brazo pegándome más a él.
Las lágrimas caen por mis mejillas, ya no me interesa nada...no me importa morir en este momento, no puedo vivir con el hecho de saber que la persona a la que consideraba mi mejor amiga ahora sea una despiadada asesina, no puedo con todo esto.
No soy yo sino Monique la que nos obliga a todos a seguir corriendo, yo la sigo ya que Alex me empuja con él.
Sólo una persona...sólo falta una persona para que queden las diez, y no me interesaría en lo absoluto ser yo la siguiente.
Llegamos a la azotea de la mansión infernal...esta azotea es cinco veces más grande que mi casa, me acerco a la orilla y veo la multitud esperando a entrar a las demás atracciones, pero no hay nadie en fila para entrar a la Casa Del Terror. Ellos planearon todo esto, planearon las muertes...planearon traernos aquí, y nosotros de estúpidos caímos en la trampa... ¿Por qué no esperar a morir y ya?
¿Podrías dejar de pensar en eso y apreciar tu vida por un momento?...
Tal vez debería hacerte caso, o tal vez debería saltar del edificio en estos momentos y dejarlos con sus diez personas...con tal de que nadie más muera.
Pero no puedo hacerlo, Monique sería una de esas diez personas y no quiero que la torturen ni la traten como su títere, sea lo que sea que vayan a hacer con esas personas no dejaré que lo hagan con ella.
Tal vez deberías aventar a Monique del edificio...
Obviamente descarto esa idea, no puedo dejar que esos vampiros se salgan con la suya...mucho menos ella.
- ¿Cuantas veces van?-grita Jennifer.
-No tengo idea, aquí arriba no hay luz-responde Monique mientras se acerca a la orilla del edificio.
Vamos hazlo...empújala...
Trato de ignorar a la voz en mi cabeza.
Bien de todas formas no es necesario, es tan imbécil como para caerse ella sola...
En eso tiene razón así que tomo a Monique del brazo para alejarla de las orillas del edificio.
- ¡Vaya!-una voz ronca se escucha a mi lado-. Veo que han caído en nuestras redes-me encuentro con la mirada penetrante de James a pocos metros de mí.
-Son tan ingenuos-Elízabeth aparece de la nada y se sienta junto a su novio.
-Veo que aquí están los diez humanos que requeríamos-Adelí pasa a un lado de mí empujándome con su hombro.
-Somos once-digo sin pensar.
Pero que estúpida...
Cierro los ojos con fuerza arrepintiéndome de lo que dije.
-Tienes razón...son once-James se pone de pie y rápidamente llega a mí, acariciando mi barbilla-. ¿Qué haremos contigo?-me suelta para cruzarse de brazos y colocar su mano en su barbilla mirándome pensativo-. Lamentablemente no podemos hacerte daño-chasquea la lengua-. Así que creo que te has... ¿Salvado?... ¿Salido con la tuya?... ¿Cuál sería la mejor forma de expresarlo?-mueve su mano en círculos y camina de nuevo para posicionarse junto a Elízabeth.
- ¿P-por qué no?-titubeo.
-No es de tu incumbencia-interviene Adelí.
-Nadie pidió tu opinión-me pongo a la defensiva.
De un movimiento rápido está a pocos centímetros de mí, mirándome amenazante.
-No te metas conmigo Sarah-dice entre dientes.
-Te diré algo Adelí-hago caso omiso a sus palabras anteriores-. No te tengo miedo-demando.
-Pues deberías-deja salir una risa seca-. He hecho más cosas de las que crees...
-Has hecho más cosas de las que no estoy interesada en saber así que te pido que te vayas a intimidar a algún idiota que te crea y me dejes a mí en paz...-ella retrocede un paso sorprendida por mis palabras, presiento que algo malo pasará pero aun así prosigo-. Te crees invencible por ser un vampiro pero no es así ¿Te digo por qué?...Porque tú Adelí Mathews no vales ni un quinto de mierda-contraataco.
Siento un golpe en la boca del estómago que saca todo el oxígeno de mis pulmones, mis rodillas se doblan y casi caigo al suelo cuando Alex me sostiene en sus brazos.
-Eso...-continúo ignorando el dolor que siento en mi estómago-. Ve a golpear humanos porque a un vampiro ni le atinas-digo con la voz entrecortada. Maldita sea como duele.
Esto hace que se enfade más, mantiene sus puños cerrados a sus costados y comienza a acercarse a mí de nuevo pero un brazo la detiene, lanzándola por los aires y haciendo que caiga al otro lado de la azotea. Adelí se pone de pie dispuesta a regresarle el golpe a Rihanna, pero James las detiene a ambas.
- ¡Luego se matan ¿Bien?!-se queja-. ¡Ahora tenemos cosas más importantes que hacer así que llévenselos a todos!
Los Darkers comienzan con las ocho porristas que quedan, les inyectan un líquido, y estas se debilitan hasta desmayarse, así comienzan a llevárselas una por una.
Casi me desmayo al ver como Jennifer lucha contra ellos tratando de evitar que le inyecten aquel líquido extraño, obviamente falla en el intento y cae al suelo rendida.
Los brazos de Alex son arrancados de mi cuerpo y ahora yace entre los brazos de dos vampiros más, se ven mayores de treinta años en edad humana y en edad vampira no me lo quiero ni imaginar, a Zack lo sujetan dos mujeres de la misma edad, y a Rihanna la sujeta Adelí.
Yo en cambio, estoy siendo sujetada por Elízabeth, la verdad no tengo ningún problema en eso, ya que ahora siento como si todo me importara un bledo.
Claro que no es así cuando veo como le inyectan a Monique esa rara sustancia, forcejeo contra Elízabeth observando como ayudan a mis dos amigas derrumbadas en el suelo.
Me vuelvo completamente desquiciada, grito y pataleo como un demonio, hasta que siento una punzada en mi hombro izquierdo y es cuando todo comienza a nublarse y a perder forma, lo único que logro distinguir es como retiran la jeringa de mi brazo con suma lentitud.
Me he perdido completamente, a mi alrededor todo da vueltas, y eso hace que me den náuseas, todo es de un color, luego de otro, y así sigue cambiando consecutivamente a diversos colores, que ni siquiera me había percatado de que existían.
Siento como unos brazos me levantan del suelo, pero no lo hacen de una manera brusca, sino que lo hacen con cuidado y delicadeza, como si me fuese a romper. De hecho eso siento, ya que no tengo la fuerza ni para levantar un dedo.
No sé qué es lo que pasa, sólo sé que estoy siendo llevada en brazos de alguien, y que ese alguien me introduce en un auto, y lo primero que hago es cerrar los ojos y dormir.