Creo que muchas personas le tenemos miedo a la soledad. El hecho de quedarnos solos, sin nadie que esté ahí para nosotros, sin alguien que nos haga saber lo mucho que importamos, asusta.
Incluso existen personas que, por vivir en soledad, sin nadie que los pueda apoyar y hacer sentir bien, caen en una de las más grandes depresiones.
Pero, ¿realmente la soledad es tan mala?
La soledad nos permite tener un tiempo exclusivo con nosotros mismos, analizar quiénes somos y cómo actuamos. Ésta es una buena maestra, enseñándonos lo que es la calma, la relajación, la meditación. La soledad nos permite darnos cuenta de las verdades de la vida, y ésta nos puede enseñar más que cualquier compañía.
He oído a personas decir que la soledad es el camino al sufrimiento, ya que uno siente que no hay nadie quien lo quiera, yeso lo hace sentir miserable e insignificante en este mundo. ¿Realmente es así? La primera persona que nos debe querer somos nosotros mismos. No podemos esperar a que otras personas nos aprecien por lo que somos, si ni siquiera nosotros lo hacemos.
Ámate, quiérete, estímate. No tiene que haber alguien a tu lado que te recuerde que eres importante, porque tú debes estar segur@ de por sí que lo eres.
Eres únic@, valios@, especial, talentos@. Y si por ahora parece que no hay ninguna persona que se de cuenta de ello, al menos TÚ lo sabes, y eso es lo único que importa.
Si estás acompañad@ de mucha gente, qué bien por ti. Si estás sol@ en este momento, qué bien por ti. Existen personas que viven en soledad, y son mucho más felices y serenas que gente que vive rodeada de personas que ofrecen malas influencias.
Con esto no digo que vivir acompañado es lo peor del mundo, ni que la soledad es lo mejor que nos puede pasar. Al fin y al cabo, ambas situaciones son temporales, y puede que mañana mismo alguien se vuelva tu compañer@, y tu soledad termine.
Lo que busco decir es que siempre es bueno tener un tiempo para nosotros mismos. Si en estos momentos te encuentras en soledad, aprovéchalo al máximo. Ya habrá tiempo para disfrutar de la compañía de otros. No te compliques por ello ni te deprimas. Todo es temporal.