Padre Soltero

By LizSosa1D

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《Papi, ¿pol qué Mami no ta?》 《Papi, ¿pol qué yo no tengo una Mami?》 ¿Cómo responderle eso a un niño de dos añ... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Nota :)
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
*Aviso*
¡Hola!
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Aviso
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Años después xD
Capítulo 35
Capítulo 36
No es un capítulo.
Aviso
Epílogo
Carta de Elizabeth
¡Gracias!
Tormento
Hola de nuevo

Capítulo 37

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By LizSosa1D

Gracias por su apoyo con el asunto del robo de la novela, son lo máximo :')

Observó, cómodamente sentado, desde su auto a las razones de su vida, las cuatro razones para que él siguiera con ganas y fuerzas para vivir. Su esposa y sus hijos eran todo para él, ahora nada le faltaba, él siempre se había negado a eso; al amor, a tener otras razones para luchar además de su primer hijo. Unos años atrás se había prometido no volver a confiar en nadie, luchar por lo unico importante en su vida, Theo había sido su fuerza; el pequeño lo animaba con tan sólo esbozar una sonrisa, eso significaba que su padre estaba haciendo las cosas bien... significaba que nada les faltaba y que podían estar solos sin algún problema, sólo ellos dos.

Pero entonces Theo creció, notó que le faltaba algo y muy astuto se propuso buscarlo hasta encontrarlo. Su pequeño se había encaprichado con Hilary hasta conseguir lo que quería. Alexander no pudo negarse, Hilary lo había atrapado, ella le había hecho dudar sobre mantenerse en la idea de estar solo, de ocultarse detrás de una actitud amarga y fría. Su ahora esposa era la indicada para él, era la mujer que lo haría felíz; y cómo no, si ya le había dado dos bellas razones más para luchar.

Salió del auto tomándose un tiempo para seguir admirando a su familia.

—¡Alex! — su esposa lo llamó al verlo de pié a un costado de su auto.— ¿Qué pasa, cariño?. Entra, nuestros padres no tardan en llegar.

Él sonrió sacando las bolsas de comida que había comprado, su familia llegaría pronto pues iban a festejar que él, Hilary y sus hijos tenían nueva casa.

—¡Niñas, Theo esta ocupado, dejen de molestarlo! —Hilary gruñó en cuanto él entró, sus pequeñas hijas la miraron con unas sonrisitas en sus respectivos rostros.

Tracy y Ashley de 5 años de edad era un desastre juntas, las gemelas se asociaban para hacer de las suyas en todo momento, eran unaa niñas adorables con el cabello castaño al igual que el de su madre, los ojos azules cómo los de su padre y las sonrisas del pequeño Theo. Las pequeñas eran un tornado juntas pero sus padres las amaban demasiado.

Theo había cumplido sus 8 años de edad, iba a la primaria, sus dotes de hermano mayor se hacían presentes cuando se trataba de sus hermanas, el niño seguía siendo todo ternura y dulzura más aún cuándo trataba de comportarse como todo un adulto al momento de cuidar a las gemelas.

—Está bien Mami, ya he terminado mi tarea —comentó Theo mientras las gemelas lo abrazaban. Hilary le sonrió con dulzura.

—La comida llegó —anunció Alexander. Al verlo, las pequeñas castañas soltaron a su hermano y corrieron hacia su padre gritando con emoción.

—¡Papi!, ¡Papi! —llamó Ashley, la mayor, tirando de los pantalones de su padre.

—¡Yo hablaré primero! —exigió Tracy.

—No, yo primero porque soy la mayor —contradijo Ashley

—Sólo por unos minutos en los que mamá no me dejó salir —aclaró la pequeña Tracy, Hilary la miró con sorpresa.

—¡¿Quién te dijo eso?! —exigió saber.

—Tío Bruno —respondió la pequeña, orgullosa. Su madre sólo suspiró con resignación, el hombre solía ir casi a diario por las gemelas mientras Theo estudiaba, las llevaba al cine, a las plazas y a cualquier lugar que se le ocurriera. Con apenas cinco años las gemelas ya conocían casi de todo y eso era gracias a su tío Bruno.

—Hablará la primera que me traiga... ¡Uno de los zapatos de su madre!

Al instante las dos pequeñas castañas se tomaron de las manos y juntas corrieron hacia su madre tratando de quitarle los zapatos, Hilary fulminó a su esposo con la mirada, éste sonrió inocente mientras ponía las bolsas sobre la mesa.

—Hola Papá, ¿te ayudo? —Theo se acercó empezando a husmear en las bolsas, Alexander sonrió al ver a su hijo, el pequeño Theo había crecido; ya no era tan pequeño, él mismo se los recordaba cuando Alexander y Hilary lo mimaban... aunque también a veces le gustaba que le contaran un cuento antes de dormir, justo cómo a sus hermanas.

—Ayúdame con los vasos —pidió haciendo un gesto hacia la bolsa que contenía unos cuantos paquetes de vasos de plástico. Theo asintió comenzando a realizar la tarea que su padre le había ordenado.

—Papá, ¿Puedo hablar contigo? —murmuró el Rubio frunciendo el ceño. Alexander lo miró con confusión.

—Ya estás hablando conmigo, hijo.

—Lo sé, pero... quisiera tratar un tema muy delicado —dijo en tono serio.

—¿Qué pasa? —interrogó Alexander.

—¿Puedo tener una mascota? —preguntó serio, Alexander rió ante la imagen de su hijo, pero después se puso igual de serio que el pequeño.

—Bueno... mientras no sea un gato, Tracy y Ashley son alérgicas recuérdalo.

—Lo sé, estaba pensando en un perrito o quizá en una serpiente, a las gemelas les gustan las serpientes.

—Sí, les gustan —murmuró Alexander reconociendo los extraños gustos de sus hijas.

—¡Ya lo tengo! —exclamó una de las pequeñas levantando una zapatilla. Alexander observó el aspecto de la pequeña, su bonito cabello se había disparado hacía todos los lados pero ella sonreía con orgullo.— ¿Ya puedo hablar?

Alexander sonrió levantandola en sus brazos, la pequeña deposito un beso en la aspera mejilla de su padre.

—Creo que mejor vamos con Mami y que ella te peine, pareces un león, mi amor —comentó pellizcando las mejillas de la pequeña.

—¡Eso no!, tú hiciste que vinieran hacia mí y mira lo que pasó —gruñó Hilary con el mismo aspecto de su hija.

La segunda gemela salió detrás de su madre pero ella continuaba completamente arreglada, caminó hacia su padre contoneandose egocéntrica.

—Aquí tienes, papi —dijo mostrándole una zapatilla distinta a la que su hermana había llevado.

El claxon de un auto los hizo dar un salto, dirigieron su mirada hacia la calle donde sus parientes salían de sus respectivos autos y se dirigían hacia la casa que ahora les pertenecía. Hilary se alarmó al ver el aspecto de su hija y el suyo, todo estaba listo excepto ella y su hija.

—¡Tío Bruno! —las gemelas gritaron al unicio dispuestas a salir corriendo para encontrar a su tío, pero Hilary detuvo a Tracy antes de que su familia la viera en ese estado.

—Entra y arreglense, yo me hago cargo —comentó Alexander al ver la angustia de su mujer. Hilary asintió tomando la mano de su hija, besó la frente de Theo antes de dirigirse hacia la entrada de su casa.

—¡¿Pero que es lo que veo?! —exclamó Bruno observando a Ashley.— Tú, que en relidad no sé si eres Tracy o Ashley, ¡separada de tu clon!

La pequeña rió yendo a abrazar al hombre, éste la levantó y comenzó a dar vueltas con ella en sus brazos.

-Tío Bruno, ¿Dónde está tío Dave? -preguntó la pequeña, Bruno hizo un gesto con la mano restandole importancia.

—Vendrá en unos momentos, fue a traer unas cosas.

Los demás se acercaron saludando a Alexander y a Theo, después a la pequeña. Nathan, Ronald y su pequeño hijo entraron al final; el pequeño Tommy de 1 año había sido adoptado por la pareja unos meses atrás después de un largo y desesperante proceso, aún se encontraban en observación para saber si el ambiente que le iban a brindar al pequeño era el correcto, pero la pareja estaba más que felíz con el niño. Todos confiaban en que pasarían la prueba y se quedarían con el pequeño, Ronald estaba encantado con el niño y Nathan no podía estar más orgulloso de ser padre.

—¡Primo Tommy! —Theo corrió hacia Nathan quién sostenía a su pequeño en brazos. El pequeño Tommy rió felizmente al ver a Theo lo que provocó ternura en los demás presentes.

Hilary salió con la otra gemela detrás de ella, las dos lucían mucho mejor que antes, saludaron a sus familiares antes de invitarlos a ocupar un lugar en la mesa.

—Les dije que la casa era la correcta para ustedes —comentó Anne— El jardín es amplio, justo lo que los pequeños necesitan.

—Esperemos que más adelante haya más nietos —murmuró Owen. Alexander miró a Hilary, ella rodó los ojos.

—Por favor hablenle de otra cosa, mi marido piensa que tener hijos es como fabricar juguetes. —bromeó.

—Eso no es verdad, pero le he dicho a Hilary que mínimo tendremos 6 más —aseguró Alexander, los demás rieron al ver el pálido rostro de Hilary.

—Concuerdo con mi cuñado, yo pienso adoptar 7 más —informó Nathan.

—Calmate Brad Pitt —ironizó Ronald, Nathan le sonrió cariñosamente.

—Los hijos que sean, pero tengan consiente que cada uno de ellos es una bendición —les recordó Rebecca.

—Así es —acordó Clark.

—Sí, mientras no sean cómo estos pequeños monstruitos —comentó Bruno sentado en el césped dónde jugaba con sus sobrinos. Los niños rieron.

Pasaron un buen rato platicando de varias cosas incluso de trabajo. Dave, Ryan y Ben llegaron unas horas después, Ben y Ryan con sus respectivas novias y Dave se olvidó de todo en el momento en que vio a Bruno. Todos estaban pasando un momento agradable a pesar de que a Hilary le faltaba su abuela, pues la mujer había fallecido unos años atrás, había sido una gran perdida para ellos, más para Hilary pues ella siempre había sido la más allegada a la mujer, pero Alexander la había apoyado y ella sabía que tenía que seguir su vida pues ahora contaba con muchas razones para luchar. Y sabía que su abuela estaba en un lugar mejor, al lado de su marido.

—Propongo que brindemos, por lo más valioso que tenemos... la familia y las verdaderas amistades —habló Clark— Esta familia que cada vez se hace más grande, esos amigos que siempre estan para nosotros. Tengo la fortuna de poder decir que conozco a las dos partes, y que aún puedo contar con ellas. —sonrió mirando a su alrededor— Por la familia, por todos nosotros y nuestra felicidad.

Todos asintieron chocando sus copas y dándose abrazos.

—A ver, tú eres Ashley... y tú Tracy —Hilary escuchó los murmullos de su tío, volteó hacia dónde el hombre se había ido con todos los pequeños, sus hijas estaban frente a su tío mientras este garabateaba algo sobre sus pequeñas frentes.

—¿Para qué es esto, tío Bruno? —preguntó su pequeña Ashley.

—Para que todos sepamos quién es quién —explicó el hombre— Ustedes son iguales, y así es más fácil identificarlas.

—¿Somos iguales?, ¿ella me copió y por eso se parece a mí? —preguntó Ashley.

—¡No!, tú te pareces a mí, me copiaste —reiteró Tracy.

—Yo soy la mayor, así que tú eres la copiona —espetó Ashley.

—Basta, ninguna es la copiona. Sus padres las hicieron así —aclaró Bruno— Ustedes son como... el reflejo en el espejo.

—¿Reflejo? —interrogó Tracy bastante confundida.

—¡Ah!, ya sé. Es cómo cuando mamá se peina y se pinta en el espejo, ahí hay dos Mamis —exclamó Ashley, su hermana asintió repetidamente.

—Bueno... algo así —balbuceó Bruno. Las pequeñas se tomaron de las manos y salieron corriendo hacia su madre quién las esperaba sonriente.

Theo se acercó a Bruno al igual que el pequeño Tommy, pero el más pequeño gateo hacia el hombre.

— ¿Ustedes que quieren? —preguntó Bruno tomando al bebé en sus brazos.

¡Abha! —Balbuceó Tommy señalando su frente.

—Quiere que le escribas su nombre, como a las gemelas —explicó Theo

Mmm... —Bruno examinó la frente del pequeño para después tomar el pulmón que antes había usado con sus sobrinas y comenzar a garabatear sobre la suave piel. Al finalizar sonrió con orgullo y abrazó al pequeño.— Eres igual a tu tío, guapos nacimos y guapos moriremos... aunque no te preocupes, a ti te falta mucho por vivir —habló. Tommy le prestaba atención sonriendo, disfrutó estar con su tío Bruno hasta que vio a su papá; Nathan se acercó a ellos abriendo los brazos hacia su hijo, éste emitió un gritito de felicidad y se removió entre los brazos de Bruno.

—¡Tío!, ¿qué le hiciste a mi hijo? —interrogó al ver la tinta contrastando con la tierna piel de Tommy.

—Ponerle su nombre, él lo quería —explicó el hombre despreocupadamente, Nathan negó antes de alejarse con su hijo en brazos.— ¿Tú no quieres que te pinte? —preguntó a Theo, el negó.

—Eso es de niños, yo ya soy grande —aseguró Theo.

—¿Estás contento con tu familia?

—Sí, las gemelas a veces tienen más atención, pero es porque ellas son pequeñas. —sonrió dulcemente.— Mis papis las quieren mucho, igual que yo. —Bruno notó la presencia de Hilary y Alexander a espaldas de Theo.— Mami siempre está ahí para mi, pero sé que ya no soy un pequeño, ahora debo ayudar a mi mamá con mis hermanas. Y me gusta saber que ayudo a mis papás en algo, así mamá sabe que cuenta conmigo.

Hilary sonrió con los ojos cristalizados, Alexander la abrazó sonriendo ante las palabras de su hijo.

—Ellos te quieren al igual que a las gemelas, ustedes son lo más importante para ellos —comentó Bruno.

—Lo sé, ellos lo dicen a diario —Theo asintió.— Y ellos también son lo más importante para mí, mis hermanitas también... los quiero mucho.

Bruno sonrió levemente, Theo se acercó más a él y sonrió ampliamente.

—Yo siempre quise que Hilary se casara con mi papá, me acuerdo cuando la conocí, prometí que siempre estaría en mi mente, porque ella era la Mami que yo quería. —prosiguió Theo— Y ahora la tengo, ella siempre será mi mamá... siempre.

—Es muy bonito que pienses así —murmuró Bruno. Theo sonrió asintiendo.

—¿Me escribes mi nombre? —preguntó después de unos minutos de silencio. Bruno rió arqueando una ceja.

—Pero, esto era para niños

—Pero aún sigo siendo un niño, tío Bruno. Sólo ahora sé que tengo más responsabilidad, especialmente cómo Hermano mayor.

Bruno les dedicó una rápida mirada a Alexander y a Hilary antes de sonreír y asentir hacia Theo.

* * * *

—Muy bien, ¿todos listos? —preguntó Ronald acomodando la cama a unos metros de su familia— Amor, coloca bien el cabello de Tommy —pidió al notar la apariencia de su hijo, Nathan le dedicó una rápida y confundida mirada antes de ver a su hijo y notar a lo que su esposo se refería, sonrió e hizo lo que Ronald le había ordenado.

—Ya, Ron, todos estamos bien —comentó Alexander.

—Tienen que estar prefectos, es nuestra primera foto familiar —argumentó su hermano. Sonrió una vez que estuvo feliz con el enfoque de la cámara, corrió hacia los demás poniéndose a un lado de su esposo.— Todos digan ¡Whisky!

Los demás rieron justo en el momento en que la cámara soltó su flash capturando el momento.

* * * *

Hilaly sonrió cuando sus hijas cerraron los ojos dispuestas a dormir, las cubrió con la manta antes de apagar la luz y salir de la habitación. Caminó hacia la recámara de su primer y único hijo varón, Theo apenas se estaba trepando a la cama cuando ella entró. Hilary sonrió al ver que el niño se metía entre las sabanas junto a su figura de acción que Alexander y ella le habían obsequiado en su cumpleaños número siete.

—¿Estás listo para dormir? —preguntó entrando por completo a la habitación, Theo sonrió asintiendo.

—Sí, Mami. —Susurró regalandole una sonrisa, Hilary le devolvió el gesto añadiendo un beso en la frente de su hijo.

Hubo unos minutos de silencio en los que Hilary esperó a que Theo cerrara los ojos, cuando eso pasó volvió a depositar un beso en su frente antes de comenzar a susurrar:

—Eres un maravilloso niño, siempre lo has sido y siempre lo serás... tanto tu padre cómo yo estamos muy orgullosos de ti y de que sigas siendo el mismo niño que yo conocí, bueno, ya no el mismo físicamente, pues creciste. Pero tu espíritu... tus sentimientos siguen siendo tan dulces como antes —sonrió acariando la mejilla de Theo.— Te quiero mucho Theo, eres mi hijo, mi niño... y siempre lo vas a ser, porque yo siempre seré tu mamá... se lo prometí a ella y lo voy a cumplir.

Apagó la lámpara a un costado de la cama de Theo y se enderezo dispuesta a salir de la habitación, pero Theo la interrumpió al lanzarse sobre ella y abrazarla con fuerza.

—Yo también te quiero, Mami, te quiero mucho —musitó mientras Hilary le devolvía el abrazo. Se alejó un poco de ella para besarle la mejilla, Hilary sonrió ayudándole a volver a la cama y está vez Theo se dispuso a dormir.

La chica salió de la habitación, bajó hacia la sala donde Alexander veía televisión y revisaba la correspondencia. Al ver a su esposa sonrió haciendo un gesto para que Hilary se acercara y se sentara junto a él.

—Fue un día genial, ¿no? —preguntó una vez que Hilary decidió acomodarse sobre su regazo.

—Sí, lo fue... hace mucho tiempo que no conviviamos con la familia, todos estábamos ocupados; Nathan y Ronald con su bebé, mi mamá tratando de superar lo de mi abuelita, mi papá ayudándole, tus padres tomándose un tiempo como pareja, y nosotros... ocupados con nuestros hijos, con lo de la nueva casa... — murmuró Hilary con cansancio, Alexander le acarició la espalda.

—Sí... no hemos tenido tiempo ni para nosotros —se quejó Alexander rozando sus labios con los de Hilary, ella sonrió.

—Los niños ya están dormidos... —comentó, su marido sonrió con picardía antes de levantarse con ella en brazos e ir hacia las escaleras.

—Bueno, vamos a estrenar nuestra nueva recámara —ronroneó empezando a subir las escaleras— Quizá podamos encargar a nuestro cuarto hijo, el número uno de los seis que faltan.

Hilary rió negando con la cabeza, Alexander terminó de subir las escaleras hasta su habitación, saltó con ella sobre la cama mientras reían.

—Estos años han sido los mejores de mi vida —susurró Alexander— No me imagino como hubiera sido mi vida si no te hubiera conocido, ¿Que sería de tu vida?, ¿Que sería de la vida de mi hijo?.

—Nuestro hijo —corrigió Hilary.

—Nuestro —repitió Alexander— Nuestro hijo y nuestras hijas —sonrió besaldola.

—No pienses en otra cosa que no sea en ti, en mí y en la familia que estamos haciendo. —Hilary acarició el pecho de su marido— Piensa en que nos conocimos porque esto era lo que los dos necesitábamos y el destino nos lo regaló.

—¿Por qué siempre tienes las palabras correctas? —murmuró Alexander sonriendo.

—No siempre, sólo cuando estamos así y lo único que quiero es que te calles y me hagas el amor —susurró la chica. Alexander soltó una carcajada repartiendo besos por todo el rostro de su mujer.

—Ya me voy a callar —prometió— Menos palabras y más acción —bromeó.

—Entonces ¿qué esperas? —retó Hilary.

—Te amo —musitó mirándola con amor, Hilary sonrió levemente acariciando el rostro de su marido y mirándolo de la misma manera.

—Yo también te amo —secundó dejando un beso sobre los labios masculinos.

Alexander sonrió una última vez antes de besarla dispuesto a complacerla.

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