Mi Primer y Unico Mejor Amigo...

By Saritaby11

30.5K 3.7K 4.2K

Jimin es internado en el hosptial por un ataque de asma, pero ni él, ni Min Yoongi esperaban que en ese lugar... More

Mi primer y único Mejor Amigo

30.5K 3.7K 4.2K
By Saritaby11

Jimin

Sufro de asma. Pero deje de tener ataques desde que cumplí doce años. De niño mis ataques eran muy frecuentes y recuerdo que mis visitas al Hospital de Niños eran muy continuas y prolongadas. Mis padres preocupados me habían pagado hasta un doctor aparte, el me atendía dentro del hospital y fuera de ella. Su simple consulta costaba casi el salario completo de mi padre, pero aun así era un muy buen medico, sabia lo hacia y lo hacia muy bien. Él me contaba que de pequeño también fue asmático y eso le ayudaba a entenderme mejor, era tan bueno que participa en las operaciones de corazón abierto del hospital, de pequeño era mi gran ejemplo a seguir.

Pero actualmente tengo diecisiete años y he olvidado por completo como se sentía estar ahogándose.

Hasta ahora.

Olvide por completo todos aquellos malos momentos y aun que sabia muy bien que no podía hacer educación física ni ninguna cosa que alterara mi sistema respiratorio, me arriesgue a jugar carreritas con mis amigos. Simplemente por que yo también quería pasar un buen rato con ellos.

Tengo que admitirlo al momento no me sentía para nada mal, solo sentía una fuerte opresión en el pecho, poco un tiempo después ya sentía como mi garganta ardía, pero lo intente disimular y pensar que no era nada, para no asustar a mis compañeros. Pero claro llegue a casa literalmente muerto. No había ni dado dos pasos dentro de casa cuando caí de rodillas en la entrada sin poder llevar adecuadamente aire a mis pulmones, ni siquiera podía musitar palabra alguna para pedir ayuda.

Vaya de verdad había olvidado esta sensación...

Y lo peor de todo es que había perdido en cada una de las carreras.

— ¿Jimin, amor, eres tu? — escuche que mi madre me llamo, algo confundida al no escuchar que la fui a saludar como normalmente hago cunado llego a casa.

Y definitivamente también había olvidado eso...

La expresión de terror de mi madre era aun mas doloroso, la vi a los ojos justo cuando cruzo el lumbral de la cocina hacia el pasillo de entrada y me arrepentí de todo al ver esa mira aterrada.

— ¡Oh por Dios! ¡Jimin! — grito, hincándose frente a mi. Yo mantenía una de mis manos en mi cuello, como si eso me devolviera el aire, mientras que la otra me servía de apoyo para no caer al suelo completamente.

Luego solo empecé a ver todo cada vez mas distorsionado, escuchaba la voz de mi madre cada vez mas lejos, ahora llamando a gritos a mi padre, pidiéndole que llamara la ambulancia.

Luego no recuerdo absolutamente nada mas, hasta que sentí un pinchazo en mi mano derecha y poco a poco empecé a recobrar consciencia, me costo abrir los ojos y acostumbrarme a la fuerte luz blanca.

Era obvio que estaba en el hospital.

Tenia una mascarilla puesta, al mismo tiempo que oxigeno apresado en mi nariz y una vía intravenosa, aun que ya sentía aire en mis pulmones, podía apostar que si me quitan todas están cosas, moriría en esta camilla.

Observe a mi alrededor, definitivamente este no es el Hospital de Niños que yo recordaba. Bueno, claro, ya no soy un niño. Pero aun así este hospital era muy frio y sencillo, se limitaba a solo ser blanco. Estaba acostumbrado a las paredes con dibujos muy alegres, cada salon con una temática. Paredes azules simulando un océano, valles donde predominaba el verde, una de un monte nevado y no dudaba de que hubieran mas salones con temas diferentes. El punto es que, habían muchos colores y aun que no te encontraras de las mil maravillas, te hacia sentir mejor.

Pero en cambio aquí todo era blanco.

Lo que me separaba de los demás pacientes era una fina pared, una mesa en mi lado derecho y una silla.

Busque con mi mirada a mi madre. ¿Donde estaba? ¿Acaso me ha dejado solo en este lugar así? ¿Y si muero en este momento y ella no esta conmigo? Realmente me gustaría estar con ella mi ultimo minuto de vida.

Empecé a entrar en pánico y pensar cosas sin sentido, pero lo bueno era que no se notaba mucho, ya que no podía moverme, ni gritar. Pero apuesto a que mi expresión era todo un poema.

— Hola... — aquella voz que no conocía me había tomado por sorpresa. Me asuste y dirigí mi mirada hacia mi lado derecho — Oh... perdón. ¿Te asuste? —

Negué con la cabeza algo dudoso, pero mierda, de verdad me había sorprendido...

— Que dicha, por cierto tranquilo, la señora que vino contigo, que me imagino que es tu madre, esta haciendo el papeleo, no debe de tarda mucho en regresar — me sonrió y acaricio mi cabeza como si fuera un pequeño niño.

Lo observe mejor. Era un chico alrededor de mi edad. Su piel era blanca, sus ojos eran bastante rasgados y tenia una mirada oscura y profunda, su pelo era castaño un poco largo y revoltoso, al igual que yo llevaba la típica ropa de hospital y en su mano derecha tenia solo la agua donde se insertaba el suero.

¿Que hacia un chico como él aquí? Digo, por favor se ve mas sano que yo.

Y entonces apareció mi madre. La cual se asombro al ver al chico al lado mío. Él volvió su mirada hacia mi madre y también se sorprendió, poniéndose rápidamente de pie.

— Lo siento señora, lo vi algo desorientado y vine a decirle que usted se encontraba haciendo el papeleo... — le dijo rápidamente mientras rascaba su nuca, no pude evitar sonreír por el cambio de actitud.

Mi madre soltó una pequeña risa.

— Tranquilo, mas bien gracias, a veces él se comporta como si fuera un pequeño niño. Bueno la verdad es que es mi pequeño bebé - contesto mi madre con su típico tono amoroso, el chico se rio.

Si pudiera hablar, diría muchas cosas poco adecuadas de un niño.

— Bueno, con su permiso — se despidió, inclinándose un poco para luego caminar del pequeño cubículo donde me encontraba.

Mi madre se sentó a mi lado, me acaricio la mano y me sonrió.

— Nunca vas a cansarte de darme pequeños infartos verdad mi niño — me dijo, no me gustaba que me tratara como si de verdad fuera un niño pero por esta vez y por hacerla preocupar tanto, se lo pasare y aun con todo lo que tenia le regale una gran sonrisa.

Por alguna razón, luego busque con mi mirada al chico de ojos rasgados, encontrándolo aun frente a nosotros, mirando a mi madre muy atentamente.

Quizá se dio cuenta de que lo observaba y entonces volvió su mirada hacia mi, volviéndonos a ver una vez mas. Me sonrió.

— Yoongi — llamo uno de los enfermeros. Y aquel chico se volteo hacia él.

¿Aquel era su nombre?

— Puedes salir al jardín si quieres — le aviso antes de seguir con lo suyo .

— Si, gracias —

Y luego simplemente se fue.

Habían pasado ya cuatro días, podía hablar y respirar bien, me encontraba mucho mejor, pero aun así no me levantaba mucho de la camilla aun y dos veces al día me venían a poner una mascarilla. sonaba algo masoquista pero lo he pasado de maravilla.

¿Como en cuatro días se pude conocer tan bien a alguien?

Si, hablo de Yoongi, es grandioso. A veces es muy serio pero es un buen chico. Pasamos hablando casi todo el día, las enfermeras nos pasan regañando a cada momento por eso. Ahora sabia mas de él, Yoongi tiene dieciocho años, de hecho dentro de unos días iba a cumplir diecinueve años y estaba aquí, internado, porque dice que es un chico muy débil.

Yoongi se encontraba sentado en la parte de abajo de mi camilla. Aun que no era permitido igual siempre se sentaba ahi para pasar el rato juntos y de todos modos dormía en la camilla que esta justo al frente de la mía.

Realmente nos habíamos vuelto muy amigos. Y hoy no era la excepción para pasar el rato juntos, venia de dar un paseo en el jardín, su mayor costumbre.

— No entiendo. ¿Porque te gusta tanto ir al jardín? — le pregunte, vencido por la curiosidad.

— Porque es realmente tranquilo ahi. Además hay muchas flores, de todo tipo y todas están bien cuidas —

— ¿No me digas? ¿Flores? ¿En un jardín? Eso no me lo esperaba hyung, en la vida — rei.

— No te pases de listo mocoso — me molesto, yo solo seguí riendo.

— ¿Te gusta las flores? — le pregunte.

— No, eso es para niñitas y gente cursi —

Y una carcajada salió de mi, no me lo esperaba.

— ¿Es enserio Yoongi? De verdad que no te entiendo — dije divertido.

— Aun que si me gustan unas... Realmente me gusta mucho ir a verlas —

— ¿Sigues hablando de flores? —

— Si, idiota —

— Ya, ya perdón — toe aire para dejar de reír — ¿Cuales son? — le pregunte esta ves de manera seria.

— Las rosas blancas —

— ¿Rosas blancas? Vaya debe de ser un lindo jardín —

— Lo es, cuando estés mejor iremos los dos. ¿Te parece? —

— ¡Claro! Por cierto ¿Porque te gustan hyung? Me refiero a las rosas blancas —

— No se, me tranquilizan y me dan paz por alguna razón, además estos últimos días me recuerdan a ti de algún modo —

¿Le recuerdan a mi? Por alguna razón eso me hizo sentir bien.

Hubo un momento de silencio, donde el mayor se acomodo mejor y yo solo le vi atentamente, se veía tan tranquilo.

— Bueno a mi me gusta la miel de abeja — confesé.

Yoongi me volvió a ver confundido.

— ¿De donde sacaste ese comentario tan estúpido Jimin? —

Ambos reímos.

— Oye no te rías lo decía enserio, me recuerda a ti —

— ¿La miel de abeja te recuerda a mi? ¿Jimin tienes algún problema psicológico o naciste así? —

— Nací así, lo siento — rei — Pero préstame atención, realmente estoy hablando enserio. —

Lo escuche suspirar pero aun así divertido con lo que le decía.

— A ver, dime —

— Es igual de dulce que tu, como Sugar —

— ¿Suga? ¿Que es eso? —

— No Suga baboso, Sugar, azúcar en ingles ¿Como no sabes eso? - le moleste. Pero al no escuchar nada de su parte subí mi mirada hacia él, preocupado de que se hubiera enojado o algo por el estilo pero solo me miraba con una tierna sonrisa.

Por alguna razón me sentí mal. Y entonces estiro su mano hacia mi y acaricio mi cabello, como cuando lo vi por primera vez.

— No hagas eso, señor Suga — le dije tratando de sonar chistoso para disfrazar mis, seguro, mejillas rojas.

— ¡Oh chicos! ¿Como se encuentran? - pregunto mi madre, entrando al salon — Veo que cada vez mejor — me sonrió.

— Si — le respondí yo, asintiendo.

— Traje algo de almuerzo, debe de ser cansado comer a cada rato la comida del hospital — nos dijo, sacando unas tazas y colocándolas en la mesa.

— ¿Enserio? ¡Que bien, eres la mejor! — dije emocionado, realmente estaba asqueado de la comida sin sabor.

Y entonces note como Yoongi se ponía de pie y se alejaba de nosotros para ir a su propia cama.

— ¿A donde vas jovencito? — le llamo mi mamá, el se volvió sorprendido — Te prepare un almuerzo a ti también ¿Es que acaso que me lo vas a despreciar? - Yoongi sonrió y termino comiendo junto con nosotros.

Ya era de noche, Yoongi cayo dormido en su camilla y mi mamá estaba apunto de irse.

— Mamá — la llame.

— ¿Qué sucede cariño? —

— ¿Te puedo pedir un favor? —

— Claro, dime — me respondió, acariciando tiernamente mi mejilla.

— Yoongi cumple años pasado mañana ¿Podrías conseguir un pastel? Aun que sea pequeño, solo para cantarle cumple años —

—¿Cumple años? — pregunto sorprendida, pero vigilando su tono de voz.

— Si — dije mientras a sentía.

— No lo sabia. ¿Que te parece si le preparo uno? -

— Seria grandioso, mamá —

— Claro que si —

Luego me abrazo y se despidió.

Al fin el cumpleaños de Yoongi había llegado. Antes de que despertara, fui a su camilla y me le tire encima sin cuidado alguno.

— ¡Feliz Cumpleaños Yoongi hyung! —

Gruño cuando empezó a despertarse.

— Jimin pesas — trato de quitarme.

— Cállate que te estoy deseando un feliz cumpleaños —

El se rio.

— ¡Espero que cumplas, muchos, muchos años mas hyung! ¡Vas a ver que la vamos a pasa muy bien! —

— Estas mas emocionado que yo, mocoso —

— ¡Pues claro que si! Bueno no, tu tienes que estar emocionado. ¿Acaso no lo estas? —

— Claro que si, tonto — sonrió.

Y entonces mi mamá llego con una gran torta de chocolate, ni idea de como la dejaron pasar con tal cosa. Tenia escrito en grande: Feliz Cumple Años Yoongi, aun así era un pastel casero pero por la expresión del señor Suga, apostaba a que le había encantado y que no se lo esperaba para nada.

Mi madre y yo le empezamos a cantar cumpleaños, podía ver sus ojos brillosos, tratando de no llorar.

— Haber Yoongi pide un deseo — le dijo mi madre — ¡No espera! — y saco una vela falsa de su bolso, la encendió, alumbrando una pequeña luz, que al ser de día apenas y se distinguía — Lo siento no me dejan pasar velas de verdad, pero es lo mismo. ¡Vamos pide un deseo! —

Yoongi se puso de pie, pensó por un momento, cerro los ojos y soplo la vela falsa, la cual mi mamá apago con un botón al momento.

Y entonces abrace a Yoongi con fuerza.

— Feliz Cumpleaños hyung — le volví a decir,

Durante todo el día me la había pasado como garrapata a su lado. Pasamos literalmente todo el día riendo y comiendo pastel, mi madre se había ido temprano, no sin antes darle un fuerte abrazo al cumpleañero.

Y nuevamente me encontraba en la camilla de Yoongi, ya por ultima vez en el día.

— Hyung... —

— ¿Dime? —

— T-Toma... — le dije cruelmente nervioso, mientras le daba una pequeña pulsera de cuerda color negra y rojo que había hecho mientras estaba aquí internado.

Yoongi la tomo sonriente.

— La hice yo así que no es muy perfecta que digamos, además se que una pulsera no es un gran regalo, pero... —

Y entonces sentí los brazos de Yoongi rodearme con cariño.

— Gracias Jimin, de verdad muchas gracias — sonreí.

Duramos un largo rato así, pero ninguno de los dos parecía querer romper el abrazo.

— ¿Me enseñarías a hacer una? —

— ¡Claro! Te enseñare mañana — le dije emocionado.

El me sonrió.

— Por cierto Jimin. ¿Tienes la candela? La del pastel —

Lo pensé por un momento, tratando de recordar. — Creo que la tiene mi mamá ¿Por qué? —

— ¿Podrías pedicelo? Me gustaría tenerla como recuerdo — contesto.

— Si, esta bien hyung — conteste, esperando que no se me olvidara.

— Gracias Jimin —

Un par de días después todo empezó a cambiar. Yoongi ya no se movía mucho de su camilla y ya no iba al jardín tampoco. Me conto que era que le estaban probando un nuevo medicamento para que descansara mejor. Y ahora simplemente los papeles se habían invertido y era yo quien pasaba sentado al pie de su cama, hablando de cosas vanas y a ratos le enseñaba como hacer la pulsera.

Me habían dicho que ya dentro de unos días me daban de alta. Realmente no me quería ir aun, por mas que ya deseara salir, pero iba a extrañar ver a Yoongi todos los días. Además sentía un poco de cólera, quería ir junto a él al famoso jardín, pero ahora el esta mas cansado y no podia.

— Yoongi tomate una foto conmigo —

— ¿Que? ¿Por qué? —

— Es que mis amigos me mandaron un mensaje de que quieren conocerte — mentí, solo quería tomarme una foto con él, tal vez cuando salga se las enseñe a mis amigos para que lo conozcan, pero la principal razón es porque quería una foto de él, nada mas.

— Esta bien, apúrate —

— Si, señor Suga — dije con tono militar.

Tome mi celular, buscando con prisa la cámara antes de que se arrepintiera para seguid sentarme a su lado.

— Sonríe — le dije y así hizo para cuando tome la foto, pero quería tomar una mas. - Ahí va otra - dije rápido.

— ¿Que? ¡Jimin espera! —

Y la tome, reí al verla, Yoongi salía apunto de pegarme.

— Eres un mocoso tonto — dijo gruñón por salir mal en la foto.

Yo no podia borrar la sonrisa, feliz con ambas fotos.

— ¿Como son? — me pregunto.

— ¿Como son que? —

— Tus amigos —

— Son geniales, igual que tu hyung — le dije, al tiempo que lo escuche suspirar, al parecer no muy conforme con mi respuesta.

— ¿Y que hacen normalmente? —

— ¿Que hacemos? — lo pensé por un rato — Bueno normalmente salimos todos juntos después de clases, claro cuando no estamos en exámenes, a veces nos quedamos en la casa de alguno o vamos a algún parque —

Ya me había acostumbrado a esas preguntas tan extrañas de Yoongi. Como era mi colegio, como es la playa, el cine, los restaurantes, los parques. Supongo que era curiosidad de lo que hacia yo normalmente, simplemente le contestaba contento.

Ya había guardado mis pertenencias en una mochila, hoy, en este momento, me iba a casa. Realmente estaba muy triste.

— ¿Listo Jimin? —

—Si — asentí a mi madre.

— Bien, despídete de Yoongi, te esperamos afuera — incluso mi padre me esperaba fuera del hospital.

Mi madre camino fuera del pequeño cubículo y fue a despedirse de Yoongi. Realmente no me quería despedir, sentía que iba a llorar si lo hacia.

Y entonces tome valor y me coloque la mochila, listo para ir me. Yoongi ahora lucia distinto, si antes era pálido ahora era como papel, sus ojeras estaban mas marcadas y había notado que comía menos, realmente ese nuevo tratamiento no le funcionaba.

— ¿Estas listo...? — me dijo.

— Si, yo realmente no me quiero ir, hyung... — le dije haciendo un puchero, realmente estaba desanimado.

— No seas tonto, deben de haber muchas cosas mejores allá afuera que en estas cuatro paredes blancas... —

— Si, pero tu estas aquí —

Me acerque mas y me senté donde siempre, al pie de su camilla.

Y sin evitarlo llore.

— No seas tonto, llorar es de niñas —

Alce mi vista y lo vi.

— ¿Entonces porque también lloras hyung? —

— Porque a diferencia de ti yo se porque lo hago... —

— ¡Yo también lose! —

— No enano no lo sabes —

— Claro que si, voy a extrañar verte todos los días —

— Eso no es una razón suficiente... —

— ¿Y entonces, cual es tu grandiosa razón...? —

Él solo me sonrió y me abrazo.

— Eso no importa, la verdad es que me gusta mas la tuya —

— Yoongi hyung eres un idiota — dije sin evitar soltar mas lagrimas y correspondiendo su abrazo con una sonrisa.

— Deja de ser tan llorón Jimin y cuídate mas, no andes corriendo como si fueras un niño, te hace mal. Toma tus medicamentos, abraza a tus padres todos los días, deja que tu madre te diga que eres su bebé y sobre todas las cosas... disfruta allá fuera Minnie —

— Yoongi, no lo digas tan así, no es como si fuera a morir y no volviera verte —

El solo sonrió.

— Toma — me dijo tomando mi mano y abriéndola, poniendo en ella la pulsera que había hecho él y que le había enseñado estos días que no se había movido de la camilla.

Era igual a la que él andaba, la que le había dado para su cumpleaños, nada mas que era negro con azul.

— Gracias hyung —

— Bien ahora vete —

— ¡Oye! ¡No me eches así! —

— Solo no quiero terminar llorando como una verdadera mocosa, así que largo —

— Esta bien, esta bien, me voy. Por cierto cuando venga a verte te traeré la candela, la verdad es que se me había olvidado pedírsela a mi mamá. ¡Ah! También diles que dejen de darte ese medicamento para relájate o lo que sea, no te hace bien —

El afirmo con la cabeza con la misma sonrisa. Esa que tanto me alegraba.

Me puse de pie y antes de ir me, me incline hacia a él y una ultima vez le abrace.

— No vemos señor Suga —

— Adiós Minnie... —

Los días habían pasado y aun que quería ir a visitar a Yoongi el día siguiente después de que me dieran de alta, tenia que ponerme al día con todos los trabajos y exámenes que había perdido y ponerme al corriente con los demás, consumiendo de mi un mes completo.

Luego terminando ese mes, empezó la loquera de elegir una carrera e ir a ver universidades, pasando otro mes mas. Aun así no pasaba momento en el que no pensara en Yoongi en si ya estaba bien, si ya le habían quitado ese feo tratamiento, o peor aun, si ya le habían dado de alta y yo no sabia donde vivía.

Era sábado me levante temprano, hoy era el día en el que al fin lo iré a ver. Baje las escaleras feliz, y fui a abrazar a mi madre.

— Buenos días — le dije.

— Buenos días mi bebé —

Le sonreí.

— ¿Mamá aun conservas la candela que utilizaste para el pastel de Yoongi? —

— ¿Iras a visitarlo? —

— Si realmente, le extraño y pensé que lo visitaría pronto pero ya han pasado dos meses desde entonces, pude pensar que me he olvidado de él y tengo pensando dársela ¿La tienes? —

— Si la tengo — rebusco entre unas gavetas para luego extendérmela — Toma, dale saludos de mi parte —

— Claro, gracias mamá —

Tome mi mochila y me dirigí a la salida.

— ¡Jimin no olvides que el martes tienes que ir a aplicar el examen de la universidad en alguna carrera! — me grito.

— ¡Si, mamá! ¡Ya me voy! —

Y me dirigí al hospital, pase sin mas, sin ir primero a recepción, solo entre, sabia que era hora de visitas así que le reste importancia y además sabia donde era. Pero cuando entre al salón, del cual me traía tantos recuerdos, me lleve la sorpresa de ver a una enfermera algo mayor acomodando las sabanas de la camilla de Yoongi.

Me asuste.

¿Le dieron de alta? ¿O lo pasaron de pabellón? ¿Y si le dieron de alta me darán la información de donde vive? Estaba en problemas.

Tarde demasiado. Bueno era obvio, han pasado dos meses. Bufe con molestia. Maldigo el día en el que Suga no se compro un celular...

Me acerque a la enfermera.

— Disculpe... — la llame.

— ¿Si? ¿Qué se le ofrece joven? —

— Perdón por la pregunta. ¿Pero no sabe si el chico que estaba aquí antes le dieron de alta o le pasaron de lugar? —

— ¿El chico que estaba antes? Bueno, acabamos de darle de alta a una chica que estaba aquí, ella ha sido la ultima —

— Ah bueno... Pero antes había un muchacho de diecinueve años —

— ¿Diecinueve años? ¿Me puedes decir el nombre? —

Asentí.

— Se llama Yoongi, es bajito un poquito mas alto que yo y muy pálido, extremadamente grosero - dije recordándolo muy bien, al tiempo que una sonrisa se apoderaba de mi al decir lo ultimo.

Y entonces la señora cambio su expresión. Provocando que mi estomago se revolviera. Observo mi muñeca donde tenia la pulsera de Yoongi.

— ¿Por casualidad tu nombre es Jimin? —

Volví asentir.

— Si. ¿Como lo sabe? —

Le escuche suspirar.

— Espérame aquí muchacho, ya vuelvo —

— Esta bien... —

Acaso traería a Yoongi, si lo trae significa que ya esta mejor para caminar. Pasaron un par de minutos cuando la enfermera volvió, pero sola.

— Él sabia que ibas a venir, me pidió que te diera esto, que te iba a reconocer por una pulsera negra y azul — me dijo extendiéndome un sobre, lo tome agradecido y la volví a ver.

— Gracias, pero, ¿Donde se encuentra él? —

Ella puso una mano en mi hombro y me sonrió con pena. Diablos, que mal me hacia sentir aquello.

— Lo siento, el falleció hace cinco semanas, su ultimo deseo fue que le entregara este sobre a Park Jimin... —

— ... —

No me lo podia creer. Yoongi... ¿Y-Yoongi murió...?

No, no imposible, si el estaba mejor que yo... Solo era un chico débil nada mas... ¿No?

— Lo siento mucho joven —

Caminaba hacia mi casa sin pensamiento alguno. Aun incrédulo de la cruel realidad. Es que simplemente es un mal sueño...

Mi mente me repetía que Yoongi esta bien.

Que él se encuentra muy bien.

Entre a mi casa, sin expresión alguna. Sin nada que decir. Pase por el pasillo ignorando a mi mamá que me vino a saludar con una sonrisa la cual borro inmediatamente.

— ¿Jimin? —

Subí las escaleras y entre a mi cuarto, me senté en mi cama mirando hacia un punto inexistente.

— ¿Jimin, amor, que sucedió? — dijo sentándose al frente mío.

— Mamá...— y entonces me abrazo - Murió... Yoongi murió, mamá. ¡Él murió! —

— Dios Jimin...— me abrazo mas fuerte, dejándome llorar en su hombro — Jimin lo siento tanto, cariño... - dijo con la voz cortada.

— Se fue... él ya no esta aquí... —

Esto no puede ser posible. ¿Por qué él? ¿Por que no yo? ¿Que hizo que el muriera y yo no? Cuando lo vi por primera vez era un chico que aparentaba ser sano y simplemente no...

¿Por qué Yoongi?

Con pereza abrí mis ojos, los sentía hinchados y rojos, al parecer me quede dormido llorando.

Yoongi soy un llorón... Lo siento.

Al parecer mi madre me había arropado, mire a un costado y eran apenas las dos de la tarde. Al lado del reloj estaba el sobre que la enfermera me había dado. Lo tome sorbiendo la nariz y con la mano temblorosa.

Mire la carta y aun costado decía; De: Min Yoongi.

Trague grueso y la abrí.

Abril 10, 2012.

Jimin hay tantas cosas que me gustaría decirte. Pero no se por donde empezar. Realmente me siento solo ahora que no estas, volví a sentirme como antes. Como me he sentido toda mi vida o al menos hasta lo que tengo memoria. No te mentí del todo, realmente mi cuerpo es débil y era una de las razones por las que me encontraba internado, pero he vivido en el hospital casi toda mi vida, yo no tengo hogar. Este lugar blanco y frio donde muere gente cada día, es donde vivo. Así de cruel. Nací con cáncer, lograron removerlo aun cuando la operación era muy arriesgada, pero eso solo me hizo un niño débil, el cual se enfermaba con facilidad, mi condición era tan penosa que literalmente empecé a vivir aquí. Pero aun así el cáncer volvió hace un año, afectando una pequeña parte de mi, la cual empezó a extenderse por todo mi cuerpo. Técnicamente estoy muerto por dentro en estos momentos. Nunca fui bueno en socializar con las personas y mucho menos en un hospital, donde tarde o temprano se irán, ya sea caminando o en una caja. Así que no hablaba con nadie mas que con los doctores y enfermeras que me atendían. Pero ese día en el que te vi, cuando note tu expresión de miedo al despertar aquí solo, desorientado, me hizo hacer algo que nunca había hecho, me acerque a hablarte, a un completo desconocido. Y aun que estabas tan mal como para poder hablar, pude ver la tranquilidad en tus ojos cuando te dije que tu mamá ya volvía. Ese día no sabia que ibas a ser mi primer y único mejor amigo.

Quitaste esa soledad que había en mi desde hace mucho. Mis padres prácticamente me habían abandonado, solo pagaban un seguro que es lo que me mantiene aquí. Lo único que se de ellos, es que se divorciaron, mi madre ahora tiene a un pequeña hija de seis años con un hombre de su misma edad y mi padre tiene un niño y espera uno mas de su nueva pareja un poco mayor que él. Prácticamente yo no encajo en ninguna de sus vidas, he sido totalmente desechado por ambos.

Por eso sentía nostalgia al ver cuanto te ama tu madre y aun que no pude conocer a tu padre apuesto que también lo hace. Pero el sentimiento de nostalgia se fue, porque entonces tu madre me empezó a tratar igual que a ti, con cariño, algo que realmente había olvidado, el amor de una madre. Aquel día que preparo ese delicioso almuerzo y sin hablar de es pastel casero, Jimin no tenia palabras para agradecer y explicar todo lo que sentía en esos momentos...

Sin duda alguna ese fue mi mejor cumpleaños, y al igual que tu, sabia que era el primero y el ultimo. Mi medico me había dicho que yo no viviría para los veinte años, así que tenia muy en cuenta que mi cumpleaños diecinueve podia llegar a ser el ultimo y gracias a ti fue el mejor. Aun que no lo creas no sentia miedo ni nada parecido cada vez que el medico me decía que mi diagnostico no hacia mas que empeorar y empeorar, ni siquiera cuando me dijo que tenia mi vida contada. Había crecido diciéndome a mi mismo que no me hiciera ningún tipo de sueño ni anhelo, porque sabia que no se cumpliría. Pero tu arruinaste mis planes, Jimin. Me distes un sueño, uno de volverte a verte, de salir de aquí, y conocer lo que pasa fuera del hospital, pasar con tus amigos como cualquier chico de mi edad y porque no, romper esa barrera que se me había impuesto de que viviría hasta los veinte años.

Pero se que no sera si y mi condición actual me hace ver la realidad.

Y si estas leyendo esto, es porque así fue, yo ya no estoy aquí. Jimin me preguntaste la razón por la cual yo lloraba. ¿Lo recuerdas? Bueno la razón es que ese; adiós, que te dije y ese abrazo que me diste, yo sabia que era el ultimo. Sabia que esa era mi ultima vez en verte. Que para cuando tu volvieras yo ya no estaría mas y así fue al parecer. Lo siento Minnie, perdóname por no haber podido esperar por ti.

Yo ya no estoy contigo.

Pero Jimin, por favor vive al máximo por lo que yo no pude. Cumple tus sueños mocoso, tienes un gran corazón y sin duda alguna estaré contigo para verte triunfar, siento que yo veré todo lo que tu veras y que disfrutare lo que tu disfrutes, confío que así sera. Así que, por favor vive muchas cosas, visita muchos lugares, cuida a tu familia y disfruta tu vida. Por lo que yo no pude.

Cuídate Jimin.

De parte de Señor Suga.

Las lagrimas caían si intención de detenerse. No sabia que la vida de Yoongi era así y yo alegaba con felicidad que lo conocía. Mi corazón dolía con solo el hecho de pensar que falleció solo. Me hacia sentir una culpabilidad inmensa y deseaba poder decirle perdón, junto con un montón de cosas mas que mi corazón necesitaba decir. Volví a ponerme los zapatos y corrí fuera de casa.

— ¿Jimin a donde vas? — escuche la voz preocupada de mi madre preguntar.

— ¡A visitar a Yoongi! — no lo iba a dejar ni un momento mas solo.

Pase por la florería, antes que nada. Y reanude mi camino con un solo pensamiento.

Los cementerios no eran de mi agrado, en toda mi vida solo he venido un par de veces, pero ahora supongo que no seguirá siendo así, ahora tengo a alguien que siempre necesitare venir a ver, así que dudo que esta sea la ultima vez. Empecé a buscar hasta que al fin lo encontré. Aquí estaba Yoongi... Suspire con tristeza, puse a un lado la candela de su cumpleaños y sembré los ramos de rosas blancas que había comprado, para que estuviera tranquilo y en paz. También para que se acordara de mi siempre...

Min Yoongi.

1993-2012

Era lo único que decía, fruncí el ceño y me hinque frente a el, tome una piedra y empecé a escribir en la lapida oscura.

También conocido como Suga.

Un gran primer y único mejor amigo.

.


.
.

Ocho años después.

Me encontraba caminado por aquel gran y tranquilo jardín. Donde había muchas flores, en especial rosas blancas. Los pájaros revolotean de un lado a otro, cantando y formando aquel bello momento.

— Por eso te gustaba tanto estar a qui Yoongi... — dije en voz alta para mi mismo. — Realmente nunca me cansare de venir, hyung —

Cerré por un momento mis ojos, sintiendo el aire correr por mi rostro y los sonidos de las hojas moverse junto con el canto de las aves, me encantaba.

— Los dos juntos aquí Yoongi, como lo habías dicho algún día ¿No es así? —

Volví mi mirada hacia un muchacho a lo lejos, cerca de uno de los árboles, su piel era blanca, sus ojos eran bastante rasgados y tenia una mirada oscura y profunda, su pelo era castaño, un poco largo y revoltoso. Le sonreí.

Y entonces una enfermera corrió hacia mi.

— Doctor Park, lo necesitamos en emergencia, es el niño que usted atiende, el pequeño con asma —

— Entiendo, vamos, no hay tiempo que perder —

Y mientras avanzamos a paso rápido y me ponía la bata blanca, di una ultima mirada hacia al árbol donde estaba él.

Me sonrió. La misma sonrisa de siempre.

Fin.




























Continue Reading

You'll Also Like

283 64 32
Para comenzar es un Libro de poemas de emociones principalmente negativas, entre lo negativo de mi pensar y angustiante sentir escribí poemas en un s...
46.9K 9.9K 9
Desde el punto de vista de dos muñecos, la juventud de su pequeño amo está llena de misterios y enseñanzas, gracias a ello el cariño toma una connota...
16.8K 2.5K 19
❝Nunca pensó que sus gatos llegarán hacer híbridos, menos que estuvieran enamorados.❞ ☪ Híbridos/Fluff/¿Romance?/Cliché. ☪ NamJin - YoonMin. ☪ Capítu...
960 129 9
Después de la lluvia viene la calma... Corrección. Después de la lluvia viene la tormenta. ☔︎☔︎☔︎ Tres años después de haber atrapado al asesino se...