Estoy sentada en el sofá de nuestro departamento cuando siento que golpean la puerta. Ariana me hace un gesto de que ella irá, así que no me muevo –aunque tampoco lo hubiera hecho–.
Sigo mirando la televisión mientras paso de canales sin interés alguno. De repente siento que el sillón se hunde a mi lado.
—Hola. —siento que él me dice y yo solo asiento con la cabeza.
Me gusta molestarlo.
Lo escucho reír y no puedo evitar sonreír también hasta que alguien se tira encima de mí. Maldito y estúpido Ian.
—¡Quítate de encima! —exclamo mientras el aplasta todo mi cuerpo—. ¡No puedo respirar!
—Está bien, solo porque me das pena. —dice él parándose.
Veo a Ariana desplomarse en el asiento de más allá. Nadie habla.
Siento a Ian mirar varias veces hacia varias direcciones como queriendo hacer algo, en cuanto a Curtis, él solo se mantiene a mi lado en silencio.
—¡Ah, ya me aburrí! Hablen. —pide como niño pequeño.
—Déjame pensarlo... —dice Ariana como si estuviera realmente pensándolo—. No. —finaliza con una sonrisa cínica.
—Teóricamente me hablaste. —le contraataca él—. Creo que tu nuevo corte de pelo te ha vuelto algo... rebelde.
Rio con fuerzas al mismo tiempo que Ariana se siente orgullosa de su nuevo look. Lo hizo hace meses a tras diciendo que la ayudaría a cambiar de página.
Siento que Curtis me observa y sonrió maliciosamente.
—Deja de observarme, pareces psicópata. —le digo sonriente, pero sin despegar mi vista de la televisión.
Por mi visión periférica puedo ver su primera reacción: Sorpresa. Luego sonríe de la misma manera en la que yo hice y responde—: Es que no puedo entender, ¿Qué haces para verte tan fea? Bueno, además de ser tan odiosa.
Suelto una carcajada que llena la sala. Ariana e Ian me miran como si estuviera loca y después de eso veo como mí querido amigo me arrebata el control.
—Así está mejor. —dice Curtis—. Al menos así me pondrás atención.
—Que penoso, Curtis. —le digo riendo.
Después de un rato de discusión decidimos ver una película de acción. Créanme que nos costó mucho decidirnos.
Ian no paraba de decir que había una película de humor que era muy buena –y eso que no la había visto–, en el cine. Ariana quería ver una película de terror, pero Curtis le decía que no había ninguna buena. Él quería ver una de suspenso o documental. Aburrido. En cuanto a mí, yo quería ver una película romántica, de esas que te rompen el corazón en mil pedazos.
Después de muchas discusiones, peleas, y reclamos, llegamos a la conclusión que fuera una de acción, ya que no era la preferida de ninguno, pero a todos nos gustaba.
Mientras Ariana intentaba encender el microondas para hacer las cabritas, Ian iba a compra bebidas y muchos chuches que le encargamos con Ariana.
Curtis se dispuso a buscar la película y arreglar todo, y yo... Yo solo vigilaba.
—¡Como que deberías ayudar! —me grita Ariana haciéndome sobresaltar.
—Y lo hago. Soy el cerebro. —le digo convencida.
—¿Tú? ¿El cerebro? ¡Por favor! —exclama ella.
—Pues este cerebro es algo terco para anatomía. —escucho la voz de Curtis tras de mí.
Ariana suelta una carcajada que todos en el piso deben haber escuchado y Curtis se une a ella chocando las manos.
—¡Oye, Curtis! ¡Eso no vale! —reclamo cruzándome de brazos.
Curtis se acerca a mí tratando de abrazarme, pero yo me corro. Tengo orgullo.
Veo a Ariana que mueve la perilla del microondas para que empiece a calentar, pero no funciona. Frunce el ceño varias veces –cosa que aprendió de mí– mientras hace lo mismo una y otra vez.
Me acerco al microondas y enchufo el cable. No les decía yo...
—Y así me dicen que no soy el cerebro de esto.
Mientras vemos la película es todo normal. Ariana y yo riéndonos por todo, Ian pegándonos, Curtis mirándonos raro, Ariana y yo comiendo, Ariana y yo peleando, Ariana y yo riéndonos y comiendo...
Después de eso Ian comienza a jugar a la consola que tenemos en casa. Ariana se tira en el sillón con su celular asiendo no se qué... Quizás esté hablando con aquel chico guapo, así que no la molesto.
Miro a Curtis y él tiene su vista perdida en la pantalla en donde se muestran los jugadores del equipo de Ian. Cuando lo miro detenidamente siento alegría de tenerlo conmigo, él ha sido muy importante para mí, es más podría decir que se ha vuelto mi amigo.
De pronto su expresión me inquieta y tengo ganas de preguntarle algo.
—¿Qué pasa, ______ (Tn)? —me pregunta esta vez apartando su mirada de la pantalla.
—¿Qué? —pregunto aturdida y él sonríe.
—Quieres preguntarme algo, anda, hazlo.
Su manera de ser conmigo es genial porque pareciera que nos conociéramos de toda la vida. La relación que hemos construido es especial y de algún modo me gusta.
Él confía en mí como no lo hace en nadie y eso me hace sentir especial para él también... O al menos eso creo.
—Hace tiempo no me hablas... Ya sabes...
Mis palabras son torpes y no quiero que suenen bruscas. No quiero que piense que no es importante para mí o que me lo tomo a la ligera.
—No tienes que ponerte así, ______ (Tn). Tú sabes que puedes hablarme con total normalidad, no necesitas medir tus palabras. No conmigo.
Me siento más segura y me arriesgo a que mi lengua se suelte.
—Simplemente quería saber cómo estabas. Como seguían las cosas. —sigo después de un suspiro.
Él me regala una sonrisa que tiene doble significado. Primero: Me quiere decir que está contento de que haya podido hablar con la confianza que tenemos. Segundo: Esta triste.
—Las cosas siguen igual —responde y agrega con una media sonrisa—. Al menos no han ido peor.
—Curtis...
Es lo único que puedo decir y lo abrazo. Lo abrazo porque sé que lo necesita y que es lo que quiere, pero es muy educado y respetuoso para pedirlo.
Siento como su cuerpo se tensa ante la sorpresa, pero luego respira en mi hombro, no quiere llorar. A él no le gusta que lo vea mal porque dice que me pongo mal y eso lo hace ponerse mil veces peor.
—No tienes que hacer esto. —me susurra.
—Lo sé, Curtis, lo sé.
Luego de unos segundos se despega de mí y agrega—: Gracias.
—Sabes que siempre me tendrás, Curtis. —le digo sonriente—. Eres mi amigo y te aprecio. Además, discúlpame que te lo diga, pero debe ser la persona más tonta de este mundo al no darse cuenta del hijo que tiene.
Él me sonríe y yo también lo hago tocando su mano para hacerle entender que estoy con él y que no lo dejaré solo.
Curtis tiene muchos problemas en casa y odio verlo así por culpa de personas que no lo conocen y valorizan. Él es una persona increíble y no merece todo ese desapego y humillación.
Cuando es faltando para las once de la noche deciden irse y corro hacia la pieza, ya que Ariana se había ido minutos antes.
—¡Ariana que vicio! —grito cuando la veo.
Ella se encuentra de cuclillas en su cama con la computadora. Estoy segura que está hablando con él y es por eso que no me asomo.
Ella solo ríe y no la molesto más.
Después de ponerme pijama me tiro en la cama agotada. Aunque no haya sido un día de semana me siento cansada.
Cierrolos ojos y como siempre, llega él.Las lágrimas se apoderan de mí. Odio tener que acordarme de él cuando sé que él no se acuerda de mí. Cuando pienso que no fui lo suficientementeimportante para que, al menos, me recuerde. Soy la única tonta que sufre porqueél siempre será importante en mi.
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¡Hola, gente hermosa!
Espero que les guste mucho este cap porque a mí, en lo particular, me gustó mucho aunque no tenga mucho contenido.
Curtis lo pasa muy mal </3
Voten y háganme saber que les parece. Pronto vendrá una maratón<3 Por ser taaan adorables.
XOXO<3