Capítulo 93
Las ramas se estampaban con facilidad
y dureza contra el cristal del precioso
y caro coche. Pero a él le daba igual.
Gotas de lluvia empezaron a chispear
contra el parabrisas. Para colmo, algo
se cruzó en el recorrido de Nick. Él
frenó de golpe.
Respiró hondo. Abrió la puerta y sacó
un pie fuera. Las botas se hundieron
en el suelo, ya empezando a ser barro.
Observó el coche. No lo había ni
rozado. Empezó a sentir humedad en
sus hombros. De repente...
- ¡Papá!
Nick se llevó el susto de su vida.
Abajó la mirada. Naiara. Naiara,
Naiara... Naiara lo abrazaba, Naiara
estaba llorando, pero estaba viva. La
cogió en brazos. Nick empezó a
llorar. No pudo aguantar más las
lágrimas, la emoción de tenerla de
nuevo, la rabia que sentía al saber
que ahora era __________ quien
estaba en manos del capullo de
Alexander. Naiara abrazó la cabeza de
su padre. Ella también lloraba. Estaba
horrorizada, tenía miedo. Nick
sentía como temblaba. Hacia frio,
estaba oscuro. ¿Qué hacía ella en
medio del bosque?
Se metió en la parte de atrás del
coche, junto con Naiara. La tapó con
una mantita.
- Mi vida... - murmuró Nick,
apartándole los mechones de pelo
hacia atrás. La pequeña Naiara tenía
algunos cortes. - ¿Quién te hizo
esto? - dijo acariciando el bracito de
su hija.
- Un hombre. - Naiara hizo puchero. -
tengo miedo, papá.
- Ya no tienes por qué tenerlo, mi
niña, estás conmigo... conmigo no te
pasará nada... - la abrazó. Naiara se
alzó un poco para besar la mejilla de
Nick. Él la miró.
- Me da igual que rasques. Te quiero.
- sonrió.
Y Nick volvió a tener fuerzas. Volvió
a sentirse vivo, acompañado. De su
pequeña.
- Naiara. - la llamó. Ella lo seguía
mirando. - Vamos a matar al hombre
que te hizo esto.
Naiara rió. Y dijo algo que Nick no
se esperaba.
- Si. - asintió. - Vamos a matarlo... y
a rescatar a mamá.