Cαρíтυℓσ 53

423 24 0
                                    

Cαρíтυℓσ 53

Nick terminó de ordenar los casos

que quedaban por investigar y

guardó en carpetas clasificadas los

que ya estaban resueltos… o los que

no habían podido ser. Odiaba que

sucediera eso, pero por desgracia,

sucedía. Y tanto que sucedía. Podía

ser agente, militar, podía haber

matado a más de veinte personas,

pero seguir viendo el panorama del

mundo actual le repugnaba. Dolía.

Kellen lo sacó de sus pensamientos.

La puerta de su despacho se abrió.

-          Hombre, tío. – sonrió Kellen.

- ¿todo bien?

Nick asintió.

-          ¿Por qué?

-          ¿Qué por qué? – Kellen puso

en blanco sus azules ojos y repitió.

- ¿después del espectáculo del otro

día y preguntas que por qué?

-          Ah, hostia. Haber empezado

por ahí. Nada, nada, todo se

solucionó. Solo fue un cabreo… pero

no puedo enfadarme con

__________...

-          Que ñoño te has vuelto. – se

burló Kellen.

-          Ñoño no, estoy enamorado. –

rectificó Nick, sin avergonzarse.

-          Bueno, lo que tu digas. – lo

señaló con el dedo. – esa ________

te ha cambiado, y mucho.

-          Lo sé, y me gusta.

-          Y yo no digo que no. – sonrió

Kellan. – Hay mi Nicky. – dijo

frotándole la cabeza. – a ver cuando

nos vamos de copas, que tienes a tus

amigos medio abandonados.

Nick rió.

-          Como vuelvas a frotarme la

cabeza de ese modo te juro que te

quedas sin pelotas.

-          Miedo das.

-          Eso también lo sé.

-          No sé que ha visto ________

en ti. – se rió Kellen. Nick se

encogió de hombros.

En ese momento entró una mujer

rubia, muy rubia chillando. Hablando

alemán.

-          Kellen. – lo llamó.

-          ¡Serilda! – Kellen rodeó la

mesa de Nick y se colocó detrás de

este. - ¿Qué… que haces aquí,

mujer?

-          Ni mujer ni nada. – dijo con

un acento algo gracioso. – Eres un

vendido cabrón. – Entonces, Nick se

dio cuenta de que llevaba un niño

cogido de la mano. –

Bruno se queda hoy contigo. No te

escapas más, hombre de dios. Es tu

hijo, tu cuidas de él. – se dirigió

hacia a fuera, dejando al niño allí. –

en la mochila tienes todo lo

necesario. Me vuelvo a Alemania,

¡con mis padres!

Y los dejó allí. A Nick, alucinando. A

Kellen alucinando aún más. Y a

Bruno, jugando con un calendario del

escritorio de Nick. Él se giró hacia a

Kellen. Alzó una ceja.

-          Creo que me tienes que

contar algo ¿no?

naiara... nick y tu (tercera y última temporada de protegeme)Where stories live. Discover now