¡HOMENAJE A LOS 100!
Hiiiiii!!! Este capítulo se lo quiero dedicar a todos los lectores que siguen esta y otras obras de mi autoría..... el por qué???
¿a qué se debe este homenaje? jejeje
Quería daros un regalo en agradecimiento a que pasamos en esta novela las 100 estrellitas, los 100 follows, y al cumplimiento de mi primer año escribiendo en Wattpad.
Gracias a todos los lectores incluidos también los que me siguen desde mi primer novela, gracias por el apoyo, la oportunidad y sobre todo gracias por leer y disfrutar de mis historias. Aprovecho para anunciar la pronta conclusión de esta novela (eee nose porqué tengo un fetichismo con las novelas cortas n.n weeee debe ser porque desde que escribí "Hasta que me Empalague de ti" me costó mucho ya que tiene como 66 capis jeje)....
Mi regalo para ustedes en homenaje a los 100 es el dibujo de este capítulo hecho por mi persona (si está un poquito chueco y deforme es porque estoy un poco oxidada jijiji), y os traigo un capi más largo del que normalmente publico. Espero que sea de vuestro agrado n.n
Y ahora sin más lata os dejo con el siguiente capítulo ¡Disfrutadlo!
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Cap. 9
"Duele.... duele demasiado" llora Leo mientras sigue corriendo por las calles del centro.... ¿Y qué más podía hacer un pequeño Noob con el corazón destrozado?
Suspiro....
Si tan solo supiese que es un gran mal entendido.... si solo supiese que ambos sienten lo mismo el uno por el otro....
Leo llega a casa triste y cansado porque tuvo que hallar la forma de volver a casa a pie sin que coincidiese con el autobus de Dylan. Subió las escaleras dirijiéndose al cuarto de su hermana, recriminándose en su mente por el solo hecho de haberse ilusionado.
Sentía una amarga sensación oprimiendo su pecho.... pero no podía evitar tocarse los labios a ratos todavía pensando en el beso de Dylan.... sin dejar de preguntarse cómo es que pudo llegar a enamorarse de el.... de un chico.... "¡¿Por qué me gusta tanto?!" Se decía.
Abrió la puerta del cuarto de Martina, pero no la encontró, se rascó la cabeza confuso y escuchó las traviesas risas de su hermana que saltaba como una coneja en dirección a su habitación.
- Martina ¡¿Qué haces fuera de tu cama?! ¡¿No se supone que estas enferma?! - le repriende.
- Mooo! Ya me siento mejor
- mmmm - la miró entre cerrando los ojos. Martina vió como su hermano no despegaba sus dedos de sus labios, notó una triste amargura en sus ojos y como es de suponer a esta extraña joven se le ocurrió lo que por supuesto pasó.
- ¿Por qué te tocas los labios hermanito? - ríe ella - ¿ya te flecharon? Hahaha ¿Me trajiste el juego que te pedí?
- !!!!!!!.... ¡Claro que lo traje! ¡que cosas! &#!$/!$ - Leo se quita del hombro su bolso y saca el juego entregándoselo torpemente a su hermana quien lo veneraba a propósito, sabiendo que su divertido actuar distraería a su triste hermano. Ella finje que saca desesperadamente de su empaque el disco del juego y va en busca de su computador para sumergirse en su nueva distracción.
Leo la mira recelosamente pensando en los problemas que le había traído el solo comprar aquel juego...
"De seguro Dylan me besó por hacerse la burla por lo que compré ese juego" piensa torturándose nuevamente.
NOTIFICACIÓN!
El celular de Leo dió un pequeño sonido indicando que había recibido un mensaje, lo cual le pareció extraño. Abrió el celular y se encontró con dos llamadas perdidas y el reciente mensaje de nadie mas y menos que Dylan...
Dylan
[Hola eeee ¿llegaste bien a tu casa? Quedé un poco preocupado porque te fuiste muy rápido]
El celular de Leo volvió a sonar, su corazón comenzó a acelerarse con un par de dolorosas punzadas.
Dylan
[Perdón por lo del beso, no era mi intención ponerte mal]
Otro mensaje
Dylan
[Solo no me hagas caso, soy un idiota a veces arrrgh solo dime si estás bien ¿ok?]
Leo aprieta el celular entre sus manos sonrojándose, podía imaginarse al castaño ocultándo su rostro detrás de su brazo como siempre lo hacía cada vez que se avergonzaba pero.... dolía y todavía conserva su cara de tristeza, Martina ve la expresión en la cara de su hermano y decide jalarlo por detrás obligándolo caer a su cama.
- No hagas eso Martina - se queja Leo.
- Hoy jugarás conmigo - infla los cachetes Martina infantilmente dándole a conocer que no tenía otra opción mas que quedarse a su lado para ser traumado (por el video juego)... pero claro, como sabeis... esa en realidad no es la razón por la que Martina quería que se quedase a su lado, ella no quería que se pusiese mas triste si se quedaba pensando solo.
Mientras ella jugaba y chillaba con el transcurso del juego, Leo al comienzo se siente sorprendido por el solo hecho de que a su hermana le gustasen esa clase de cosas... pero después de jugar el prólogo y conocer a todos los personajes, sus gestos, y su caracter; ambos hermanos se sumerjen en el videojuego y no apartan los ojos del computador.
El personaje principal debía enamorarse de uno de los diez personajes que tenía a disposición, los dos hermanos discutieron por elegir al que más les atraía pero al final para evitarse más lio escogen jugar con el que aparecía en la portada de la caja, un tal Kazuomi, de cabello gris y ojos azulados..... y así cuanto más se iba desarrollando la historia y subían de nivel, estos dos hermanos se desvelaron toda la noche sin darse cuenta que cayeron rendidos de sueño al amanecer.
La madre de Leo y Martina ingresó al cuarto de la joven mosa a despertar al par que debía asistir al colegio, pero al encontrarlos a ambos ojerosos y hechos un par de tomates a la parrilla por los inevitables sangrados nasales de las escenas xxx, su madre amarró a cada quien en su respectivo cuarto creyendo que Martina le había pegado el resfriado a Leo.
Pero mientras estos hermanos estaban bajo cuarentena, Dylan esperaba nervioso en la parada de buses, todavía viendo su celular con desilución ya que el noob no había contestado sus mensajes....
Para cuando llegó el autobus y el castaño se subió a este tal fue su pena de no ver por ningún lado a Leo.... quería tanto disculparse con el.
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Leo abrió pesadamente los ojos y sintió algo pesado cerca de sus pies, era Martina quien se había ido a velar por el desde que despertó.
- Buenas tardes hermanito - le saludó con una traviesa y maliciosa sonrisa a Leo.
- ¿Cómo que buenas tardes? - recriminó este rebuscando entre sus sábanas su celular, el cual marcaba las 15:00 pm. - ¡¿Qué demo...?!
- Hahaha dormiste demasiado bello durmiente - ríe Martina levantándose y acomodándose mejor a su lado mostrando que consigo llevaba el computador.
- Oooh! No es justo que continuaras el juego sin mi - hace puchero Leo. Martina se queda pensativa y luego se sonroja.
- No puedo creer que te haya gustado mucho un juego yaoi...mmmm estoy comenzando a sospechar que soy una mala influencia para ti ojojo
- ¡Lo eres! - afirma Leo causando que Martina se cayese de rodillas por la risa.
- Pero me alegra verte otra vez siendo tan sarcástico y directo como siempre, ayer estabas triste... muy triste....
LATIDO
Leo baja la cabeza y abraza una almohada.
- Leo sea lo que sea siempre puedes confiar en mi, eres mi hermanito y nada lo cambiará.
Eran muy nobles y sinceras las palabras de su hermana pero el Noob no se atrevía a confasarle a ella que aquella pena era muy similar a la de sus personajes del videojuego, que era la realidad, que solo se estaba complicando a si mismo.
Leo no responde nada y su hermana decide no insistir tampoco.
- No estaba jugando el juego todavía - dice ella a modo de retomar la inicial conversación - estaba viendo un manga que de seguro te traumará... pero podrá enseñarte unas buenas maniobras ewe
- ¡No quiero saber! - le contesta Leo sonrojándose, se oculta entre sus sábanas, y su hermana le abraza todavía riendo, Leo le arroja una almohada logrando que nuestra querida fujishi solo disfrutase más de hacer sonrojar a su hermanito.
Los ánimos de su hermana distrajeron momentáneamente los pensamientos del Noob, siembargo permanecieron acompañándole por el resto de ese día y al día siguiente.
La mañana de ese día que siguió se presentó con los cielos nublados. Leo se apresuró a vestir su uniforme e ir al cuarto de su hermana a que esta bajase a tomar pronto el desayuno, por lo cual no tardó Martina y ambos hermanos bajaron ruidosamente por las escaleras.
Observó Martina a Leo, tomando un jugo y un par de tostadas que su madre había puesto frente suyo, le veía todavía decaído moviendo la mandíbula lentamente. Leo solo pensaba en la reacción que pondría al ver al castaño en caso de que se lo encontrase en el autobus esa mañana, quería tener el valor para sonreírle... solo que no se sentía capaz de ello ya que Martina adivina sus pensamientos dejándose contagiar por la aflicción de su hermano... ese día se encargaría de hacer todo lo posible para que Leo no se encontrase con Dylan fuese lo que fuese.
Una vez el pequeño hermano acabó su desayuno, Martina se hizo la que se tardó, esto molestó a Leo quien comenzaba a temer que el último autobus que pasaba antes de la hora pico se les pasara. Y para empeorar la poca paciencia del Noob, los truenos en el cielo comienzan a amenazar con una tormenta, por lo que Martina va escaleras arriba con pocas ganas en busca de un par de paraguas, y mientras más tardaba la joven..... nuevamente en la parada de buses esperaba el castaño, subía como siempre al auto bus... y otra vez no se encontraba al pequeño Noob en asiento de siempre, Dylan se sentó allí y casi como en un susurro para sí dijo un 《Hola..... te quiero》
Leo y Martina salieron de casa corriendo, tuvieron que tomar un bus lleno, y llegaron a su colegio con los zapatos mojados ya que la lluvia de octubre había empapado sus calzados. Cada hermano se fué a su respectiva aula y Leo al llegar a la suya respiró hondo para borrar su cara amargada y saludó a sus amigos con singular alegría...
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El timbre que indicaba la culminación de las clases del día resonó por el colegio. Leo y su grupo de amigos salieron de clases sin dejar de hablar de los planes que tenían para después, debatían entre ir a jugar una partida de unos juegos con nombres extraños, otros opinaban que sería mejor ir a comer algo antes de regresar a casa y dejar la partida para otra ocasión.... pero solo bastó que Leo abriese la boca para que se de por sentada la actividad.
- Quisiera ir con ustedes a ver que de interesante le ven a sus jueguitos esos.
Los muchachos se vieron las caras los unos a los otros perplejos... ¿A caso sus oidos escucharon bien?
- Creo que Leo se golpeó contra el asfalto hoy - se bufó Will, el rebelde del grupo.
- Creo que le dió amnesia el otro día - le siguió Albert, el mas alto de todos. Y así en lugar de lloverle gotas de agua al pequeño Noob le llovieron risas y sus amigos le arrastraron gustosos a su "Cueva"....
Y para llegar a la cueva debían tomar el autobus de siempre..... el cual Dylan ya había tomado y el grupo de jovenes aguardaba en la respectiva parada. Dylan vió subir al Noob acompañado de sus amigos, una fría corriente le mortificó a lo largo de la columna y por un tonto impulso se fué al fondo aprovechando el número de personas que llenaban el vehículo para que le ocultasen....
Leo buscó entre la mychedumbre con un poco de esperanza y miedo de encontrarse con el gamer, pero al estar este bien oculto no le hayó. Pasaron la parada en la que debía bajarse Dylan y Leo se quedó viendo atentamente el número de pasajeros que bajaban pero tampoco le vió porque Dylan prefirió quedarse un poco más y observarle. Para cuando estuvieron en la parada de Leo, el y el resto de los jovenes que le acompañaban bajaron, y Dylan les siguió cautelosamente por detrás sin dehar de recriminarse a si mismo que lo que hacía era una total locura.
Llegaron al lugar en donde antes Leo se separaba del grupo para irse directo a casa, estuvo a pundo de arrepentirse de querrer ir a jugar ina partida con sus amigos y sospechando eso dos de ellos le sostuvieron por los hombros y le empujaron para que siguiese de mala gana.
"Yo y mi bocota" se criticaba el Noob.
Dylan soltó una pequeña risa al ver por detrás el intento fallido de Leo por escapar y continuó siguiendoles el paso bajo la protección de su propio para aguas.
Al poco tiempo entraron los jovenes a una sala de juegos amplia a la cual habían bautizado con el nombre de la "Cueva", y veraus que le iba bien porque era el lugar tan oscuro que solo se veía la luz de las pantallas en sus respectivas divisiones. El grupo alquiló una sala casi al final del lugar en la que habían seis computadoras, Dylan les dió alcance y alquiló la sala de al lado que era de menor tamaño y contaba con solo dos computadoras.
- ¡¿Qué jugaremos hoy?! - preguntaba unos.
- Call of dutty
- Medal of honor
- God of War
- L.O.L
- DOTA!
- Dejense de burreras y juguemos algo que no espante al enano juegofóbico - se burla Will alborotando el cabello de Leo con una mano y este lo aparta infantilmente.
- No soy enano, tu eres más bajo que yo - se queja Leo - ¡¿Y qué clase de fobia es esa?!
- bah! Que importa - le discute Will - además ya soy más alto que tú, he crecido dos centímetros en los últimos meses y tu te ves igual de enano y odioso.
Dylan al escuchar esto y las ganas que tenía Leo por lanzarse contra will y volarle sus centímetros ganados, se pone las manos a la boca callando la risa.
Los muchachos escuchan el ruído de Dylan por aguantarse la risa y se averguenzan...
- Jugaremos L.O.L.! - grita convencido Will, Dylan al escuchar eso busca en el monitor el ícono del juego pensando en el tiempo que había transcurrido desde que la última vez que había jugado con Phanteón.
- Noooooo! L.O.L. es para perdedores - dice uno de ellos y se arma otro drama, Dylan avergonzado solo da un click y cierra el juego.
Al final de tantas discusiones escogen un juego que no habían jugado en mucho tiempo, Left for Death _.
Los gritos de emosión de los chicos se escuchan por todo el lugar, Dylan se queda en su lugar con una sonrisa ya acostumbrado al barullo, y con un par de auricolares puestos a medias se concentra medio divagante en una partida de DOTA.
Leo se deja llevar por lo alborotadores que eran sus amigos y más de una que otra vez se le escapan sus comentarios fuera de lugar los cuales le hacen merecedores de muchos mochilazos o "palizas amistosas". Pero no falta aquel amigo que por hacerle una mala broma lo tumba de su silla al suelo causando que todos los demás estallen en carcajadas, Leo tambien les sigue las risas... pero había caído tan cerca del lugar en donde se encontraba Dylan.... y sus risas se secaron.
Dylan percibió que alguien le observaba, sabía quien era... apesar de la espesa oscuridad ambos se dieron cuenta que era el otro.....