Hola, mejor amiga.
Tu madre lleva descuidando su alimentación solo para quedarse a tu lado.
Mi tía me pidió ir a comprar algo de comer para nosotras.
Ella piensa que paso mucho tiempo en el hospital. No lo negare porque así es.
En lugar de ir a la cafetería del hospital me atreví a salir del lugar.
Había visto a dos puestos después una bonita cafetería.
Fui allí, le pedí tres sándwiches, tres te frio y un café cargado.
Como sabrás después de tomar el asqueroso café no tuve ganas de regresar.
Les pedí que me dieran primero el café y luego lo demás. Así podía pasar un rato lejos de ese lugar tan deprimente.
La dulce viejita que me atendió me hizo mi café y me pidió que esperara por los sándwiches. Estaban cortos de personal y las cosas iban lento, yo acepté y me senté en una mesa con mi café.
Observe el lugar con atención (me conoces sabes que hago eso) y mi mirada paro en un chico de cabello castaño oscuro que también tenía sus ojos puestos en mí. Al notar que lo miraba, me sonrió.
Baje la mirada a lo poco que quedaba de mi café y me sonroje.
¡Si, me sonroje! Ni yo me lo creo.
Me tome rápido mi café para que cuando la señora me llamara solo me tendría que parar, buscar mi pedido e irme.
Cuando lo hizo, dejé el dinero y salí con mi pedido sin mirar al chico.
Solo puedo decir que... él tiene la sonrisa más linda que he visto.