Me desperté todavía rodeada por su brazo, todavía envuelta en su calor. Me giré delicadamente para mirarlo de frente. Una pequeña presión en mi pecho se hizo presente cuando vi su hermosura. Me quedé largos minutos observándolo en silencio, como capturando cada centímetro de su rostro y guardándolo en mi mente.
Él se removió un poco abriendo sus ojos, cuando ellos se encontraron con los míos una pequeña sonrisa se formó en sus labios, me dejé llevar por el impulso y rodee su cintura con mis brazos para hundir mi rostro en su cuello. Tardó unos segundos en reaccionar pero luego me abrazó con fuerza uniéndome más a su cuerpo.
-Buen día- susurró con voz ronca.
Sin darme cuenta algunas lágrimas brotaron de mis ojos, no dejaría que esto nos separe, soportaría esta semana sea como sea.
Me quedé en sus brazos lo más que pude, no podía verme llorar ¿Qué le diría? ¿Que lloraba porque su hermana me odiaba? ¿Qué lloraba porque no quería dejarlo? Pero claro él me separó y me miró a los ojos.
-Hey- susurró tomando mis mejillas para limpiar las lágrimas- ¿Qué sucedió?- negué con la cabeza.
-Nada- susurré- Sólo un mal sueño- alzó una ceja.
-¿De verdad?- susurró acariciando mi mejilla preocupado, asentí tragando el nudo de mi garganta.
-Si... no quiero recordarlo- mentí.
-Está bien- susurró sonriendo con los labios sellados.
Nos quedamos mirándonos por algunos segundos en silencio, ninguno despegaba los ojos del otro. No pude resistirme más y me acerqué a sus labios para capturarlos delicadamente, me rodeó con sus brazos fuertemente para unirme más y suspiró sobre mis labios. Amaba el sabor de sus labios, la sensación de su lengua mezclándose con la mía.
Nos separamos pero no mucho, nuestros labios casi se rozaban, nuestras respiraciones se hacían una, nuestras miradas estaban completamente conectadas. Sin movernos su mano pasó por debajo de mi camiseta y comenzó a acariciar delicadamente mi espalda. Así nos quedamos por un largo rato, lo único que se movía era su mano en mi piel. Moría por besarlo, pero aquella sensación era tan placentera que contuve mis impulsos.
-No me esperaste ayer- susurró con una sonrisa moviendo su nariz para acariciar la mía. Llevé mi mano a su cabello y metí mis dedos entre sus rulos para acariciarlos dulcemente, sus ojos se cerraron mientras un suspiro escapaba de sus labios.
-Tenía sueño- mentí también en un susurro.
-Mmm... - se quejó aunque se mezcló con otro suspiro provocado por mis caricias. No pude evitar sonreír- y ¿Qué dices de mi hermana?- preguntó abriendo los ojos, mi cuerpo se tensó en ese instante y me moví apoyando mi espalda en el colchón para disimularlo.
-¿Tu hermana?- pregunté incómoda, él se giró para mirarme mejor y yo miré el techo, no podía verlo, no podía hacerlo y mentirle.
-Ajam- respondió colando su mano por mi camiseta para acariciar mi estómago generando un cosquilleo sobre toda la zona- ¿Viste que no era tan grave todo?- no, claro que no ¡maldición! sentí un nudo formarse en mi garganta.
-No pude conocerla tanto- una buena respuesta, no le mentía pero tampoco le decía lo que había pasado.
-Entonces...- siguió observando concentrado su mano acariciando mi piel- Hoy no habrá excusas ¿No?- volvió su mirada a mi rostro esperando una respuesta.
-Debo trabajar, Harry- me excusé llevando mi mirada al techo. Él bufó quitando su mano de mi piel.
-Pero...- se quejó, seguí esquivando su mirada recorriendo todo el techo de la habitación hasta llegar a la ventana. Pero podía sentir cuan molesto estaba.
-Pueden venir al bar- ofrecí insultándome a mí misma por decir aquello.
-Pero así no puedes conocerla- habló molesto- ¿A la tarde?- preguntó esperanzado.
-Quizás- respondí sin mirarlo. Pocos segundos después sentí sus dedos quitando el cabello que descansaba en mi cuello, para luego sentir sus labios posarse allí delicadamente provocando que todo mi cuerpo se estremezca.
-Será divertido- susurró para depositar otro beso en mi piel.
-Está bien- cedí.
-Genial- susurró comenzando un recorrido de besos en mi cuello, sentía sus labios abrirse y cerrarse allí y creí morir de placer ¡Demonios! nunca podría acostumbrarme a eso, nunca podría dejar de sentir todo lo que sentía cuando sus labios tocaban la piel de mi cuello- Me encanta- susurró sobre mi piel sin dejar de besarme- Besar tu cuello- siguió mientras se acomodaba sobre mí. Separó su rostro de aquella zona para mirarme a los ojos y rozar nuestros labios.
-Y a mí- susurré llevando mis manos a su nunca- Me encanta que lo hagas- sonreí y él unió nuestros labios.
-Llamaré a Gemma- dijo separándose de mí.
-Okey- respondí sentándome en la cama- Me ducharé- él me miró con su celular en su oído y alzó sus cejas. Saqué mi lengua y entré al baño. Dejé la toalla a un lado y me miré al espejo.
Será difícil, me dije a mi misma. Será una semana difícil pero debes soportarla, Harry te quiere, Harry hizo tanto por ti... tú puedes hacer esto por él.
Corrí la cortina de la ducha y abrí la llave de agua para que ésta corriera y tome temperatura. Quité mi short pero la puerta abriéndose no me dejó seguir. Miré a Harry confundida.
-¿Qué haces?- pregunté al ver su sonrisa perversa.
-Debo ducharme- sonrió.
-¿Ducharte?- pregunté- Dije que yo lo haría.
-Por eso- siguió acercándose a mí para tomar mi cintura y unirme a su cuerpo, el cual sólo llevaba un jean desabrochado. Lo miré sorprendida posando mis manos en su tatuado pecho- Me ducharé contigo- susurró y atacó mi cuello consciente que era mi debilidad, mis manos viajaron a su nuca sin pensarlo y se adentraron en su cabello para acariciarlo mientras lo hacía.
-¿Y si no quiero?- pregunté tratando de sonar seria, pero ¿Cómo hacerlo si sus labios se encontraban allí?
-¿No quieres?- preguntó separando sus labios de mi cuello y mirándome, tomó el borde de mi camiseta y la subió para quitarla de la escena, no me negué ¿Por qué lo haría? Quitó su jean y tomó mis piernas para rodear su cintura con ellas- ¿Segura que no quieres?
-Ajam- respondí débil ante sus besos sobre mi piel.
-Te escuchas muy convencida- susurró con voz ronca rozando mis labios. De repente el agua comenzó a mojarnos ¿Cómo habíamos llegado ahí? Besé sus labios desesperadamente y así nos hicimos uno nuevamente.
...
-¡Gemma!- exclamó Harry feliz cuando entramos a su casa y nos encontramos con su hermana sentada en el sofá. Claro, no me miró bien pero tragué mi bronca y sonreí.
Nos sentamos junto a ella en el sofá y las charlas comenzaron.
-Entonces ¿Estudiaste algo Kathleen?- preguntó Gemma.
-¿Yo?- pregunté confundida, en toda la tarde no se había dirigido a mi directamente ¿Por qué ahora sí? Y con esa pregunta.
-Claro... luego del colegio- siguió mirándome fijamente. Claramente buscaba algo para hacerme sentir mal. Claro que no había estudiado nada, no porque no quisiera hacerlo, sino porque alguien no permitía que yo haga cualquier cosa que me haga feliz.
-No realmente- ella me miró sorprendida.
-Pero... tienes veintiséis años ¿Cómo no lo has hecho?- cuestionó incrédula haciéndome sentir la persona más pequeña en el mundo. Mi cuerpo se tensó bastante ¿Cómo explicarle que tenía un novio que me había hecho la vida miserable? Que gracias a él hoy no era nadie.
-No pude- respondí con una pequeña presión en mi pecho.
-¿No pudiste?- siguió preguntando, quizás a propósito, quizás no, aunque realmente creía que le gustaba verme así... demostrar que yo no era buena para su hermano- Deben haber mejores razones- bajé mi mirada realmente no tenía ganas de pasar por aquella situación.
-Gemma- advirtió Harry pasando su mano por mi espalda, había notado mi comportamiento, él sabía las razones por las que nunca pude tener una vida normal, por la que nunca pude estudiar lo que más amaba- No estudió y punto ¿Qué tiene de malo?- me defendió- Yo tampoco lo hice.
-¡Vamos Harry! Eso es distinto- refutó su hermana- Tú eres músico, vives estudiando música... ella...
-¿Ella qué?- preguntó mirando a su hermana.
-Deja Harry, tiene razón- lo miré y él me miró confundido- Es extraño ver a una mujer de veintiséis años sin ningún estudio- miré a Gemma que miraba sorprendida mi respuesta, no quería que él note el odio de su hermana en mí, no podía soportar que él se peleara con ella por eso- Pero en cuanto pueda lo haré- afirme, sentí sus dedos moverse sobre mi espalda y lo miré para sonreírle.
Las charlas siguieron y Gemma sorprendentemente comenzó a ser amable conmigo ¡Maldición! ¿Quién comprendía a esta mujer? ¿Acaso ahora le caía bien? Me levanté y ambos me miraron sin comprender.
-Iré a buscar algo para tomar ¿Quieren?- pregunté, Harry me miró con una sonrisa y asintió.
-Te ayudaré- propuso Gemma, la miré sorprendida pero igualmente asentí mientras caminaba a la cocina. Cuando entramos sentí la tensión en el aire y claro ¿Cómo creer que se quedaría callada?- No sé qué parte no estás comprendiendo Kathleen- habló seria. Me giré para mirarla confundida- Aléjate de él...
-No comprendo que te sucede conmigo- hablé seria- Si hice algo que te molestara sólo dime...
-No lo comprendes ¿No?- preguntó- No permitiré que mi hermano sufra por nada ni nadie
-¿Y qué te hace pensar que yo lo haré?
-¿Qué me hace pensar?- rió sarcástica mirándome de arriba abajo- Mírate... mírate un segundo ¿Crees que no noto que eres una maldita pe... - pero no pudo continuar, ambas nos quedamos congeladas cuando lo vimos entrar.
-¿Qué está sucediendo?- preguntó confundido mientras se acercaba a mí.
-Nada- respondí rápidamente
-¿Segura?- preguntó poniéndose detrás de mí para ver a su hermana mientras tomaba mi cintura- ¿Entonces quién es una maldita perra?- habló serio- ¿Acaso tú le estabas diciendo... ?
-No- lo interrumpí. Gemma se encontraba en silencio, seguramente sin saber que decir, sin creer que su hermano la había escuchado. Podría haber dicho que sí, podría haberle dicho toda la verdad pero ¿Qué ganaría? ¿Que se pelee con su hermana? ¿Que ella invente algo para hacerme quedar peor a mí? - ¿De verdad crees que ella me decía...?- reí sonoramente y Gemma me miró sin comprender pero siguió mi risa, sentí el cuerpo de él relajarse.
-¿Entonces?- preguntó apoyando su mentón en mi hombro.
-Sólo hablábamos- hablé riendo intentando pensar una buena excusa- De... Taylor- Okey, no quería decirlo, pero fue lo único que salió de mi mente.
-Sé que te molesta que lo hagamos- habló Gemma divertida- Pero ya sabes como somos las mujeres- rió.
-¡Oh dios!- exclamó él rodeando más mi cintura- Mi chica y mi hermana amigas... destruirán el mundo- carcajeó. Ambas seguimos sus carcajadas aunque sabíamos muy bien que eso no pasaría- ¿Ya le dijiste que hoy iremos al bar?- preguntó.
-¿Qué bar?- preguntó su hermana.
-Al el bar de Kate- respondió él- No puedes decirme que no... será divertido.
-Claro, claro- respondió ella.
Volvimos al living y seguimos hablando. O más bien Harry siguió hablando ya que nosotras nos encontrábamos sumamente silenciosas. De mi parte era normal, lo había hecho durante todos nuestros momentos juntos. De parte de Gemma era extraño, ella no dejaba de hablar las veces que la vi pero esta vez parecía pensativa, algo pasaba en su mente.
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