Volver.

By ittrouge

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Apenas lograba entrar en la profundidad de sus sueños, ahí dónde nada más que tus mayores anhelos se hacían p... More

Prólogo.
Travesía. Uno
Dos.
Tres.
Konohagakure. Cuatro.
Cinco.
Seis.
Ocho
Nueve
Diez
Once.
Doce.
Trece.
Catorce.
Uchiha. Quince
Dieciséis.
Diecisiete.
Dieciocho.
Diecinueve.
Veinte.
Campanas de Boda.
Campanas de Boda.
Campanas de Boda.
Epílogo I.

Siete.

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By ittrouge

Konohagakure.

Siete.

El sol salió temprano en Konohagakure, recordando a cada uno de sus habitantes las responsabilidades con las que debía cumplir como cada día. Los más pequeños shinobis acudían como de costumbre a la academia ninja para continuar con su formación, dispuestos a servir a su aldea. Las mujeres de la casa salían a hacer sus compras matutinas, encontrándose con rostros familiares y amigables, charlando amenamente entre ellas en la zona comercial. Otras personas se encaminaban a cumplir sus labores en sus respectivos trabajos dentro de la aldea. Artesanos, maestros, médicos, cocineros, todos saludaban a un nuevo día con una sonrisa en el rostro. El buen humor podía respirarse en el aire aquel día, como una señal de buena suerte.

Sasuke abrió los ojos un poco antes de lo planeado. Se sentó en la orilla de la cama y estiró su cuerpo cuan largo era, disfrutando de los ligeros "crack" que hacía su columna. Su cabello estaba despeinado y se acomodaba en formas imposibles sobre su cabeza. Se levantó y caminó hasta el cuarto de baño arrastrando los pies. Soltó un pequeño gruñido de fastidio al ver su propio reflejo en el espejo. Un hombre terriblemente demacrado le devolvía la mirada de forma altanera y arrogante. Pasó una mano por su cabello, acomodándose en su habitual forma descuidada, y observó su torso desnudo, sus costillas sobresalían bajo su piel blanca y reseca, su abdomen no tenía nada especial, estaba plano, con los músculos ligeramente marcados por el ejercicio que hacía regularmente. Era la primera vez que veía su reflejo en meses y, si se lo preguntaran, se describiría a sí mismo como patético. Tenía que alimentarse mejor y ponerse a entrenar lo más pronto posible. Miró su rostro, con las mejillas ligeramente hundidas y ojeras bajo los ojos, arqueó una ceja antes de dejar escapar un suspiro de resignación. Terminó de desnudarse sin mucha dificultad y entró a la ducha. En cuanto el agua fría hizo contacto con su piel sintió cada poro erizarse y un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza. De pronto una imagen apareció en su mente. Sakura. Los recuerdos de su conversación la noche anterior comenzaron a tomar forma en su memoria. Todo había salido bien, se sentía diferente, más calmado y dispuesto, y eso le parecía bueno. Se sentía excelente.

Para cuando salió a la calle, ésta ya se encontraba abarrotada de gente. Enseguida sintió como unos cuantos pares de ojos se posaban en él con expresión curiosa. Otros más lo saludaban con una tímida sonrisa, seguido por una leve inclinación de cabeza de manera respetuosa. Asintió algunas veces, y bufó como saludo en otras.

Incluso se atrevió a esbozar una sonrisa casi imperceptible a una mujer bastante familiar que caminaba hacia él mirando el suelo.

-Buen día, Hinata -saludó cordialmente a la ahora esposa de su mejor amigo.

Habían coincidido un par de calles antes de llegar al hospital y ella llevaba una pequeña bolsa de compras en la mano. La mujer levantó el rostro y lo miró con sus ojos perlas, sorprendiendose un instante. No esperaba encontrarlo tan pronto, ni mucho menos a solas, sin embargo continuó andando hasta llegar a él. Sasuke también se detuvo un momento.

-Oh, buen día, Sasuke-kun -contestó esbozando sonrisa amable -Me da gusto verte de nuevo por aquí. Naruto me ha contado que te estarás quedando en su antiguo departamento, puedes pasar a visitarnos cuando gustes.

Sasuke asintió a su propuesta, pero había decidido que no quería causarles ninguna molestia por lo pronto. Dio un paso hacia adelante, indicando que continuaría su camino y dando por terminada la conversación. La Hyuga imitó el gesto e inclinó ligeramente la cabeza a modo de despedida.

-Hasta luego, Sasuke-kun -Hinata le sonrió una vez más y posteriormente comenzó a caminar en dirección opuesta, alejándose sin prisa.

Se sintió satisfecho y honroso. Normalmente no era de los que andaban por la vida saludando a las demás personas, pero tratándose de Hinata sintió que debía hacer una excepción, por el respeto y el cariño que le tenía a su amigo. Y había resultado bien, los modales Uchiha relucían por sobre todo. Al fin de cuentas fue criado y educado en uno de los clanes más formales y respetados de la aldea... en su tiempo. Se afligió al pensar en aquello, en su familia, pero no quedaba más que levantar en alto su apellido y demostrar que merecía el respeto de los demás.

Llegó hasta el imponente edificio blanco que significaba el Hospital General de Konohagakure. Entró en la recepción y de inmediato cayó en la cuenta de que no sabía hacia dónde dirigirse. Se acercó al mostrador, en donde una delgada mujer de cabellos azulados organizaba unos documentos torpemente, y carraspeó para hacerse notar.

-Dígame -la joven levantó la mirada y por un momento quedó cautivada con lo que sus ojos veían. Un hombre absolutamente bello se encontraba de pie frente a ella, se sintió intimidada con su presencia. Sasuke la miraba fijamente con sus penetrantes pozos negros que nunca decían nada -¿T-tiene usted alguna consulta el día de hoy o s-simplemente viene de visita? -balbuceó sin poder evitar un sonrojo.

-He venido a ver a Tsunade, debe estar esperando por mí -contestó el azabache con voz serena y cordial.

-¿S-su nombre? -interrogó la mujer, escandalizada por la forma en la que se había referido a la ninja médico, mientras rebuscaba algo entre las cosas sobre el escritorio.

-Uchiha, Sasuke -pronunció él pausadamente.

El rostro de aquella mujer se ensombreció al instante. No lograba formular una palabra. Se escuchó un portazo cerca de ahí, sobresaltandola hasta hacerle dar un respingo y giró el rostro violentamente hacia el lugar del estruendo.

-¡Uchiha! -rugió fuertemente una voz femenina. Tsunade se acercaba con una mirada amenazadora provocando que sus zapatos de tacón resonaran en toda la estancia -Vaya, te ves peor de lo que me informaron -lanzó una vez se hubo acercado lo suficiente, escrutándolo de pies a cabeza con el ceño fruncido, analizando el estado físico del joven hombre.

Sasuke giró el cuerpo hacia la rubia, devolviéndole la mirada desafiante.

-¡Sígueme! -indicó la sannin, dándole la espalda, y caminando lejos de él apresuradamente en dirección opuesta de donde había aparecido. Sasuke comenzó a seguirla tal como se le indicó. Torcieron a la izquierda, siguiendo un largo pasillo de paredes blancas que terminaba en unas escaleras. Subieron hasta la siguiente planta y una vez llegaron al rellano la mujer se detuvo súbitamente, colocando un brazo frente al Uchiha, obligándolo a detenerse -Has ocasionado demasiado daño -habló volteando el rostro hacia él.

Sasuke se sorprendió con la manera en que lo miraba. Podía ver claramente la preocupación en su expresión, y la obviedad del asunto indicaba que le preocupaba alguien. Por supuesto sabía quién era. Entendió perfectamente lo que ocurría, y se alivió de no haber recibido una advertencia similar de parte de Kakashi o Naruto. Pero Tsunade era diferente, ella era una mujer y podía entender perfectamente los sentimientos alojados en el corazón de su discípula durante años. Temía que pudiera romperse nuevamente, con esa fragilidad que le caracterizaba. Aún tenía presente la apuesta que hubieron hecho hacía ya casi un año atrás, en donde Sakura, llena de ilusión, le pedía que apostara en contra de su amor, y así, con su pésima suerte, perdiera y ella pudiera ser finalmente feliz.

-Ya he hablado con Sakura -respondió Sasuke con semblante serio, intentando transmitir algo de calma con sus palabras. -Me he disculpado con ella.

Tsunade cerró los ojos, bajando el brazo que impedía el paso del Uchiha, sin embargo él no se movió. Se mantuvo al margen, de pie, inmóvil, esperando una amenaza que no tardaría en llegar.

-Aún tengo autoridad como la quinta -indicó ella alzando el rostro, imponiéndose. Se negaba a ceder ante él de ninguna forma. -Kakashi puede ser un poco blando contigo, pero a ti y a mi no hay nada que nos una, no somos más que dos desconocidos, ¡yo no dudaré ni un minuto antes de mandarte tan lejos de aquí como resultes una amenaza! -terminó alzando la voz.

Sasuke solo asintió.

-Entiendo.

Tsunade reanudó la marcha, con su usual capa color verde ondeando suavemente tras ella. Subieron un piso más que abrió paso a otro largo pasillo de paredes blancas igual que el anterior. Avanzaron un poco hasta una de las puertas y entraron en una habitación igual de pulcra que todo el edificio. En él sólo había una camilla para revisión, varias repisas y armarios que almacenaban diferentes botellas y frascos, algunas herramientas, un estetoscopio, un baumanómetro, y algunas carpetas y papeles. No había una sola ventana. Sasuke respiró profundo, asqueandose en seguida por el molesto aroma a alcohol y antiséptico, le recordaba demasiado su época con Orochimaru. Caminó hasta el centro de la habitación, dejando en un lado la katana y el chaleco de protección que llevaba sobre su manga larga.

-Desnudate y ponte ésto encima, -ordenó Tsunade, entregándole una bata color menta. -ahora vuelvo.

Acto seguido abandonó la habitación dejándolo solo en ese tétrico lugar que tan malos recuerdos le traía a la mente. Comenzó a desnudarse con movimientos ágiles y rápidos, y pronto estaba enfundado en la bata que le habían proporcionado. Se sentó en la camilla y esperó. El segundero del reloj de pared resonaba en el denso silencio en el que se encontraba. Pasaron poco más de cinco minutos y Tsunade había regresado con una pequeña mesita con ruedas, en ella descansaba un extraño bulto envuelto en gasas y plástico. Sasuke clavó su mirada en aquel objeto, sospechando lo que podría ser, y una vaga idea pasó por su cabeza.

-¿Qué es éso? -preguntó sin quitarle la vista, intentando encontrarle alguna forma.

-Tu prótesis -contestó la sannin, acercándose para comenzar a examinarlo, después de dejar todo lo que utilizaría junto a él.

-No voy a necesitarla -protestó Sasuke, ahora mirándola con decisión. Sabía que de eso se trataba, intentarían convencerlo de llevar la prótesis que fue hecha para él, pero se mantendría firme. No lo permitiría.

Tsunade lo ignoró por completo y tomó su muñón con cuidado, observando detenidamente. Acercó un poco el rostro a dónde estaban las cicatrices de sus costuras y comenzó a palpar los alrededores con suavidad.

-Parece que no tuviste problemas con la cicatrización, a pesar de que te marchaste antes de que retirara las puntadas. ¿Sentiste dolor después de eso? -preguntó Tsunade tomando apuntes.

-Al principio, pero nada que fuera imposible de soportar -contestó él con calma, observando su propia falta de brazo.

Tsunade terminó sus anotaciones y se dedicó a examinarlo con más detalle. Tomó su presión, al igual que su temperatura y frecuencia respiratoria, revisó su estatura y peso, corroboró sus reflejos y usó un poco de chakra para verificar el correcto funcionamiento de sus órganos internos, obligando a Sasuke a mantenerse acostado y quieto durante algunos minutos. Pasó una hora antes de que todo terminara. No parecía haber ningún problema grave a simple vista, salvo por su mala alimentación y falta de descanso, estaría en excelentes condiciones en muy poco tiempo. Se hallaba sentado, completamente fastidiado y mareado por aquel molesto aroma. Llevó los dedos al puente de la nariz, que le reprochaba tanta tortura, y cerró los ojos con fuerza, respirando con la boca.

-¿Hay algún problema si reanudo mi entrenamiento? -cuestionó Sasuke, manteniéndose en la misma posición, una vez que Tsunade hubo vuelto a enfrascarse en sus anotaciones.

-Sólo no te sobreexijas, estás un poco débil, comienza con algo sencillo. -dijo la rubia sin voltear a verlo -¿Cómo fue que te descuidaste tanto, Uchiha?

Tsunade hizo a un lado los papeles que llevaba en la mano y le dedicó una mirada inquisidora, esperando su respuesta. Sasuke no levantó el rostro, que ya se ocultaba bajo su cabello azabache y suspiró, tomándose el tiempo de meditar lo que diría. De alguna forma habían tocado su orgullo. ¿Cómo fue que se descuidó tanto?

-Tuve que acostumbrarme por completo al hecho de que me hiciera falta un brazo, me dediqué a cuidar la herida y descansar, además de que la razón principal de mi viaje era admirar el mundo después de la guerra. Hacía un poco de ejercicio regularmente pero era difícil -hizo una pausa. Su voz grave poco a poco iba perdiendo su serenidad y comenzaba a cargarse de coraje e impotencia -Necesito crear una nueva técnica de combate -concluyó arrastrando las últimas palabras.

La paciencia no era su fuerte, en definitivo, pero sentirse un manco inútil, incapaz de lograr ningún ataque con la agilidad de antes, no era algo que le agradara en lo absoluto. Y lo últimos años ya habían estado llenos de eso. Había hecho un avance significativo en la cotidianidad, cosas como vestirse, alimentarse y asearse ya habían sido cubiertas, pero aún le faltaban sus habilidades como shinobi. Ahora tendría que ponerse al tanto y perfeccionar su estilo de pelea con un solo brazo. Su katana era de gran ayuda al igual que el sharingan y lo habían sacado de unos cuantos apuros, pero esas cosas no hacen a un shinobi, debía practicar el combate cuerpo a cuerpo, defensa y ataque.

-Bien, si de eso se trata, -comenzó ahora la quinta Hokage -deberías pedirle ayuda a Sakura.

Sasuke la miró con duda. Momentos antes lo había amenazado con tal de proteger a su alumna y ahora lo estaba conduciendo directo a ella. Pero el rostro de la mujer era extrañamente indescifrable en aquel momento.

-¿Por qué? -cuestionó.

-Yo la entrene.

Tsunade dio la vuelta, comenzando a caminar hacia la puerta con algunos documentos en mano, todos habían sido del examen que le acababa de realizar al Uchiha, se detuvo un momento antes de salir por completo del lugar y le dedicó una última mirada fugaz. Parecía darle su aprobación de algún modo. Sonreía. Pero quizás era solo arrogancia. Sasuke se inclinó más por lo último.

-Vístete, ya puedes retirarte. -anunció la sannin cruzando el umbral de la puerta -Y ve a comer algo.

...

-¡Oh, Sakura, estoy tan feliz por ti! -exclamó Ino abrazando con fuerza a su amiga de cabellos rosados, que se retorcía entre sus brazos con una expresión entre alegría y molestia -Tus sentimientos por fin han llegado a él y parece haberlos aceptado. ¡Ésto es muy bueno!

Sakura e Ino se encontraban cumpliendo con sus labores normales en el Hospital de Salud Mental de los niños, ubicado en el ala oeste del Hospital General de Konoha. El edificio era relativamente pequeño, comparado con el que se imponía a su lado, tenía solamente dos pisos que contaban con largos pasillos de paredes blancas, con suficientes habitaciones para atender a sus pequeños pacientes. El despacho de Sakura se encontraba en el segundo piso, al final de un pasillo en el que se hospedaban los casos más difíciles que ella atendía. El despacho de Ino, en cambio, estaba situado en la planta baja, cerca de un gran aula donde proyectaban películas y cortometrajes para entretener a los más grandes. Ambas se encontraban usualmente en la cafetería del lugar, salvo algunas ocasiones en las que Ino irrumpía violentamente y sin remordimiento alguno en su oficina para exigirle explicaciones de cosas que no eran de su incumbencia o contarle el último chisme del cual se enteró, y alguna que otra urgencia real. Sin embargo en esa ocasión Sakura había acudido a ella. No se le pudo haber ocurrido otra persona que Ino para contarle lo que había sucedido, y cómo se sentía ella al respecto. Ella había sido su mejor amiga desde la infancia.

-No es así como tú dices -corrigió Sakura zafándose con dificultad del abrazo prisionero de su amiga -Es mucho más complicado de lo que parece.

Ino la soltó mirándola con reproche.

-Mucho más complicado de lo que parece podría ser la relación de Shikamaru con Temari-san, pero Sasuke-kun está aquí en Konoha -explicó la rubia como si fuera la cosa más lógica del mundo.

Sakura rió ante tal comparación. Las parejas en Konoha comenzaron a tomar forma lentamente desde hacía ya unos meses atrás. Para algunos había sido sencillo, como Ino y Sai, mientras que para otros se había complicado bastante, como era el caso del heredero del clan Nara y la princesa de Suna, cuya boda estaba próxima. Se sentía extraña por considerarse en una especie de relación complicada con Sasuke, y sus mejillas ardieron al pensar en ir con él a aquella celebración. Pero sus pensamientos se detuvieron al segundo siguiente. No existía tal relación.

-Te digo que no es como parece -insistió Sakura bajando la mirada.

-Yo entendí, y corrígeme si me equivoco, qué Sasuke-kun ha aceptado que siente algo por ti desde hace muchos años, y que ahora que ha regresado quiere pasar más tiempo contigo -Ino sacó sus propias conclusiones en base al relato de Sakura acerca de la noche anterior y hablaba con entusiasmo, gesticulando excesivamente y haciendo ademanes con las manos de manera cómica.

-Eso último lo has inventado, nunca dijo nada parecido, solo dijo que me vería hoy y que podríamos hacer algo. -corrigió Sakura sujetando su cabello en una coleta.

Ino dejó caer los hombros y la miraba escéptica. Le resultaba increíble la fuerza con la que su amiga se negaba a ver la realidad frente a sus ojos. Había sucedido, él, Uchiha Sasuke, había dado el primer paso hacía ella después de tanto tiempo. Pero Sakura ya estaba demasiado herida, y matar sus ilusiones al instante era su nuevo mecanismo de defensa.

-Solo dejaré que las cosas pasen... -murmuró la pelirrosa antes de retirarse del lugar.

...

¡Aviso importante!

Éste fic está cronológicamente ubicado días antes de Gaara Hiden, en dónde la boda de Shikamaru y Temari aún no se fija por cuestiones diplomáticas en Suna, asi que ninguno de ellos aparecerá por el momento ya que pronto Shikamaru tendrá que ir a apoyar a Gaara y no estará en Konoha.

Estoy haciendo muchísimas investigaciones para que ésta historia se mantenga lo más fiel al trabajo de Kishimoto. Y eso es en todos los aspectos (personalidades, escenarios, circunstancias)

Ya les había hablado un poco acerca de está segunda parte (Konohagakure) que tratará no solo sobre la relación de Sasuke y Sakura, si no también de su interacción con los demás shinobis de la aldea y cómo fue adaptándose a ellos. Así que habrán varios capítulos especiales con algunas apariciones importantes, además de ineditas ;)

Bueno, ya fueron suficientes aclaraciones, espero que éste capítulo les haya gustado, no me maten porque no hubo Sasusaku, pero todo esto también es importante y el siguiente capítulo será muy divertido y emocionante.

Los sorprenderé :D

Cualquier duda, comentario, queja o sugerencia, les contestare con gusto.

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