-¡Oigan¡ Ya llegamos, cómo rayos duermen ahorita, es imposible dormir dos horas.
-Yo la despierto, Miley amor.
-¿Sí?
-Ya llegamos.
-¿A mi casa? -Dije aún dormida.
-Noup, al campamento alegría.
-¿Perdón? -Escuche a Darla algo molesta.
-Nada. -Daniel acarició mi cabello como a un perrito para que despertara y funciono -Ya, ya -Dije estirándome. Cuando vi por la ventana estábamos en un bosque lejos de la ciudad.
-Hola amor- Se volteo y me dio una fugaz pero vigoroso beso en los labios -Hola.
-¡Atención a todos los campistas! -Decía el papá de Darla, él era el jefe de los juegos - ¡Les daremos una hora para arreglarse y después todos deben ir a la cabaña central para empezar los juegos, ahora solo quiero que se acerquen para darle el número de sus cabañas y compañeros. Gracias y una última cosa: "Felices juegos del hambre y que la suerte siempre este de su lado! -Parece que alguien se obsesionó un poco con la trilogía que Darla estaba leyendo, no se si un poco, pero que todas las mañanas gritará que quería un pedazo de pan, era algo extraño.
-¿Trajiste mucho?
-No, solo una mochila con ropa y eso.
-¿Cuál es?
-La de azul por allá -A pesar de que ha simple vista no parecía, Daniel era una persona muy fuerte, podía cargarme y a las mochilas, sé que parece abuso de poder o, mejor dicho, novia desquiciada, pero el insistió.
-Hola señor, buenos días. ¿Cuál es mi cabaña?
-Hola qué tal, déjame ver... -Revisó unos papeles que tenía en un folleto. -Estas en la cabaña número seis con Jessica, mi sobrina.
NO.NO.NO.NO.NO.NO.NO.NO.NO.NO. PÓNGANSE CON UN OSOS Y MI VIDA SERÍA MÁS FELIZ.
-Daniel, tú estas con Roger, mi hijo mayor. Cabaña número siete. Los veo después.
Daniel se volteo rápidamente, pero mi cara ya era el de una sádica algo desquiciada -Miley, yo se que esto luce mal, pero... -Estoy segura de que gire mi cabeza como el exorcista. -No, mejor me calló. Lo bueno es que te veré por la ventana cada día.
-Eso sonó a película de terror.
-De eso se trata cariñito -Sonrió malvadamente.
-No me asustas, hombre -Jugué con el cuello de su camisa- Ahora cárgame.
-No eres mi jefa.
-Eso es lo que tú crees -Se puso en cunclillas y me subí en su espalada. Fuimos a la cabaña y felizmente la fea no estaba. Era una una casita de madera con todas las comodidades: tenía un baño, dos camas, veladores y una ventana que daba con las colinas. Todo era muy hermoso.
-Se ve demasiado lindo.
-Es muy acogedora, oye espérame un minuto.
-Esta bien -A los minutos llegó con un ramo de doce rosas rojas y un pelcuhe de osito que decía: I love you -Feliz Aniversario.
-¿Qué?
-Hoy cumplimos un mes.
-¿Perdón?
-H-o-y c-u-m-p-l-i-m-o-s u-n m-e-s -Dijo vocalizando muy raro.
-No puede ser hoy. Lo lamento, yo...
-No te preocupes.
-No te merezco -Dije lamentándome - No mereces esto -Se acercó y acaricio mi mejilla con dulzura.
-Vamos Miley no digas eso.
-No mereces a una chica que olvida el primer beso o los aniversarios, soy una... -No quiso que termine la frase, así que me beso.
-No voy a permitir que sigas diciendo esas cosas, tú no eres así, a mi no me interesa las fechas, los regalos, plantas ,que por cierto fueron caras, a mi lo único que me importa es el amor que me puedas dar, yo he aprendido a querer y en realidad lo demás es relevante.
-Te quiero mucho -Le dije abrazándolo.
-¿Qué tanto? -Me cargó de la cintura, llegamos a estar nariz con nariz.
-Hasta el infinito y mas allá.
-¿Ahora soy buzz Lightyear,
-Sí, mi Buzz.
-Mi misión es defender la galaxia de... -Lo golpeé en el hombre -No arruines el momento.