LA RAZON DE REBIA

By alheli251088

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Una cantante de rock decide ayudar a un ser inmortal llamado Rebia a recuperar los fragmentos de sí misma. Mi... More

CAPITULO 1
Nota
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
capitulo 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
Capitulo 17: Por un error.
CAPITULO 18: Como si nada...
CAPITULO 19:
capitulo 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 25

CAPITULO 24

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By alheli251088

Mónica se da cuenta ahora. La desea, quiere poseerla. Pero... ella está muy dañada. Incluso todavía se notan algunos moretones. También hay demasiados cabos sueltos. Esta ese novio invisible, y... Luis. Le da un beso en la mejilla apenas.

- buenas noches.

Sofía entra a la casa. Ciertamente afectada por los acontecimientos. Es un hombre muy atractivo, y al parecer también divertido. Un enigma. Pero... solo eso... Quizás, solo deseo.

Antes de acostarse, mira de reojo la esquina donde está la muñeca que resguarda las esencias. Una mueca de disgusto empaña su rostro. Pero hoy fue un buen día para ella.

...

Mónica llega a su casa. Cierra la puerta tras de sí. Con la cabeza más fría se siente avergonzado. Se tira a la cama ciertamente confundido. Sofía es una situación muy confusa. La desea, pero su relación ha sido inexistente hasta que encontraron a las esencias. Saca de su mesa de noche el brazalete de ópalo rojo. Mira cómo se ilumina con la luz de luna que entra por la ventana. Poco a poco cierra los ojos hasta quedarse dormido.

Entonces la esencia de Rebia que vive en el ópalo decide visitar al cantante. Cuando entra se encuentra en una ciudad vieja. Hay gente caminando y haciendo cosas cotidianas. Mónica se encuentra más adelante. Va caminando con una figura que reconoce bien. Camina con Sofía tomándola de la cintura. Ella es apenas una marioneta. Sus rasgos son tiesos y borrosos.

Se acerca lentamente a la imagen del músico. En la mira con esos ojos oscuros, muestra de la presencia de Rebia en él.

-Rebia, ¿Que necesitas?- por primera vez el músico se siente invadido. Es un momento que hubiera preferido guardar para sí.

- No, dime tú ¿Qué haces?

- Nada- suelta a la imagen de Sofía que se va caminando- solo sueño.

- Mira a tu alrededor- dice Rebia mostrándole como muchos de los rostros de la gente de sus sueños se asemejan mucho a Iris. De hecho, en la mesa de una cafetería se encuentra ella. Esta imagen es suave, nítida y natural.

- Ella es solo una niña -menciona Mónica, ahogando cierta nostalgia. Cierto dolor.

Rebia se da la vuelta y lo mira decidida, su cabello malva aumenta la manera en como levita. Sus ojos hablan de reproche. Pero ella no es quien para decirle lo que es correcto. Ya es un hombre. Y en parte tiene razón. Aunque Iris en unos meses cumpla la mayoría de edad, sigue siendo una niña. Mónica no tiene garantía de que los sentimientos de un ella perduren, que no cambie su opinión de él conforme vaya madurando. Y él...

- Solo cuida lo que haces- Se acerca más a él, rozando su oído con los labios, casi como si alguien pudiera escucharlos-, y a quien lastimas...

...

Al día siguiente, todos se presentan puntualmente en la disquera. El día transcurre normalmente. Las prácticas y grabaciones de voz y sonido son todas individuales, así que no se ven entre ellos durante todo el día. Esto tranquiliza a la cantante, ya que aunque el día de ayer fue lindo, los acontecimientos la hacen querer evadir al tecladista. Y con más razón estando Luis ahí. Ella sabe que Luis es alguien que no está a su alcance por ahora pero... No quiere que piense que ella es una cualquiera. Sobre todo sabiendo que esta Marco de por medio. Marco...

Hay muchas cosas que hacer, que replantear. Pero su carrera es demasiado importante. No puede dejarla de lado, es su sueño. Y por mucho que las cosas hayan cambiado debe darlo todo para convertirse en la extraordinaria cantante que desea ser. Dentro de la cabina de grabación, se pone de pie frente al micrófono y se coloca los audífonos con la pista:

Dentro de mil años todo será igual

Veré tu rostro, tu llanto hare cesar.

No existe un día, en que no recuerde tu calor...

No existe un día... en el que no te entregue mi amor...

...

Luis llego lleno de nervios y de dudas a la disquera. Temía ver a Sofía y a Mónica juntos. Pero el la conoce. Sabe que es leal, estando con otro... Los vio llegar, cada uno por su lado. Y Sofía mantuvo su distancia. Siente mucha curiosidad, no entiende lo que está pasando entre ellos. Tal vez debiera indagar. Saber lo que pasa. La actitud de la cantante, las circunstancias y los hechos se han vuelto sospechosos. No es como si el tuviera algún derecho, y mucho menos luego de Ivette, pero necesita saber que está pasando. Entra a la cabina de grabación justo después de ver a Sofía entrar a la suya. Se pone los audífonos y se acerca al micrófono.

Canta con toda el alma. Recuerda cada parte del montaje coreográfico que hace con Sofía cuando canta la canción. Como acaricia sus brazos y se acerca a su rostro, sintiendo su respiración. Esos acercamientos son pocos, casi solo se realizan en los conciertos y en alguna que otra práctica. Pero está seguro de que aquellas sensaciones también las tiene ella. Por eso no quiere... no puede dejarla ir así tan fácil.

...

Sofía sale un poco antes de que sea la hora que acordaron para la salida. Después de todo ella terminó su parte mucho antes del tiempo previsto. Es mejor salir sin que la vean. No quiere pasar momentos extraños. Por lo menos no hoy. Sale de la disquera por una puerta trasera que da a un viejo callejón. Camina unas cuadras y llega a una avenida principal. Toma un autobús y paga el pasaje. Se sienta en las filas del final.

Poco después llega a su destino. Baja del autobús que la deja a unas cuantas calles de la galería de Marco. Revista que su cabello esté en orden y que su ropa se vea bien. Así es. Todo se ve bien. Camina lo que le falta del camino y entra a la galería. Pasa la exhibición y llega al taller. Toca a la puerta.

- Pase- responde Marco desde el interior.

Cuando Sofía entra puede ver que el pintor se encuentra frente a su caballete. Está pintando el rostro infantil de un retrato familiar. Ella avanza y se sienta en un banco vacío. Marco continua en su pintura sin decir nada. Ella lo mira, aunque sea maduro le parece atractivo. Pero puede notar que los años no han pasado en vano. Su técnica ha mejorado extraordinariamente, eso es seguro. Pero hay arrugas bajo sus ojos que lo delatan.

Marco la ve entrar a la galería. Se ve hermosa, pero no sabe que decirle. Quisiera reclamarle de lo que vio esa noche, pero ella podría decir muchas cosas. Lo más probable es que si tuviera que elegir, elegiría a ese muchacho joven y apuesto. Solo le queda demostrarle que la madurez tiene sus ventajas. Que puede brindarle placeres que alguien joven difícilmente puede proporcionar.

-¿Cómo has estado?- pregunta el tratando de romper el silencio.

- Ocupada. Mi grupo y yo vamos a grabar un disco.

- ¿Amateur?

- Profesional. Ya firmamos contrato.

- Que bueno. Felicidades- su tono es más bien neutro.

- No es algo que te interese ¿verdad?

- No me gusta mucho el rock metal. Pero me da gusto que estés progresando. Tal vez después te hagas profesional.

- Estoy cerca- menciona con voz baja. Es triste que piense así- ya tenemos contrato con una disquera. Y hace poco regresamos de una gira de seis meses.

Marco se da vuelta y deja de pintar. La mira con sorpresa.

-Entonces ¿No habías estado en la ciudad?

- Acababa de regresar cuando vi tu galería.

- Yo regrese hace poco más de ese tiempo.

- Lo sé. Te vi unos días antes de irme. Pero no te diste cuenta.

-Supongo que estaba ocupado.

Sofia mira hacia la ventana. Ella sabe que así no son las cosas. En el interior aún guarda el deseo de importarle. Aunque no la ame. Solo quiere que le importe quien es, lo que es. Pero ni siquiera le gusta su género musical. Jamás la ha escuchado cantar. Ella lo ha intentado antes, hace años, pero a él no le interesaba.

Marco la observa. Su pantalón entallado, su ligero escote que apenas muestra unos pechos redondos y esas mangas largas que se pegan a sus brazos. Se levanta y cierra la puerta del taller.

Lentamente se aproxima a ella. La toma de la cintura y acerca sus labios a los de ella. Suavemente la besa, aumentando rápidamente su intensidad. Introduce su lengua en su boca tomando el control de la situación. Ella se mantiene inmóvil sobre la silla. Siempre ha sido así.

Luego de un breve periodo la toma por las caderas, haciendo que ella le rodee el cuello y llevándola a una mesa. Continua besándola, estrujando sus nalgas y recorriendo su espalda. Soria permite condescendiente cada acción del pintor.

Pronto la ropa parece demasiada y le quita la blusa a la joven. Mostrando sus sostén rojo de encaje.

- Me encantas- dice sin parar de besarla. Al tiempo que le quita el pantalón de cuero negro. No tarda en reparar en los amplios tatuajes de sus brazos. Acaricia sus brazos mientras observa cómo se extienden las ramificaciones negras a lo largo de ellos.- No sabía que te habías tatuado.

- ¿Te molesta?

- No pensé que te gustaran. Además, son enormes. Pero te quedan bien.

Continua besándola, cada vez más apasionadamente. Quiere tenerla. Hacerla suya. Soria permite que la toque. Que la acaricie. Siempre lo había permitido antes, y ahora lo necesita. Sentir nuevamente el calor de su cuerpo es reconfortante. La textura de su piel y su bien distribuido vello. Y ahora necesita más de él. Quiere borrar la sensación y las marcas de ese medico poseído que le quito lo más preciado. Quiere sentir de nuevo al hombre que le dio su primer beso. Al hombre que le demostró que alguien podía interesarse en ella. Al hombre que de algún modo la hizo entender que el mundo continua, sin importar lo que pase. De algún modo, es gracias al que ahora continua con su vida y está en pie después de haber sido atacada.

Ese pensamiento la revive y la hace corresponder a las caricias que le proporciona el pintor. Este se enciende al sentir esas pequeñas y suaves manos sobre él. Por primera vez ella le corresponde.

Le da la vuelta y le quita el sostén. Ahora nota que su espalda está prácticamente cubierta por unas alas. Pero ya hablo de los tatuajes y la ansiedad lo domina. Besa su cuello y parte de sus hombros mientras sus manos le masajean los pechos.

Ella siente lo placentero de sus caricias pero sus partes más erógenas permanecen pasivas. No sabe si es por estar nerviosa o porque simplemente ella es anorgasmica. Pero el sentir sus manos ansiosos recorriéndola la hacen sentir demasiado bien.

Sofía hace que el pintor se despoje de su camisa. Y para ese momento la cantante ha quedado completamente desnuda. Marcos jamás pensó volver a verla así. A su merced, y aun así...

Se acerca a su pecho y succiona sus pezones. Observa la expresión de ella, pero no cambia mucho. Intenta tocar con su mano la parte intima de la cantante, pero esta cierta las piernas inmediatamente.

- No - dice simplemente. No esta lista. Y si él no el ama... ¿para qué? Solo se dañaran. Quizás ya se están haciendo daño.

- Te va a gustar. Ya no estás tan chica como antes.

- No.

Marcos la suelta. Se aleja de ella evidentemente molesto por su determinación. Se da la vuelta y se pasa la mano por el rostro. Esta agitado y alterado. Pero intenta que ella no se dé cuenta.

- Somos una pareja, Soria. Es algo completamente normal. Voy a usar protección.

- No quiero.

- Te fuiste de gira, seguro que has de haber estado con algún hombre.

- Con nadie.

- Pero en el tiempo que estuvimos lejos...

- No - esa era la verdad. Nadie más. Excepto... pero ella no lo pidió. Y no hay entre ellos la suficiente confianza como para contarle eso. De hecho ella quisiera que ni siquiera Mónica lo supiera.

Luego de eso Marco suspira desilusionado.

- Si no quieres... no. Pero no podemos estar así por siempre. Soy hombre, y necesito otras cosas.

Ella lo mira fijamente. Siempre ha sido así. Pero no por eso va a cambiar de opinión. Sabe que lo decepciona, y que en algún momento se cansará de ella. Pero como le enseño antes... no es el fin del mundo.

Al fin Marco se calma. Si tiene paciencia tal vez ella le permita hacerlo. Se inclina sobre ella y le da un beso suave.

- quiero mostrarte algo-se levanta, se pone la camiseta y va a la bodega. Poco después regresa con un enorme bastidor. Le da la vuelta y lo apoya en una pared vacía. Social se sorprende de lo que ve. A ella misma, el día que regreso con él. No pensó verse así. Toma su celular y le saca una foto al retrato.

- ¿Te importaría que se lo muestre a mi grupo? Podría servir para la portada del disco. Me veo muy bien ahí.

- Claro. Adelante.

Poco después, Sofía sale de la galería. Si cabeza esta abrumada por los acontecimientos. Ella ya sabía lo que pasaría cuando regresara con él. Intentar presionarla era algo común de su persona. Y quizás es algo injusto por parte de ella ser así. Pero si no hay amor, lo único que pasaría es que ella sufriría. Ya no está dispuesta a ello. Así él la deje mañana, no va a ceder solo porque él lo pida. Las amenazas no funcionarán.

Por otro lado, le sorprende que se haya tomado el tiempo de pintar un enorme bastidor de ella. Uno que denotara tan transparentemente el cambio que ha vivido Sofía. Es cierto que su trabajo es retratar, pero pudo ver en ese cuadro que tal vez, solo tal vez... haya algo más en el pintor de lo que había antes.

Con ese pensamiento nebuloso en la mente, toma el autobús hasta su casa.

...

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