Caminó a paso lento hacia el instituto, no esperaba encontrar a Evan en la entrada; la verdad es que no esperaba encontrar a nadie en la entrada, llovía demasiado como para que alguien estuviese bajo la lluvia por gusto.
— ¡Buenos días! ―se dio la vuelta y se encontró con Helena, Cris y Bel. Las dos chicas iban bajo el mismo paraguas mientras que su amigo cargada un pequeño paraguas rojo que apenas lo cubría.
— Hace un tiempo horrible, ¿verdad? ―saludó Helena saliendo de debajo del paraguas de Bel y yéndose con él; ambos comenzaron a caminar a paso lento hacia la entrada del instituto.
— Si, y dijeron en las noticias que seguirá así un par de días más.―contestó Jose atravesando los muros de la entrada, no vio a los tenistas aunque era normal dado el tiempo tan espantoso que hacía.
Entraron en la clase y se encontraron con Evan con la cara violeta escuchando a Angy (la chica gótica) hablando sobre la manera correcta de apuñalar a conejos para que luego éstos fueran sacrificados a Satán en un ritual de invocación.
—Creo que voy a vomitar.―murmuró el pelinegro antes de salir corriendo con la mano en la boca, Angy sólo murmuró "debilucho" antes de irse a su sitio.
—Creo que Angy se lo pasa bien asustando a Evan.―dijo Helena depositando sus carpetas y libros sobre su mesa. ―Dice que un día de estos le va a traer una cabeza de gallo para que le de suerte.
Jose hizo una mueca de asco.
—¿Tú la conoces? ―preguntó Cris sorprendido, ella asintió orgullosa.
— Claro, es mi prima. ¿No os lo había dicho?―contestó Helena apoyando las manos sobre su mesa. ―Antes hacíamos los rituales las dos juntas, era muy divertido. Pero luego me aburrí y lo dejé.
¡Ajá! Sabía que Helena escondía algún oscuro secreto, no era normal que ella se juntase con ese trío de locas y no tuviese problemas en Góngora; Helena era una adoradora del diablo también.
—¿Cómo estás?―preguntó Bel al ver entrar a Evan de nuevo en clase, el pelinegro se dejó caer sobre la silla y luego apoyó la cabeza sobre la mesa, aún estaba un poco pálido.
— ¡Genial! Gracias por preguntar Bel.―respondió Dan desde la puerta guiñándole el ojo a la pelinegra. ―¿Te he dicho lo guapa que estás hoy?
Bel se sonrojó y por primera vez en lo que iba de curso se quedó sin palabras, Dan le guiñó el ojo otra vez y le envió besos. ¿Qué mosca le había picado a ese tío ahora? Pero si él estaba ahí significada que Sonia, Nora y Matt no andaban muy lejos.
— ¿Cómo tienes la jeta de ligar delante mío? ―preguntó Sonia dándole una colleja a Dan. ―Y encima con mi amiga. ¡Eres un desvergonzado!
— ¡Bel sal conmigo!―exclamó Dan con una sonrisa traviesa mientras Sonia se cruzaba de brazos y levantaba una ceja. ―Ven princesa y deja a tu corazón soñar, yo te puedo mostrar cosas maravillosas. Ven princesa y déjate llevar a un mundo ideal.
— Estas cantando la de Aladdin.―interrumpió Matt entrando en la clase con Nora; con razón le sonaban esas palabras.
— ¿Y? El mensaje es lo que cuenta. ―dijo Dan, Sonia le lanzó un puñetazo directo al estómago pero el chico le detuvo la mano en el último minuto. ―¡Sonia está celosa!
Jose parpadeó estupefacto, ¿Dan era capaz de parar a Sonia? Ese chico acababa de ganarse todo su respeto.
—¡No digas gilipolleces!―chilló la pelirroja enfadada soltándose con rapidez para lanzar un nuevo gancho que fue esquivado por Dan otra vez que sonrió orgulloso.
—A lo mejor si no fueras tan marimacho alguien te pediría salir. ―dijo Dan con ojos brillantes, luego examinó a Sonia de abajo arriba. ―Olvídalo, tú no tienes remedio; serás una solterona para siempre.
—¡Puedes darte por muerto! ―exclamó Sonia furiosa usando la mochila para golpearlo, al ver que fallaba le hacía la zancadilla a Dan que dio un salto y salió corriendo hacia el interior de la clase dónde cogió una mesa para intentar defenderse de Sonia.
—Ves, me refiero a este tipo de cosas.―dijo Dan esquivando una silla por los pelos, los alumnos que estaban al final de la clase se levantaron y huyeron hacia adelante mientras unos animaban a Sonia y otros a Dan; Sonia abrió el estuche y le lanzó unas tijeras que se quedaron clavadas en la pared con un rizo de Dan. ―¿¡Estás loca!?
— Veinte euros a que Dan no sale de esta con vida. ―propuso Triz entrando en la clase.
—Paso, estoy completamente seguro que a partir de hoy dejo de tener un mejor amigo. ―opinó Matt viendo como Sonia se había puesto a lanzar más sillas.
Jose al igual que sus amigos se había puesto en pie y observaba la escena, miró de reojo hacia Nora, la morena bostezaba y parecía cansada. Se acercó a ella aprovechando que todas las miradas se centraban en la pelirroja.
—Tengo que hablar contigo luego. ―le murmuró a la chica, ella lo miró confusa. ―Es sobre Iván.
Los ojos de Nora brillaron y ella asintió.
— Oye, oye...¿a qué viene tanto escándalo? ―inmediatamente todos los alumnos se apartaron y dejaron pasar a Dafne y Ann que traían los bates de beisbol en las manos, tras ellas llegaron alumnos de todas las clases. ―¿Otra vez? Se les oye hasta desde nuestra torre.
—Treinta euros a que hoy lo mata.―apostó Ann dándole un codazo a su hermano, el rubio negó con la cabeza al ver cómo Sonia conseguía derribar la barricada de Dan con una mesa y se lanzaba sobre el chico al que tiraba al suelo. ―Creo que no la veía tan enfadada desde que Dan le pidió el número de teléfono a... a la chica aquella...¿cómo se llamaba?
—¿Oye, oye.. puedo probar el "toque del sueño"? ―preguntó Dafne a Nora.
—¡No!
Dafne y Ann caminaron hacia dónde se encontraba Sonia, la pelirroja estaba sobre Dan ahorcándolo de verdad ya que el chico llevaba un buen rato pidiendo auxilio y su cara cada vez estaba más azul. Las dos chicas tomaron a Sonia de los brazos y la obligaron a levantarse mientras gritaba y pataleaba, como parecía que iba a escapar en cualquier momento de su agarre Matt tuvo que acercarse hasta ellas y coger a Sonia en brazos y sacarla de la clase.
—¡Joder! ¿Por qué tardasteis tanto? Pensaba que hoy no lo contaba.―dijo Dan abriendo la boca para tomar grandes bocanadas de aire, Nora y Triz se acercaron a él para ayudarlo a levantarse.
—Dafne, ¿era así?―Triz con el dedo pulgar apretó sobre el cuello de Dan haciendo que el chico cayese inconsciente arrastrando a Nora con él, la morena cayó de rodillas y soltó a Dan para que su cara chocase contra el suelo.
—¡Joder Triz! Avísame antes de hacer eso.―pidió Nora acercándose a Dan para comprobar que aún respiraba. Triz se acercó a Dafne haciendo el símbolo de la victoria y ambas chicas chocaron las manos. ―Respira, pero habrá que llevarlo a la enfermería.
—¡Ya habéis oído a la señorita! ―gritó Ann apuntando con el bate de beisbol a los que habían en la puerta, rápidamente un grupo de cuatro chicos se acercaron a Dan, lo cogieron y lo sacaron fuera de la clase.
A la hora del recreo Triz les comunicó por el altavoz que debido a la lluvia no podían salir al patio sino que tenían que permanecer dentro del instituto.
— No seáis aburridos y veniros aquí. ―los llamó Bel agitando las manos, al ver como sus dos amigos cogían sus sillas y se sentaban alrededor de las mesas de Bel y las demás, él tuvo que hacer lo mismo.
Se colocó en el pasillo al lado de Helena y Sonia, la pelirroja le ofreció un paquete de patatas y él lo acepto con miedo; mejor no hacerla enfadar por si acaso. Sonrió y se puso a comer su bocadillo.
¡He vuelto! ¡Ja, profesor Gutiérrez no eres rival para mi inteligencia casi divina! En fin, para los interesados creo que Dan aún sigue inconsciente en la enfermería, ¡así que temblad ante mi "Toque del sueño"! Muhahaha.
¡Esa chica estaba loca!
Bueno mis queridos oyentes, me despido de vosotros pero os dejo música. ¡Hasta la próxima emisión!
Jose miró hacia los altavoces de dónde empezó a sonar una guitarra eléctrica, enseguida se le unieron varios instrumentos más y la voz de una chica empezó a cantar "que llueva, que llueva" versión rockera.
—Creo que los de tercero de la E.S.O han asaltado la sala de música, otra vez.―dijo Sonia mirando hacia Nora, la morena estaba inmersa en la lectura e ignoró a la pelirroja.
—Pues tocan muy bien.―declaró Bel tarareando la música.
Escuchó a Bel y a Evan ponerse a hablar sobre los instrumentos que les gustaría tocar, a cual más raro; así que los dejó que siguieran inmersos en sus extraña conversación. Helena, Sonia y Cris por su parte se habían puesto a quejarse sobre el tiempo. Miró a Nora, quizás si le hacía alguna señal ella lo seguiría fuera de clase y podrían hablar tranquilamente.
—No me lo puedo creer. ―masculló la morena mirando por la ventana.
Jose se puso en pie y se asomó por la misma ventana. En el patio había tres estudiantes con impermeables verdes que arrastraban al centro del campo de baloncesto una extraña estructura de plástico, madera y cristal con una gran antena metálica.
—¿Qué hacen? ―preguntó Jose a Nora, ella cerró el libro y lo dejó sobre la mesa.
—Cazar rayos. ―contestó la morena, Sonia al escucharla se puso en pie de un salto y se unió a él.
—¿Estás de broma no? ―le preguntó Jose, ella negó con la cabeza y dejó de mirar por la ventana para ponerse a leer de nuevo.
—¿Cómo metieron a "Thor" en el metro? ―preguntó Sonia en voz alta, Nora se encogió de hombros, "Thor" el Dios de los truenos en la mitología escandinava, era un nombre bastante adecuado para una máquina atrapa-rayos. ―Esos tres, parece que no tuvieron suficiente con los calambrazos de ayer. ¡Físicos, quién los entiende!
—¿Los conoces? ―preguntó Bel poniéndose en pie y asomándose por la ventana, los tres chicos al parecer estaban conectando la maquina a algún sitio.
—Si, viven por donde nosotros.―afirmó Sonia, viendo como encendían la máquina y la antena se alargaba unos metros más hacia el cielo que se iluminaba de vez en cuando por los relámpagos.
—¡Están locos! ―exclamó Helena colocándose a su lado, estaba totalmente de acuerdo, si les caía un rayo podían darse por muertos.
—Llevan todo el fin de semana así, ayer casi lo consiguen pero en el último minuto se les escapó el rayo y se quedaron con los pelos igual que Dan. ―contó Sonia soltando una fuerte carcajada. ―¿Dónde vas? ¡Te vas a perder cómo se electrocutan otra vez!
—Me voy a comprar un refresco antes de que se carguen todo el sistema eléctrico. ―contestó Nora poniéndose en pie y saliendo de la clase.
Esa era su oportunidad, la morena se iba sola y todos estaban observando cómo los tres locos esos trataban de capturar un rayo. Le comentó a Evan que iba al baño y abandonó la clase, una vez fuera caminó a paso rápido y se encontró con Nora bajando las escaleras.
—Espera.―pidió Jose bajando las escaleras rápidamente para encontrarse con ella en la planta de abajo esperándolo con los brazos cruzados. ―Me hiciste caso, estoy sorprendido.
—No te acostumbres, sólo me he parado porque dijiste que tenías que decirme algo de Iván.―contestó Nora comenzando a caminar, él se metió las manos en los bolsillos y la siguió. ―¿Y bien?
—Descubrí que estaba en el mismo instituto que yo, tiene una hermana y en su tiempo libre dibuja.―dijo Jose apoyándose sobre la máquina viendo como ella metía una moneda de un euro y apretaba el botón del agua.
—¿Estaba en tu mismo instituto y no lo conocías? ―preguntó Nora sacando la botella de agua de la máquina expendedora, él negó con la cabeza.
—Como si tú conocieras a todos los estudiantes de Góngora.―le recriminó él mirándola a los ojos.
— A los que van a mi mismo curso sí.―contestó ella desafiante.
—No me lo creo, si no hablas ni con cuatro personas de toda la clase, ¿cómo quieres que me crea que los conoces? ―Jose se revolvió el pelo, ya se estaban yendo del tema, ella lo miró con los ojos entrecerrados pero no dijo nada; ambos lo sabían si seguían por ese camino no tardarían en comenzar a gritarse.―Pues eso es lo que descubrí, además no vi nada raro en su comportamiento a parte de querer monopolizar a Bel. Puede que estemos equivocados e Iván no sea mala persona.
—¿De verdad lo crees?
—No se... ―sacudió la cabeza y la apoyó sobre la maquina, Nora estaba enfrente de él con la mirada perdida, ensimismada en sus pensamientos.
Se quedaron en silencio unos minutos escuchando las canciones sobre la lluvia remodeladas que cantaban los de tercero por los altavoces. Escucharon un fuerte trueno, seguido de un relámpago.
—Sepárate de la máquina, ¡rápido! ―le ordenó Nora, él hizo lo que la morena le indicó justo antes de que las luces parpadeasen y empezasen a reventar todas las bombillas por lo que ambos se tiraron al suelo con las manos sobre la cabeza.
Cuando abrió los ojos se encontró todo el suelo lleno de cristales y la máquina expendedora hacía un ruido extraño como si estuviese sobrecargada de energía. Se miró las manos y vio que no tenía ningún corte, rápidamente buscó a Nora, la morena seguía enfrente de él con las manos sobre la cabeza por lo que se acercó a ella.
—¿Estás bien?―le preguntó cogiéndole las manos y examinándoselas por si tenía alguna herida, Nora asintió y tras comprobar que no tenía ninguna lesión la ayudó a levantarse. ―¿Qué ha pasado?
—Ha pasado que han cogido un rayo y han sobrecargado todo el sistema eléctrico del instituto.―explicó Nora sacudiendo el pelo para apartar los cristales, Jose se acercó a ella y le pasó la mano por el pelo para quitarles los trozos de cristal que tenía enredados; Nora lo miró confusa pero no se quejó por el contacto.―Matt estará echando humo, seguramente todos los ordenadores hayan colapsado también.
Jose asintió y tras asegurarse de que Nora no tenía más cristales por el pelo sacudió su propia cabeza y su ropa. Cuando terminó de sacudirse examinó el pasillo, como todas las luces habían explotado estaban a oscuras al igual que el resto del instituto, y como fuera estaba nublado y lloviendo sólo disponían de una leve luz que los guiase. Se escucharon gritos y gente corriendo por las plantas superiores, eso no podía ser bueno...
—¡Anarquía! ―gritaron unos alumnos corriendo por el pasillo con antorchas en las manos, Jose agarró a Nora de la mano rápidamente y la obligó a pegarse a la pared a su lado. Los alumnos entraron en la cafetería y escucharon a las dependientas gritar y pedir auxilio, se escucharon carcajadas y los estudiantes salieron de la cafetería con las manos llenas de comida.
—¡Quietos ahí! ―gritó Nora soltándose de su mano y llamando la atención de los chicos, ¿qué hacía? No veía que esos eran más grandes y fuertes que ella y que ni Sonia ni Matt estaban cerca. Bueno él la defendería si no quedaba más remedio pero le gustaba su cara. ―¡De anarquía nada! ¡Todos para clase!
—Pero Nora...―protestó el chico más corpulento, ella metió la mano en el bolso y sacó la pistola eléctrica que Dafne había robado unos días atrás.
—¡Pero Nora nada! ¡Y devolved esa comida! ―ordenó la morena, los chicos bajaron la cabeza y no sin quejarse volvieron a entrar en la cafetería, al cabo de unos minutos salieron y se marcharon no sin antes despedirse de la morena.
—Vaya... no dejas de sorprenderme.―declaró Jose boquiabierto viendo como la morena guardaba la pistola dentro del bolso y lo encaraba. ―¿Esa es la pistola que robo Dafne?
— Ajá...―dijo Nora sacudiendo las manos, volvieron a escuchar gritos y golpes.
—Creo que deberíamos volver a clase. ―Jose se acercó a ella, la tomó de la mano de nuevo y comenzó a caminar a la clase.
—¿Por qué siempre me coges de la mano? No voy a perderme.―se quejó la morena señalando hacia sus manos, Jose miró sus manos entrelazadas y no supo que contestar, no sabía porque lo hacía.
Ella se soltó de él y ambos comenzaron a subir las escaleras que llevaban hacia su clase, a cada paso que subían se escuchaba más ruido, gritos y golpes; parecía que en las plantas superiores se estaba librando una guerra. Esperaba que sus amigos estuviesen bien, aunque por suerte Sonia estaba en su clase así que no tenía de qué preocuparse. Un grupo de alumnos bajó corriendo por las escaleras casi llevándoselos por delante, por suerte ambos se pegaron rápidamente a la pared evitando ser embestidos.
—¡Nora, Matt, Sonia, Dan, Dafne y Ann el director nos llama!
Al parecer Triz había conseguido un megáfono e iba por todo el instituto dando gritos. Buscó a Triz pero no la vio, sin embargo sí que escuchó su voz alejándose cada vez más pero repitiendo el mismo mensaje.
—Será mejor que regreses a clase. ―aconsejó Nora, Jose asintió pero no se movió del sitio.
— ¿Estarás bien?
¿Por qué le preguntaba eso? Ella tenía una pistola eléctrica, ¡claro que iba a estar bien! Podía electrocutar a cualquiera que se acercase a ella con malas intenciones. Debería preocuparse de sí mismo, tenía que subir una planta más y llegar a su clase, él sí que lo tenía complicado.
—¡Estás ahí!―exclamó Dan desde la planta de abajo. ―¿Has visto a Matt?
—Debe estar de camino al despacho del director o matando Kyle por su genial idea de atrapar rayos.―comentó Nora, Dan chasqueó los dedos y ella comenzó a bajar las escaleras después de lanzarle una última mirada a Jose.
—¿Y Sonia? ―preguntó Dan
—¡Ya bajo, joder! ¡No sabéis la que se ha liado ahí arriba! ―gritó Sonia bajando las escaleras corriendo, se detuvo al ver a Jose.―Evan y Cris estaban preocupados por ti.
Suspiró y continuo subiendo las escaleras, una vez en su planta vio a un par de alumnos inconscientes en el suelo, apresuró el paso y entró en su clase. Había más gente de lo normal pero divisó a sus amigos en el mismo lugar dónde los había dejado, Evan se levantó en cuanto lo vio y lo acompañó hasta su asiento.
— ¿Dónde estabas? Nos tenías preocupado.―dijo su amigo con claro nerviosismo.
— En el baño, ¿por qué hay tanta gente aquí? ―si había mentido, pero era mejor continuar con su mentira de que había ido al servicio que decir que estaba con Nora.
— Los alumnos que no querían problemas vinieron rápidamente aquí porque esta es la clase de Sonia, y supusieron que sería la más segura. ―explicó Bel enseguida. ―La de Matt debe de estar igual.
—Veo que os habéis reunido aquí.―el profesor de filosofía entró y se sentó sobre la mesa del profesor. ―He venido para vigilar esta clase.
El profesor saludó a alguien que estaba por fuera y luego los miró.
—¿Y qué pasa con el resto del instituto?―preguntó un alumno que no pudo ver, el profesor sonrió.
—Ya se han tomado medidas para eso, además contamos con un valeroso cuerpo policial que nos protegerá. ―respondió el profesor con simpatía.
—Dirás contábamos.―indicó el profesor de educación física entrando en la clase, seguido por otro grupo de alumnos.―Acabo de ver como los de segundo los echaban lanzándoles sillas con tirachinas gigantes mientras los indios les robaban el coche patrulla y lo chocaban contra la pared de enfrente.
Si los antidisturbios no estaban consiguiendo nada ¿cómo se suponía que Nora y los demás iban a poder hacer algo?