CCH: Casa para Compañeros Hum...

By IAmNotValerie

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El mundo ha quedado bajo el poder de los hombres lobos, ellos controlan a los países en todos sentidos y la... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo cinco
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Aviso
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulos 42
Capítulo 43
Capítulo cuarenta y cuatro
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Epílogo
Carta
Agradecimientos y nota final

Capítulo 23

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By IAmNotValerie

Capítulo veintitrés 

Por fin me encontraba frente a la gran casa que había indicado el texto que recibí.

Había necesitado un poco de ayuda para lograr liberarme de todas las personas que estaban a mi alrededor, y había  tenido suerte porque mi plan se había comenzado a desarrollarse sin que yo lo impulsara.

Andrew lo comenzó por su cuenta.

Él pensaba que yo me encontraba molesta con él, y no podía llamar eso mentira. Si estaba enfadada con él. Andrew se enteró de alguna manera que mientras que me encontraba en CCH conocí a una chica que se encontraba en esta ciudad: Javiera. Así que cuando había llegado a la cocina para tomar algo de desayuno el dijo que la iríamos a ver.

También él le había ofrecido a Pagan que viniera por nosotras, pero ella prefirió quedarse todo el día en casa, acostada sobre su cama. Tal vez me estaba evitando porque estaba molesta con ella.

Me vestí con algunas prendas que compré en el centro comercial con Andrew hace poco tiempo, no demoré demasiado en estar lista y cuando volví al primer piso él se encontraba lavando los platos.

Estaba vestida como si fuera a hacer deporte. La ropa cómoda siempre ha sido lo mío. Estaba usando unos pantalones que me daban movilidad y tenían un diseño bonito, había elegido una camiseta con mangas largas y sobre ella puse una chaqueta con botones a juego con unas botas bajas de color negro.

Mientras que estaba husmeando en  el armario vi que la ropa de Andrew era en su mayoría informal, estaba lleno de Jeans de diferentes colores, sus camisetas tenían estampados que yo no podía reconocer y en la parte de abajo habían muchas zapatillas de deportes. Y al final del armario, como prendas que nunca eran usadas, se encontraban trajes formales.

Andrew se había preparado con rapidez, después de haber salido de su casa él fue por su automóvil y después de intercambiar unas palabras con uno de los guardias.

El compañero de Javiera resultaba ser uno de los guerreros del paquete, Andrew me había confesado que nunca había tenido un contacto real con él en el pasado.

Aunque según él lo había visto hace un día, él era uno de los guardias que se habían encontrado en el bosque listos para atacar a los que se encontraban al interior del vehículo, entre ellos Gee.

Sin contar la pequeña charla que reveló ese pequeño trozo de información el vieja fue silencioso, un silencio bastante incómodo. Tenía que admitir que Andrew se había esforzado por hacer una conversación, pero yo no me había esforzado por seguir el rito así que finalmente se rindió y resignó a permanecer en silencio.

En el viaje me di cuenta lo grande que era la ciudad, también de que nunca hubiera podido llegar a Javiera por mi cuenta. Los cuarenta minutos de viaje comenzaban a valer el incómodo ambiente.

Cuarenta estresantes minutos. Cuarenta silenciosos minutos.

Cuando por fin llegamos y pude ver a Javiera con su compañero en persona me di cuenta que no podía recordarlo a él de la otra noche, ¿Desde cuando no podía recordar caras? Solo tenía unos recuerdos de cuando habían sido perseguidas en CCH.

Y eso no era el mejor de los recuerdos.

Fuimos dirigidos a la sala de estar,  Andrew con Elias estaban hablando entre ellos cosas que no me interesaban, en cambio yo estaba concentrada en el silencio  de Javieria, quien tenía sus ojos en mi dirección.

Finalmente a Elias se le  había ocurrido la idea de que nosotras nos teníamos que poner al día con lo que ha pasado con nuestras vidas, él con Andrew fueron a preparar algo para el almuerzo  mientras que nosotras fuimos a dar un paseo por la casa.

El primer lugar que me presentaron fue el cuarto de Javiera. Al parecer su compañero le había dejado tener una habitación individual, no estaba segura si era un momento seguro para hablar, pero de cualquier manera lo hice.

-- Necesito que me ayudes con algo, tengo que ir a un lugar a solas pero nunca logro liberarme de Andrew -- Hice una pequeña pausa -- Voy a saltar por la ventana, puedes quedarte acá y prometerme no decir nada de eso hasta que ellos se den cuenta por su si mismos que escapé. Y también puedes salir conmigo pero no podemos ir juntas a donde yo iré.

No confiaba completamente en el lugar al que me dirigía, podía ser algún tipo de trampa de los hombres lobos y yo no arriesgaría a Javiera en ese lugar, no creía poder soportar que algo le pasara por mi culpa, en cambio si ella se quedaba acá estaría segura, aunque podría pasar momentos tensos por parte de Andew.

Ella decidió salir por la ventana junto a mi.

Ambas habíamos demorado un poco en encontrar alguna manera de llegar al suelo sin lastimarnos por la caída de dos pisos. Finalmente hicimos algo parecido a una escalera con unas cuerdas que por alguna razón ella tenía en su habitación

La escalera no llegaba hasta el suelo, pero logramos reducir la caída a solo un metro solo. Una distancia suficiente para no matarnos en el intento de fuga. 

Caímos de la manera adecuada, por lo que no existió algún tipo de dolor.

Caminamos juntas sin rumbo por un rato, hasta que ella finalmente decidió alejarse de mi camino diciendo que tenía unos asuntos que resolver. No la detuve. Ella estaría bien por su cuenta.

Mientras que habíamos estado juntas ella me dijo que no quería ir a la escuela, pero ahora que sabía que yo estaría ahí pensaría en inscribirse. 

Javiera estaba actuando de una manera muy misteriosa, por un momento pensé que ella  tal vez estaba metida en cosas como yo, probablemente ilegales y prohibidas.

Ella estaba caminando con demasiada confianza, eso me dejó saber que al contrario de mi ella si sabía donde se dirigía.

Había estado caminando sin dirección durante lo que pudo ser perfectamente una hora, había pasado unos minutos dando vueltas en círculos sin darme cuenda, pero de alguna manera había logrado encontrar la calle del mensaje.

El edificio  que  decía  la  dirección era  el  mas  alto de la cuadra,   no  fue  un  problema  llegar  hasta el.

Es grande, probablemente tiene unos cinco o seis pisos, todas las ventanas se encuentran con rejas para evitar que alguien pudiera entrar por ellas, o tal vez salir. Era un edificio viejo, y tenía el color marrón mezclado con gris que siempre toman las estructuras así.

Por la calle no habían demasiadas personas, y ninguna de ellas me había dado siquiera una sola mirada.

El edificio desde fuera era intimidarte, tenía  que admitir eso, estaba indecisa sobre si debía tocar la puerta o salir corriendo de ahí y intentar volver a donde estaba Andrew, o mejor dicho tendría que esperar que él me buscara porque yo no recuerdo como volver.

Mentalmente hice una cuenta desde el diez hasta el cero mientras que acercaba mi dedo lentamente al interruptor del timbre. Entonces llegué a cero y lo apreté.

El sonido de este era tan fuerte que desde afuera se podía escuchar la melodía, aunque desde mi lugar era muy baja.

Decidí contar los segundos que demoraban en abrir.

Cuando estaba en el veinticinco se comenzaron a escuchar pasos desde el interior del edificio y al alcanzar los treinta la puerta se abrió.

--¿Quién eres? -- Preguntó el hombre quien había abiero la puerta. Me quedé sin nada que decir durante unos segundos. Él entrecerró sus ojos hacia mi de manera amenazante, eso me hizo pensar que tal vez tenía la dirección equivocada.

-- Me llamo Gwendolyn -- Finalmente encontré mi voz, me aseguré de que fuera tierna.Él parecía ser un hombre rudo e irritable, yo no quería que me voz fuera agresiva y no enojara. Quería evitar una posible paliza.

-- Espera acá, niña -- Dijo él y antes de que yo pudiera decir algo más la puerta se cerró de golpe, justo frente a mi cara.

Que él me llamara niña no me gustó demasiado, yo le había dicho mi nombre, él era el que no se había presentado. Definitivamente ese gorila no tenía modales.

Me quedé de pie en el mismo lugar por lo que calculé tres minutos, minutos desperdiciados de mi vida, entonces la puerta se abrió. Ahora no se encontraba ahí el mismo hombre que abrió la primera vez, en cambio había una chica.

-- Así que tu eres Gwendolyn-- Dijo ella más para si misma mientras una sonrisa se formaba en sus labios -- Es un placer conocerte. Me alegra que pudieras encontrar la dirección, no todos pueden en su primera vez.

No podía evitar preguntarme si debía sentir alivio por no haberme equivocado de dirección, tal debería sentir preocupación por mi bienestar. Estaba frente a extraños. Ellos parecían saber un poco de mi, aunque yo no sabía nada de ellos.

-- ¿Hola? -- Mi saludo sonó como una pregunta. No quería que mi inseguridad se notara, eso me dejaría ver más vulnerable.

-- Entra -- Indicó la mujer desbloqueado la puerta y dando el espacio para que yo entrara. Tomando un respiro profundo di dos pasos dentro y esperé a que ella cerrara la puerta y se adelantara a mi para poder guiarme por la casa.

Pero eso no sucedió. La esperé unos segundos hasta que voltee mi cabeza y me encontré con la sorpresa de que ella no estaba ahí. Ella me había dejado sola.

-- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? -- Pregunté con voz firme y fuerte. No quería adentrarme en el enorme edificio sola, estaba segura de que eso no quería una buena idea. Mi mejor opción era quedarme en ese lugar y esperar que otra persona fuera a mí.

No recibí­ respuesta.

Estaba a punto de amenazar con irme si no se presentaba nadie cuando escuché un grito desde el interior de la casa.

-- ¡Por acá!-- Dijo esa voz de mujer.

Tomando una bocanada de aire comencé a caminar lentamente por el pasillo en la dirección que había escuchado esa voz. Finalmente me encontré cara a cara con otra chica.

Ella, al igual que la anterior, parecían ser demasiado jóvenes. No parecían superar los veinte años.

-- Si te llamas Gwendolyn sígueme -- Dijo esta muchacha dando media vuelta y comenzando a alejarse. Ella compartía la amabilidad del primer hombre que vi.

Por unos minutos dudé si debía seguirla o no, pero después de pensar que si creen que yo no soy Gwendolyn, si no una intrusa en su casa me pueden hacer cosas peores de las que pueden hacer si saben que realmente soy.

Así que comencé a caminar detrás de la muchacha.

Finalmente ella se detuvo cuando se encontraba frente a una puerta de madera blanca cerrada y me hizo una señal para que entrara primero.

-- Entra -- Indicó la chica cuando yo no me moví-- Te están esperando dentro.

Pude percatarme de que estaba hablando de una persona. Adentro me estaba esperando lo que podía ser perfectamente un grupo de asesinos.

Salir de ese lugar sería lo más sensato que podría hacer.

Pero de cualquier manera, empujé esa puerta y entré a la habitación.

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