The only | rilen

By -dominguixcidio

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Cuando uno se enamora es inevitable, no hay excusas ni nada para tratar de escapar de ello. Rin debería saber... More

Introducción.
Prólogo.
α
β
interludio
γ
interludio
ε
ϛ
interludio
ζ
η
interludio
θ
ι
Interludio
κ
λ

δ

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By -dominguixcidio

Sus manos están calientes, justo como ella pensó que lo estarían. Rin no puede evitar jadear y frotar su trasero contra su polla. Len gruñe y ella da un quejido cuando las puntas de los dedos callosos rozan el interior de sus muslos, su aliento caliente choca contra su cuello mientras otra mano presiona su columna para arquearla más cerca de su gran cuerpo que se siente cálido y sudoroso debajo de sus manos.

Está tan resbaladiza entre sus muslos que debería ser vergonzoso, pero no puede enfocarse en nada fuera de su lengua que provoca la glándula debajo de su oreja o sus dedos mientras se enroscan entre sus piernas para empeorar el estado ya pegajoso allí.

Su palma cubre todo el pliegue húmedo de ella, dándole la presión caliente que ansía aún más ahora, y ella jadea mientras gira las caderas para presionar aún más su coño en su mano. Los dedos separan sus pliegues para provocarlos, su mancha los cubre para hacer un desastre, y ella se ondula descaradamente cuando él desliza dos dedos adentro, estirándola y llenándola, y todavía quiere más.

Ella mece sus caderas para llevarlo más profundo, sus dientes rozan su glándula aromática hasta que ella tiembla, hasta que está desesperada, y piensa en cómo su nudo la estirará aún más, cómo la llenará . Ella lo quiere, lo necesita, pidiendo nudo de alfa, jadeando su nombre una y otra vez y más, y ella...

Se estremece cuando un rayo de raciocinio alumbra en su mente y se congela. Le toma varios minutos recuperarse cuando sus ojos se abren.

Está desorientada de una manera que solo proviene de despertarse en medio de un sueño muy visceral, muy vívido y húmedo, todavía medio capaz de sentir las manos de Len sobre su piel mientras parpadea rápidamente en un intento de recordar dónde está.

Ella recuerda el torpe arrastre de sus pies hacia el armario con Len, recuerda la forma en que sus ojos se detuvieron brevemente en sus piernas desnudas que brotaban de sus boxeadores demasiado grandes mientras ella se acurrucaba debajo de su edredón, la forma tensa en que le había dado las buenas noches; ella recuerda el espacio entre ellos.

No hay una pizca de espacio entre ellos ahora.

Está sudando debajo de su ropa, su ropa, y cree que eso es muy probable debido a la forma en que Len parece irradiar calor. Es diferente del calor que ella siente en su piel, es más fresco y suave, la alivia. Sin poder evitarlo se da vuelta, contemplando levemente en la penumbra del armario el rostro dormido de su gemelo.

Ella muerde su labio y ahoga un quejido de dolor, se siente febril y todo da vueltas, su cabeza duele un poco y el brazo de Len encima de su cadera la hace desear más.

—Len—llama mientras lo toma por su suéter de lana, sintiéndose muy cálida y adolorida.

Él gruñe y se remueve, acostándose boca arriba y roncando ligeramente. Rin observa su cuerpo tonificado y duro, además de la semi erección que al parecer Len ha conseguido pues Rin no solo soñaba, sino que se estaba frotando descaradamente contra su cuerpo.

Ella lo remueve y cuando él no reacciona se queja y trepa, posicionándose encima suyo, justo sobre su hinchazón. Rin jadea mientras siente su erección dura presionar directamente contra su núcleo húmedo, prácticamente empapado. Es un peso amplio y cálido que se encuentra entre sus muslos, una fuerte presión contra su coño que todavía palpita incluso ahora.

—Len—repite sin aliento mientras se inclina por su cuerpo, apoyando la palma de sus manos sudorosas en su fuerte pecho y acercando sus labios a los suyos—. Alfa... —pide mientras lo besa.

Al principio, Len no reacciona pero cuando le corresponde el beso gruñe y Rin siente que se estremece. Casi puede llorar de alegría.

Alfa está despierto, alfa te cuidará.

—Rin, mierda, t-tú... estás...

—Alfa—repite antes de besarle con más fervor, sacudiendo sus caderas mientras hace fricción, Len gruñe entre el beso, introduciendo su lengua en su boca y Rin gime.

Sí, sí, más, necesita más. Porque ella está horrible, abrumadoramente excitada y caliente.

—Omega—murmura entre el beso, con sus manos recorriendo su piel bajo el suéter, ella jadea y se aleja cuando la tela del suéter pica y la incomoda, le molesta y necesita que todas aquellas capas de ropa desaparecieran de entre sus cuerpos.

—Desnúdame—pide mientras Len medio se sienta y lo hace, salpicándola de besos por su cuello y torso, gruñendo cuando su sostén se interpone en su camino—. Alfa... —se queja, necesitando de su boca en su piel.

—Espera, espera...—repite en una voz baja y raposa, cálida y gruesa, le hace cosas que no sabe explicar.

Él la atrae hacia su cuerpo cálido y desprende de su sostén casi con demasiada facilidad, Rin está muy encantada para siquiera reprocharle algo y cuando Len la libera de esa tediosa prenda se acerca a sus pechos sin perder tiempo, prácticamente chupando uno de ellos, mordiendo levemente su pezón izquierdo mientras pellizca con su mano el derecho. Ella jadea, muy abrumada y mareada para siquiera pensar en otra cosa que no sea refregarse por la polla de Len, de su alfa, sintiéndose vacía y adolorida.

—Alfa, quiero... te necesito—solloza mientras tira de su suéter, lo necesita desnudo, ella también quiere estar desnuda.

—Joder, sabes... ¿sabes siquiera lo qué me está costando? ¿Sabes siquiera la forma en qué hueles?—Gruñe cerca de su oreja, respirando agitadamente, su cálido aliento choca contra su piel, estremeciéndola—. ¿Sabes siquiera lo mucho qué quiero rogarte que me dejes arrastrarme entre tus muslos y arruinarte?

—Ha-Hazlo, alfa, por favor, tócame más—pide, cerrando sus ojos ante su voz que estaba llena de deliciosas promesas que ella quería cumplir de inmediato.

Con dificultad quita el molesto suéter del pecho de Len, acariciando rápidamente sus pectorales levemente definidos y los músculos que puede sentir tensarse bajo la yema de sus dedos. Len la abraza por su cintura, poniendo sus cuerpos al ras.

—Puedo olerte, omega... —retumba mientras deja besos húmedos en su cuello, su voz parece caer una octava, casi ni siquiera suena como él—, puedo oler lo mojada que estás.

Rin llora mientras pone sus manos en la tira elástica del bóxer ahora arruinado por su mancha, Len gruñe antes que su agarre se incremente, dejando quizás una marca después. La omega dentro suyo suplica porque la desnude y Len lo hace, tirando de su propio bóxer mientras Rin lo ayuda, poniendo sus manos en sus hombros y sosteniéndose con ayuda de sus rodillas mientras Len desliza la prenda por sus piernas hasta que Rin tiene que acostarse.

—Está bien, te tengo... me ocuparé de ti, omega—tranquiliza cuando Rin se acuesta entre las cálidas mantas que tiene el aroma de su alfa impregnado.

Cuando finalmente la última prenda es quitada Len la contempla con ojos tan oscuros que incluso brillan un poco. Rin se queja mientras tironea de su pantalón de franela que tiene como pijama, molesta de que su alfa aún tuviera algo de ropa puesta. Len sonríe antes de desnudarse rápidamente de un tirón, quitándose tanto su pantalón como ropa interior de una vez.

Sus palabras mueren en sus labios cuando ella finalmente lo contempla, sus ojos se abren por que... mierda.

Ella nunca ha visto un nudo antes y no puede dejar de mirar la polla de Len, la cuál es larga, gruesa y dura, y ella no puede evitar pensar en alisar su pulgar sobre el nudo ligeramente hinchado que se extiende a solo unos centímetros de la base de él. Está pensando en cómo se sentirá dentro de ella, pensando en la forma en que sabe que se hinchará para llenarla.

—Hueles...—dice levemente y ella oye la inhalación profunda, casi siente la forma en que la está respirando cuando se posa encima suyo—, madura, omega.

—¿A qué te huelo, alfa?—Cuestiona mientras lo acerca más hacia su cuerpo, rodeando sus piernas alrededor de su cadera y sintiendo su polla cerca de su núcleo, lo cuál hace que se estremezca.

—Mmm, es intoxicante—dice mientras se acerca a ella—, es como...—murmura antes de agachar su cabeza para dejar que su nariz bordee su mandíbula—, vainilla—ella escucha su inhalación profunda, como su nariz baja hacia su cuello—, pero también algo más dulce, caramelo que se mezcla con cítricos, y debajo...—ella jadea cuando su lengua presiona una cálida y húmeda línea contra su glándula, deslizándose sobre la carne palpitante mientras un gemido bajo se le escapa—... miel.

Confiesa mientras sus dedos encuentran el resbaladizo pliegue de su coño para burlarse de sus pliegues. Solo un golpe contra su clítoris demasiado sensible la hace gemir.

—Alfa...

—Hueles maravilloso, omega—gruñe cerca de su cuello, dónde deja besos y marcas de amor, Rin tararea, zumbando en un éxtasis de placer.

Len se aleja, y Rin siente que su boca se separa y sus ojos se abren cuando él saca su dedo de dentro de ella, pero los ojos de Len nunca dejan los suyos. Él deliberadamente sostiene su mirada mientras la acerca entre ellos, observando su rostro mientras sus dos dedos brillando con su mancha son metidos profundamente en su boca para limpiarlo. Él tararea contento, casi como un ronroneo en su pecho, y Rin solo puede mirar mientras Len lentamente se saca el dedo de la boca, juntando los labios como para saborearla.

—Jodidamente dulce—gruñe mientras se relame sus labios, con ojos brumosos y labios hinchados y casi rojos. Sus rodillas se extienden entre sus piernas para separar sus muslos, y ella puede sentir el roce del aire un poco más frío contra su coño—, estaré usando mi boca más tarde—parece prometer antes de acercar su polla medio hinchada y dura contra su coño resbaladizo—. ¿Puedes tomar mi nudo?—Cuestiona mientras él empuja sus muslos aún más lejos con las rodillas.

Rin se siente brumosa y confusa, contemplando su rostro serio y sus ojos que brillan con deseo y anhelo. Todo es demasiado y la abruma, cada sensación, sus cálidas manos que dibujan círculos en la parte interna de sus muslos y la cabeza de su polla que acracia su coño de forma tentadora.

—Contéstame, omega—le pide con voz ronca—. ¿Puedes?

—Yo...—ella traga saliva, temblando con el peso de sus manos sobre la piel febril de sus muslos—. Nunca he estado con un alfa—admite mientras atrae sus brazos hacia su rostro, avergonzada.

Tenía miedo, así que perdió su virginidad con un beta.

Sus fosas nasales se dilatan.

—¿Nunca?—Ella sacude lentamente la cabeza mientras le mira, la cara de Len baja lentamente, sus dedos recorren la longitud de su cuerpo en un deslizamiento lento, sobre su ombligo y su abdomen, y aún más abajo hasta que su amplia palma cubre la totalidad de su montículo—. ¿Quieres decir qué nadie ha anudado éste lindo y pequeño coño?

Su boca se abre en un jadeo silencioso, la ligera presión ofrece un poco de alivio a pesar de que no es suficiente.

Alfa...

Uno por uno mientras desliza dos de sus dedos dentro de ella nuevamente.

—Tú también eres pequeña aquí—resopla, empujando más adentro mientras ella se retuerce inquieta—. Va a ser un ajuste apretado.

Sí, sus instintos cantan. Lléname. Lléname.

—Puedo soportarlo—ella maúlla—. Por favor, alfa. Puedo soportarlo.

Apenas reconoce su propia voz, y en algún momento está segura de que se sentirá mortificada por la forma en que ruega, pero su omega interior está en el asiento del conductor ahora.

—Sé que puedes—murmura él mientras desliza sus dedos lentamente fuera de su coño, Rin casi se queja—. Vas a tomar todo lo que te doy, omega—ella recorre con sus ojos sus hombros anchos y brazos fuertes, mucho de Len para asimilar—. Todo.

Suena bien. Todo suena increíble, y Rin siente que el calor lame su vientre. Ella está mirando su polla que todavía está tan dura, retorciéndose y goteando en la punta, y su cuerpo sabe qué tan bien la llenará. Parece sentirlo, si el flujo constante de su mancha es alguna indicación.

Ella hace un sonido desesperado cuando siente que su cuerpo cede ante la piel más gruesa de su nudo, oyendo el ruido de su mancha mientras lo hace entrar. Y está tan llena, demasiado llena, pero es tan bueno, se sienta tan bien, es todo, y solo quiere...

Más—ruega, aún si Len ya se encuentra completamente dentro suyo.

Él se acerca, encerrando su cuerpo con el suyo, atrapándola y rodéandola con sus fuertes brazos. Len susurra promesas en su oído antes de atraer ambas de sus muñecas en una mano encima de su cabeza, atrapándola mientras comienza a moverse.

Ella tira de sus muñecas que todavía están cautivas por su mano, arqueando su cuerpo en un vano intento de llevarlo más profundo. Los dientes de Len pellizcan la carne hinchada de su glándula, forzando un escalofrío por su columna vertebral mientras se calma, un instinto tácito de seguir adelantándola, un desconocido deseo de obedecer a agarrarla.

—Buena chica—murmura, calmando la carne caliente en su garganta con la lengua—. ¿Se siente mejor, omega?

Ella logra un asentimiento tembloroso.

—Mejor—zumba mientras siente como se está moviendo ahora, un arrastre tortuoso de su polla contra sus paredes internas, obligando a su boca a separarse en un grito sin palabras.

Su mano que no mantiene sus muñecas juntas agarra su muslo derecho, la presión aumenta y se tensa mientras la cabeza de su polla se demora en su entrada, volviendo a entrar al mismo ritmo lento.

Podría reírse si no estuviera tan mareada con las hormonas, el calor y el fuerte alfa encima suyo, porque no hay nada, piensa. Nada que se sienta así. Ella cree que se lo dice, quebrado, si el bajo gruñido en su pecho es una indicación.

—¿Sientes eso?—Ahora es más difícil, empujando hacia atrás dentro de ella, puede sentir la resistencia ahora, la forma en que él se hincha. ¿Sientes cómo te voy a anudar?

Ella piensa que está asintiendo, no puede estar segura, tirando de sus muñecas con la necesidad de tocarlo.

¡Alfa!

—Y yo soy el único—gruñe, su voz adquiere un tono más bajo que suena animal en sus oídos—. El único que sabe cómo se siente éste pequeño coño alrededor de mi nudo. Joder, Rin.

Tal vez es la forma en que la está follando sin fingir ahora, tal vez es simplemente que él también se está perdiendo un poco, pero su agarre en sus muñecas se afloja, y sus manos encuentran en su cintura para sostenerla con fuerza, y ella toca su pecho y sus hombros y en todas partes, sintiendo la forma en que ella se pone más apretada, la forma en que él se hace más grande . Ella rasguña su espalda y gime directamente en su oído.

—Puedo sentirlo—le dice con voz ronca—. Está más húmedo. Más apretado, ¿vas a venir por mí? ¿Quieres sentirlo ? Eres mío, omega—gruñe mientras baja la mano que antes agarraba fuertemente su muslo derecho hacia su coño, acariciando su clítoris casi con reverencia.

Y en este momento ella podría estar de acuerdo en que es así, que él es el único propietario de cada nervio que termina en su cuerpo, sintiéndolos cada vez más apretados, un aumento de presión que pide liberación. Su rostro se entierra en su garganta, y sus dedos arañan sus hombros, y la forma en que él sabe, caliente y palpitante con especias y Len contra su lengua, y ella quiere hundirse en él, quiere ahogarse en él, quiere...

—Mierda... mierda—él jadea en su clavícula.

Rin se retuerce debajo de él hasta que ella llega, los dedos de los pies se encrespan y su voz se rompe en un suave gemido. No le lleva mucho tiempo. Ella sólo registra como su coño se contrae y aprieta en torno a la circunferencia de la polla dentro suyo, la forma en que su polla se hincha formando un perfecto nudo y como éste libera un montón de semen en su interior, directo a su útero. Su coño se contrae, ordeñando la polla de Len hasta que la última gota que tenga se la dé a ella, hasta que esté totalmente llena de él. Sus ojos se cierran fuertemente y su boca se separa, la fiebre en el interior da paso a un tipo de calor satisfecho que la deja saciada y completa de una manera a la que no está acostumbrada. La felicidad total de darle a su cuerpo lo que ha estado ansiando inconscientemente.

Ella lame levemente su glándula sin pensar, disfrutando de la forma en que los músculos de Len se contraen bajo las yemas de sus dedos mientras florece una oleada de calor en el interior, porque lo siente, tal como él dijo que lo haría. Siente cada contracción, cada oleaje, cada oleada húmeda a medida que se llena y se llena .

Incluso cuando está sin aliento después, hay una extraña sensación de satisfacción, y los hambrientos besos que Len le otorga en su cuello ayudan a calmar la picazón en su piel. Está deshuesada, gastada y francamente exhausta, sintiéndose como si hubiera corrido una maratón.

—Mmm, no... no te muevas—pide al sentir a Len posarse sobre sus antebrazos, para no aplastarla con su peso.

—Está bien, shh, sé buena para mí—susurra dulcemente mientras rueda y la jala con él.

Rin se queja mientras se encuentra ahora acostada encima de Len, quien suspira. Ella entierra su rostro en la base de su garganta, respirando su aroma. Hay un retumbar en su pecho, algo así como un ronroneo áspero que siente en el fondo de su vientre.

Ella tiembla cuando siente sus dedos recorrer su columna vertebral, dibujando patrones o simplemente acariciando su piel empapada en sudor. Recuperan el aliento. Parte del delirio de calor se desvanece, pero no lo suficiente.

Aunque por ahora, ella se siente mejor.

—Me gusta ésto de ti—murmura, y hay un aleteo en su pecho que la hace moverse. Ella no sabe qué decir o cómo actuar, buscando en su fatigado cerebro para algo, pero Len la salva—. Duerme, omega—le dice en voz baja antes de añadir—, voy a follarte de nuevo cuando te despiertes.

Rin tiembla hasta la curva de los dedos de los pies, emocionada.

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