Me coloqué mi bufanda lila y tomé mi bolso con todo lo necesario dentro.
-¿Eres tonta Kayla Collins? -rió Lindsay.
Hice una mueca.
-Debes traerte un abrigo que combine con esa chaqueta a cuadros y ese jean negro que llevas puesto -comenta-,apresurate.
Con un gruñido entro a casa y tomo el primer abrigo que encuentro. Es una campera negra de cuero.
Salgo, cierro con llave y me incorporo al auto.
El viaje es pura risa. Cantamos las canciones que pasan en la radio.
-Oh dios, ¡Radioactive! -exclama Lindsay comenzando a cantar. Ella amaba esa canción y yo también, el ritmo es genial.
-I'm waking up, I feel it in my bones, enough to make my systems grow -cantó ella y yo la seguí.
La canción acabó y recuperamos nuestra compostura. Si, "recuperar".
Mi amiga se estaciona y bajamos del auto. Con pasos torpes, nos apresuramos a observar detenidamente cada vidriera.
-¡Qué hermoso! -exclamo señalando un vestido violeta que llega hasta los tobillos, es suelto y tiene un pequeño cinto dorado que le da un toque más chic.
-Pruébatelo -sugiere la pelirroja. Y le hago caso.
Salí del probador y caminé hasta ella.
-¿Qué tal? -inquirí.
-Te queda hermoso ¡Debes llevarlo! -me anima.
Asiento, ya que a mi también me gusta. Estiliza mi figura.
Luego de recorrer miles de tiendas más, mi amiga se lleva tres remeras, una falda -muy corta para mi gusto- y un jean negro.
Por mi parte, sólo el vestido violeta y un top de flores.
-¿Lista para retirarte?
-Sí -asiento- estoy exhausta.
-Yo igual, necesito una relajante ducha -menciona mientras caminamos a su auto.
Lindsay me propone ir a su casa, pero me niego ya que Dylan me invitó al cine.
-Mucha suerte con tu galán -me guiña un ojo mientras me deja en mi casa.
-Gracias -musito.
Con las bolsas en mano y la llave, abro la puerta de casa y la cierro con el pie. Tengo muchas cosas que hacer y eso me pone nerviosa: alistarme para la cita con mi novio, ver la película, regresar a casa, alistarme mejor ya que mi hermano va a presentar a su novia. No nos quiso decir su nombre ni nada, dice que esperemos a la noche, ya que la traerá a cenar.
Son las tres y Dylan me pasará a buscar a las cuatro. Apurada, me doy una ducha rápida y me cambio.
Tomo un jean tiro alto negro y una blusa rosa pálido. Me ato a la cintura una camisa a cuadros roja y negra y por ultimo, calzo mis zapatillas converse.
Me quedan treinta minutos y aprovecho a peinarme un poco, me hago una trenza de lado y luego me maquillo. Un labial coral y máscara de pestañas.
Lista en tan solo cuarenta minutos ¡Un récord para mi! En el tiempo que sobra, me dedico a mirar la televisión.
<<Abre cielo, ya estoy afuera>> decía el texto de Dyl.
Tomo mi pequeña cartera negra y me encamino a la entrada.
-Hola, guapo -le doy un beso en los labios.
-Hola, pequeño pedacito de cielo -dice, y río.
-¿Qué? -sonríe-es una parte de una canción de Taylor Swift. No es que me guste... solo la pasaron en la radio y se me quedó pegada en la cabeza.
-Ya lo sé -lanzo una carcajada -se llama Untouchable. Me encanta que escuches a Tay.
-No te ilusiones cariño, soy más del rock.
Ruedo los ojos, iba a comentarle que ella tiene algunas canciones de rock pero no toda su carrera se basa en eso.
-¿Qué película vamos a ver? -le pregunto mientras subo al auto.
-La que la dama elija, por supuesto.
-Aww, eres tan tierno cuando te lo propones -digo y con eso, beso su mejilla.
El ríe y muestra su perfecta dentadura. Es tan hermoso.
-Adoro tus lunares, Dylan -confieso.
-Yo adoro tu cabello, eres bellísima -dice, y con eso me sonrojo.
-No es cierto. Tú eres guapo, un galán.
Para en un semáforo en rojo y me roba un beso. -Tengo suerte de tenerte -acaricia mi mejilla.
-Yo también, galán.
Sonreímos y volvemos a nuestros lugares.
Después de quince minutos de una intensa charla y chistes malos, llegamos al cine.
Sostengo la mano de Dylan y así caminamos hasta llegar a la fila. Dios, hay muchísimas personas.
-Dylaaan -lo llamo alargando la a.
-Kaylaaa -me responde del mismo tono.
-No me digas así -le reprocho.
-Pero te llamas así boba.
-Me gustan tus apodos -hago puchero.
-Oh, lo siento mi pequeño pedacito de cielo.
Le doy un beso en la mejilla y musito un "Te quiero, tonto" pero no obtengo respuesta. Solo un beso en los labios que acepto gustosa.
Al avanzar un poco más en la fila, diviso a tres chicas mirando atentamente a MI novio. Especialmente una rubia alta, lo miraba descaradamente. Furiosa de que lo miren, ya que soy demasiado posesiva y celosa, lo beso y rodeo mis brazos en su cuello.
Doy media vuelta y miro a las chicas con aire de superioridad que se podría interpretar como "es mío perra, no lo mires".
Inmediatamente, desvían la mirada. Sonrío y abrazo aún más fuerte a mi lindo novio.
-Estás muy cariñosa hoy -admite el castaño, rodeando sus brazos en mi cintura. -Me gusta.
Me sonrojo y proseguimos a seguir abrazados. Una vez que quedan tres personas adelante nuestro, decido charlar con Dyl rápidamente sobre escoger la película.
-¿Qué te parece Intensamente? -sugiere.
Lanzo una carcajada y niego con la cabeza.
-Una más madura, ¿Qué tal Ciudades de Papel?
-Mmm, me parece bien. Lo que la dama diga.
-Pero ¿En serio, quieres ver esa película?
Él toma un mechón de mi cabello y lo pasa detrás de mi oreja. -Me parece bien, vi el tráiler y me llamó la atención. Pero Intensamente...
-Dylan ¿Cuántos años tienes? -ironizo.
-Diecisiete, al igual que tú, belleza -contesta burlón.
Ruedo los ojos.
-Era broma. Veamos Ciudades de Papel. Cara Delevingne es muy linda -admite.
-Es preciosa, y el chico no está nada mal -confieso. Es obvio que Cara es bellísima, eso nadie podría retrucarlo.
-Yo soy más guapo -alza la voz.
Río y con eso, compramos las entradas. Quiero pagar aunque sea la mía, pero el castaño se interpone y paga él. También hizo así con la comida: pochoclos, skittles y gaseosa.
Me siento inservible, no quiero que él pague todo por mi. Decido plantearle esto, pero el dice que una dama nunca debería pagar. ¡Qué amor! Soy tan afortunada de tenerlo. Pero él no debe pagar todo por mi, de vez en cuando, debería invitar yo.
Entramos a la sala y comienzan las propagandas, en ese tiempo aprovecho a comer algunos skittles y demostrar mi afecto hacia Dylan.
-Me encantas, castaño -admito, tapándome la cara con el cabello.
-Me gusta el apodo castaño... A mi también me encantas, en especial tu trase...
-¡Dylan O'Brien! -le pego una suave cachetada. -¿Acaso me observas?
-Todo el tiempo. Eres bellísima, ¿Qué hombre no se resistiría a admirarte?
Me sonrojo y decido no contestar ya que la película estaba a punto de comenzar.
-¡Me encantó! -opino, al respecto de la película.
-A mi también me gustó. Muy buena -Dylan agarra mi mano.
Subimos a su auto y conduce hasta casa.
-Gracias por todo, castaño -le agradezco-que tengas un hermoso día. Bueno, lo que resta.
-No es nada, bonita -me da un dulce beso en los labios. -Te veo el lunes, pequeño pedacito de cielo.
Sonrío atontada y entro a casa. Suspiro. Ahora necesito arreglarme para conocer a la novia de mi hermano
Retiro la ropa y me coloco un sutil vestido turquesa con volados. Debíamos dar una buena apariencia.
-Fea, baja que ya está por llegar -grita desde abajo Nick.
Refunfuño con pesadez y bajo las escaleras lentamente, con un notable cansancio.
El timbre suena y mi hermano se apresura a abrir.
Una chica sonriente aparece en mi campo de visión y me quedo anonadada.
Esa persona que conozco perfectamente, me está mirando y parece sorprendida. No puedo evitar lanzarle una mirada fulminante.
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Pequeños pedacitos de cielo!
¿Para ustedes quien es la novia de Nick? mmmm