Dark Sides | Min Yoongi [EDIT...

Da Cariitofv

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A Chloe jamás le había llamado la atención algún muchacho de Wells. Pero algo extraño sucedía dentro de sí mi... Altro

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21 parte 1
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FINAL
Segunda temporada.

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Da Cariitofv

Cuando había salido de la ducha, me coloqué la pijama. Me sequé el cabello tratando de hacer el menos ruido posible. Me acobijé hasta la raíz pensando lo bien que se sentía estar abrigada, y de una manera ridícula, sentía que el edredón era mi defensor personal. Y mi almohada, la víctima de mis tristezas y desesperanzas.
Y me desperté a las siete cuando mi alarma sonó, me estiré, y, extrañamente, no me sentía mal. Dejé escapar un bostezo de mis labios para cubrirlo con mi mano, me coloqué de píe para ir directamente hacia mi armario y ponerme algo de ropa limpia. No me arreglé como diariamente lo hacia para Suga. Mis dedos se quedaron estancados en una prenda de vestir pensando... « Suga ».
No me buscó, no se apareció en mi habitación, ni si quiera trató de seguirme. A pesar de mi miserable dolor, me dije que estuvo bien hacer lo que hice ayer por la noche. Me enseñó a darme cuenta de lo muy poco que valía para él. Pero era inevitable no sentirme vacía... incompleta, melancólica, usada, decepcionada.
Una yuxtaposición de sentimientos estaban mezclados como una clase de experimento extraño y diseñado exclusivamente para herir de una manera escalofriante.
Vestida, cuando iba a abrir la puerta de mi habitación. Alguien me lo impidió, fruncí el ceño, y abrí la puerta poco a poco. Sammy estaba durmiendo en el suelo de la alfombra. Estuve pálida diciéndome que no era lo que creía que pensaba.
-¿Sammy? -susurré moviéndolo de un lado a otro. Se restregó un ojo y me miró sentándose-. Oh pero ¿Qué haces aquí mi polluelo? -lo tomé en brazos como a un bebé. Me abrazó muy fuerte.
-¡Loe! Pensé que estabas enojadita conmigo, ¿No lo estás? -susurró haciendo un puchero adorable. Traía su pijama entero que se parecía a eso de los Teletubbies.
-¿Por qué piensas eso cariño?
-Ayer tuve otra pesadilla muy fea. Y cuando quise venir a tu cuarto, no me respondiste, y estaba cerrado con llave. Pensé que habías dejado de quererme. -se le escaparon unas lágrimas que no dudé en quitar. Le besé en todos lados.
-Nunca vuelvas a decir eso. O tendré que castigarte. -le amenacé con el dedo índice besándole la frente.
-¿Me quitarás mis vídeojuegos?
-Nooop. Te dejaré sin respiración.
-¿Me matarás? -su rostro era paranoico. Me reí suave y lo lleve hacia la cama de mi habitación para hacerles muchas cosquillas. Se carcajeó sin más no poder, y yo no evité hacer lo mismo. De una manera extraña, Sammy tenía una dádiva de subirme el ánimo energéticamente. Me hacía olvidar a Suga unos segundos-. ¡Basta Loe, detente! -Me estoy haciendo mucho pipí Chloe.
-¡Aghh! Monstruito, vamos, te llevaré al baño a lavarte. ¿Qué hacen tus papis?
No quise decir «Nuestros padres» por el hecho de que aún estaba muy sentida con ellos. Bueno, con mamá no. Pero sí con papá.
-Papá duerme en el sofá, mamá lo echó de la cama.
-¿Y eso? -pregunté con el ceño fruncido quitándole el pijama y cambiando la temperatura del agua a uno cálido.
-Hablaban de unas cosas tuyas y un niño, y luego papá no sé que dijo que mamá lo echó de la habitación y le golpeó aquí. -se apuntó la nariz riendo. Me quedé pensativa, ¿Papá le habría dicho que me había prohibido juntarme con Suga? No evité sentirme tan triste. Le lavé el trasero a Sammy y lo dirigí a la habitación de mamá donde dormía plácidamente. Fruncí el ceño, ¿No tenía que trabajar?
La zarandeé de un lado a otro y ella abrió sus ojos con pereza.
-¿Qué ocurre? -se sobó un ojo y luego se sentó en la cama sobresaltada-. ¡¿Que hora es?! -chilló como si un terremoto de avecinara.
-Las siete y media.
-¡¿Qué?! -y se puso de píe inmediatamente quitándose toda la ropa para buscar algo en su armario.
-Debo irme al instituto, se me hace tarde. -le di a Sammy cambiado por otro pijama nuevo-. Adiós monstruito. Espero que en la guardería te traten bien.
Sonrió un poco nervioso, sabía lo que estaba pensando. Le susurré en el oído.
-Si te dicen algo malo lo exfoliamos.
Se rió y yo también. Le besé la mejilla y me despedí de mamá yéndome hacia la primera planta, vi a papá que estaba tomando desayuno. Ni si quiera le dije buenos días. E inquirió en mi salida.
-Cuando regreses de la escuela, quiero hablar contigo. -su voz sonaba afligida. Le hice una mueca de sonrisa y pegué un portazo para montarme en mi auto. Sentada en el asiento, apoyé mi cabeza en el volante para suspirar. Me golpeé con ésta. ¡Todo era tan desastrozo!
Fui a camino lento en el auto y escuchando música de los Beatles, tatareando suavemente la canción «Stand by me» y eso bastó para desanimarme por completo.

Cuando llegue la noche
y se oscurezca la tierra
y la luna sea la única luz que veamos

No tendré miedo, no tendré miedo
mientras estés conmigo.

Cariño, quédate conmigo,
oh, ahora, quédate conmigo,
quédate conmigo, quédate conmigo.

Le pegué al volante con rabia, y chillé. ¿Por qué tuve que enamorarme de alguien tan seco? ¿Por qué no hice caso a Sky cuando me decía que saldría dañada? Ahora me arrepentía, y de qué manera. ¿Por qué tuve que intrigarme tanto por él? ¿Por qué no me di una nueva oportunidad con uno de los tantos chicos que estaban detrás de mí? Si tan sólo me hubiera dado una oportunidad... si tan sólo hubiera seguido mi tradición de chica-anti-chicos nada de esto estaría sucediendo.
Dejé mi auto en el estacionamiento y me dirigí hacia la escuela con una incertidumbre dentro de mí, ¿Qué me sucedía que últimamente estaba tan preocupada?
Suspiré, y cuando caminé por los pasillos con la cabeza alta todos se me quedaron observando y empezaron a rumorear. Decidí no prestar atención y me dirigí hacia mi casillero. Miré el casillero dos más del mío con esperanza, pero nadie estaba. ¿Por qué era tan masoquista?
No hablé con nadie, no miré a nadie, no hice nada. Sólo me dedicaba a mirar a todo el mundo, preguntándome cosas estúpidas respecto a sus vidas. Miré a StrencySummers que masticaba un caramelo con aires de superioridad. Usaba un vestido a pesar del frío mostrando sus atributos. ¿Su obligación era mostrarse como una zorra? ¿O era para mantener su reputación? ¿Habría sufrido por amor? ¿Ayer acababa de tener sexo?
Miré a Oudrey Monsoon que estaba rígida, atenta al maestro, sosteniéndose las mangas como si su vida dependiera de ello. Las cortinas de su cabello no dejaban verle las mejillas redondas y pecosas, tampoco sus ojos vacíos y sin vida. Todo de ella se apretaba en sí, la manera de bajar su cabeza la hacía mostrar insegura y con un autoestima bajo. Me fijé que se acariciaba las muñecas con amor, y me di cuenta de que se cortaba. ¿Podría tener problemas mucho peores que los míos? Y me dije, por supuesto.
Habían personas que lo tenían peor que yo, y yo estaba sufriendo como si un maldito amor lo fuera todo. Lo más desastrozo del mundo. Paranoias.
Cada quién tenemos nuestros problemas y sabemos manejarlos como se nos dé la gana. Tenemos motivos diferentes para estar tristes, tenemos perspectivas distintas sobre sonreír o no. Habían personas optimistas, individualistas, inseguras. ¿A qué círculo pertenecía? ¿A las patéticas lloronas?
Vi al maestro, alardeaba sin ánimos, sus ojos se mostraban cansados y ocios. Hacía un mohín con las manos cada vez que explicaba algo y no paraba de mecer su píe de arriba hacia abajo. ¿Qué problemas podría tener él? ¿Cuál serían sus inseguridades? ¿Envejecer? ¿Morir? ¿La jubilación?
Comencé a dibujar sobre mi cuaderno muchas idioteces y traté de comprender a Suga.
¿Cuál era su problema? ¿Creer? ¿Confiar? ¿...Amar? ¿Cuál eran sus intenciones en el mundo? ¿Qué hacía? ¿Qué pretendía? ¿Por qué sus misterios eran tan graves como para conservarlos de una manera dinámica?
«Mi hermano falleció»
¿Falleció? ¿Quién podría haberlo matado? A alguien tan pequeño e inocente en un mundo tan grande y hostil como éste. Recordé a su padre abusador, ¿Él tendría algo que ver con todo esto? ¿Con la infelicidad y la inmundicia de los Min?
De tan sólo pensar el hecho de que él haya causado todo esto... se me erizaba la piel por completo. ¿Qué hubiera pasado si hubiese nacido diferente? ¿En otro ambiente? ¿Con otras personas?
Personas buenas, carismáticas... ¿Él sería igual de humilde?
Me mantuve todo el día pensativa, pensando y tratando de leer a las demás personas que se cruzaban por mi camino. Y todo dejó de dar vueltas cuando lo vi entremedio de los pasillos, se estaba acercando a mí con una mirada decidida y afanosa. Me detuve. Por un momento creí que vendría hacia mí, me tomaría en sus brazos, me besaría y me diría que no quería dejarme ir. Que estaríamos juntos. Pero todo dio un giro inesperado cuando el director Maslow lo detuvo de los brazos. Todos se quedaron parapléjicos en la cerámica. Fruncí el ceño tratando de saber qué estaba ocurriendo.
Se escucharon chillidos, y todos se corrían para dar paso a una persona.
Un grupo de policías se detuvo frente a Suga, me mantuve inexpresiva y absorta. Vi como juntaban sus muñecas para esposarlo. Se le notaba furioso, muy furioso.
-¡Oh por dios! ¿Qué está ocurriendo? -exclamó Ivannie igual que yo. En realidad, todos estábamos iguales. Y a pesar de estar inmóvil, me zarandeé mentalmente y me dirigí hacia ellos.
-¿¡Qué está ocurriendo?! ¡¿Por qué se lo están llevando?! -exclamé eufórica.
-Usted no se meta en lo que no le incumbe señorita Gilbert... -susurró el director mirándome inédito.
-Pero...
-¡Nada! ¡Todos marchaos a sus clases ahora mismo!
Todos comenzaron a dispersarse del tumulto y estaban desapareciendo. Yo me quedé frente a Suga.
-¡Se va ahora mismo si no quiere ser expulsada!
Miré a Suga directamente a los ojos, preguntándole con la mirada qué estaba ocurriendo. Traía ojos arrepentidos hacia mí, con desesperanza, recelo, y oscilación-. ¡Ahora dije! -gritó enfadado.
-¡No le grite! -exclamó al director con una rabia tremenda que hizo que el rostro del director se quedara estupefacto. Pero no volvió a hacerlo.
-Lo lamento señorita... debe marcharse a clase, este es un asunto privado. -dijo éste policía con una mueca. Yo tragué saliva y miré a Suga ladeando la cabeza.
-Prometo que nada malo ocurrirá. Lo prometo. -me sonrió y comenzó a caminar hacia mí, obligando al policía caminar con él. Y me besó en los labios-. Y lo lamento, lamento lo de ayer. Cuando esté de vuelta hablaremos y solucionaremos todo esto ¿Vale?
Asentí lagrimeante aún así sin entender nada. Me quedé inmóvil hasta cuando ellos comenzaron a desaparecer de mi vista y el director Maslow me daba unas palmaditas para que me marchara a clase.

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