Besos que curan [ADL #2] ✔

By CMStrongville

4.2M 288K 34.3K

Kea es todo lo que Fidel no quiere: grosera, impulsiva y problemática. Entonces ¿por qué parece no poder saca... More

SINOPSIS
PREFACIO
[UNO]
[DOS]
[TRES]
[CINCO]
[SEIS]
[SIETE]
[OCHO]
[NUEVE]
[DIEZ]
[ONCE]
[DOCE]
[TRECE]
[CATORCE]
[QUINCE]
[DIECISÉIS]
[DIECISIETE]
[DIECIOCHO]
[DIECINUEVE]
[VEINTE]
[VEINTIUNO]
[VEINTIDÓS]
[VEINTITRÉS]
[VEINTICUATRO]
[VEINTICINCO]
[VEINTISÉIS]
[VEINTISIETE]
[VEINTIOCHO]
[VEINTINUEVE]
[TREINTA]
[TREINTA Y UNO]
[TREINTA Y DOS]
[TREINTA Y TRES]
[TREINTA Y CUATRO]
[EPÍLOGO]

[CUATRO]

134K 9K 1.2K
By CMStrongville

Que alguien te haga sentir cosas sin ponerte un dedo encima, eso es admirable.

MARIO BENEDETTI

.

KEA

¿Alguna vez... te has sentido sola? Como si no tuvieras a nadie cuando en realidad estás rodeada de gente. ¿O triste? Sin embargo no tienes razón para estarlo. Te encuentras viva, sana, no te falta nada...

¿O alguna vez te has sentido débil? A pesar de ser el pilar que sostiene a otras personas. Tú eres esa persona que los hace reír y con quien pueden llorar sin sentirse juzgados. Puedes darte cuenta cuando algo en ellos está mal, pero... ellos no ven a través de ti. No pueden notarte tan rota y desesperada. No se dan cuenta de que a veces quisieras escapar a alguna parte, o tal vez a ningún lado, solo deseas desaparecer.

¿Cómo es que no pueden darse cuenta? La respuesta es muy fácil.

Eres una experta fingiendo, disimulando, haciendo ver a todos lo que quieres que vean en ti.

Es tan fácil fingir, tan sencillo engañar a la gente para hacerla creer que estoy bien... Y no sé si debo estar feliz por ser tan buena actriz, o sentirme herida porque nadie me conoce lo suficiente como para darse cuenta de que no estoy completamente bien.

Dudo mucho que mi mejor amiga lo note. Quiero decir, sé que puedo contarle todo, desahogarme con Nai tal y como ella lo hace conmigo, pero no quiero preocuparla con mis problemas. De igual manera no puede hacer nada por mí.

Froto mis ojos que de repente se han puesto un poco húmedos y giro a ver a Fidel quien no ha dicho nada.

—Por primera vez en mucho tiempo siento que alguien me ve de verdad, que me ves —admito—, que te preocupas de algún extraño modo por mí y... no quiero perder eso. No cuando hacía ya bastante tiempo que no lo sentía. Es reconfortante sentir que no estoy tan sola después de todo.

Hago una mueca por lo cursi que he sonado y él suspira removiendo sus manos sobre el volante.

El silencio se apodera del interior del auto y solo deseo regresar diez minutos atrás y mantener la boca cerrada. ¿Se ha asustado por lo que dije? ¿Acaso me hice parecer como una loca desesperada por atención?

—Tienes razón —murmura después de un rato.

—¿En qué?

—En que yo... me preocupo por ti.

Me obligo a mirar mi regazo y me encojo de hombros sin querer sonreír.

—Lo sé. Digo, he notado que estás al pendiente de lo que hago y... Bueno, no sé cómo explicarlo. Al principio solo pensé que eras un entrometido, pero durante la semana noté que... sí te preocupabas y me arrepentí de haberte hablado así.

Muerdo mi labio inferior con fuerza al recordar cuando le dije que yo hacía lo que quisiera con mi vida.

—Bueno, yo tampoco traté el tema de la mejor manera. Puede que haya sido algo... brusco al sacarlo a colación.

Hace énfasis en la palabra brusco y yo resoplo.

—Un poco —concuerdo—, pero... gracias. Por tratar de cuidarme o lo que sea que hagas. —Sonrío viéndolo directo a los ojos y Fidel asiente una vez.

—No hay por qué. —Mira el edificio desolado ante nosotros y entonces se remueve incómodo en su asiento—. ¿Es todo lo que querías decirme? Digo, ¿no hay nada más?

En serio parece sentirse extraño en mi presencia y me doy cuenta de que quiere librarse de mi compañía lo antes posible.

—Sip. Ya puedes llevarme a casa si gustas.

No hace falta que lo diga dos veces. Saco mi celular cuando el motor se enciende y noto que tengo un mensaje de Alex.

Quiero verte.

No puedo evitar poner loa ojos en blanco. La verdad es que yo no quiero hacerlo, así que borro el mensaje sin contestarlo y vuelvo a guardar el aparato en el bolsillo de mi pantalón.

—¿Te gusta la música? —pregunta Fidel. Asiento.

—Por supuesto. ¿A quién no le gusta?

Como para demostrarlo estiro mi brazo y enciendo la radio. Heroes de Alesso comienza a sonar y yo canturreo un poco moviendo mi pie al ritmo de la canción.

Cierro los ojos y me recargo en el asiento. Me gusta cómo se siente el aire fresco que entra por la ventana del coche y despeina mi cabello. Es el segundo lugar en mi lista de sensaciones favoritas en el mundo.

La primera eran, son y siempre serán los abrazos de mamá. Eran mágicos. Me hacían sentir segura, feliz y cómoda incluso en el peor de mis días. La extraño demasiado.

Ella era pura luz, tan alegre y delicada, y desde que se fue parece que nuestra familia quedó en la penumbra.

—Ya llegamos —dice Fidel sorprendiéndome.

Abro los ojos y compruebo que de hecho está estacionado justo en la acera frente a mi casa. Eso sí que fue rápido.

Abro la puerta y le lanzo una mirada antes de bajar.

—Gracias por escucharme —musito. Él sonríe.

—Gracias a ti por contarme.

Yo sonrío de vuelta y hace un gesto despidiéndose con su mano. Debo admitir que es bastante atractivo. Incluso más que el novio de mi amiga.

—Entonces... nos vemos. —Bajo del auto y me asomo por la ventana—. Adiós.

—Adiós.

Me despego del auto y entonces, mientras giro y camino a la entrada, escucho cómo se aleja con rapidez.

Definitivamente no podía esperar para deshacerse de mí.

Entro a casa haciendo rechinar la puerta y esta se cierra con un ruido seco tras de mí.

—Papá ha estado preguntando por ti —dice Diego desde la sala de estar.

Ni siquiera tengo un minuto en casa y ya siento que estoy en problemas.

Me encamino hasta donde se encuentra sentado mi hermano y veo la televisión encendida. Está mirando alguna película que no me interesa en lo más mínimo y yo frunzo el ceño tratando de comprender si lo he escuchado bien.

—¿Por mí? —repito.

Me lanza una mirada irritada por encima de su hombro y asiente.

—Sí. Por ti. Está en su habitación por si quieres ir a verlo.

Vuelve la mirada al televisor y camino sin hacer ruido hasta su cuarto.

—Papi.

Está acostado sobre el colchón y por un momento creo que está dormido y no me ha oído, pero entonces se remueve y clava sus ojos en mí.

—Kealani. ¿Dónde has estado?

Hago una mueca al escuchar mi nombre completo, sin embargo me acerco y me siento al borde de la cama.

—Fui con Nai a hacer tareas —miento—. Dejé la comida hecha para ti, te lo dije antes de marcharme. ¿Ya la probaste?

Frunce el ceño confundido y, cuando se incorpora un poco, puedo oler el alcohol en su aliento.

—Sí, pero creo que las cervezas se han acabado.

—Le diré a Diego que te traiga más —lo tranquilizo con una tensa sonrisa.

A pesar de que odio que beba tanto, odio más su carácter cuando no lo hace.

Su mano se eleva hasta mi mejilla y sonríe con tristeza.

—Eres idéntica a tu madre cuando tenía tu edad. Tan bella. —Sus ojos se anegan de lágrimas y sé lo que viene a continuación. Un sollozo escapa de su pecho y se tumba de nuevo haciéndose un ovillo—. La amaba tanto y me abandonó. Me la arrebataron. Es tan injusto. ¿Por qué ella?

Golpea el colchón con su puño y yo me levanto preocupada. Cuando se pone así lo es mejor dejarlo solo. Tratar de tranquilizarlo nunca es bueno, mucho menos cuando está ebrio.

Ni siquiera se da cuenta del momento en el que salgo de su habitación.

—Necesita más cervezas —le informo a Diego cuando vuelvo a pasar por la sala.

—¿De nuevo?

Ni siquiera me molesto en contestar. Salgo de casa y comienzo a caminar sin rumbo, imaginando por un ratito que, si lo hago deprisa o por el tiempo suficiente, mis problemas quedarán atrás y no me alcanzarán.

Continue Reading

You'll Also Like

2K 366 49
{Novela finalizada sin editar} Melody y Noah son mellizos, desde pequeños ellos vieron la separación de sus padres y como volvieron a unirse. Ahora e...
4.7K 381 9
En esta historia tendras 16 años. Te llamaras Anne. Vivirás en Storybrooke, junto a tus padres; Margaret (blancanieves), y David (el príncipe encanta...
11.2K 995 6
"No soy el tipo de chica Que debe irrumpir bruscamente en una ocasión de velo blanco Pero tú no eres el tipo de chico Que debe estar casándose con la...