Unplanned

By thespiderniam

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Matt Adams sabe que él no nació para el romanticismo, ese gen simplemente no se encuentra en su ADN y punto... More

Personajes + Booktrailer
Sinopsis
Capítulo 1 - Alternativa elegida
Capítulo 2 - Huésped no deseado
Capítulo 3 - Murallas elevadas
Capítulo 4 - Mimado
Capítulo 5 - Ryan Neill
Capítulo 6 - Delirios de princesa
Capítulo 7 - Causa y efecto
Capítulo 8 - El viejo Jack está prohibido
Capítulo 10 - Desesperada
Capítulo 11 - Más
Capítulo 12 - Lluvia para corazones fríos
Capítulo 13 - Una oportunidad
Capítulo 14 - Cine al aire libre
Capítulo 15 - Vulnerabilidad y acercamiento
Capítulo 16 - Papas quemadas
Capítulo 17 - Rompiendo la burbuja
Capítulo 18 - Las cosas sucias se lavan
Capítulo 19 - Mis chicas favoritas
Capítulo 20 - Cosas por hacer antes de morir
Capítulo 21 - Decidido
Capítulo 22 - Lindo y risas
Capítulo 23 - El beso en el tejado
Capítulo 24 - Hasta siempre
Capítulo 25 - La pequeña semilla
Capítulo 26 - Hablando de un idiota
Capítulo 27 - Primera cita
Capítulo 28 - Inesperada valentía
Capítulo 29 - Visita indeseada
Capítulo 30 - Experimentando
Capítulo 31 - Agradable sorpresa
Capítulo 32 - Estrellas en el firmamento
Capítulo 33 - Más que sólo querer
Capítulo 34 - Pesadilla
Capítulo 35 - Trastornado
Capítulo 36 - No mi bonita
Capítulo 37 - No otra vez
Capítulo 38 - Te extrañé
Capítulo 39 - Pequeños momentos
Capítulo 40 - Perdóname
Capítulo 41 - Los miedos de un hombre
Capítulo 42 - Fuerte y profundamente
Epílogo

Capítulo 9 - Encuentros inesperados

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By thespiderniam


◆MATT◆

11 DE JULIO DEL 2011

Leo por enésima ocasión el mensaje de whatsapp que me llegó el sábado por la noche, justo después del partido, y suspiro.

Arthur Adams es un desmadre.

¿Qué clase de padre le envía a su hijo una foto que raya en los limites de lo grotesco? Solo el mío, al parecer. UGH. Él está insistente en que aún me puedo unir a su viaje de perdición con su nueva esposa y la hermana de 3sta, quien gustosamente posó en bragas de encaje para la foto que papá me envió diciendo: Grandes tetas para mi campeón. ¿Te unes o qué?

Niego con la cabeza, lanzando mi celular a la cama, y camino por la habitación en círculos mientras masajeo mis sienes, tratando inútilmente de relajarme. Si tan solo Luke Wilson me hubiese dejado desahogarme un poco con Jack Daniel's el día anterior, tal vez no me sentiría tan frustrado en este momento.

Me acerco a la venta, apoyando los brazos en ella y asomándome al exterior. Si hay una cosa que me gusta de estar en este lugar es lo increíblemente limpio y puro que se siente el aire. Comparado con Nueva York, esto es un paraíso para mí. Podría verme seriamente viviendo en un lugar como este alguna vez.

Alcanzo a ver a Alexis desde donde estoy. Ella está subiéndose a su bicicleta a las prisas, como si le urgiera irse. Creo que lo hace. Los últimos días ha sido campeona olímpica en su deporte favorito: ignorarme. Hasta hace dos noches, claro. Pensé que no me respondería cuando le hablé, pero lo hizo. Y pensar que todo fue por un beso en el que a duras penas se tocaron nuestros labios.

Tentando a mi suerte, me decido hablarle de nuevo.

—¡OYE! —le grito para que me escuche, sacudiendo la mano desde la ventana del segundo piso donde me encuentro—. ¡BRUJITA!

Cuando la veo apretar las manos alrededor del manubrio de su bicicleta y detenerse, sé que me ha escuchado. Durante tres segundos lo único que puedo pensar es que ella me ignorará y que el momento de antenoche será justo lo que ella dijo, un error que no planea cometer de nuevo.

La observo soltar una mano del manubrio y pasársela por la cabeza, donde su cabello color avellana está recogido en una alta cola de caballo. Me parece que suspira, y, cuando sé que está a punto de voltear para encararme, no puedo evitar sonreír.

Vamos, Brujita, no me falles.

La mirada iracunda que me lanza hace que mi sonrisa se ensanche. Por idiota que suene, extrañaba esto. Con ella ignorándome todo el tiempo los días aquí se estaban volviendo demasiado monótonos. Y la monotonía me lleva a tener pensamientos profundos sobre la vida y sobre cualquier mierda en la que no quiero pensar. Como mi familia disfuncional, por ejemplo.

—¡Llámame brujita de nuevo y subiré a patearte las bolas!

—¿Serías capaz de atentar nuevamente contra la vida? —respondo con diversión, escaneándola con la mirada—. ¡Sabrá Dios a cuántos de mis hijos mataste la última vez con esa patada!

Alcanzo a ver que rueda los ojos y niega con la cabeza.

—¡El mundo me agradecería si los genes Adams desaparecieran de la faz de la tierra! —grita de vuelta—. ¡Quizá hasta me harían un monumento por mi noble servicio a la humanidad!

Enarco una ceja y abro la boca, fingiendo estar ofendido, mientras la señalo con el dedo.

—Cuidado con lo que dices, brujita. ¡Nunca sabes cuando estarás rogando por tener mis genes en tus bebés!

—¡Ni en tus mejores sueños, Matthew Adams!

—¡En los míos no, cariño, en los tuyos!

Me enseña el dedo corazón, haciéndome reír, y termina por subirse a su bicicleta para marcharse. Estoy preguntándome a dónde es que va todos los días, porque parece ser un misterio para todos en esta casa, y se me ocurre que quizás ese trabajo de verano suyo es alguna clase de pretexto para encontrarse con Ryan Neill. ¡Oh, mierda! ¿Estará saliendo con él? Digo, a juzgar por la vez que los vi juntos, eso podría ser algo posible.

Suspiro, sabiendo que preguntarle no es una opción porque seguramente correré con la misma suerte que cuando pensé en voz alta que estaba acostándose con el bibliotecario de Westwood.

Me vuelvo hacia el interior cuando escucho que golpean la puerta, cierro la ventana rápidamente, dándole un último vistazo a la brujita que se va, y me dispongo a atender a Luke. Obviamente es él, ya que somos los únicos dos que quedamos en la casa para estas horas. Grace debe estar en Alexandria, atendiendo su florería, mientras que su esposo Isaiah probablemente se encuentra en alguna de las haciendas donde trabaja como veterinario.

—Entrenador —digo con un asentimiento cuando lo encuentro al abrir la puerta.

Él se pasa una mano por la barbilla donde hay una corta barba, suspirando.

—Ya te dije que puedes llamarme Luke —insiste, a lo que asiento en respuesta. Sus ojos claros parecen algo cansados—. Vine a recordarte que los lunes descansamos. ¿Bien? Puedes salir y conocer el pueblo y los alrededores, si quieres. Hay un autobús que pasa cada media hora por aquí en el que puedes ir al centro. O bien puedes tomar una de las bicicletas que tenemos en casa. Creo que hay una por el granero.

—Suena bien —asiento—. Creo que podría hacerlo.

—Yo iré a Murfreesboro —anuncia—. Si necesitas cualquier cosa puedes llamarme. ¿Vale?

Le enseño el pulgar en alto y una sonrisa de labios unidos mientras asiento.

—Nos vemos en la cena.

Asiento nuevamente y él se marcha.

Cierro la puerta y voy directo a la cama. Me tiro allí, con la vista clavada en el cielo lleno de nubes que está pintado en el techo, preguntándome quién lo habrá hecho.

Estoy a punto de quedarme dormido cuando mi celular suena. Me temo que sea otro whatsapp pornográfico de papá, así que lo reviso con cierta renuencia. Cuando veo que en realidad se trata de Axl, lo abro enseguida.

Axl: Es oficial, mis padres están divorciados.

Yo: Estás bien?

Axl: Es... mierda, demasiado extraño.

Yo: Tiene sus ventajas...

Axl: Cómo cuales? Solo sé que el hecho de que mamá siga pensando que no debo estar con Shay porque su mamá le "robó" a papá apesta. Puto drama de telenovela. Ellos ni siquiera están juntos... creo.

Yo: Tu madre lo superará. Y claro que hay ventajas, imbécil. Recibirás regalos dobles en tu cumpleaños y en navidad!!!

Axl: jajajaja uf, mi sueño dorado se cumple. ¡Idiota! Qué tal todo por Auburntown?

Yo: Bien. Ayer jugamos... Fue un buen partido. Lo malo? Wilson no me deja amar libremente al viejo Jack. Me tiene en abstinencia!

Axl: Tu trasero borracho lo merece. Es muy raro estar con él y su familia?

Yo: Lo único raro es que Alexis Howe (si, la misma compañera de dormitorio de Reese) es su puta sobrina. Ja! A que te he sorprendido?

Axl: Mierda!!!!!

Yo: Lo mismo pensé.

Axl: Oí decir a Shay que no es desagradable...

Yo: Supongo. Pero el hecho de lanzarme a su cabra loca a la primera oportunidad tampoco la hace tan agradable...

Axl: jajajajaja épico! Ojalá hubiese visto eso! Creo que ya quiero a esa chica!

Durante al menos media hora más, continuo intercambiando textos con Axl. Hablar con él me hace relajarme y olvidarme completamente de papá y de mi creciente deseo de no acabar como él.

Jodida Zoey Daniels que juró que exactamente es como terminaré.

***

Hacia las cuatro de la tarde es cuando decido salir a dar un paseo. Me he duchado y estoy vistiendo pantalones de mezclilla, tenis y una camiseta de algodón gris que resulta bastante fresca para el clima cálido de Auburntown.

Me guardo las llaves de la casa —un duplicado que me dio Luke— en el bolsillo mientras me encamino hacia la vía donde pasa el transporte público. Por mucho que me guste la idea de ir en bicicleta, creo que lo más conveniente para mi primer paseo es ir a lo seguro en el autobús.

Unos quince minutos más tarde veo el viejo y traqueteante camión. Me recuerda a los buses escolares, solo que este no es de color amarillo, sino que de un sucio blanco.

El chofer se detiene frente a mí y abre las puertas. Me doy cuenta de que él en realidad es una ella. Una voluminosa mujer de unos treinta años, de piel muy blanca y cabello rojizo que está masticando un chicle de forma poco femenina.

—Adelante, bombón —me guiña un ojo al tiempo que una bomba de chicle revienta en su boca.

Niego con la cabeza, riendo, mientras saco un billete de mi cartera y se lo tiendo.

—Aquí tienes, guapa —le digo con coquetería, siguiéndole el juego.

Ella es como graciosa. Decido, automáticamente, que me agrada.

—Guárdalo para ti, muñeco.

—Insisto...

Vuelvo a tenderle el billete y ella niega.

—Mejor invítame un helado más tarde —me sonríe, sus gruesos labios están coloreados por un intenso lápiz labial rosa.

—Tú ganas —le doy un guiño y ella ríe.

—Anda, toma asiento, bombón —hace un gesto hacia atrás con la cabeza, donde varias filas de asientos vacíos me esperan.

Me siento en la primera fila y ella hace que las puertas se cierren para poner en marcha el autobús.

—No eres de por aquí, ¿o sí? —me pregunta, alzando la voz para hacerse oír sobre el ruido del camión—. Te vi ayer en el partido. Déjame decirte que tienes un trasero delicioso que luce increíble en esos pantalones ajustados de pelotero.

Inevitablemente me atraganto con la risa al escucharla hablar.

¡Qué mujer! Definitivamente me agrada.

—Mi trasero opina que tienes muy buen ojo —le digo, riendo—. ¿Cómo te llamas, mujer de increíbles gustos?

—Daisy, muñeco.

—Encantador como la dueña —le respondo y ella me manda un beso soplado a través del espejo retrovisor mientras ríe.

Cuando llegamos al centro del poblado es mi momento para despedirme de la agradable y coqueta Daisy.

—¡Hasta más tarde, Daisy! —me despido, dándole la espalda para bajar por la puerta delantera.

No he dado ni un paso cuando siento su mano apretando mi trasero y mis ojos se abren como platos.

—Tan perfectas como se ven —dice con un ronroneo, echo una mirada por encima de mi hombro y me encuentro con ella mirándome divertida—. ¡Han tentado a Daisy, bombón!

Cuando libera mi nalga, bajo dando dos saltos hasta caer en la acera. Daisy sigue su camino y yo no tardo mucho en escuchar una estruendosa risa a mi lado.

—Ya conociste a Daisy, ¿eh? —dice el chico moreno que está parado junto a mí. Lo recuerdo de los entrenamientos de la semana pasada y el partido del sábado, es el que jugó en primera base.

—Ella es... increíble —murmuro, y él se echa a reír.

—Increíble es poco, muchacho —me dice, pronunciando la última palabra en lo que me parecer ser español.

—Ni que lo digas... Eh, ¿cuál era tu nombre?

—Adrián Rodríguez para servirte, mi hermano.

Él me tiende la mano y yo se la estrecho.

—Matthew Adams —me presento también—. ¿Algún lugar que me aconsejes conocer por aquí?

—Estás con el hombre indicado. Sígueme.

Se ríe y me echa una mano en los hombros con camaradería.

Realmente no hay muchos lugares para ver en Auburntown, pero en definitiva paso un rato agradable con Adrián y sus amigos mientras jugamos al billar en el mesón que atiende su familia. Nuevamente Jack Daniel's está lejos de reunirse conmigo. La madre de Adrián, una guapa mujer latina que habla a la velocidad de la luz mientras combina frases en inglés y en español, tiene el mismo pensamiento que Luke Wilson: no alcohol para deportistas.

Pasadas varias horas, me despido de Adrián y de los otros para volver a casa de los Howe a tiempo para la cena. Camino hacia el paradero de buses con las manos en los bolsillos, apreciando el tranquilo panorama de la vida en el pueblo.

Estoy riendo solo mientras pienso en Daisy, Adrián y los demás que he conocido el día de hoy cuando la imagen de una familia perfecta saliendo de la tienda de helados se roba toda mi atención.

Mierda.

Es la brujita cara de bebé. Quiero decir, Alexis.

Mierda.

Está con Ryan Neill y ambos llevan a una niña de unos cuatro o cinco años que está riendo mientras él la carga en sus hombros.

Más mierda.

Ella está sonriendo con ternura mientras lo ve. Ya sabes, como la clase de sonrisa que tienen esas mamás orgullosas de sus hijos y esposos en las películas.

¡¿Qué demonios?!

Parpadeo, tratando de aclararme la visión para comprobar que no ha sido solo mi imaginación. Ryan le dice algo a la niña que la hace chillar de alegría mientras se dirigen a su pickup roja. Él está ayudando a la pequeña a subir mientras que Alexis está observándolos con alegría.

Y entonces pasa, ella, por casualidad o qué se yo, dirige su mirada a la mía. Cuando sus ojos verdes se encuentran con los míos, su rostro pierde color y el cono de helado que lleva en la mano se le cae a los pies.

Joder, no sé quien de los dos está más sorprendido.


____________

N/A:

Ojalá que les haya gustado el capítulo, Saltamontes bellas! ñ.ñ

No olviden votar y comentar C:

Les recuerdo que tengo una página de Facebook donde luego subo cosas interesantes. Se las dejaré en el primer comentario para que puedan acceder a ella :)

{ACTUALIZACIÓN}

Niam del futuro viene de nuevo a hacer una dedicatoria en este capítulo, en este caso es para Maria <3 Bueno querida, tal vez no es lo que esperabas, pero espero que esto te haga un poco feliz de todos modos <3 Me alegra que ames  esta historia <3  Muchos cariños para ti *-* 

Abrazos de oso para todas <3

PD: Foto para ilustrar el  momento en que  Daisy se sabrosea a Matt jajajajaja XD 


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