Cuando habla el Corazón 2 (ch...

Por Saku_Mayu

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Después de haber creido que lo había perdido todo, Julian comprende que algunas veces seguir con vida, aferra... Más

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36

Capitulo 12

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Por Saku_Mayu

Julian volvió a suspirar una vez más y dejó caer la tostada reblandecida que había mojado en la leche y que no había llegado a llevarse a la boca.

Por suerte aquella mañana su madre había salido de compras con su tía y Julian no había tenido que fingir su sonriente expresión y su actitud de todo va perfectamente. Se había podido evadir un poco en cuanto las dos mujeres habían salido de la casa y había corrido al baño, asegurándose que las quemaduras habían desaparecido prácticamente en su totalidad.

No había vuelto a casa de Kei y eso le estaba matando, pero necesitaba dejar un espacio de tiempo en el que el chico rubio no le acompañara a las sesiones con la psicóloga. De hecho, lo que necesitaba era que le dieran por recuperado y no volver a verla. Sabía —y lo sabía muy bien y de sobra—, que aquella mujer conocía tan bien como él lo que había pasado en Rusia y que la presencia de kei sólo la animaba a creer que él podría mejorarse si hablaban de ello y hablar de ello significaba que Kei podía enterarse de la verdad y eso... ¿eso qué? ¿Kei lo mataría?

Julian dejó la tostada sobre la mesa y apartó el tazón de leche, sin ganas de comer. Al menos en ese momento no tenía que fingir que tenía hambre, pero también le dejaba demasiado tiempo libre para pensar y mientras lo hacía, podía notar como se intensificaba el dolor y el miedo. No temía a Kei ni que pudiera matarlo si llegaba a enterarse; en realidad casi lo consideraría un alivio si llegaba a suceder antes de enfrentarse a su odio o su desprecio, a la decepción plasmada en su rostro. Kevin le había dicho que Kei lo quería, que los hubiera sacrificado a todos ellos por mantenerlo a él seguro, para protegerlo y hubiera dado su vida, pero, ¿qué había hecho él en cambio? No sólo le había puesto en una situación peligrosa, tanto para él como para todos sus amigos y familiares; muchos habían muerto, Nathan desaparecido y todos temían que se encontrase en las garras de Alexander, incluso Rykou había quedado ciego de un ojo y quien sabía qué harían perdido muchos de ellos, y por quienes Kei guardaba una sombra en su corazón, sino que había conducido conscientemente a Alexander, la persona que tanto daño le había hecho a Kei en el pasado y cuyas heridas jamás habían cicatrizado, ante él, desprevenido y sintiéndose seguro...

—Basta.

Julian apartó de un manotazo la vajilla que tenía delante de él, derramando parte de la leche en el mantel y trató de encontrar el aire para respirar.

—Basta, basta, basta.

Se apartó de la mesa, levantándose y se apoyó en la pared. ¿Por qué tenía que haber sido así? ¿Por qué? Respiró varias veces, tratando de relajarse y miró el desastre de la mesa unos minutos mientras trataba con todas sus fuerzas de no buscar algo para hacerse daño y aliviar el dolor que sentía en el pecho. Cerró los ojos y cuando los volvió a abrir, se apartó de la pared, acercándose a buscar un trapo y la basura y limpiar la mesa antes de que su madre apareciera y viera todo ese desastre.

Necesitaba distraerse.

Necesitaba ver a Kei.

Realmente sólo necesitaba ver a Kei.

Pese a que ver a Kei era una tortura, estar a su lado era de alguna manera sedante. Eran sus fuerzas, sus ganas de continuar adelante por muy duro que eso le resultara y aunque pareciera increíble, el dolor y la ansiedad disminuían. O, posiblemente, no tenía tanto tiempo para pensar. Al menos no pensar en eso.

Terminó de limpiar la mesa y se preparó para ir al gimnasio. Llevaba días que no le apetecía ir, pero también le ayudaba a pensar en otra cosa.

—Julian.

Henry se apresuró a acercarse en cuanto abrió la puerta del gimnasio y Julian le dedicó una tímida sonrisa mientras se alejaba a los vestuarios.

—Un rato —murmuró, agradeciendo que los vestuarios estuvieran vacíos mientras buscaba los ánimos para cambiarse de ropa.

Su madre le había comprado unos pantalones cortos deportivos y una camiseta que aseguraba era antitranspirante. Julian la agarró entre las manos y comenzó a desnudarse, repitiéndose que sólo era un rato y después volvería a echar un rápido al apartamento de kei, de lejos, eso sí, para no ser visto.

—Igual hasta se ha olvidado ya de que existo —musitó descorazonadoramente.

Tal vez eso no, pero seguramente ni siquiera pensaría qué había pasado para que no volviera...

—¡Chiquitin!

Julian no tuvo la oportunidad de reaccionar. Nada más salió de los vestuarios, sintió como unos brazos se le echaban al cuello y una mejilla se frotaba con la suya tan fuerte que comenzaba a hacer daño.

—¿O... Oshi?

Tras el cuerpo del pelirrojo podía distinguir al resto de los personajes conocidos del gimnasio, todos ellos los miraban entre la sorpresa y la confusión. Henry, prácticamente en frente, lo miró fijamente unos instantes antes de desviar la cabeza en lo que a Julian le pareció una actitud molesta.

—¡Eres malo! —gritó Oshi, aún sin soltarlo ni dejar de frotar su mejilla—.Te he echado tanto de menos... —De pronto lo apartó bruscamente, agarrándolo por los hombros y tirando de su cuerpo hacia atrás. Los ojos del pelirrojo se habían entrecerrado y lo miraban acusatorios. Julian se encogió involuntariamente—. ¡Al final será verdad que me estás engañando con otro!

Julian abrió mucho los ojos y miró horrorizado a Oshi que parecía ajeno a todos los que se encontraban en el gimnasio y posiblemente comenzaban a hacerse una idea errónea de lo que estaba ocurriendo.

—Oshi, déjame.

Intentó moverlo, apartando sus manos.

—¡Vas a abandonarme! ¡Por eso no has venido a verme en tanto tiempo! ¿Pensaste en mi dolor?

—¡Oshi!

—Oye, déjalo, quiere que lo sueltes.

Henry agarró uno de las muñecas de Oshi y Julian sintió un espasmo de terror cuando el pelirrojo ladeó la cabeza hacia su compañero y le lanzó una peligrosa mirada. Vistos desde esa perspectiva, Henry era mucho más corpulento que Oshi que tenía n cuerpo que se entendía como delgado, aunque no esmirriado como el suyo, pero Julian no dudaba quien iba a ganar si terminaba habiendo una pelea entre los dos.

—Oooh —soltó Oshi en cambio, sin soltarlo y sin hacer ninguna observación sobre la mano que agarraba su muñeca y pasó una brillante y divertida mirada de Henry a él—. Ya veo. El amigo —arrastró la palabra amigo de una manera significativa y Julian lo miró suplicante—. Ya veo, ya veo.

—Te está molestando, ¿verdad, Julian?

Julian miró a Henry y trató de sonreir, apartándose de los dos ahora que Oshi, demasiado interesado en su nuevo entretenimiento, había aflojado la presión de las manos sobre sus hombros.

—Es...un amigo —dijo respirando con fuerza mientras echaba un nuevo vistazo a Oshi y revisaba más atentamente el gimnasio, sintiendo un brote de ansiedad de pronto—, Oshi, ¿has venido solo?

—Ajá —El pelirrojo sonrió burlón y se llevó una mano a la barbilla, mirando a Henry todo el rato—. Ahí está —miró de arriba abajo a Henry y sacudió la cabeza—. No te lo tomes a mal, chico, pero no estás a la altura, claro que posiblemente seas más amable, pero por ese detalle, cualquiera sería más amable, no hay que buscar mucho —sacudió la mano frente a la cara de Henry que miraba a Oshi entre la confusión y la rabia—. Además, tiene un fetiche extremista por...

—¡Oshi! ¿Has venido solo o no? —gritó Julian espantado, poniéndose entre el pelirrojo y Henry.

—¿Qué haces, Julian? Estaba amistándome con tu nuevo amigo.

—¿Estás solo? —insistió Julian, ignorándolo.

Oshi lo miró unos segundos y luego puso una expresión exagerada de aflicción.

—Le dije que viniera conmigo —sollozó—, hasta le dije que podíamos ir en conjunto con un nuevo modelo de chándal rojo que vi el otro día en un escaparate... muy fashion, vaya que sí, pero,¿te lo puedes creer? ¡El muy rancio me dijo que me metiera mis tonterías por donde me entraran —Esta vez puso cara de sorpresa—, ¿te lo puedes creer?

—Oshi...

—Ya, ya.

—Oshi —Julian se estremeció al oír la inconfundible voz de Kei a su espalda—, creo que fui lo suficientemente claro cuando dije que no lo molestásemos, ¿verdad?

Julian tomó aire y se giró. Kei también lo miró, moviendo los oscuros ojos en su dirección y manteniendo su fría expresión. Vestía con un traje oscuro y una corbata color teja. Su presencia era avasalladora, más imponente que nunca y Julian notó el incómodo movimiento a su alrededor por todo el gimnasio. Incluso notó como Henry se ponía completamente derecho, pero Julian no se giró a mirarlo. Sus ojos se desviaron despacio hacia los dos figuras que seguían a Kei de cerca. Yami y Rykou, ambos con trajes igual de sobrios y expresiones sombrías.

—Supongo que es hora de cambiarme.

Julian miró de reojo a Oshi. El pelirrojo había cambiado de actitud y se había puesto completamente serio. Consultó su reloj e hizo una mueca de disgusto antes de adelantarse hasta donde se encontraba Kei y le hizo una profunda reverencia, agachando durante varios segundos la cabeza y parte de la espalda.

—Lo siento —se disculpó en un hilo de voz.

Kei no respondió y salió del gimnasio de la misma manera que había entrado, dejando tras de sí una conmoción general. Rykou dejó que el chico rubio se le adelantara junto a Yami y esperó a que se fueran para volverse hacia Oshi que seguía inclinado.

—Si quieres seguir haciendo payasadas, adelante, pero al menos mantén encendido el móvil para evitar este bochornoso momento.

Oshi no respondió y mantuvo la cabeza inclinada hasta que todos volvieron a salir y Julian se apresuró a ponerse a su lado. Aquella actitud, la forma de comportarse y como vestían le daba miedo y Julian no era capaz de salir y enfrentarse correctamente a Kei.

—¿Oshi?

El pelirrojo levantó la cabeza y lo miró.

—Metí la pata, pero tenía taaaanta curiosidad.

—¿Qué es lo que pasa? Kei y los demás están —¿Raros? No era exactamente la palabra y Julian sospechaba la posibilidad de lo que estaba ocurriendo.

—Nos estamos reagrupando.

—¿Reagrupando?

Oshi echó a andar hacia la puerta y Julian lo siguió, corriendo para alcanzarle.

—¡Julian! —escuchó que lo llamaba Henry, pero Julian no se detuvo, movió la puerta del gimnasio y salió a la calle, sorprendiéndose de encontrar a Isi apoyado en la pared. Tenía varios moratones pero era imposible saber como se encontraba realmente y Julian agradeció con remordimientos que le sonriera al verlo

—¿Qué tal te va, Julian?

Julian respondió con un cabeceo y buscó a Kei entre todas las personas que se encontraban allí reunidas, sintiendo como crecía la ansiedad, ignorando la manera que evitaban las personas pasar por esa calle de pronto y la manera con la que miraban a todos los reunidos sin disminuir el paso desde la otra acerca y vio al chico rubio cerca del final de la calle, frente a uno de los coches mal aparcados frente a la acera. Estaba reunido con dos japoneses que no conocía y se apresuró a caminar hacia en el momento que salía alguien del coche y Julian se detuvo de golpe, notando como entraba en pánico y se agarró a la farola para sostenerse y no caer desfallecido al suelo.

Pese a la distancia y que tenía parte del rostro de un tono rojizo, cubierto por pequeños apósitos y se ayudaba a caminar cojeando con una muleta, Julian reconoció a Kevin, la última persona que lo había visto antes de salir de Rusia, quien conocía su secreto y quien, posiblemente, era la persona que antes podría destruirle.

Julian se dio cuenta que había comenzado a traspirar y se apretó con fuerza las uñas en la piel de la palma de la mano, deseando que el pequeño alivio del dolor le ayudara a reaccionar.

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Uah, necesito tiempo para reeditar y corregir los libros :s en fin, es el problema de escribir corriendo y sin muchas ganas. Necesito tiempo!!!!! Aún así muchas gracias por leer, votos y comentarios y no olvidéis que iré subiendo en Factbook ciertas noticias, cambios de libros, portadas... https://www.facebook.com/pages/Mayura/294130544045735

Link en perfil ^^

Y este capitulo quiero dedicarselo a ciertas chicas (ggH_Ela, Trizy y otra que no sé su nombre) por ese maravilloso cosplay de los personajes de la novela y esa manera de alegrarme el día. ^^ Muchas gracias!

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