Ma belle•Charles Leclerc (LIB...

By _byalma

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Nuevos lazos y comienzos, oportunidades y sorpresas... ¿Qué les deparará la vida a Allegra Wolff y a Charles... More

Introducción + Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI ♡
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII

Capítulo XIII

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By _byalma

170 estrellitas + 45 comentarios para continuación de la historia ⭐

🗓️15 de abril de 2025
📍Florida (Miami)

-¿¡Me puedes explicar que diablos se te estaba pasando por la cabeza, Allegra!? - exclamó el británico, llevándose las manos a la cabeza.

-Mason, por favor... Siéntate, hablemos las cosas con algo de tranquilidad... - rogué desesperada, intentando tocar al que todavía era mi marido, el cual se apartaba de mí, evitando hasta el más mínimo roce con mi piel.

-¿¡Que me calme!? ¡Has besado a tu ex-pareja múltiples veces estando casada conmigo! Y, por si no fuera poco, ¡me lo has estado ocultando durante todo este tiempo! - pequeñas gotas de saliva salían de su boca conforme su enfado se dejaba notar en la connotación de sus palabras cargadas de furia, enfado y decepción.

Agaché la mirada, el sentimiento de culpabilidad haciendo eco en mi interior, logrando arrebatarme hasta el último ápice de dignidad y decencia de mi cuerpo.

-¡Mírame a los ojos, Allegra! - ordenó el castaño, dando un fuerte golpe sobre la mesa de madera que se encontraba a su derecha.

El estruendo del mueble impactando contra su mano logró sobresaltarme. De un pequeño respingón, llevé mis manos a mi pecho, angustiada y asustada, sabiendo que sus emociones estaban tomando control y posesión de él.

Tomando una gran bocanada de aire, el británico levantó la mirada y me observó con ojos atiborrados de lágrimas.

-Lo he dado todo por ti, por Charlie... Estuve ahí cuando Charles te dejó hecha pedazos; cuando estabas en el suelo, llorando, temblando y teniendo un ataque de pánico, yo estaba ahí, ¡YO ALLEGRA! ¡NO ÉL! - exclamó frustrado, sin saber como gestionar sus propias emociones.

-Lo sé, Mason. Sé que fuiste tú el que estuvo ahí, créeme cuando te digo que lo sé y que jamás podré devolverte lo que hayas hecho por mí, jamás habrán acciones suficientes que yo pueda hacer para darte todo lo que mereces por haberme cuidado a mí y a Charlie, haberla adoptado y criado como si fuese tu propia hija pero, ¡por el amor de Dios, Mason! ¡Yo no controlo mis sentimientos! - sollocé mientras que, con el corazón en la mano, dejaba que las palabras saliesen disparadas como dardos, impactando contra el corazón de un hombre que estaba frente a mí.

-¡Pero podías controlar donde ponías tu boca! ¡Maldita sea, Allegra! ¡Podías haberte separado y evitar ese dichoso beso pero no lo hiciste porque eres tan boba y ciega que sigues enamorada de él a pesar de todo lo que te hizo a ti y a tu propia hija! - y así como pensé que mis palabras serían dañinas, las suyas lo fueron más.

El resonar de su grito se hizo eco por toda la habitación, la cual, después de eso, quedó completamente en silencio, manteniendo viva una tensión que estaba a punto de consumirnos a ambos.

-¡Yo no estoy enamorada de Charles! - a la defensiva, mi respuesta hizo que el británico soltase una risilla llena de mofo y burla mientras hacía gestos con sus manos.

-Lo dice la propia mujer que hace menos de dos días se estaba besando con el mismo hombre al que le sobró tiempo para bajarse la bragueta del pantalón y follarse a otra cuando aún estaba contigo, pero que te voy a contar yo de los cuernos y las infidelidades, ¿verdad, Allegra? Estoy seguro de que si hablo con George sobre esto coincidirá conmigo en la opinión de que no eres más que una niñata llena de complejos que busca amor en el primer hombre que logre arrebatarle un par de gemidos solo para sentirse mínimamente querida - con una sonrisa fingida y llena de maldad, Mason tuvo la valentía o, más bien, la imprudencia de pronunciar aquellas palabras que serían la gota que colmaría el vaso.

En un impulso incontrolable, mi mano salió disparada hacia su mejilla, dándole una bofetada que resonó entre las cuatro paredes en las que nos encontrábamos.

-Desde luego que cometí un error al hacerle eso a George pero no eres el más indicado para hablar teniendo en cuenta que fuiste tú el que convenció a Alexandra para aceptar el trabajo de Vasseur y alejar a Charles de mí - al escuchar eso, su rostro mostró un sentimiento de circunstancia, sorprendido y, a la vez, algo asustado.

-No sé de qué me estas hablando, Allegra. Estás loca - recriminó el británico, dando un paso hacia atrás que delataba su nerviosismo.

-¿Crees que soy estúpida, Mason? ¿En serio creías que con el historial que tengo con Frédéric Vasseur no iba a tener cuidado con su entorno y las personas que trabajan para él? Desde el primer momento supe que Alexandra era un peón más en el estúpido intento de Vasseur de separarme de Charles. Lo que no sabía a ciencia cierta era si tu estabas en medio o no pero me quedó muy claro cuando te ví reunido "clandestinamente" con él y Alexandra en Japón justo después de que yo ganase el mundial - en un tono firme, confesé todo aquello que sabía desde hacían más de dos años.

La cara del castaño empalideció tras escucharme y su mirada cayó al suelo, al igual que sus brazos, los cuales descansaron sobre la mesa que estaba frente a él.

-No iba a dejar que Charles ganase, no otra vez - musitó Mason, entre dientes. Su expresión corporal y facial hemanaban emociones tan fuertes y negativas como la rabia o el odio.

-¿A qué te refieres? - me crucé de brazos y fruncí el ceño, buscando la verdad detrás de esa alegación.

-¿Recuerdas a esa chica por la que Charles y yo nos peleamos y terminamos enfadados? - me miró con ojos sombríos y fríos, manteniendo las distancias entre nosotros.

-¿Giada? ¿Qué tiene ella que ver en todo esto? - la imagen de aquella rubia se pasaba por mi cabeza, intentando encajarla en el enrevesado puzzle del macabro plan ideado por Frédéric Vasseur desde hacía años.

-¡Ella tiene que ver con todo esto! - gritó enfurecido, volviendo a golpear la mesa como lo había hecho anteriormente.

A diferencia de hacían apenas unos minutos, esta vez no me sobresalté,mi semblante se mantuvo serio, sin mostrar ningún tipo de emoción, esperando a que el británico siguiese con su testimonio.

-Giada y yo estuvimos juntos cuando Charles nos vió besándonos. Todo era perfecto, estuvimos meses siendo la pareja ideal hasta que, un día, ese maldito idiota volvió a aparecer. Estábamos en Mónaco cuando ella lo vió. Esa misma noche, al llegar al llegar a casa, me confesó que no había logrado superar a Charles y que, en realidad, siempre lo había querido a él, que solo había aceptado salir conmigo porque él no le hablaba y ella necesitaba olvidarlo y evitar los sentimientos que tenía por ese imbécil... - murmuró, apretando sus puños a ambos lados de su cuerpo.

-¿Y que tengo yo que ver en todo eso, Mason? ¡Yo no soy Giada! - exclamé, claramente molesta.

-¡Pero eres la venganza perfecta! ¡Él te ama como jamás amó a nadie! - a gritos, su respuesta logró tomarme por sorpresa una vez más y, al notar mi silencio, prosiguió hablando - ¡él me arrebató a la mujer que yo amaba y yo hice lo mismo! Es lo mínimo que se merecía, Charles es un ser despreciable.

-¡No! ¡Tú lo eres! No sé que se me pasaba por la cabeza al dejar que entrases a mi vida. Estás loco, Mason, y por el bien de tu carrera futbolística espero que no te vuelvas acercar ni a mí, ni a Charlie, ni a nadie que me importe. Ni siquiera a Charles - dije mirándolo a los ojos, su mirada posada sobre la mía.

-¿Me estás amenazando, Allegra? - preguntó el británico, pensando que yo era incapaz de hacer tal cosa.

-Es justo lo que estoy haciendo porque dudo que quieras que se sepa que el querido Mason Mount estuvo involucrado en el accidente que sufrí en Singapur en el año 2022 - sin dedicarle ni una sola palabra, ni un solo aliento más al asunto, recogí mi bolso y mi teléfono y me dispuse a salir de esa habitación de hotel en el que se alojaba el que se acababa de convertir en un enemigo más en un campo lleno de minas.

-¡Si sales por esa puerta se acabó! ¡Dejaré de protegeros a ti y a Charlie de los planes de Vasseur! - en un vago intento de convencerme, el castaño logró arrebatarme una última carcajada.

-Eres un ingenuo si crees que seguimos siendo pareja. En cuanto salga por esa puerta no serás más que la misma basura de la que están hechos Vasseur y Alexandra - tan llena de rabia como de orgullo, agarré el pomo de la puerta y la abrí, yéndome sin mirar atrás, con la cabeza suficientemente alta como para no sentir miedo por las posibles represalias de esa intensa conversación que acababa de mantener con el que, a partir de ese momento, era, oficialmente, mi ex-marido.

ᴛɪᴍᴇ sᴋɪᴘs
          ʟᴀᴛᴇʀ, ɴɪɢʜᴛ...     ↵

-¡Muy bien, así se hace! ¡Bienvenida al club de las solteras de nuevo, bébé! - celebró de manera entusiasta Emma, dando pequeños saltitos de emoción.

-Estará soltera por poco tiempo teniendo en cuenta que Charles irá a la fiesta - agregó Sienna, mirándome con cierta diversión.

-Cierra el hocico, Sienna. Te recuerdo que fuiste tú quien le comió la boca a Verstappen hace, apenas, un par de días - sonreí burlona y le dí un pequeño golpe en el hombro.

-Un error lo comete cualquiera - la pelinegra rodó los ojos y me devolvió esa pequeña palmada.

-A ver, a ver, para que yo me ubique. ¿Tengo a un esquizofrénico trabajando en mi scuderia? - interactuando por primera vez en toda la conversación en la que estaba poniendo al día a mis amigas de lo sucedido con Mason hacían, apenas, algunas horas, la italiana, Venecia, se dignó a hablar.

-Básicamente - me encogí de hombros, restándole importancia.

-Es todo un consuelo... - murmuró la directora ejecutiva de Ferrari de manera sarcástica, logrando arrebatarnos un par de carcajadas a cada una.

-Bueno, ¡basta de hablar de dramas y cotilleos! Allegra y Sienna han hecho podio otra vez y Lando ha ganado su primera carrera, aquí en Miami, así que dejemos de lado todos los problemas y preparémonos para una noche inolvidable - agregó la francesa, sonriendo ampliamente, claramente emocionada ante la idea de la idílica noche que estaba por venir.

-Dijo la fotógrafa que se va a líar con el piloto de Aston Martin en cuanto pueda - susurré al oído de Sienna, haciéndola reír.

-¡Te he oído, Allegra Lilith Wolff! - recriminó Emma, cruzándose de brazos, contribuyendo a la tarea que estábamos llevando a cabo mi compañera de equipo y yo al reírnos de ella y su interés amoroso en el piloto español.

-Vosotras no os riaís tanto que en cuanto nos descuidemos un poco, ambas estaréis en una esquina con Verstappen y Leclerc, respectivamente - dijo la italiana, a lo que la francesa sacó la lengua a modo de burla tras la defensa de su amiga.

-Oh, cállate, no creas que no vimos como el otro día le metías la lengua hasta la campanilla a Lando - recriminó la británica, mirando a nuestra amiga con el ceño ligeramente fruncido.

Viendo como ambas estaban a punto de entrar en una disputa, decidí intervenir, parándoles los piés.

-¡Bien, basta de peleas! Hay una fiesta que nos espera así que dejar de pelearos por el interés de esta noche de cada una y recoger vuestras cosas porque, bebés, esta noche es nuestra - dije mirándolas a las tres con una sonrisa de lado a lado.

Todas asintieron, contentas y animadas ante la imagen de lo que estaba por suceder esa noche en uno de los mejores sitios de Estados Unidos, Miami.

El trayecto del hotel al local donde se celebraba la fiesta era relativamente corto y, para cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos dentro del club, analizando la cantidad de gente, colores y estruendosos pero, a la vez, satisfactorios, ruidos que habían a nuestro alrededor.

-¡Vaya, vaya! ¡Mirad quienes han llegado! ¡Pero si son las reinas de la Fórmula 1! - exclamó Ricciardo, dándonos una vuelta a cada una, mostrando nuestros atuendos elegidos para esa noche de celebración, dando un pequeño silbido a modo de broma.

Como era de esperar, tras saludar a todos nuestros conocidos, cada una de nosotras tomó un rumbo diferente, yéndose a un lado u otro de la discoteca conforme sus intereses propios.

Todos entendemos a lo que me refiero...

-Déjame decirte que estás aún más guapa cuando sales del traje de piloto y estás dentro de un vestido - una voz muy conocida detrás de mí, logró que una pequeña sonrisa boba se escapase de mis labios.

-Deberías dejar de aparecer siempre detrás de mí, empiezas a dar miedo, Charles - dije girándome, encontrándome con la imagen del monegasco con su pelo algo alborotado y su camisa blanca con los primeros botones sin abrochar, revelando gran parte de su musculado pecho.

-Es inevitable... Tu es trop précieuse pour ne pas te regarder, ma belle - se excusó el monegasco, mirándome descaradamente, analizando hasta el más mínimo detalle mi persona.

Solté una pequeña carcajada tras entender sus palabras y dí un paso más hacia delante, hacia él.

-Deberías colocarte bien la camiseta, no queremos que ninguna chica se enamore de ti esta noche... - intenté bromear, mirándolo a sus intensos ojos verdes.

-Bueno, solo me importa una chica - imitando mi acción previa, Charles movió sus piés, quedando a escasos centímetros de mí.

Como un recuerdo viviente, su respiración y la mía se mezclaban y nuestras miradas estaban tan conectadas que estaba segura de que, de alguna manera, una corriente eléctrica recorría nuestros cuerpos.

-Me he enterado de que has dejado a Mason... Creo que es momento de celebrar que nuestro plan va sobre ruedas - colocó sus grandes manos a ambos lados de mi cintura y pegó su rostro al mío, tanto que podía notar como sus comisuras rozaban las mías.

-¿Crees que alguien sospecha sobre lo que tenemos entre manos? - murmuré bajito, pasando mis brazos por sus hombros.

-Nah, ellos están convencidos de que van varios pasos por delante de nosotros pero no saben lo que de verdad tenemos en mente... - antes de poder decir algo más, pegó sus labios a los míos, fundiéndonos en un cálido e intenso beso.

La gente creía que Charles y yo no sabíamos nada, que simplemente éramos dos personas ilusas que perderíamos en este juego.

"Lo que no sabían era que nosotros
éramos los dueños del juego y que
nos tocaba mover ficha"

¡Holaaa, holaa! ¿Qué mejor manera que empezar la semana de cumpleaños de vuestra escritora favorita (aka, yo) que daros un capítulo bastante más largo e intenso de lo habitual? 😌

Anyway, los que quieran escena hot de #challe en el siguiente capítulo, que dejen aquí un emoji de fueguito y tita Alma os dará esa escena que tanto queréis. ¿Qué opináis de la reacción de Mason y sus palabras? ¿Qué saben exactamente Allegra y Charles? ¿De que se trata el "plan" que mencionaron?

Si os ha gustado el capítulo ya sabéis que una estrellita, un comentario y un follow siempre ayuda mucho.

¡Por la victoria de ayer de Landito me he comprometido a actualizar este capítulo que acabáis de leer, otro de Serendipia y otro One Shot así que estad muy atentos!

Atte: Alma <3

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