MI DULCE REGALO

Da CrystalCassanova

369K 28K 2.9K

Él es un militar. Ella es una escritora. Él no cree en el amor. Ella escribe sobre hombres amorosos y perfect... Altro

Prólogo
CAST
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
30
Epílogo
Extra 1

29

6.6K 489 72
Da CrystalCassanova

Me lastima extrañarte, pero es un placer amarte.

—Spencer Tae-moo.

Spencer:

   —No he dicho que quiera volver contigo, Emma. Solo quise decirte las palabras que mis labios nunca jamás volverán a mencionar...

   Sus ojos se agrandan por completo y veo como las venas de su cuello se alteran.

   Sí, esta es la última vez que escuchará de mi boca que le digo te amo.

   —¿A qué te refieres, Spencer? —pregunta con el ceño fruncido por preocupación, creo.

   Paso mi lengua por mis labios y luego miro mis pies.

   —Qué no volveré a decirte que te amo... esas palabras no saldrán de mi boca aunque te siga amando con locura hasta que muera.

   Una lágrima se desliza por su mejilla y cae en su blusa.

   Louis, mi pequeño hijo, se mueve un poco en mis brazos, acomodando su cabeza en mi pecho.

    Es tan pequeño, tan indefenso que siento las ganas de protegerlo de todo.

    Miro a Emma de reojo queriendo no incomodarla con mi mirada.

   —Vamos, te llevaré a la habitación. —menciono queriendo romper la incomoda tensión que hay en el aire.

   Pero la tensión no desaparece.

   Ella me sigue mirando fijamente mientras el trazo que hizo la lágrima que se deslizo por su mejilla, sigue ahí.

   Sus ojos están cristalinos y medio rojizos.

   Se ve hermosa cuando esta llorando. Es como si su rostro se transformara en una versión más angelical de lo que ya es. Pero de igual forma, ver su rostro lloroso es como una apuñalada al corazón y más porque yo soy quien la está haciendo llorar.

   De pronto ella deja de mirarme y se aleja de mí, caminando hacia las escaleras. No queriendo hacerla esperar voy detrás de ella, subiendo despacio, con mi hijo dormido en mis brazos.

    Llegamos hacia el pasillo de las habitaciones, así que escojo llevar a Emma a mi habitación. Allí estará más cómoda, tendrá una calefacción correcta para el bebé, corroborando que el ambiente y el aire estén frescos para el bebé.

   Abro mi habitación y empiezo a caminar hacia dentro.

   —Sigue igual, no has movido nada. —murmura Emma tan bajo que apenas puedo escucharla.

    Me giro para ver donde está y la encuentro frente a frente de mi.

   Fijo mis ojos en los de ella y me mata su mirada. Una mirada con tristeza y melancolía, que intenta penetrar la gran barrera que coloqué en mi corazón por si alguna vez ella regresaba.

    —Gracias por... dejarme estar aquí. —menciona ella acercándose a mí, tomándome de sorpresa con un abrazo.

   Como el bebé está del lado izquierdo de mi pecho, ella coloca su cabeza en el derecho.

   Mi corazón.

   Maldición.

   Mi corazón está palpitando demasiado rápido.

   Me tiene abrazado por completo y con su cabeza en mi pecho.

  No puedo moverme.
 
  No puedo abrazarla.

  No puedo permitir que ella me lastime de nuevo.

   No creo que pueda aguantar que ella me lastime o que yo crea que ella quiere volver conmigo cuando no es así. Ya no.

    —Perdóname por haberte abandonado. No tenía la suficiente madurez ni tampoco estaba bien física y mentalmente. —aleja su rostro de mi pecho, levantado su mirada hacia mi, mirándome fijamente.

    Si ella desea que le diga algo, no puedo. No puedo articular ninguna palabra tan cerca de ella.

    —Estar sin ti todo este tiempo mientras tenía a mi bebé sola, fue una tortura. Hubo veces que quise venir para acá y decirte que tenías un hijo, pero no tenía la fuerza suficiente ni tampoco la voluntad para hacerlo.

    Acaricio mi cabello y echo mi cabeza hacia atrás.

   Observo que piensa articular otra palabra e interrumpiendola, la beso.

   La beso como todo este tiempo quise hacerlo.

   Tenerla tan cerca y ver cómo me mira, más las palabras que me acaba de decir, me tienen descolocado.

    Ni siquiera nos besamos por cinco segundos porque de inmediato me separo de ella.

   —Spencer...

   —No, no. Disculpa, no debí de haberlo hecho...

    Mientras menciono esas palabras me alejo de ella, yendo hacia la puerta y cerrandola tras salir.

    Al salir de la habitación, echo mi espalda hacia atrás recostandome de la puerta al mismo tiempo que coloco mi mano en mi pecho, queriendo detener el rápido latido que tiene mi corazón.

   ¿Qué hice?

   ¿Por qué la besé?

   ¿Acaso estoy loco?

   Todo estaba bien y de pronto vengo y la beso.
  
   ¿Qué hago?

    Miro hacia los lados y decido no ir a mi habitación.

   Camino hacia las escaleras y bajo a todo dar hasta llegar a la sala y no detenerme hasta llegar a la puerta principal.

   Cuando abro la puerta, me encuentro a la madre de Elizabeth.

   Estoy sorprendido.

   Ella dijo que vendría mañana. ¿Qué hace aquí?

    —Hola, Spencer. ¿Cuanto tiempo? —pregunta y se abalanza encima de mi cuerpo, abrazándome de repente.

    Rápidamente la aparto de mi cuerpo, a lo que ella responde frunciendo el ceño.

    —¿Quién es ella? —pregunta nuevamente señalando detrás de mí, a lo que me giro y me encuentro a Emma.

    Emma está mirándonos fijamente y viendo su rostro, sé que está vista no le ha gustado ver como la madre de Elizabeth me abraza.

    —Veo que me superaste y estás feliz con otra persona. —dice Emma con una sonrisa triste.

    Ji-Woo, la madre de Elizabeth, cruza sus brazos por encima de su pecho y le sonríe a Emma.

    —¿Esta es tu esposa, Spencer? Se ve muy infeliz. —se burla riéndose fuertemente—. Pareces que no estás haciendo un buen trabajo en la cama. ¿Ya no sabes como hacer que una mujer tenga un orgasmo o que? —me pregunta en forma de burla.

   No me duelen sus palabras. Ya estoy inmune a ellas.

   Acaricio mi cabello y me giro hacia Emma para verla y es allí cuando veo que ella está avanzando hacia donde estoy, por lo que creo, para abalanzarse contra Ji-Woo, mi ex-esposa.

    No dejo que llegue porque me coloco entre las dos.

    —Spencer, no puedes dejar que ella te diga todas esas cosas. Siempre pasas por alto sus ofensas y eso no está bien. —expresa Emma enojada mientras Ji-Woo solamente se ríe detrás de mi.

    —¿Y que vas a hacer? ¿Golpearme? Hazme el favor, niña... —dice Ji-Woo agarrando mi brazo izquierdo y quitándome de enfrente de ella para poder hablar frente a frente con Emma—, Spencer siempre ha sido poco hombre para poder defenderse de mis insultos, a decir verdad... —se ríe—, no se por qué me gusta decir que es malo en la cama, cuando es mentira, pero a decir verdad, me gusta molestarle, hacerle la vida mierda cada vez que puedo. Porque eso es lo que te mereces, Spencer por no haber luchado por mi.

    No sé en qué momento sucedió, pero Emma le da una tremenda y fuerte bofetada a Ji-Woo. La bofetada fue tan fuerte que el rostro de Ji-Woo se giró hacia la izquierda con mucha fuerza.

    Me quedo anonadado, observando como la mejilla de Ji-Woo empieza a ponerse roja.

    —¡Maldita perra! ¡Hija de puta! ¿Cómo te atreves a golpearme? ¿No sabes quien soy yo? —pregunta Ji-Woo mientras intenta abalanzarse encima de Emma, pero no se lo permito.

    —Ni lo pienses...

   Me empuja queriendo que me aparte, pero permanezco fuerte.

   No le va a poner ni un solo dedo a Emma.

    —Quítate o te...

   —¿Qué? ¿Qué vas a hacer? —me acerco a ella lentamente y ella empieza a retroceder—. Apuñalame, intenta matarme, ofendeme, hazme sentir como una mierda, pero a Emma no la tocas, ni ahora ni nunca. —espeto tajantemente.

    Siento que los ojos se me van a salir del enojo que tengo por su atrevimiento.

   —¿Y quien me va a detener? ¿Tú? —se ríe a modo de burla—. Eres un poco hombre, no fuiste buen esposo ni tampoco has sido buen padre...

    Ya.

   Esto se acabó.

    —¡Basta, carajo! ¡Cierra tu sucia boca, mujer! ¡Ya estoy harto de tus maltratos, de tus malditas ofensas, de tus palabras con las cuales intentas herirme! ¡He tratado hasta más no poder de comportarme como un hombre, no siguiendo tu juego, dejándote pasar por alto muchas cosas, pero hasta aquí llegué, maldición! —grito todo esto haciendo que ella se eche hacia atrás.

    No miro atrás, no quiero ver la cara de decepción de Emma.

    —¿Ya te vas a callar, maldito inservible e infeliz? Te odio con el alma. Eres repugnante para mí, Spencer. —ella me sonríe cinicamente—. Me das asco y mucho cada vez que te veo.

   Me alejo de Ji-Woo volviendo hacia dentro de la casa, a buscar las llaves de mi Jeepeta. Cuando las tengo en manos, salgo de la casa rápidamente y esquivando a Emma, agarro a Ji-Woo por su codo derecho y la obligo a que me siga.

   —¿Qué haces imbécil? —pregunta.

   No le contesto. Abro la puerta de la Jeepeta y hago que se siente en el asiento del copiloto, luego de esto cierro la puerta con seguro para que no pueda salirse.

    Rodeo la Jeepeta y cuando pienso entrar en ella, Emma interviene poniéndose en mi camino.

   —¿A dónde vas? ¿Qué piensas hacer? —me pregunta preocupada.

   —Ve a descansar, Emma. Lo necesitas. No te preocupes por mi, en algo tiene razón, Ji-Woo y es en que no soy bueno. No pude hacer que mi matrimonio funcionara con ella y a ti te perdí aunque ni siquiera te tuve y no puedo hablar de mi hija que se la ha pasado preocupada por mi todo este año porque te perdí cuando más te necesitaba. —sus ojos se cristalizan haciendo que Emma intente tocarme, pero se lo niego—. Ve a dentro y descansa. Hazme caso.

   Luego de decir esto, entro en mi vehículo y cierro la puerta.

   Arranco rápidamente y piso el acelerador, doblando en un atajo, para llegar más rápido a la carretera que nos llevará al destino final de esto.

    —¿Qué te sucede? ¿Estás loco? Sabía que casarme contigo no era una buena idea. —menciona queriendo lastimarme.

    No le contesto, mantengo mi vista fija en el camino y en un dos por tres, por la velocidad que llevo, entro en la carretera y para nuestra suerte no hay ningún auto transitando.

    —¿Qué intentas hacer? —pregunta Ji-Woo cuando acelero aún más la Jeepeta.

   No le hago caso, más bien sigo con mi vista en el volante.

   —¡Te estoy hablando, maldita sea, Spencer! —grita golpeando el rostro con un puñetazo.

   Me desestabilizo por el golpe y suelto el volante sin querer.
 
   Me agarro el rostro y agarro el volante queriendo mantenerlo en control, aunque ya lo perdí porque por poco chocamos con las barandillas.

   —¡Estás loca, mujer! ¿No ves que estamos en una carretera? Por poco chocamos con las barandillas y allí hubiéramos quedado muertos. —le digo para que intente calmarse.

   —¿A dónde me llevas? —me pregunta gritándome en el oído.

    —Te llevo a casa de tus padres y mañana mismo te pongo una orden de alejamiento. No quiero verte. Solo me haces la vida más miserable. —respondo enojado sin mirarla ya que ahora vamos a entrar en una curva.

   —No, no me vas a separar de mi hija, Spencer...

   —¿Cuando la has querido? Te fuiste. Nos abandonaste para estar con otro hombre. Nunca la quisiste en primer lugar. —la interrumpo girando mi rostro para ver que me dice.

    —Claro que quiero a mi hija. Salió de mi, Spencer. 

   La ignoro.

   No quiero seguir hablando con ella.

    —Spencer, detente. No me alejaré de mi hija. —menciona ella agarrando mi brazo.

   —Mujer, por amor a Dios. ¿No ves que estamos en una curva? ¿Quieres morirte o qué? —le grito mirándola para ver si entiende y no vuelve a molestarme.

   —¡Spencer mira hacia delante! —grita ella haciéndome reaccionar, pero es muy tarde, el camión está en frente de mi, entonces cuando intento salvarnos, giro el volante hacia la izquierda olvidándome que estábamos en una curva.

    —¡Maldición! —es lo último que digo antes de que todo se vuelva negro...
   
   No sé cuanto tiempo pasa, pero abro mis ojos lentamente.

   Me duele el cuerpo demasiado.

   Intento moverme, pero estoy atorado y de pronto algo acelera mi corazón.

   Me cae una gota en el rostro.

   Intento mover mis brazos, pero solo logro mover uno y al tocarme la cara, justamente donde cayó la gota, llevo el dedo a mi nariz e intentado oler lo que es, llego a la conclusión de que es gasolina.

   Estamos muertos.

   No hay salida, no creo que pueda haber una salida...

Spencer tu eres fuerte, puedes salir de esta.

Spencer no se puede morir, ¿verdad que no chicas?🥺❤️‍🩹🫂

Falta un solo Capítulo y el epílogo. 😭

Continua a leggere

Ti piacerà anche

28.4K 1.1K 15
»•No podemos hacer esto, no puedo amarte, esto está mal•« »•Se que me amas, tu ojos lo dicen todo«• »•Dejame llevarte a las estrellas y hacer vayas m...
59.9K 5.8K 29
La guerra había terminado y todo en la aldea se estaba calmando, Naruto, por otro lado, todavía enfrentaba algunos problemas y acudiría a alguien en...
1.1M 192K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...
3.9K 396 4
¿Hasta donde llegaríamos juntos? ©Prohibida copia. Segunda parte de Tiger Roar.