Esclavo del Placer ║ Kookmin...

By neremet_001

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||Si vas a compartir tu cuerpo con alguien, que sea con tu alfa.|| La vida del omega Park Jimin da un giro tr... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22

Capítulo 21

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By neremet_001

La consulta ginecológica era un remanso de tranquilidad en medio de las últimas semanas. Los primeros síntomas del embarazo se empezaban a notar, sobre todo por la mañana, con las características náuseas matutinas que Jimin tanto detestaba. Eso sin hablar de una mayor sensibilidad a algunos olores y el asco por ciertos alimentos, como la col china. Se volvía una tortura para Jungkook conseguir comida que no la tuviera en su receta, sobre todo porque era común encontrarla en platos de comida típicos.

El omega estuvo ansioso durante toda la semana esperando por la consulta. Y pensar que al fin llegó el gran día de poder conocer a su cachorro, hacía que al menos un millón de mariposas se congregaran en su estómago. O quizá serían cólicos, no estaba seguro.

Esperaba emocionado en la sala de espera, con Jungkook sosteniendo su mano y brindándole calma a través del vínculo. Era un ambiente reconfortante para ambos. No podía evitar pensar que el asunto del embarazo se volvía cada vez más real.

Atisbando su incomodidad, Jungkook le apretó la mano, transmitiéndole contención y liberando una cantidad mínima de feromonas, las suficientes como para distraerlo, pero no incomodar a las demás omegas.

–Todo va a salir bien. Ya lo verás –murmuró Jungkook, sus ojos oscuros brillando, pues para él también esta era una experiencia completamente nueva.

Jimin asintió, sonriendo sin muchos ánimos.

–Sí, lo sé. Solo estoy un poco nervioso, supongo.

–No te preocupes, cariño –respondió Jungkook con dulzura–. Estoy aquí contigo y tienes todo mi apoyo. Lo sabes.

Antes de que pudieran intercambiar más palabras, la puerta del consultorio de Nayeon se abrió y ella apareció vestida con su uniforme médico. Lucía profesional, con su cabello rubio enmarcando una sonrisa radiante. Jimin sentía una especial conexión con ella, motivo por el cual no quería ver a ningún otro especialista.

–Jiminnie, Kook, ¡qué alegría volver a verlos! –exclamó, abrazando a su hermano y luego a Jimin–. Pasen, pasen.

Les cedió espacio para que pudieran entrar en su consultorio y los invitó a sentarse frente a su escritorio.

Jimin recordó que la primera vez que llegó a aquella habitación, fue para plantear el asunto del aborto. Aquello parecía tan lejano que no pudo entender cómo se le había cruzado por la cabeza deshacerse de su cachorro, cuando día tras día iba tomándole más aprecio. Ahora lo adoraba, por más que lo despertara temprano por las mañanas para hacerle una visita al inodoro.

De cualquier forma, no habría podido seguir adelante con el aborto. No sólo Minnie lo hubiera impedido, sino que su instinto le empujaba a cuidarlo. Aunque hubiese sido una sorpresa, lo quería, y deseaba tenerlo.

La luz que entraba por la ventana era mucho más brillante que antes. Quizás ahora que su vida estaba en orden y que lo acompañaba su alfa, su percepción de los días era mucho más positiva, llenándolo de alegría hasta por las cosas más insignificantes.

–Gracias por atendernos, Nayeon –dijo Jungkook con gratitud.

–No digas tonterías, hermanito –respondió ella, quitándole peso al asunto–. No hay nada que me haga más feliz que compartir esto con ustedes.

–No podría confiar en nadie más –habló Jimin con timidez.

–Entonces, Jiminnie, empezaré con algunas preguntas.

Nayeon puso manos en el asunto y sacó un block de hojas, donde comenzó a anotar algunos datos que iba sonsacándole con la ayuda de un bolígrafo rosa plagado de brillos. Midió la altura del omega, lo pesó y tomó sus signos vitales, para ir teniendo un registro de valores conforme las consultas se fueran sucediendo y el cachorro fuera creciendo. También consultó sobre historiales médicos en la familia, con el objetivo de descubrir si habría posibilidad de que el bebé heredara alguna condición o Jimin pudiera desarrollar algo durante el embarazo. Por fortuna, cualquier enfermedad preocupante fue descartada.

Finalmente, quedaba pendiente hacer el ultrasonido.

La máquina estaba dispuesta junto al escritorio, y tenía una ventana contigua que hacía que entrara mucha iluminación natural.

Jimin se recostó en la camilla, ayudado por su alfa, y se acomodó lo mejor que pudo. Luego, se levantó el suéter lo suficiente como para descubrir su pálido abdomen, sobre el cual Nayeon echó un poco de gel conductor. Estaba helado al tacto, y un escalofrío descendió por su columna. Rápidamente, Jungkook tomó una silla y se sentó a su lado, sujetando su manita. El menor agradeció el gesto, sonriéndole.

Con un sonido automático, las cortinas de protección solar se desplegaron sobre el gran ventanal para crear un ambiente más íntimo y calmo.

–Bien, Jimin y Jungkook, concéntrense en la pantalla frente a ustedes –avisó Nayeon.

Ella tomó el transductor con una mano, y giró el monitor de su computadora para que los tres pudieran observar al mismo tiempo.

El aparato hizo cosquillas sobre el vientre de Jimin, que trató de aguantar una risotada lo mejor que pudo. Con la ayuda del gel, se deslizó desde la parte inferior y fue mostrando imágenes en la pantalla.

–Vaya, Jimin, tienes un útero bien formado, ideal para tener muchos bebés –bromeó Nayeon. Jimin escrutó el rostro de Jungkook, que le guiñó un ojo, juguetón.

–Le dedicaré mi vida a ese útero –dijo el dominante, a lo que se ganó una ceja enarcada de su pareja.

–Oh, ahí está –señaló Nayeon, marcando en la pantalla un pequeño bulto que parecía una lentejita en medio de un círculo.

Apenas se reveló la imagen de su hijo, Jungkook no pudo contener su emoción. Los ojos se le llenaron de lágrimas mientras observaba maravillado, sintiendo una conexión instantánea con el pequeño ser que crecía dentro de Jimin. La mano del omega se apretó más fuerte en la suya, compartiendo aquel momento único.

Jimin, por su parte, sentía su pecho oprimido por la sensación de asombro y amor al ver la forma diminuta pero perfecta de su cachorro. Las lágrimas de felicidad le empañaron los ojos mientras captaba maravillado el milagro de la vida que llevaba dentro. En ese instante, fue como si todas las preocupaciones y miedos se desvanecieran, dejando solo un profundo sentido de determinación en su corazón. Estaba preparado para cuidarlo por toda la vida.

A medida que el ultrasonido continuaba y la imagen de su hijo se hacía más clara, la pareja se sumergió en un mundo de emociones indescriptibles. La promesa de ser padres los llenaba de una felicidad pura y sin igual, y se aferraron a ese momento como si fuera el comienzo de una aventura extraordinaria que estaban a punto de emprender juntos.

–Hay un saco gestacional conectado a la placenta y el bebé está dentro de él, lo que es bueno –informó la omega–. Tiene aproximadamente diez semanas de edad. No veo anomalías y todo está correcto, chicos.

–Es tan...

–Pequeñito –completó el alfa, limpiándose el rostro con el dorso de la mano. Su hermana se dio cuenta, y les extendió una caja de pañuelos para que pudieran utilizarlos.

–Su primer cachorro. ¡Felicidades!

–Me has hecho muy feliz, Jimin. Gracias –confesó Jungkook. Jimin, entre lágrimas, atrajo su rostro con cuidado para dejar un beso dulce sobre sus labios.

–No. Gracias a ti por salvarme y darme un propósito, alfa.

Se sostuvieron la mirada por unos segundos. Jungkook limpió el borde de sus ojos con los pulgares y volvieron a mirar la pantalla.

Nayeon continuó moviendo el transductor sobre el vientre de Jimin, explorando cuidadosamente.

Fue cuando encendió el altavoz para transmitir los latidos del corazón que su expresión se iluminó aún más.

–Oh, esperen un momento –dijo con entusiasmo–. Creo que he captado algo más.

Alfa y omega se miraron, desconcertados. Escuchaban un doble retumbar de latidos de fondo, pero no comprendían qué podía significar.

–¿Algo más? –preguntó Jimin, con los ojos abiertos de par en par.

La hermana de Jungkook asintió, con una chispa en sus ojos.

–¡Son gemelos!

El aliento se le escapó a Jimin mientras absorbía la noticia. Gemelos. Él nunca había imaginado que podría ser padre de gemelos. En su familia no existían antecedentes de ello.

El alfa le apretó la mano con fuerza, sus ojos reflejando su propia incredulidad.

–¿Escuchaste eso, Jimin? ¡Gemelos! –exclamó, su voz llena de asombro–. ¡Dos cachorros!

El pelirrosa sintió una oleada de emoción y nerviosismo recorrerlo. Dos pequeñas vidas que pronto estarían con ellos. Era abrumador y emocionante a partes iguales. Necesitaba procesarlo.

Nayeon mostró la imagen, explicando lo que veía. Jimin apenas podía apartar la mirada, fascinado.

–Es increíble –murmuró el omega, su voz llena de asombro.

Jugkook asintió, con una sonrisa que no podía contener.

–No puedo creerlo.

Los sentimientos se agolparon en el pecho de Jimin. Estaba emocionado, sí, pero también angustiado por la responsabilidad de criar a dos criaturas a la vez. ¿Podrían manejarlo juntos? Se preguntó si sería capaz de ser un padre amoroso y atento. Criar a dos bebés al mismo tiempo sería una locura, y necesitaría ayuda.

Su destinado, notando su mirada reflexiva, le dio un beso en la frente.

–Lo haremos juntos, cariño –dijo con voz suave pero firme–. Somos una familia ahora. Nos apoyaremos mutuamente y haré lo que esté en mi mano para que nunca te sientas solo.

Las palabras de Jungkook le dieron a Jimin un nuevo sentido de determinación. Él amaba a Jungkook más que nunca en ese momento, por su fortaleza y su apoyo incondicional.

Después de unos minutos que parecieron una eternidad, Nayeon concluyó el ultrasonido.

–Felicidades, de nuevo, chicos –dijo con una sonrisa amplia, tomando una captura de pantalla de las lentejitas–. Serán unos padres maravillosos, no tengo dudas.

Jimin y Jungkook se miraron, sus corazones llenos de amor el uno por el otro.

–Gracias, Nayeon –dijo Jimin, su voz llena de sentimientos encontrados–. No podríamos haber pedido un mejor médico.

Ella asintió con calidez.

–Es un privilegio que me hayan permitido ser parte de esto. Y no duden en preguntarme lo que necesiten. Mi teléfono estará encendido para ustedes.

Limpió el vientre de Jimin con la ayuda de pañuelos descartables e imprimió la captura de los cachorros para entregársela a la pareja, junto con una unidad USB. Era un regalo para que pudieran verlos y escucharlos cuando quisieran.

–Bueno, agendaré su próxima consulta, y vamos a seguir de cerca el progreso de estos dos pequeños.

Cuando salieron del hospital, ambos caminaban con un brillo renovado en sus ojos y un nuevo sentido de propósito en sus corazones. Tendrían que prepararse para lo que el futuro les deparaba. Llevaban consigo una sensación de asombro y dicha, aunque también una pizca de nerviosismo ante el desafío que tenían por delante.

El viaje hacia la paternidad sería una aventura emocionante, y estaban más que preparados para recibirla juntos.

El dominante miraba a Jimin con adoración mientras se dirigían al estacionamiento. A pesar de la noticia, también sentía un atisbo de inquietud ante la idea de criar a dos cachorros al mismo tiempo. Pero esa preocupación se desvanecía rápidamente ante el amor que sentía por Jimin y la emoción de convertirse en padre de una familia.

El pelirrosa, por su parte, estaba igualmente emocionado, pero también un poco abrumado. La idea de ser padre por partida doble era emocionante y desconcertante. Se preguntó si estarían a la altura del desafío. Sin embargo, cuando miraba a Jungkook a su lado, con su expresión llena de cariño y especial seguridad en sí mismo, sabía que juntos podrían enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Se abrazaron con fuerza, compartiendo un momento de conexión y complicidad antes de subirse al auto. Sabían que el camino que tenían por delante no sería fácil. No obstante, estarían juntos en cada paso, enfrentando los desafíos y celebrando las alegrías como un frente unido.

Regresaron a la tranquilidad del apartamento que compartían, con una sensación revitalizadora. Ser padres sería un viaje único y extraordinario, y estaban listos para abrazar cada momento con amor, paciencia y un profundo agradecimiento por la bendición de tener dos diminutas lentejitas en su vida.

Capítulo cortito, pero que nos dejó conocer a las bendiciones 💖😍

Bebés por partida doble y siento que Jimin se nos va a desmayar cuando le caiga la ficha. O sea, una cosa es un cachorro, PERO DOS, es pedirle demasiado jajaja. La puntería de este Jungkook es tremendaaa 🙈

Desde ya, gracias por el cariño y apoyo a la historia. Siempre leo sus mensajitos y son como mi remedio contra la enfermedad. Me ponen automáticamente de buen humor, así que son bienvenidos. Saben que me gusta contestarles. Cuídense mucho y disfruten el finde, bellezas! 💕😘

-Neremet-

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