Te amo, Emma. Aunque no lo creas, lo hago.
—Spencer Tae-moo.
Spencer:
Aún estoy tratando de entender lo que está sucediendo en mi casa.
Estas personas vienen a mi casa, irrumpiendo en ella como si son los dueños.
La pregunta aquí es ¿Qué le da el derecho a la madre de Emma de auto proclarmarse como dueña de mi casa?
Elizabeth se mueve de detrás mío, colocándose en frente de mí.
—¿Papá... te busco la escopeta o llamo a la policía? —me pregunta Elizabeth agarrando mi mano derecha—. Creo que la primera opción es la más benéfica ahora mismo y de paso también que se vaya Emma, no la soporto.
Acaricio su cabello lentamente, queriendo dejarle dicho que sé tranquilize, lo que hace inmediatamente.
Giro mi rostro hacia Emma queriendo que ella me dé una explicación porque todavia no entiendo nada y ellos permanecen en mi casa aún.
—¿Así recibes a tu madre? ¿Te piensas quedar ahí toda la vida? —le pregunta la madre de Emma a ella.
Emma se muerde los labios y lentamente se desplaza colocándose detrás de mí.
Su mamá la mira desconcertada.
—Creo que estás falta de algunos golpes en la cabeza como te los daba cuando eras pequeñas. —menciona él padre acercándose hacia nosotros, así que en un intento de proteger a las mujeres que amo, me adelanto hacia donde está el padre de Emma y lo empujo sin pensarlo dos veces en el suelo.
Mi madre al darse cuenta de todo el ruido que hay en la casa, por fin asoma su cabeza, quedándose anonadada de todas estas personas que han invadido mi casa.
El señor se coloca la mano en la espalda y empieza a quedarse del dolor.
—¡Qué cojones tienen ustedes carajo! Vienen a mi casa queriendo darme órdenes y ¿creen que me quedaré de brazos cruzados? —les pregunto teniendo toda su atención—. Le ponen una sola mano encima a Emma... tan solo una sola y lo que pienso hacerles, no será normal ni racional y no me va a importar que sea usted que la golpee señora o ellos... —espeto tajantemente para que vean que mis palabras no se irán vacías.
El silencio abunda y las miradas extrañas por igual.
El enojo que tengo ahora mismo con estas personas, no creo que pueda seguir manejandolo si ellos siguen aquí.
La madre de Emma baja la cabeza por unos segundos para luego levantarla con rostro apenado y preocupado.
No, eso sí no.
Manipulación conmigo no.
—Disculpe señor, Spencer. —menciona ella con voz calmada queriendo convencerme—. Sé que es su casa la que hemos invadido y me disculpo por en primer lugar decir que esta es nuestra casa... —Sonríe incomodamente—, era una broma. —se carcajea y golpea a su esposo y hijo para que también se rían, lo cual hacen.
Mi rostro se queda así mismo como está; neutral.
No me causa gracia. Los quiero a los tres lejos de aquí.
—¿En qué trabajas hermanita? —le pregunta el hermano de Emma a ella.
Emma sostiene aún más fuerte mi brazo, como si quisiera esconderse de él.
—Soy... escritora. —comenta Emma.
Él le sonríe, pero a modo de malicia.
—Qué bien, me imagino las cosas tan ardientes que has escrito en tus libros. —le sonríe de oreja a oreja—. Me hace feliz ser parte de tus libros.
Maldita sea.
Maldigo el momento en que estas personas entraron a mi casa.
Emma me toca el hombro, por lo que me giro para prestarle atención.
—Déjame a solas con ellos unos momentos. —menciona nerviosa. Lo noto por el movimiento rápido de sus dedos—. Estaré con ella afuera de la casa, prometo ser rápida.
No quiero que se exponga a ellos de esa forma. Su hermano es obvio que intenta sobrepasarse con ella y ni siquiera lo esconde, lo que hace que sea más asqueroso.
No quiero que esas personas la lastimen más de lo que está.
Emma está rota, completamente.
—No tienes que hacerlo, solo diles que se vayan. —le recomiendo a lo cual ella niega sosteniendo mi mano y apretandola suavemente.
—Debo hablar con ellos. —menciona por último antes de empezar a caminar hacia donde ellos y alejarse de mi.
Noto la mirada de su hermano sobre mi, aunque la ignoro por ahora.
Emma sale de la casa y se coloca en el patio delantero de la casa, esperando a que ellos salgan de la casa.
Su padre, madre y hermano salen de la casa, caminando detrás de ella. Todos se ponen enfrente de ella, a lo que Emma empieza a hablar con ellos.
Me giro hacia mi madre colocando mi brazo en su espalda.
—Por favor, lleva a Elizabeth a mi habitación y permanezcan allí hasta que las vaya a buscar. —le digo a mi madre y ella asiente lentamente.
Me da un abrazo y un beso, entonces agarrando la mano derecha de Elizabeth, empieza a caminar para subir las escaleras.
Lentamente volteo mi cuerpo y comienzo a caminar hacia la puerta de mi casa, quedándome allí, verificando que los familiares de Emma no quieran sobrepasarse.
—Quiero que se vayan. Ustedes no pertenecen aquí, no solo eso, están perturbando la paz de mi... —en ese instante se detiene de hablar y me busca con su mirada, entonces cuando me encuentra, fija en mi una mirada triste.
¿Es tan difícil para ella aceptar que es la mujer que amo o no ha querido aceptarlo?
Me quedo estático, esperando que ella diga algo.
—Están perturbando la paz de Spencer y su familia. Ellos no merecen eso. —menciona rompiendo mi corazón.
Pensé que ella diría algo más como "mi novio o mi pareja".
Bajo mi cabeza y suspiro profundamente.
"Tenle paciencia, Spencer" son las palabras que llegan a mi mente, a las que me quiero aferrar para no perder la fe en que nosostros podremos funcionar.
—No sabemos hablar Coreano, si nos vamos, debes venir con nosotros. —menciona su hermano cruzandose de brazos.
Veo lo que quiere hacer.
Sé lo que intenta.
Maldito asqueroso.
Las ganas de entrarle a golpes ahora y hacerlo razonar de una vez por todas, me están carcomiendo.
¿Cómo carajos ve con deseo a su hermana menor? Pero él no es el mayor problema, sino sus malditos padres.
Me estan dando ganas de mandarlos a todos a encerrar en psiquiátrico porque están tremendamente locos.
—En este pais hay muchas personas que saben hablar Inglés y pocas español, así que no sé cómo lo harán, pero los quiero lejos de mi. —expresa Emma echándose hacia atrás.
Su mamá bufa y la señala.
—¿Cómo te atreves a tratarnos así? Soy tu madre y ellos son tu familia.
Emma se ríe y da dos pasos hacia atrás.
—¿Familia? ¿Le llamas familia a esto? —los señala a todos—. Tú no mereces llamarte madre. Te has ganado la vida prostituyendome al mejor postor. Haciendo videos de mi mientras soy violada por mi hermano, mi tío y todos los amigos de mi hermano que quisieran acostarse conmigo, incluso hasta los que no querían, tú los obligabas solo para vender esos videos. —Emma se acerca y la empuja—. ¿A eso le llamas madre? No eres mi madre, mi madre no existe, está muerta, al igual que mi familia.
Esas palabras para mi son hirientes y dolorosas, no me imagino como lo serán para ellos.
Su madre y padre la miran con asco, pero su hermano se ríe mientras se rasca la cabeza.
—¿Cómo está Sebastián? ¿Todavía te sigue golpeando? —pregunta su hermano volteandome a ver para empezar a reírse. Empiezo a acercarme a ellos—. ¿Entonces este hombre es tu amante y por eso no dijiste que era tu pareja? —se carcajea—. Todo tiene sentido.
Emma se seca las lagrimas que permanecían en sus mejillas.
—¿Ustedes sabían que él me golpeaba? —le pregunta Emma con la voz entrecortada.
Ellos empiezan a reírse como si se burlaran de ella.
Me coloco a su lado, pero con mi cuerpo cubriéndola de cualquier ataque de ellos.
—Claro que lo sabiamos. Él te graba y todos nos burlamos al saber que estás con él, solo para que no nos lastime... —su madre se ríe aún más fuerte—. Sebastián es amigo de tu hermano, querida hija.
Vuelven a reírse al unísono y solamente puedo sentir como Emma se agarra de mi espalda para no desvanecer.
Si ellos se burlan de ella, tambien se burlan de mi.
—Está muerto. —espeto sin pensarlo dos veces.
Todos dejan de reírse y me ponen atención.
—¿Qué? —pregunta su hermano.
Me enderezo mientras agarro las manos de Emma.
—Sebastián está muerto.
Todos me miran petrificados mientras yo permanezco neutral, como siempre.
—¿De qué estás hablando? —pregunta él padre de Emma.
—Lo acabo de matar hace unas horas, justamente allí... —señalo—. Lo maté como el asqueroso perro que era y no tengo remordimientos acerca de ello.
La madre de Emma levanta su mano y la estrecha contra mí rostro sin pensarlo dos veces. Mi rostro se mantuvo intacto, no se movió a los lados, se mantuvo recto, así como me enseñaron en la armada.
Clavo mis ojos en ella haciendo que inmediatamente retroceda hacia atrás.
—No te atrevas a ponerle una mano a mi madre o mi padre y yo seremos quien te arranquemos la cabeza. —expresa él hermano de Emma empujándome hacia atrás.
Bien, hice mi mayor esfuerzo.
Levanto mi brazo derecho dirigiéndolo hacia el rostro del hermano de Emma y cuando él capta la señal e intercepta mi brazo derecho, golpeo su barbilla y el centro de su rostro dos veces haciéndolo caer al instante.
—¡Oh por Dios! ¡¿Mi niño, estás bien?! —le pregunta la madre de Emma a su hijo.
El hermano de Emma se limpia la boca y se ríe con los dientes empapados en sangre.
—Puedes golpearme todo lo que quieras... —escupe su sangre en la grama de mi patio—, pero sé que te arde que ella haya tenido su primera vez conmigo y que lo hayamos hecho tantas veces que nunca podrá olvidarme. Eso te duele y te carcome. —se ríe mientras sus padres lo ayudan a levantarse.
Acaricio mi cabello hacia atrás mientras busco las palabras correctas para terminar esta conversación.
—Me das asco. Ver como deseas a tu hermana menor me da asco, pero lo que es peor, es como hablas de ella como si ella es un objeto y no lo es. Ella es más de lo ustedes piensan y todo el dolor que ustedes les han causado, desaparecerá. Trabajaré arduamente para que en ella no quede ni el más minimo recuerdo de ustedes. —espeto queriendo que les quede claro todo lo que he mencionado.
El hermano de Emma empieza a acercarse a mí, justamente cuando pensaba darme la vuelta e irme con Emma hacia dentro de la casa.
—¿Emma, no le has dicho? —pregunta él sonriendo.
Giro mi rostro para ver que dice Emma, pero su rostro me deja saber que está asustada.
—¡Cállate! —Emma se suelta de mi agarre y va hacia su hermano, golpeándolo mientras lo hace.
Él sin importarle nada se mangiene riendo.
—Tu hermosa Emma y yo íbamos a tener una hermosa bebé... —Sonríe aún más mientras que Emma se queda petrificada—. Lamentablemente murió por una pequeña pelea entre Emma y yo, tanto que ella nunca podrá tener hijos con ningun hombre, ni siquiera sometiéndose a tratamientos de fertilidad...
He quedado loca y sin idea.
Maldito.
Odio al hermano de Emma. 😭