La morena acababa de dejar a Lilith durmiendo en la antigua cuna de Henry, Maléfica se había ofrecido a armarla para su hija, la rubia se quedó en la puerta observandolas durante varios segundos, Regina se veía tranquila y por fin sentía que estaban en un lugar seguro.
– ¿Vas a quedarte mucho tiempo en la puerta o piensas entrar?
– Lo siento –avanzó acercándose más a la morena.
– Mírala, ella está tranquila aquí.
– Pertenece a este mundo también, estoy segura que tiene magia.
– ¿Qué vamos a hacer?
– ¿Quieres volver a Storybrooke?
– No, pero quiero que Lilith este bien.
– Ella va a estar bien donde estemos nosotras.
– Estoy aterrada Mal -tomo la mano de la otra mujer sacándola de la habitación–. ¿Qué se supone que hagamos?
– Haremos lo que tu quieras.
– Lo que pasa es que no sé que quiero hacer, quiero irme y olvidarme de este pueblo y también quiero que Lilith crezca con Henry, no quiero quitarles eso.
– Solo debes calmarte, todavía tenemos tiempo para pensarlo.
Y Regina sabía que Maléfica tenía razón, podían pensar las cosas bien, lo que más quería era que Lilith estuviera segura y la mejor forma de hacerlo era saliendo del pueblo, pero también sabía que Henry volvería a buscarla.
– Ven, bajemos te voy a preparar un poco de té –Maléfica la guió escaleras abajo hasta la cocina, con unas señas le indicó que se sentara en uno de los taburetes–. Mira Gina, yo estoy dispuesta a hacer lo que tu quieras, si quieres que nos quedemos lo haremos.
– No es eso, quiero que las decisiones las tomemos juntas, eres mi esposa y yo te necesito.
– ¿Quieres que pensemos en la propuesta de Emma Swan?
– No lo se, no se que quiero.
– Oye, esta bien –la rubia se acercó más a ella y la abrazo–. todavía tenemos tiempo, tienes que descansar un poco.
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Emma se quedó en la cafetería con Henry un rato más sabía que Regina necesitaba pensar in poco en lo que ella le había dicho.
– Emma –Henry se sentó delante de ella sosteniendo el libro–. ¿mi mama Regina ya no me quiere en su vida?
– No creo que sea eso chico, es solo que las cosas cambiaron. Regina ahora también se tiene que preocupar por Lilith.
– ¿Ella se irá de nuevo de Storybrooke?
– No lo sé Henry, hable con ella y con Maléfica para que…
– ¿Para que, que?, Dímelo por favor Enma.
– Les propuse compartir tu custodia.
– ¿Y qué te dijeron?
– Lo van a pensar –Henry asintió algunas veces y Emma decidió que tenía que ser clara con él–. Chico… necesito que entiendas que existe la posibilidad de que ambas decidan irse de nuevo del pueblo sin contacto con nadie.
– No, mi mamá no me haría eso.
– Henry…
– No, yo fui a buscarla y estoy seguro que no me va a dejar de nuevo –Emma ni siquiera tuvo tiempo de detenerlo antes de que Henry saliera corriendo de Granny's.
Se tomó unos segundos antes de salir detrás suyo, cuando lo hizo se choco se frente con Snow, quien la detuvo sosteniéndola por los brazos.
– Emma, ¿qué pasó?, vi a Henry salir corriendo.
– Ahora no Snow –intento pasar por su lado pero ella no la dejó.
– Emma, se que estas molesta conmigo, pero habla conmigo hija –lo pensó unos segundos y supo que quería hablar con ella, no como su madre, quería hablar con ella como su amiga, la misma que la había recibido en su departamento cuando llegó a Storybrooke.
– Creo que Regina se irá de nuevo del pueblo sin decirle a Henry.
– ¿Regina esta de nuevo en Storybrooke?
– Llego hoy.
– Emma, Henry debe entender que las cosas cambiaron.
– ¿Cómo lo hago?, ¿cómo hago que un chico de 11 años entienda que su madre quiere irse del pueblo sin él?
– Tu eres su madre también.
– También, tu lo dijiste, Regina fue su madre primero, lo crío cuando yo no lo hice y fue una buena madre para él.
– No lo sé Emma, pero debes hablar con él… realmente creo que las dos deberían hablar con él
– ¿Lo dices en serio?, ¿Estás de acuerdo en que Regina también debe ver por Henry?
– Emma, puede que este muy molesta con ella pero la vi cuidar de Henry desde que lo trajo al pueblo, así que aunque este furiosa con ella creo que deben hablar, aunque sea para decidir si ella se va de nuevo de aquí.
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*Dos días después*
Maléfica se acerco a Regina sosteniendo a Lilith en sus brazos, aún no terminaban de hablar sobre la decisión de lo que harían con Henry, todavía se quedarían algunos días más antes de volver a su casa en San Francisco.
– Gina, mira quien se despertó de su siesta -la morena giró a mirar a su esposa junto a su hija.
– Hola pequeña princesa –Mal dejo a la niña en sus brazos.
–Gin –se sentó a su lado–. Creo que debemos hablar sobre que haremos.
– Se que quiero que Henry sea parte de la vida de Lilith. Ambas sabemos lo que es crecer solas y no quiero eso para nuestra hija.
– ¿Entonces… quieres hablar con Emma para compartir la custodia de Henry.
– Creo que si, ¿tu que piensas?
– Que te apoyaré en lo que sea que tu quieras hacer, quiero lo mejor para ti, para nuestra familia y se que esto es lo mejor.
– ¿Estás segura?, no quiero que aceptes solo porque es lo que yo digo.
– Gina, estoy de acuerdo, nuestra familia siempre va a ser mi prioridad, Lilith y tú son todo lo que tengo.
Regina quiso contestarle pero escucho el sonido de unos golpes en la puerta, miró a la rubia quien simplemente se encogió de hombros. Se levantó del sillón y caminó hasta la puerta, cuando la abrió se quedo quieta ante la persona frente a ella.
La verdad no creyó que volvería a cruzarsela, el viaje debía debía rápido y sin ver a mucho de los habitantes del pueblo. Sonrió porque sabia que ella no le tenía miedo.
– Snow.
– Regina, has vuelto al pueblo.
– Solo por un tiempo querida, ven pasa –se hizo a un lado dejándola entrar. Maléfica se paro y se acercó a Regina colocándose detrás de ella de forma protectora.
– Me gustaría hablar contigo, si es posible –la princesa intentó ignorar cuanto pudo la mirada de Maléfica sobre ella y el hecho de que su ex madrastra tuviera una bebe de meses en brazos.
– Claro, espérame en mi despacho por favor –no fue necesario decir nada más antes de que la morena menor se alejara hacia el despacho.
– ¿Que hace ella aquí? –Maléfica no estaba dispuesta a que Snow llegara a hacerle daño a su morena, toda esa familia ya había hecho mucho contra Regina.
– No lo sé cariño, pero supongo que lo averiguare –dejo que Mal agarrara a Lilith.
– ¿Estarás bien con Snow?
– No creo que ninguna de las dos podamos hacernos más daño del que ya nos hicimos.
– Estaré al tanto cariño –la morena solo asintió antes de caminar al despacho.
La puerta de su despacho estaba abierta, mientras se iba acercando lograba ver a Snow, su ex hijastra estaba sentada frente al escritorio de espaldas a ella. Avanzó con paso seguro, no estaba dispuesta a que ella o cualquier otra persona perjudicaron su nueva vida.
– Snow…