MI DULCE REGALO

By CrystalCassanova

477K 34.8K 3.8K

Él es un militar. Ella es una escritora. Él no cree en el amor. Ella escribe sobre hombres amorosos y perfect... More

Prólogo
CAST
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
23
24
25
26
27
28
29
30
Epílogo
Extra 1
Happy birthday

22

7.4K 644 80
By CrystalCassanova

La tristeza cuando se aloja en el corazón, es muy dificil de sacarlo. Por eso necesito de ti; tu eres la cura a todos mis problemas.

—Spencer Tae-moo.

EMMA:

   No sé cuanto tiempo llevo debajo de la lluvia, solo sé que estoy empapada hasta más no poder.

   Una Jeepeta se estaciona enfrente de la casa de Spencer, pero no le presto mucha atención. No creo recordar cuanto tiempo llevo llorando debajo de la lluvia. La tristeza y la agonía me están consumiendo.

   Por lo menos el cuerpo de Sebastián ya se lo llevaron como almenos hace 2 horas.

   Estoy preocupada por Spencer.

   ¿Y si va preso por mi culpa? No podría soportarlo.

   Él no lo merece, tampoco merecía que lo lastimara con las palabras que le dije antes de que comenzara todo este problema.

   Soy una estúpida.

   Agarro mi rostro con mis dos manos y empiezo a llorar desconsoladamente.

   —Hey, señorita. ¿Qué hace aquí adentro? —me pregunta una señora por lo que escucho.

  Levanto mi cabeza y veo que es así.

   En frente de mi hay una mujer coreana como de un 165 cm.

   —Soy... amiga de Spencer. —le respondo levantándome como puedo del lodo.

   —¿Eres Emma, verdad? Aw, eres más linda de lo que me describió. Soy su mamá, un gusto... —ella se acerca a mí, colocando su mano detrás de mi espalda, acariciándome suavemente—. Ven, entremos a la casa. —murmura empujándome suavemente.

   Me retengo en el mismo lugar.

   —Spencer no quiere que entre a la casa, disculpe señora. —asiento en modo de respeto y me doy la vuelta para irme caminando por la acera.

  —Niña, ven entra a la casa. Ya debes estar resfriada. Ven deja que pase la lluvia y luego te vas. —me ordena la señora cambiando su semblante a uno más serio.

   Miro mis manos las cuales están arrugadas por estar tanto tiempo en la lluvia, así que termino haciéndole caso a la señora.

   Empiezo caminar detrás de ella, sabiendo en el fondo que cuando Elizabeth me vea, me va a odiar más de lo que ya lo hace.

   La madre de Spencer abre la puerta y me invita con su mano extendida hacia adentro, que entre a la casa.

   Entro y me coloco encima de la alfombra de en frente de la puerta. No han pasado ni siquiera 10 segundos para que Elizabeth aparezca en el pasillo de la entrada.

   —¿Qué hace esta señora en mi casa, abuela? —pregunta Elizabeth acercándose a mí con los brazos cruzados.

   Su abuela termina de cerrar la puerta, entonces se gira hacia Elizabeth.

   —Mi niña, ¿qué te ha pasado en el rostro? Estás roja. —murmura la madre de Spencer tomando en sus manos el rostro de Elizabeth.

   Lo note.

   Desde que se puso en frente mío pude ver que está roja, pero si digo algo sobre eso, me temo que ella me hable mal.

   —Pues tengo dos horas llorando porque por culpa de esta mujer, papá está en la cárcel y aunque sea por poco tiempo, ella alejó a mi padre de mi. —comenta Elizabeth mirándome con rabia y resentimiento—. Todo el amor y el aprecio que sentía por ti, tanto que hasta te veía como mi madre, ha desaparecido y te juro que nunca va a volver. —dice por último para darse la vuelta y empezar a caminar hacia las escaleras.

   Una lágrima se desliza por mi mejilla haciendo que sus palabras me carcoman por dentro.

   —Elizabeth, ¿no me vas a decir buenas noches, mi niña? —le pregunta su abuela con voz melancólica.

   —Buena noches, abuela. Mañana hablamos, no quiero estar cerca de la señora, con todo el respeto que se merece. —murmura para empezar a subir las escaleras.

   Agacho la cabeza por la vergüenza.

   Me imagino que ahora la madre de Spencer debe pensar que soy de lo peor.

   Me limpio las lágrimas de la mejilla y levanto la cabeza para no parecer tan patética.

   La madre de Spencer se coloca en frente mío y me limpia otra lágrima que se ha salido sin mi permiso.

    —Ve a cambiarte, estás empapada y con posible resfriado. —me ordena—. Ponte una de las remeras blancas de Spencer y un pantalón deportivo de los suyos.

   Lo pienso dos veces.

   Creo que mejor debería de irme, no quiero más problemas.

   —Yo creo que es mejor... —intento decir, pero ella se gira y me mira con una mirada seria.

   —¿Por qué eres tan terca? ¿No ves que no quiero que te enfermes más de lo que ya estás? —me pregunta colocando sus manos en su cintura.

   Agacho la cabeza y asiento lentamente para dirigirme a las escaleras y subir a la habitación de Spencer.

    Entro a la habitación de Spencer y me dirijo hacia su closet. Allí busco una remera blanca y un pantalón que me sirva. Cuando termino de encontrar lo que me voy a poner, entro al baño y empiezo a desvestirme para ponerme esa ropa.

   De un momento a otro empiezo a toser y al hacerlo tan seguido, la garganta me comienza a molestar un poco.

   Al terminar de vestirme bajo hacia la cocina y me siento en la isla, mientras la madre de Spencer está haciendo algo parecido a una sopa para mi.

♡♡♡♡♡♡

SPENCER:

   Los detectives de inmediato empezaron a interrogarme. Mi abogado que llegó 20 minutos después, me trajo las pruebas para poder explicar lo que sucedió y que él esposo de Emma era un chantajaeador, abusivo y extorsionista.

   Ellos entendieron lo que hice, pero de igual forma lo vieron innecesario, ya que pertenezco al grupo de los mejores francotiradores de Corea y en este se me da la oportunidad de matar a una persona teniendo pruebas de que ese hizo algo que atentaba a mi vida y dado el caso anterior, en la editorial, cuando él hombre golpeó a Emma y a mi hermana, ya no debía de cometer un crimen más.

   —Debe pagar una suma muy alta para poder salir de la cárcel, señor Tae-moo. —son las palabras del detective.

   Miro a mi abogado y él lo hace también.

   —¿Cuanto? —pregunto sacando mi billetera y buscando mi tarjeta de crédito negra.

   El detective vacila pensando en la cantidad, mientras que deseo que hable para irme a mi casa.

    —No le pediré dinero en Wones, será en dólares. —dice mirándome fijamente.

   Me siento rectamente en la silla y luego me echo hacia adelante.

   —Acabo de decirle que cuanto es que debo pagar, no me haga esperar, por favor... —expongo cansado esperando que ya se decida en hablar.

   —18 millones de dólares, eso es lo que debe pagar o durará un año por completo en la cárcel. —menciona echando su cuerpo hacia atrás con una sonrisa—. Es obvio que usted no tiene todo ese dinero.

   Auch.

   Eso duele.

   Odio a las personas arrogantes y que creen que pueden menospreciar a las personas como si ellos fueran Dios.

   Me levanto de mi silla y entregándole la tarjeta de crédito a mi abogado, me giro para mirarlo—: No hace falta alardear de que tengo dinero cuando lo tengo. —me giro hacia mi abogado—. Depositales 20. Que se queden con dos millones más, me imagino que lo necesitas mucho ¿no? —el detective me mira enojado por lo que acabo de decirle.

   —Si me diera la voluntad te puedo hundir en la cárcel. —menciona levantándose de su asiento.

   —Si en verdad pudieras, ya lo hubieras hecho. —empiezo a caminar hacia afuera de la oficina—. Buenas noches.

   Salgo de la oficina molesto hasta mas no poder.

   Maldito Imbécil.

   ¿Qué se cree? Pide tanto dinero y luego alardea de que tal vez no tengo.

   Es imposible en este mundo estar de acuerdo con las redes corruptas de policías.

   Le quito el seguro a mi auto con mi llave eléctrica. Abro la puerta, entro dentro de él y al cerrar, arranco a todo dar hacia mi casa.

   Busco mi teléfono sin dejar de mirar hacia delante.

   Reviso si hay alguna llamada, pero no es así.

   Confío en que mi madre estará en mi casa.

   Mientras voy por la oscura y solitaria carretera, mi mente empieza a vagar, enviándome recuerdos de Emma.

   Muevo mi cabeza hacia los lados evitando pensar en ella. Sé que es imposible, pero no quiero hacerlo por ahora. Ya estoy demasiado preocupado en saber dónde estará ahora mismo o si se habrá ido a su país para nunca volver a Corea del sur.

   No importa que haga Emma, sigo enamorado de ella y no es algo que pueda ocultar, él amar a alguien no se puede ocultar ni aunque la misma persona lo desee.

   Mi único deseo es que las cosas hubieras sido diferentes, pero es mucho pedir. Como dijo Emma, no merezco ser feliz al lado de una persona, así que ya debería de resignarme a poder encontrarlo algún día.

   El transcurso a la casa no es muy largo, mientras hablaba conmigo mismo, el tiempo pasó. Mejor aún. Sólo deseo acostarme en mi cama y dormir una larga siesta hasta que el cansancio, el dolor y la depresión me dejen de molestar.

   Estaciono mi auto al lado de mi casa, saliendo de este y dirigiéndome hacia el patio delantero.

   Al abrir la puerta del patio delantero me fijo en donde estaba el cuerpo del difunto hombre. No sigo mirando porque entonces me voy a molestar.

   Camino hacia la puerta y toco el timbre para que me abran. Mi llave se ha quedado dentro de la casa al salir hace unas horas.

   Abajo mi cabeza para ver mis zapatos y es allí cuando abren la puerta, entonces cuando levanto mi vista y observo quien me acaba de abrir y que lleva puesto, me quedo estático.

   Emma.

   ¿Qué hace Emma todavía aquí?

   Pensaba que estaba lejos de aquí, en un avión yendo a otro pais.

    —¿Qué haces aquí? —le pregunto confundido entrando a mi casa.

   Cierro la puerta y me fijo en lo que lleva puesto. Es mi ropa. No es algo que me importe, solo me pregunto quien la dejó entrar porque Elizabeth no fue.

   —No pude moverme de aquí cuando te fuiste. Me quedé allá fuera mojandome en la lluvia. —Emma agacha su cabeza—. Sé que me odias, pero te prometo que solo estoy aquí hasta mañana.

   Ella levanta su rostro y me mira apenada.

   De lejos veo que está resfriada, está pálida. Algo en mi quiere tocar su frente para ver su temperatura, pero mi fuerza de voluntad no me lo permite.

   Con respecto a lo de que la odio, no le vly a dar la ventaja de oírme decirle que la amo nuevamente. Ella ya lo sabe.

   —Ve a dormirte y descansa. —espeto pasando por su lado queriendo evitar tener más charla con ella.

   Pero Emma no piensa igual. Ella me detiene.

   —¿Cómo te soltaron tan rápido? —me pregunta acercándose a mí.

   Veo que lo hace con preocupación hacia lo que me sucedió, pero debo evitar que ella se me acerque.

   Echo dos pasos hacia atrás, ganandome una mirada furtiva de ella.

    —Pagué, eso es todo. —respondo esperando que se olvide de lo que acabo de hacer.

   —Sí, sé que te lastimé con mis palabras, sé que me acosté contigo y dañe el momento al llamar a otro hombre, tambien sé que te confundí, pero tampoco me tiene que tratar así. —murmura ella golpeando su dedo índice en mi pecho.

   Dejo que se le vaya la ira y que deje de golpearme para acercarme a ella.

    —Escúchame bien, Emma. Solo vete a descansar y olvídate de lo que sucedió entre nosotros... —fijo mis ojos en los suyos y sé que lo que le diré le dolerá, pero si sirve de consolación a mi más—, hazte de cuenta que no estoy enamorado de ti, que nunca te he besado y que hicimos el amor. Yo empezaré a borrarte, hazlo tú por igual.

   Cuando digo esto, es allí en el momento en que pretendo seguir caminando, pero Emma me agarra mi codo, me gira hacia ella, agarra mi nuca y me besa.

   Maldición.

   No.

   No otra vez.

   No, por favor.

   No, Emma.

   Esta mujer me acaba de besar.

   Esto no puede pasar otra vez, ella no va a volver a utilizarme ni a lastimarme.

Esto se puso bueno. Spencer ya no quiere que lo utilicen.

Continue Reading

You'll Also Like

459K 10.7K 54
This is bout a 17 year old girl who is moving in with her auntie because she got expelled from two schools already for fighting. She's a smart girl b...
15.6K 793 37
Una chica la cual está aburrida de su vida decide crear su propia realidad alterna o realidad deseada, lo que no sabe es que será más difícil de lo q...
251K 2.9K 6
𝐈𝐧𝐟𝐥𝐮𝐞𝐧𝐜𝐞𝐫 - 𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐬𝗼𝐧 𝗼𝐫 𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐢𝐧𝐟𝐥𝐮𝐞𝐧𝐜𝐞𝐬 𝐚𝐧𝗼𝐭𝐡𝐞𝐫.
725 85 2
𝘚𝘦𝘨𝘶𝘯𝘥𝘢 𝘵𝘦𝘮𝘱𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 | 4 𝘥𝘦 𝘫𝘶𝘭𝘪𝘰 | 𝘌𝘭 𝘱𝘢𝘳𝘲𝘶𝘦,𝘦𝘭 á𝘳𝘣𝘰𝘭,𝘧𝘶𝘦𝘨𝘰𝘴 𝘢𝘳𝘵𝘪𝘧𝘪𝘤𝘪𝘢𝘭𝘦𝘴,𝘫𝘶𝘦𝘨𝘰𝘴....�...