NAZ-[PJO]-wtm

Por micascarabias

35.1K 3.2K 214

NAZ:El orgullo que se siente de ser amado. Las moiras se compadecen de todas las tragedias en la vida de gail... Más

NAZ
◇◇Graficos◇◇
playlist
cast of demigods
cast of gods
Prologo.
chapter I
Chapter II
chapter III
chapter IV
chapter V
chapter VI
chapter VII
chapter VIII
Chapter IX
Break I
chapter X
chapter XI
Chapter XII
chapter XIII
Chapter XIV
Chapter XVI
Chapter XVII
chapter XVIII

Chapter XV

744 104 7
Por micascarabias


2/3

—Yo quisiera seguir leyendo—dijo tímidamente una pequeña hija de apolo

capturamos una bandera—leyo La pequeña

Apolo y poseidon sonrieron,por fin tendría un momento de paz

Los siguientes días me acostumbré a una rutina que casi parecía normal, si exceptuamos el hecho de que me daban clase sátiros, ninfas y un centauro

—los más normal del mundo eh

Cada mañana recibía clases de griego clásico de Annabeth, y hablábamos de los dioses y diosas en presente, lo que resultaba bastante raro. Descubrí que Annabeth tenía razón con mi dislexia: el griego clásico no me resultaba tan difícil de leer. Al menos no más que el inglés. Tras un par de mañanas, podía recorrer a trompicones unas cuantas frases de Homero sin que me diera demasiado dolor de cabeza.

El resto del día probaba todas las actividades al aire libre, buscando algo en lo que fuera bueno. Quirón
intentó enseñarme tiro con arco, pero pronto descubrimos que no era ningúna as con las flechas. No se quejó, ni siquiera cuando tuvo que desenmarañarse una flecha perdida de la cola.

Las riasan no se hicieron esperar en el olimpo al ver lo sucedido

—eso es si quiera posible

— ¿como haces lo imposible posible nerea?

—nose, solo paso—dijo esta con una sonrisa de lado

Apolo tomó nota mentalmente, tenía que enseñarle a usar el arco

¿Carreras? Tampoco. Las instructoras, unas ninfas del bosque, me hacían morder el polvo. Me dijeron que no me preocupara, que ellas tenían siglos de práctica de tanto huir de dioses enamorados. Pero, aun así, era un poco humillante ser más lenta que un árbol

—Oh corazón, déjalo, como ta escuchaste esa rapidez es pura experiencia de escapar de dioses locos—dijo apolo con una sonrisa

Nerea arqueo una ceja, pero prefirió no decir nada para no borrarle la linda sonrisa que tenía

¿Y la lucha libre? Olvídalo. Cada vez que me acercaba a la colchoneta, Clarisse me daba para el pelo.

«Tengo más de esto, si quieres otra ración, pringada», me murmuraba al oído

Clarisse sonrió recordando los viejos tiempos, como los estrañaba

—¿Cómo es que llegaron a ser amigas?—pregunto curioso hermes

—sucedieron muchas cosas—dijo seria Clarisse

Hermes levanto una ceja, lo dejaron con más dudas de las que tenia

En lo único en que sobresalía era la canoa, que desde luego no era la clase de habilidad heroica que la
gente esperaba descubrir en la chica que había derrotado al Minotauro.

Sabía que los campistas mayores y los consejeros me observaban, intentaban decidir quién era mi
padre, pero no les estaba resultando fácil. Yo no era fuerte como los hijos de Ares, ni tan buena en el arco como los de Apolo. No tenía la habilidad con el metal de Hefesto ni —no lo permitieran los dioses— la habilidad de Dioniso con las vides.

Dionisio frunció el ceño, ni que el quisiera que esa mocosa fuera su hija

Luke me dijo que tal vez fuera hija de Hermes, una especie de
comodín para todos los oficios, maestro de ninguno. Pero tuve la impresión de que sólo intentaba hacer que me sintiera mejor. Él tampoco sabía a quién adscribirme

A pesar de todo, me gustaba el campamento. Pronto me acostumbré a la neblina matutina sobre la playa, al aroma de los campos de fresas por la tarde, incluso a los sonidos raros de los monstruos de los bosques por la noche. Cenaba con los de la cabaña 11, echaba parte de mi comida al fuego e intentaba
sentir algún tipo de conexión con mi padre real. No percibí nada, sólo el sentimiento cálido que
siempre había tenido, como el recuerdo de su sonrisa. Intentaba no pensar demasiado en mamá, pero seguía repitiéndome: «Si los dioses y los monstruos son reales, si todas estas historias mágicas son posibles, seguro que hay manera de salvarla, de devolverla a la vida…»

Poseidon suspiro ya veía que sacarle una idea de la cabeza a su hija era misión imposible

Empecé a entender la amargura de Luke y cuánto parecía molestarle su padre, Hermes.

Los semidioses se vieron entre ellos conscientes de que si nerea hubiera escogido estar del lado de luke y Cronos las posibilidades de ganar la guerra hubiera sido mínimas

Sí, de acuerdo,
a lo mejor los dioses tenían cosas importantes que hacer. Pero ¿no podían llamar de vez en cuando, o
tronar, o algo por el estilo? Dioniso podía hacer aparecer de la nada una Coca-Cola light. ¿Por qué no podía mi padre, o quien fuera, hacer aparecer un teléfono?

Poseidon se removio incomodo en su trono, no entendía porque no había reclamado a nerea desde hace tiempo

El martes por la tarde, tres días después de mi llegada al Campamento Mestizo, tuve mi primera lección de combate con espada. Todos los de la cabaña 11 se reunieron en el enorme ruedo donde Luke nos instruiría.

Empezamos con los tajos y las estocadas básicas, practicando con muñecos de paja con armadura
griega. Supongo que no lo hice mal. Por lo menos, entendí lo que se suponía que debía hacer y mis
reflejos eran buenos.

El problema era que no encontraba una espada que me fuera bien. O eran muy pesadas o demasiado ligeras o demasiado largas. Luke intentó todo lo que estuvo en su mano para pertrecharme, pero
coincidió en que ninguna de las armas de prácticas parecía servirme.

Nerea sonrió recordando su hermosa espada

Después empezamos a enfrentarnos en parejas.
Luke anunció que sería mi compañero, dado que era la
primera vez.

—Buena suerte —me deseó uno de los campistas—. Luke es el mejor espadachín de los últimos
trescientos años.

—A lo mejor afloja un poco conmigo —dije.

El campista bufó.

Luke me enseñó los ataques, las paradas y los bloqueos de escudo a la manera dura. Con cada golpe,
acababa un poco más machacado y magullado.
—Mantén la guardia alta, nerea —decía, y me asestaba un cintarazo en las costillas—. ¡No, no tan alta!

—¡Zaca!-. ¡Ataca!

—¡Zaca!-. ¡Ahora retrocede!

Cuando paramos para el descanso chorreaba sudor. Todo el mundo se apiñó junto al refrigerador de
bebidas. Luke se echó agua helada sobre la cabeza, y me pareció tan buena idea que lo imité. Al
instante me sentí mejor. Mis brazos recuperaron fuerzas. La espada no me parecía tan extraña

Triton sonrió el agua siempre los hacia sentir mejor

¡Vale, todo el mundo en círculo, arriba! —ordenó Luke—. Si a nerea no le importa, quiero haceros una pequeña demostración.

«Vale —pensé—, vamos a ver cómo le dan una paliza a nerea»

Los chicos de Hermes se reunieron alrededor de mí. Se aguantaban las risitas. Supuse que antes habían
estado en mi lugar y se morían de impaciencia por ver cómo Luke me usaba como saco de boxeo. Le
dijo a todo el mundo que iba a hacerles una demostración de una técnica de desarme: cómo girar el
arma enemiga asestándole un golpe con la espada de plano para que no tuviera más opción que soltarla.

—Esto es difícil —remarcó—. A mí me lo han hecho. No os riáis de nerea. La mayoría de los guerreros
trabajan años antes de dominar esta técnica.

Hizo una demostración del movimiento a cámara lenta. Desde luego, la espada cayó de mi mano con bastante estrépito.

—Ahora en tiempo real —dijo en cuanto hube recuperado el arma—. Atacamos y paramos hasta que
uno le quite el arma al otro. ¿Lista, nerea?

Asentí, y Luke vino por mí. De algún modo conseguí evitar que le diera a la empuñadura de mi espada.

Mis sentidos estaban alerta. Veía venir sus ataques. Conté. Di un paso adelante e intenté imitar la
técnica. Luke la desvió con facilidad, pero detecté el cambio en su cara. Aguzó la mirada y empezó a presionar con más fuerza.

Me pesaba la espada. No estaba bien equilibrada. Sólo era cuestión de segundos que Luke me
derrotara, así que me dije: «¡Qué demonios, al menos inténtalo!»
Intenté la maniobra de desarme. Mi hoja dio en la base de la de Luke y la giré, lanzando todo mi peso en una estocada hacia delante. La espada de Luke repiqueteó en las piedras. La punta de mi espada estaba a tres dedos de su pecho indefenso.
Los demás campistas quedaron en silencio.
Bajé la espada.

—Lo siento… Perdona

Apolo arqueo la ceja serio

—¿porque te disculpas?—dijo

—uh no lo sé, creo que la costumbre

Por un momento Luke se quedó demasiado aturdido para hablar.

—¿Perdona? —Su rostro marcado se ensanchó en una sonrisa—. Por los dioses, Nerea, ¿por qué lo
sientes? ¡Vuelve a enseñarme eso!

No quería. El breve ataque de energía frenética me había abandonado por completo. Pero Luke insistió.

Esta vez no hubo competición. En cuanto nuestras espadas entraron en contacto, Luke golpeó mi
empuñadura y mi arma acabó en el suelo.

Tras una larga pausa, alguien del público preguntó:

—¿La suerte del principiante?

Luke se secó el sudor de la frente. Me observó con un interés absolutamente renovado.

Apolo frunció el ceño esa mirada no le parecía que traería mada bueno

—Puede —dijo—. Pero me gustaría saber qué es capaz de hacer nerea con una espada bien equilibrada…

El viernes por la tarde estaba con Grover a orillas del lago, descansando de una experiencia cercana a la muerte en el rocódromo. Grover había subido a la cima a saltos como una cabra montesa, pero la lava
por poco acaba conmigo. Mi camisa tenía agujeros humeantes y se me había chamuscado el vello de los antebrazos

Estábamos sentados en el embarcadero, observando a las náyades tejer cestería subacuática, hasta que reuní valor para preguntarle cómo le había ido con el señor D.

Se le puso la cara algo amarilla y dijo:

—Guay. Genial.

—¿Así que tu carrera sigue en pie?

Me miró algo nervioso.

—¿Te ha dicho Quirón que quiero una licencia de buscador?

—Bueno… no. —No tenía idea de qué era una licencia de buscador, pero no parecía el mejor momento
para preguntar—. Sólo dijo que tenías grandes planes, ya sabes… y que necesitabas ganarte la
reputación de terminar un encargo de guardián. ¿La conseguiste?

Grover miró hacia abajo, a las náyades.

—El señor D ha suspendido la valoración. Dice que no he fracasado ni logrado nada aún contigo, así que nuestros destinos siguen unidos. Si te dieran una misión y yo te acompañara para protegerte, y los dos regresáramos vivos, puede que considerara terminado mi trabajo.
Me animé.

—Bueno, ¿no está tan mal, no?

—¡Beee-ee! Habría sido mejor que me trasladara a limpieza de establos. Las oportunidades de que te den una misión… Además, aunque te la dieran, ¿por qué ibas a quererme a tu lado?

—¡Pues claro que te querría a mi lado!

Alicaído, Grover observó el agua.

—Cestería… Tiene que ser estupendo tener una habilidad que sirva para algo.

Intenté animarlo, asegurándole que poseía muchísimos talentos, pero eso sólo lo puso más triste.
Hablamos un rato de canoas y espadas, después debatimos los pros y contras de los distintos dioses.

Al final, acabé preguntándole por las cabañas vacías.

—La número ocho, la de plata, es de Artemisa —dijo—. Juró mantenerse siempre doncella. Así pues, nada de niños. La cabaña es, ya sabes… honoraria. Si no tuviera una se enfadaría.

—Ya. Pero ¿y las otras tres, las del fondo? ¿Son ésas los Tres Grandes?

Grover se puso en tensión. Era un tema delicado

—No. Una de ellas, la número dos, es de Hera, otra de las honorarias —dijo—. Es la diosa del
matrimonio, así que por supuesto no va por ahí teniendo romances con mortales. Esa es tarea de su
marido. Cuando decimos los Tres Grandes nos referimos a los tres hermanos poderosos, los hijos de
Cronos.

—Zeus, Poseidón y Hades.

—Exacto. Veo que estás al loro. Tras la gran batalla contra los titanes, le quitaron el mundo a su padre y se echaron a suertes a quién le tocaba cada cosa.

—A Zeus le tocó el cielo, a Poseidón el mar y a Hades el inframundo —dije.
—Aja.

—Pero Hades no tiene cabaña.

—No, y tampoco trono en el Olimpo. Digamos que se dedica a sus cosas en el inframundo. Si tuviera una cabaña aquí… —Grover se estremeció—. Bueno, no sería agradable. Dejémoslo así.

Nico volteo a ver a grover ocasionando que este se escogiera en su asiento

Pero Zeus y Poseidón… Los dos tenían infinidad de hijos en los mitos. ¿Por qué están vacías sus
cabañas?

Grover movió las pezuñas, incómodo.

—Hace unos sesenta años, tras la Segunda Guerra Mundial, los Tres Grandes se pusieron de acuerdo
para no engendrar más héroes. Los niños eran demasiado poderosos. Influían bastante en el curso de los
acontecimientos de la humanidad y causaban mucho derramamiento de sangre. La Segunda Guerra
Mundial fue básicamente una lucha entre los hijos de Zeus y Poseidón por un lado, y los de Hades por el otro. El lado ganador, Zeus y Poseidón, obligó a Hades a hacer un juramento con ellos: no más líos con mortales. Todos juraron sobre el río Estige.
El trueno bramó.

—Ese es el juramento más serio que puede hacerse —dije. Grover asintió—. ¿Y los hermanos
mantuvieron su palabra?

La expresión de Grover se enturbió.

Thalia se mantenía sería

Hace diecisiete años, Zeus se cayó del tren. Había una estrella de televisión con un peinado de los
ochenta… En fin, no se pudo resistir. Cuando nació su hija, una niña llamada Thalia… Bueno, el río
Estige se toma en serio las promesas. Zeus se libró fácilmente porque es inmortal, pero condujo a su hija a un destino terrible.

Los dioses se vieron entre ellos m, por lo que veían thaila se encontraba bien, ¿Cual sería el terrible destino?

¡Pero eso no es justo! ¡No fue culpa de la niña!

Grover vaciló

—nerea, los hijos de los Tres Grandes tienen mayores poderes que el resto de los mestizos. Tienen un aura muy poderosa, un aroma que atrae a los monstruos. Cuando Hades se enteró de lo de la niña, no le hizo ninguna gracia que Zeus hubiera roto el juramento. Hades liberó a los peores monstruos del Tártaro para torturar a Thalia. Se le asignó un sátiro como guardián cuando tenía doce años, pero no había nada que pudiera hacer. Intentó escoltarla hasta aquí con otro par de mestizos de los que se había
hecho amiga. Casi lo consiguieron. Llegaron hasta la cima de la colina. —Señaló al otro lado del valle, el pino junto al que yo había luchado con el Minotauro—. Los perseguían las tres Benévolas, junto a una horda de perros del infierno. Estaban a punto de echárseles encima cuando Thalia le dijo a su sátiro que llevara a los otros dos mestizos a lugar seguro mientras ella contenía a los monstruos. Estaba herida
y cansada, y no quería vivir como un animal perseguido. El sátiro no quería dejarla, pero Thalia no
cambió de idea, y él debía proteger a los otros. Así que se enfrentó a su última batalla sola, en la
cumbre de la colina. Mientras moría, Zeus se compadeció de ella. La convirtió en aquel árbol. Su
espíritu ayuda a proteger las lindes del valle. Por eso la colina se llama Mestiza.

Miré el pino en la distancia.

Los dioses miraron a thalia conmocionados, lo que había hecho thalia era muy valiente

—pudiste salvar a tu hija y tu mejor idea fue convertirla en un arbol—le reclamo hestia a zeus enojada

—Yo no se en que pensba, lo siento niña—dijo zeus confundido porque haría algo así

—Tranquilo señor, eso ya es pasado para mi—dijo seria thaila

Zeus abrió la boca para decir algo pero decidió mejor quedarse callado

La historia me dejó vacía, y también me hizo sentir culpable. Una chica de mi edad se había sacrificado para salvar a sus amigos. Se había enfrentado a todo un ejército de monstruos. Al lado de eso, mi victoria sobre el Minotauro no parecía gran cosa. Me pregunté si de haber actuado de manera diferente,
habría podido salvar a mi madre.

—Grover —le dije—, ¿hay algún héroe que haya cumplido misiones en el inframundo?

Posedion volteo los ojos, su hija enserió va a matarlo un día de estos

—Algunos —respondió—. Orfeo, Hércules, Houdini.

Y… ¿han traído de vuelta a alguien de entre los muertos?

—No. Nunca. Orfeo casi lo consiguió… nerea, ¿no estarás pensando seriamente en…?

—No —mentí—. Sólo me lo preguntaba. —Y cambié de tema—: Así que ¿siempre hay un sátiro
asignado para velar por un semidiós?

Grover me estudió con recelo, poco convencido de que hubiese abandonado la idea del inframundo

Los disoes se burlaron ya veían que eso era imposible

—No siempre. Acudimos en secreto a muchas escuelas. Intentamos detectar los mestizos con potencial para ser grandes héroes. Si encontramos alguno con un aura muy poderosa, como un hijo de los Tres Grandes, alertamos a Quirón. Éste intenta vigilarlos, porque podrían causar problemas realmente
graves.

—Y tú me encontraste. Quirón dice que crees que yo podría ser alguien especial.
Grover hizo una mueca

—Yo no… Oye, no pienses en eso. Aunque lo fueras (ya sabes a qué me refiero), jamás te asignarían
una misión, y yo nunca obtendré mi licencia. Probablemente eres hijo de Hermes. O puede que incluso de uno de los menores, como Némesis, la divinidad de la venganza. No te preocupes, ¿vale?
Me pareció que lo decía más por confortarse a sí mismo que a mí.
Esa noche, después de la cena hubo más ajetreo que de costumbre.

Por fin había llegado el momento de capturar la bandera

Todos se acomodaron por fin algo de acción

N.A:
Hola espero les guste

La verdad no se si les gustaría que hiciera otra historia de leyendo y si les gustaría cual seria

Hasta pronto besos

Seguir leyendo

También te gustarán

8.4K 585 10
En el que Josephine Prescott y su hermana gemela mayor Sidney Prescott son transportadas a una habitación junto con la ciudad de Woodsboro para ver s...
10K 98 13
Fue un momento, luego le siguió otro, y como esos se crearon muchos más...... Aunque nunca pensaron en las consecuencias que aquellos momentos traerí...
3.5K 188 20
"𝐷𝑒 𝑣𝑒𝑟𝑑𝑎𝑑 𝑐𝑟𝑒𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒 𝑙𝑖𝑏𝑟𝑎𝑟𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑡𝑎𝑛 𝑓𝑎́𝑐𝑖𝑙? 𝐴 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑣𝑎𝑦𝑎𝑠 𝑡𝑒 𝑒𝑛...
17.6K 1.1K 30
los padres de jeongin y changbin son pareja. los hermanastros tendrán una buena relación. de "hermanos" Capitulos cortos Mención de otros shipps ★...