Las chicas amaban a Fernando, el perro eterno, Emily más que Nat, que estaba un poco raro por su manierismo, por lo que realmente no podía culparla, me pregunto dónde me equivoqué con él.
"Papá, ¿puedes hacer que Goose hable?" Emily preguntó, sosteniendo a Fernando como un peluche contra su pecho.
Me detuve sobre la idea, en teoría, debería ser posible, pero eso implicaría darle más inteligencia al animal en cuestión, y francamente, no estaba seguro de querer un gato modelo de Cthulu que habla, "Tal vez", respondí, dándole una pequeña sonrisa.
"¿Puedes intentarlo? ¿Por favor?" Y ahí está, los ojos de perro grande.
"¡Pero señorita! ¡Soy la única mascota y protector que habla que esta familia necesita!" Fernando protestó, su cola que una vez se meneó ahora está congelada.
Suspiré, poniendo los ojos en blanco, "Lo miraré, pero no prometo nada", sonreí, besándole la frente, "Fernando era una creación, hecha de mi propia energía, hice su cuerpo, mente y alma, capaz de soportar un nivel más alto de sensibilidad, uno más allá de un perro, uno comparable al de un humano, con Goose, por otro lado, tendría que alterarla en un nivel fundamental, algo que aún no he probado, y podría terminar... muy mal".
"Yo... ya veo", asintió Emily.
"Además hermana, primero veamos... cómo se siente tener una mascota que habla, podría molestarnos", sonrió Nat, echándole un vistazo rápido a Fernando.
"¡¿Te molesta?! ¡Nunca lo haría! ¡Soy la mascota perfecta! ¡Soy leal, soy esponjoso! ¡Soy absurdamente guapo! ¡Y poderoso! ¿Qué más querría alguien de un perro?" Fernando sonó.
"¡Es adorable!" Emily se rió, abrazando a Fernando más fuerte.
"¡De hecho! ¡lo soy!" Fernando obviamente estuvo de acuerdo con ella.
"Así que... entre tú y yo, papá", murmuró Nat, acercándose lo suficiente como para que la escuchara, "¿Fue su personalidad algo que elegiste o fue al azar?"
"Ni idea", respondí, riendo en voz baja.
"No te preocupes, señorita, ¡crecerás a quererme! ¡Quiero decir, mira mis patas!" Fernando ladró, levantando una de sus patas para que Nat la viera.
"¿Cómo... oh, claro, los perros tienen una audición significativamente mejor que los humanos", suspiró Nat.
Me reí, preguntándome qué pasaría después. ¿Un pez dorado parlante llamado Klaus? Ahora esa es una idea, hacer que un pez dorado parlante superpoderoso sea capaz de destruir ejércitos, quiero decir, ¿te imaginas la mirada en la cara de un ladrón cuando tiene que luchar contra un pez dorado?
Puede que lo haga por mierdas y risas.
Incluso podría añadir un cuervo, solo para molestar a Odín.
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Dejando a Fernando con las chicas con una directiva clara, protegiéndolas a toda costa, almorcé con Sif, a quien no había visto en mucho tiempo, ya que nuestros horarios habían sido apretados con muchos eventos durante el último mes, hablamos de cosas, nada en particular y vimos algo de televisión antes de que ella tuviera que volver a sus deberes diarios, y yo a los míos.
En mi oficina, hice un seguimiento de mis últimos esfuerzos, los que Fernando y sus travesuras habían interrumpido, como la operación Thanos y la recuperación de la piedra de la realidad.
Los rumores aún no habían llegado a Thanos, pero no estaba demasiado preocupado por eso, tarde o temprano, el gran hombre púrpura escucharía mis mentiras, y cuando lo hizo, tenía balizas de energía extendidas por todo el universo, balizas que me alertaban en el momento en que escuchaba lo que yo había extendido, o uno de sus generales lo descubrió.
En caso de que ninguno de los anteriores escuchara mis mentiras y otros... seres hambrientos de poder trataron de... encontrar dónde estaba la piedra, tenía gólems en su lugar, gólems que eran lo suficientemente poderosos como para asumir Thanos con facilidad, después de todo, solo los oídos del Titán estaban al tanto de la información que iba a dar.
Así que, todo y todo, lo único en lo que tuve que centrarme en este momento, más allá de la inminente estela de Knull, fue la Piedra de la Realidad.
"Supongo que podría conseguirlo ahora", quiero decir, no había nada que me impidiera hacer eso, así que ¿por qué esperar? Supongo que mi mente ha estado ocupada con cosas, oh, bueno, "Es hora de entrar en una dimensión sellada", me reí, equipando la piedra espacial, que en conjetura con mi poder cósmico debería romper fácilmente el sello que mantuvo alejada la dimensión de bolsillo de la piedra de la realidad, dándome acceso a la Piedra y a los elfos que estaban encerrados con ella.
Correcto, casi lo había olvidado, los elfos, ahora esto, trae un buen punto, qué hacer con los elfos oscuros, por lo que sé, eran los enemigos jurados de Asgard, al igual que los Gigantes de la Escarcha, así que... ¿debía ofrecer entonces una oportunidad como lo hizo Thor con los Gigantes de las Helada? ¿O tratar con ellos como plagas?
Estoy tarareando, decidiendo que una decisión como esta requería más información, después de todo, no pude decidir el destino de una carrera por capricho sin datos para tomar una decisión informada.
Sonriendo, abrí un sistema y accedí a la función de búsqueda para averiguar todo lo que había que saber sobre los Elfos Oscuros, desde allí, haría mi elección.
[Buscando... Elfos Oscuros.]
[Elfos oscuros -
La raza de los Elfos Oscuros se originó en el Ginnungagap, también conocido como el abismo de bostezo, un lugar de oscuridad primordial que existía antes de la creación del universo, donde reinaron absolutos e incuestionados, sirviendo a su amo.
Cuando su amo cayó a la espada de la luz, y el universo surgió a manos de los Celestiales y otras civilizaciones surgieron rápidamente, los Elfos Oscuros buscaron el regreso de su amo volviendo al universo a su antiguo estado de oscuridad, uno gobernado por el único rey verdadero. Para lograr este fin, su líder, el hechicero Malekith, adquirió la Piedra de la Realidad, usándola para hacer un arma capaz de cambiar el tejido mismo de la realidad en su conjunto, con ella, su plan era simple, devolver el universo a su estado original y servir a Knull una vez más.
Su primer intento fue detenido por Bor.
Su segundo intento fue detenido por Odín.]